By Joan Spínola -FOTORETOC-

By Joan Spínola -FOTORETOC-

Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 30 de abril de 2011

MAQUIS A RAS DE SUELO



Raúl del Pozo

EL RECLAMO

Un puñado de campesinos echados al monte por las circunstancias, por la brutalidad de los ganadores más que por convicción, pero con una coartada ideológica que nunca entendieron del todo y bajo el mando de unos jefes que desde sus guaridas ordenaban purgas, retiradas y observaban con altivez el curso de la historia. Esta es en esencia la visión del maquis que Raúl del Pozo desarrolla en El reclamo, la novela con la que ha ganado el Premio Primavera. Una visión desmitificadora, más atenta a las emociones de los protagonistas que a sus gestas resistentes, aunque también con una intención política muy de ahora mismo: la de recordar a “los de la Memoria”, según escribe el autor, que el idealismo y el embellecimiento históricos están llenos de trampas.
Para ello se sirve de un argumento sencillo y cómodo. Un investigador de una universidad de Estados Unidos, llamado Esteban Estrabón, mulato y con un abuelo que luchó en la Guerra Civil con la Brigada Lincoln, se presenta en casa del protagonista de la novela, a orillas del río Paraná, para que le cuente su historia y proponerle volver a los montes en los que estuvo luchando durante la posguerra, “un laberinto verde entre las provincias de Cuenca, Guadalajara y Teruel”. El personaje principal acepta la proposición y junto con su mujer Irene Gretkowska, polaca a la que conoció cuando huía al exilio, y el historiador estadounidense, vuelve a España. Esteban Estrabón tiene un dibujo a tinta china, hecho por el protagonista, en el que aparecen los miembros de su grupo en las montañas, Grande, Gafitas, Bernardino y el hijo del capador.
Con una grabadora en la mano, Estrabón tratará de que le vaya delineando el perfil de cada uno de ellos y su destino delante de una grabadora. Con este planteamiento, el autor traza un monólogo del personaje apenas interrumpido por el americano o por Irene. Su reencuentro con el paisaje montañoso de su infancia es de lo mejor de la novela, con su descripción de las aves y de sus movimientos, que sirven para expresar una visión de la vida campesina. Un elemento que además tiene mucha importancia en la obra, porque la contraposición entre los maquis campesinos que se vieron con el fusil al hombro, sin una noción clara del papel que estaban asumiendo, y quienes actuaban al dictado del Partido de los Fusilados, clarísimo trasunto del Partido Comunista, resulta fundamental.
Los personajes del dibujo van cogiendo cuerpo a medida que avanza la novela. Está el Gafitas, intrigante y conspirador; Grande, la encarnación de la ortodoxia; Bernardino, hijo de la montaña y conocedor de todos sus secretos; o Bazoka, al que el protagonista encuentra muy enfermo en un hospital de las afueras de París. Hay un claro ajuste de cuentas con el pasado en toda la obra y un deje de amargura en la voz del protagonista, que piensa que los maquis fueron utilizados y abandonados, luego recuperados para construir una versión edificante y moralista de la posguerra que, según los presupuestos de El reclamo, no tuvo lugar.
Si se tiene en cuenta la trayectoria de Raúl del Pozo, también se advierte un ajuste de cuentas con su propio pasado, sobre todo en lo que se refiere al Partido Comunista, a su dogmatismo, a sus jerarquías y a su disciplina. Y también conviene subrayar los motivos de la actualidad que se cuelan en la novela: la crítica a los adalides de la memoria histórica y, en menor medida, al Partido de los Cangrejos, léase socialista. En este sentido, quizá al protagonista, exiliado durante décadas, se le pinte con un conocimiento algo exagerado de la situación y con unas ganas de meterse en ella también muy abultadas, como si aquí no mostrara la lógica distancia con España que sí aparece en otras partes del libro.

IÑAKI ESTEBAN

miércoles, 27 de abril de 2011

INDIANOS DE GUADALCANAL 9/9

RASGOS SOCIOECONOMICOS DE LOS EMIGRANTES A INDIAS. INDIANOS DE GUADALCANAL
SUS ACTIVIDADES EN AMERICA Y SUS LEGADOS A LA METROPOLI, SIGLO XVII.


FICHAS BIOGRAFICAS DE EMIGRANTES (5ª PARTE)

(15) ALVARO DE CASTILLA CALDERÓN (A.G.L, Contratación, 316 A) Pertenecía a una familia de Guadalcanal considerada "rica y poderosa", pese a lo cual, como otros de su pueblo, había marchado a Indias donde hizo fortuna en México y Guanajuato. También como varios paisanos en este virreinato se dedicó a la minería conociendo los avatares y reveses de esta ocupación. Con él habían estado en la capital mexicana y en Guanajuato Diego Gutiérrez, sastre de Guadalcanal, Pedro Sánchez Holgado, Rodrigo de Ortega y Agustín de Sotomayor, quienes habían regresado al pueblo contando la inmensa fortuna amasada por Castilla.
Este destinó 50.000 ducados de su hacienda para erigir un hospital en la villa, si bien como en otros muchos casos tuvo que pasar bastante tiempo para que la obra comenzara. El dinero llegó a su hermano Rodrigo de Castilla. Francisco de Torres, que había estado también en Guanajuato, denunció que dicha cantidad la había recibido Álvaro de Castilla de un amigo suyo muerto en el Real de Minas. Otro denunciante fue el maestro mayor y albañil del pueblo Juan Ruiz Callejón quien ponía en duda el origen del dinero como perteneciente a Castilla. Doña Isabel de Castilla, sobrina carnal del fundador indiano, denunció al maestro de obras y logró ponerlo en prisión (de la que escapó) demostrando contar con más de 34.000 ducados para la obra y ser procedentes de su tío, que los había enviado con su criado Pedro de Ledesma hacía más de 20 años.
Las rentas establecidas con tal capital las administraba un primo de doña Isabel, Rodrigo de Castilla, alguacil mayor de la villa.
Curiosamente doña Isabel era viuda de Diego Ramos Gavilanes, sin duda de la misma familia del minero visto anteriormente.
Álvaro de Castilla además del hospital hizo diversas limosnas para la iglesia de Santa María.

(16) ANTONIO DE BASTIDAS (A.A.S., Capellanías, 871-18) Pocos datos contamos de Bastidas salvo algunas relaciones familia Indias. Era hijo de Gonzalo Yáñez de la Bastida y-res en Guadalcanal e de Catalina Espariegos, perteneciente a una prolífica familia de indianos de Guadalcanal: Bonilla y Bastidas. Nieto del alcaide Francisco González Abasta y de María de Bonilla, se asentó en México, junto con su hermano Cristóbal de Bonilla Bastida, sin que sepamos su ocupación. Allí estuvo también relacionado con paisanos suyos, testigos a la hora de testar, Hernando Ramos y Rodrigo Ramos, que aparecerán más tarde dedicados a la actividad minera, que tal vez sería la misma de Bastidas. La familia contaba con enterramiento propio en el Convento de San Francisco de Guadalcanal, a la que enviaría una manda para misas, y él instituyó una capellanía en la Iglesia Mayor, dotada con 12.000 pesos de oro. Nombró capellán de la misma a su primo el licenciado Francisco de Monsalve, quien se benefició de varias capellanías indianas fundadas por varios de sus familiares.

(17) ALONSO LÓPEZ (A.A.S., Capellanías, 856) Homónimo de otro de sus compatriotas indianos, era hijo de Benito López y de Gerónima de la Rosa, naturales de Cazalla pero avecindados en Guadalcanal. Murió hacia 1620 en Tlaxcala fundando una capellanía en la iglesia de Santa Ana de su villa natal, destinando para ella una suerte de tierras de 70 fanegas y unas casas de la calle larga de Cazalla, más 3.000 pesos de plata doble mexicana, instituyendo como herederos a los hijos y descendientes de su hermana Nicolasa de la Rosa y a los de Juan González Pecero y Catalina Muñoz Remusgo (ambos apellidos de indianos del pueblo), cuyo parentesco con el fundador se desconoce.

(18) GONZALO DE BONILLA BARBA (A.G.I., Contratación, 381 A-3) Otro ejemplo de esta familia de indianos afortunados fue el mencionado, quien murió en Guanajuato hacia 1621. Su testamento es rico en detalles sobre sus relaciones familiares en Guadalcanal e Indias y su fortuna antes y después de marchar al Nuevo Mundo.
Era hijo de Gonzalo de Bonilla y de Mayor Barba, ambos vecinos de Guadalcanal y parece de familia adinerada. Al menos recibió al casar con doña María de Esquivel, vecina de Llerena, distintas suertes de viñas que le dio su padre a cuenta de su legítima y una bodega; recibió como dote de su mujer 4.000 ducados y dos años más tarde su padre le daba otros pedazos de viñas. Al morir éste heredó otros bienes diversos. Además adquirió diversas suertes de viñedos en Guadalcanal redondeando sus posesiones. En su matrimonio con doña María de Esquivel tuvo cuatro hijos: un varón que murió a los 3 años; doña Catalina Vozmediano; Mayor Barba, que murió doncella después de morir la madre y María de Esquivel. Casó en segundas nupcias con Ana de los Reyes (hija de Juan Delgado y de Francisca Rodríguez, ambos vecinos de Guadalcanal) y en los dos años de matrimonio tuvieron a Francisca Rodríguez, que murió niña y a Ana de los Reyes Bonilla. Con este enlace no obtuvo bienes algunos y a los dos años de casado vendió parte de sus viñas (a María Delgado, hermana de su segunda mujer) y marchó a Indias. Se estableció en Guanajuato donde ya operaban como mineros sus paisanos los Castilla y como mercaderes los Ramos, entre otros.
Comenzó como mercader, asociándose en compañía con Juan de Castilla Calderón, vecino de México y sin duda hermano de Álvaro de Castilla Calderón, que se dedicaba al comercio, a la financiación de mineros y directamente a la minería. Estableció su tienda en el real de minas de Santa Ana y el mismo Álvaro de Castilla tomó participación en la compañía agrandando el capital y sus operaciones. Debieron proporcionar éstas buenas ganancias a Bonilla, ya que tras tres años regentando la tienda y dejar dicha compañía, arrendó diversas haciendas de minas, comenzando su experiencia minera. Así tuvo las de Francisco de Alarcón, la de Bartolomé Sánchez Palomino (que fue de Pedro de Bustos). Más tarde compraría a los herederos de Bustos esta misma hacienda, otra a Jerónimo de Obantes y otras más, a la par que participaba en diversos lugares de minas, contando con hacienda propia de beneficio e indios trabajadores.
Así como en sus actividades mercantiles primeras aparece relacionado con sus paisanos Juan y Álvaro de Castilla Calderón (minero este último también), en su empresa minera aparece vinculado a otros paisanos, e igual en su vida social en Guanajuato. Tenía estrechas relaciones con Luis de Castilla Chávez, alguacil mayor de minas y mayordomo de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, casado con Beatriz. Ramos, dedicado también al negocio minero y cuyas casas lindaban pared con pared. Hernando Ramos y García Ramos Caballero, vecinos y mercaderes de Guanajuato, además de aparecer como sus fiadores en alguna ocasión mantuvieron relaciones comerciales con Bonilla como también Cristóbal Martín Zorro (sin duda también de Guadalcanal por su apellido).
Los Ramos, que contaban con minas, fueron sus albaceas testamentarios.
Curiosamente como testigos de su testamento figuran otro de este apellido (Pedro), Luis de Castilla Chávez y Alonso de Castilla y como minero un Pedro Jiménez Gavilanes con apellido típico de su villa natal.
Al final de su vida contaba con diversas participaciones de minas en San Nicolás y en el Realejo Viejo; cuatro minas en San Bernabé, que había adquirido por compra a los herederos de García de Contreras Figueroa; otra mina comprada a Isabel de Lucio; otra en San Martín (que fue de Martín Lorenzo) y la de San Nicolás en el Realejo del Fuerte.
Su hacienda de minas en explotación procedía de la unión de las adquiridas a Obantes y Burgos, contaba con 22 indios como trabajadores y las explotaba directamente. En otra de sus minas tenía parte su propio criado Pedro Delgado, tal vez pariente de su segunda mujer, y que estaba al servicio de su casa desde 1620 (mucho después que Bonilla hubiera llegado a Nueva España). Tenía además diversos criados indígenas y otros bienes.
Su hacienda de minas fue rematada en subasta pública por el licenciado Diego Gómez, beneficiado del Real de Minas y minero, en 4.500 pesos de oro.
Pagadas las deudas y mandas de Bonilla se hizo almoneda y venta de sus bienes que alcanzaron un total de 10.356 pesos, a los que descontados gastos y descargo por un total de 9.991 pesos, quedaban para sus herederos 365 pesos. A Sevilla llegaron 340 (85.080 mrs.) en 1634 que cobraron Miguel Ortíz Hidalgo, viudo de doña María de Esquivel, hija del primer matrimonio de Bonilla; Gonzalo Yáñez, vecino y regidor perpetuo de Guadalcanal, viudo de doña Catalina Vozmediano, hija del primer matrimonio también, en nombre de sus hijos Gonzalo Yáñez y doña Inés de Bonilla (en quien renunció la herencia su hermano siendo ésta monja profesa) y Ana de los Reyes Bonilla, hija del segundo matrimonio.

JAVIER ORTIZ DE LA TABLA DUCASSE
Actas de las I Jornadas de Andalucía y América. Huelva, 1981





domingo, 24 de abril de 2011

GUADALCANAL, 4 DE NOVIEMBRE 1836

UN CAPÍTULO DE LA GUERRA CARLISTA EN GUADALCANAL


Hay varios hechos de la Primera Guerra Carlista documentados que acaecieron en Guadalcanal, hoy documentamos la visita del Zumalacárregui del Sur y su columna el 4 de Noviembre de 1836.
La expedición, 3ª división de operaciones del ejercito carlista (1) al mando del mariscal de campo Miguel Sancho Gómez Dama (2) llamado “El Zumalacárregui del Sur”, entró en la primavera de aquel año 1836 en las tierras dominadas por los cristinos (3) con una columna de mas de 2700 hombres y dos escuadrones de caballería de 180 hombres, un obús y varios cañones de montaña procedentes de tierras alavesas.
Esta expedición recorrió la península, hicieron incursiones en territorios cantábricos y gallegos con el fin de minar al ejercito oficial de los partidarios de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias y continuaron su campaña hacía Asturias, pero allí el mariscal cristino Baldomero Espartero iniciaría la persecución de la 3ª División comandada por Gómez y este se vio obligado a replegarse sin condiciones a Galicia, pese a que a su entrada Santiago de Compostela contaba ya con casi 4000 infantes y más de 200 de caballería, ante la presión de Espartero con una expedición aun muy superior a la del mariscal andaluz, este optó por abandonar Galicia y dirigirse a la provincia de León para reclutar más infantes y regresar nuevamente a Asturias, sin embargo, sus intenciones se vieron lustradas y Espartero nuevamente le dio un severo correctivo a la expedición Carlista, mermando su moral y su ejercito.
En el mes de Agosto de 1836, diezmada su tropa y moral, se reunió con sus jefes y oficiales y contraviniendo las ordenes dadas por sus superiores se interno en Castilla con el propósito iniciar un nuevo periplo hasta llegar Andalucía ante la imposibilidad de volver a Asturias, no encontrando demasiada resistencia, decidió no entrar en Aragón para evitar el encuentro con la columna del General Evaristo San Miguel, hasta llegar a Cuenca, llevando las tropas cristinas siempre a la zaga, allí Gómez se reunió con el también general carlista Ramón Cabrera, apodado “El Tigre del Maestrazgo”.
Allí formaron un nuevo ejercito mas poderosos con las dos columnas, pasando por Utiel y Requena en dirección a Albacete, continuando invadiendo nuevas tierras para los carlistas, siguiendo las escaramuzas en los meses de Agosto y Septiembre, continuando las escaramuzas e internándose en Extremadura, arrasando cuantos pueblos y ciudades se encontraban a su paso.
En Septiembre se recibió la noticia en Tarifa de la intención de Gómez de invadir la región, el 26 de Septiembre interrumpió en el cabildo de la ciudad uno de los porteros de plaza y entregó un pliego con una cláusula con el carácter de “urgentísimo”; Suspendiendo el cabildo inmediatamente la continuación de la vista de los demás asuntos ordinarios y se leyó el escrito del jefe político superior de la provincia informando que Andalucía se hallaba amenazada de invasión de las huestes carlistas del mariscal Gómez y el general Cabrera y movilizando los efectivos de la Milicia Nacional para reagruparse en la capital de la provincia.
Mientras esto sucedía en Cádiz y en varias provincias andaluzas, la expedición carlista seguía su periplo por Extremadura y haciendo incursiones en Andalucía, enviando varias columnas en distintas direcciones, llegó la mañana del 4 de Noviembre de 1836 a las inmediaciones de Guadalcanal.
Alertado el capitán de milicia de Guadalcanal Isidro Chamorro Spínola, que la columna principal del ejercito carlista al mando del mariscal Miguel Sancho Gómez se acercaba a la villa por el Puerto de Llerena, salió a su encuentro y el tambor Pedro Álvarez anunció la llegada del capitán y sus milicianos a la avanzadilla del ejercito invasor, finalmente tras una breve negociación, Gómez y su expedición descansaron en Guadalcanal y allí fue informado por sus exploradores que los perseguidores estaban desorientados y desconocían sus paradero y se habían detenido en los confines de Extremadura hasta saber sus próximos movimientos e intenciones, sospechando que los carlistas se dirigían a Sevilla y Córdoba.
Aprovechando el desconcierto del ejercito oficialista de la Regente María Cristina de Borbón, Gómez se reunió a la mañana siguiente en Guadalcanal con sus mandos y decidió cambiar de estrategia, encaminándose a la Serranía de Ronda, región en la que aprovechando las naturales ventajas del terreno por la accidentada orografía y la certeza de que en aquella zona encontraría antiguos partidarios, pensaba que así podría asentarse en la que fue la primera Guerra Civil Española, la columna del mariscal abandono Guadalcanal la mañana del día 9 y se fueron por Alanis a Constantina y Palma del Río, llegando el día 10 a las inmediaciones del Guadalquivir.
Del resto de las andanzas y batallas de este mariscal segundón carlista que fue Jefe de Estado Mayor de Tomás Zumalacárregui, se ha preocupado y juzgado la historia de España y de las disputas de los Borbones que tanto perjudicaron al desarrollo de la España del Siglo XIX y principios del XX.

(1) Carlistas.- El carlismo es un movimiento político tradicionalista y legitimista de carácter antiliberal y contra-revolucionario surgido en España en el siglo XIX que pretende el establecimiento de una rama alternativa de la dinastía de los Borbones en el trono español, y que en sus orígenes propugnaba la vuelta al Antiguo Régimen.
(2) Miguel Sancho Gómez Dama.- Torredonjimeno (Jaén), 1785-Burdeos, 1849, militar español. Fue jefe del estado mayor del general carlista Zumalacárregui. Al estallar el primer conflicto armado carlista se alistó de los primeros en las filas de D. Carlos. Dirigió la expedición que, saliendo de Orduña el 26 de junio de 1836, tomó Oviedo, y más tarde, Santiago, pasó a Castilla y Andalucía volviendo al Norte cuando se libraban las batallas más fuertes del sitio de Bilbao. Pero a pesar de sus triunfos maravillosos no tuvo ninguna repercusión en el desarrollo de la guerra, fue procesado por razones que la Historia no aclara demasiado. Emigró a Francia y murió en Burdeos en 1849.
(3) Cristinos.- Con el término cristino son conocidos los partidarios de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, viuda del Rey de España, Fernando VII, frente a los carlistas en el enfrentamiento sucesorio que mantuvo la Regente en nombre de su hija y futura reina Isabel II con el hermano del rey, Carlos María Isidro de Borbón y que llevó al país a la Primera Guerra Carlista.
El denominado bando cristino estaba integrado por un grupo heterogéneo de personas, desde liberales, (auténtico sustento de las pretensiones sucesorias de Isabel y su madre), hasta antiguos colaboradores de Fernando VII como Francisco Cea Bermúdez, absolutistas reformados, algunos progresistas e incluso afrancesados que habían vuelto del exilio y veían la oportunidad de un cambio en la política española.
Por extensión, se denominó cristinos a los partidarios de la política conservadora de la regente María Cristina durante los diez años en los que ocupó el cargo frente a los seguidores de Baldomero Espartero.

Fuentes.- Historia Política del Siglo XIX, El Carlismo y La Contra Revolución Social Española y autor.
RAFAEL CANDELARIO REPISA

domingo, 17 de abril de 2011

SEMANA SANTA DE GUADALCANAL 2011

FE Y TRADICIÓN

La Semana Santa de Guadalcanal es por tradición y arraigo una de las principales fiestas de la localidad y comarca, comienza el Domingo de Ramos con la Hermandad de la Borriquita y termina el Domingo de Resurrección con la presesión del Resucitado. Todos los pasos tienen su salida de la Iglesia Parroquia Santa María de la Asunción. En la actualidad existen seis hermandades con la participación de todo el pueblo y atrae cada año a Guadalcanalenses que emigraron y foráneos que vienen a participar en la fiesta, siendo el punto principal el “Viernes Santo” con la procesión de la Madrugá”.Fue declarada de Interés Turístico Nacional en el año 2000.

Comienza el Domingo de Ramos con la procesión de la Hermandad de la Borriquita, Nuestro Padre Jesús del Amor en su entrada triunfal en Jerusalén y Nuestra Señora del Rosario, lleva unos 26 costaleros.


 
Martes Santo.- Se cumple con un Vía-Crucis, cada año lo realiza una hermandad y anuncia el comienzo de los desfiles procesionales.



Miércoles Santo.- Hermandad del Costalero: Nuestro Padre Jesús Sentado en la Peña y María Santísima de la Paz. (El Peña). En la tarde noche del Miércoles Santo realiza su estación de penitencia, saliendo en el primer paso el Señor Sentado en la Peña, escoltados por un romano y un sayón, la cuadrilla de costalero está compuesta por 30 miembros.
En el segundo paso procesiona bajo palio Nuestra Señora de la Paz, los nazarenos visten túnica blanca, botonadura, capirote y cíngulo de color verde.
El palio es de maya de plata bordada en plata y en el techo va una paloma escenificando el Espíritu Santo. Sus nazarenos visten túnicas blancas, capillo y fajín de terciopelo verde, con el escudo en el capillo y cirio blanco, 35 costaleros portan este paso.


Jueves Santo.- Hermandad de la Vera-Cruz: Nuestro Padre Jesús atado a la Columna y María Santísima de la Cruz. (Los Verdes).
Forman parte del misterio varias imágenes escenificando la flagelación del Señor, los nazarenos del Cristo visten túnicas y capillo rojo de raso y cordón verde con el escudo en el capillo y cirio de color verde, lo portan 28 costaleros.

El paso de palio es de estilo barroco, los respiraderos tallados y dorado en madera. La candelaria, los varales y las jarras son repujados y plateados, los nazarenos de la Virgen visten túnicas y capillo negro con cordón y capa verde y el escudo, va en la capa con cirio de color verde. El cirio es de color verde en las dos túnicas, este palio es portado por 26 costaleros.

Esta hermandad realiza su estación de penitencia desde siempre el Jueves Santo a las ocho de la tarde, su sede es en la Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción y tiene capilla propia situada en la cabecera de la nave derecha del templo, el estilo del retablo es neobarroco de un solo cuerpo.



Madrugada del Viernes Santo.- Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Amargura. (Los Morados).
El paso de palio es de estilo clásico, los nazarenos del Cristo visten túnica y capillo de tergal morado con el escudo de la hermandad bordado en oro en el capillo y cordón dorado y cirio morado, portado por 32 costaleros.
Los nazarenos de la Virgen visten túnicas blancas con capillo morado y botonadura y cordón amarillos, con cirios morados, es portado por 24 costaleros.
Tienen su estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo a las 5 de la mañana, su sede actual esta erigida en la Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción tras desaparecer la suya en el año 1936. Tiene capilla propia en dicha parroquia y es la hermandad acompañada por mas costaleros (300 aproximadamente).
Viernes Santo.- Hermandad del Santo Entierro de Nuestro Padre Jesús y Nuestra Señora de La Soledad. (La Soledad).
Esta Hermandad es la más antigua de Guadalcanal, pero no se sabe su fecha exacta de fundación, Se cree que fue fundada hacia 1502,
El paso de Cristo cuenta con una canastilla, respiraderos, urna y candelabros de guardabrisa tallados y dorados de muy buena calidad, llevan en las esquinas cuatro ángeles pasionarios con los atributos de la pasión, los nazarenos del Cristo visten túnicas negras, portan el paso 24 costaleros.
Hace estación de penitencia en la tarde del Viernes Santo a las ocho y media, el paso de la Virgen es de estilo barroco con canastilla, respiraderos y candelabros de guardabrisa tallados y dorados. La candelaria y el juego de jarras, en el centro se sitúa la imagen de la Virgen y detrás la Cruz vacía con el sudario y las escaleras, los nazarenos  túnicas negras, portado este paso por 30 costaleros.
 
 
Sábado Santo.- Hermandad de las Tres Horas, Santísimo Cristo de las Aguas y Nuestra Señora de los Dolores (Los Blancos).

El paso de Cristo es de estilo barroco de madera de caoba tallada con incrustaciones de plata. En las cuatro esquinas figuran los cuatro evangelistas alumbran la esfinge del señor cuatro elegantes hachones, los nazarenos del Cristo visten túnicas y capillos de color blanco, cinchos de esparto y capa de raso rojo, con la Cruz de Malta en el lado, es portado por 28 costaleros.
El paso de palio es también de estilo barroco, los respiraderos, varales, cancelerías, jarras y candelabros de cola, el palio es de color rojo bordado en oro y en su techo va la Inmaculada Concepción, y los nazarenos de la Virgen visten túnicas blancas, capillo y fajín de color rojo. El cirio es de color blanco, portan esta imagen 28 costaleros
En cuanto al Señor Sentado en la Peña, esta imagen se encuentra actualmente cedida para su culto a la Hermandad del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y María Santísima de la Paz, de Guadalcanal.


Domingo de Resurrección.- Hermandad de la Resurrección, Santísimo Cristo Resucitado y Santa María Magdalena. (El Resucitado).
Esta es la hermandad de mas reciente aparición en Guadalcanal, fue fundada en 2003.el paso está compuesto por tres imágenes: Jesús Resucitado, Santa María Magdalena y la antigua imagen de Jesús Resucitado, obra de autor y año desconocidos.
Esta hermandad es el semillero de nuevos costaleros y mayordomos, no lleva nazarenos y el número de jóvenes costaleros es de 30. Su salida es a las doce de la mañana y en ella va una representación de cada Hermandad con los estandartes, haciendo un desfile procesional por el centro de Guadalcanal.

Fuentes.-logs de las hermandades y Sevillapedia, fotos archivo de este blog.


Trabajo “Fe y Tradición” de Irene Spínola Vergara

jueves, 14 de abril de 2011

TÚNICAS NEGRAS

LA REPÚBLICA   
INDEPENDIENTE
DE LA PALABRA  

Cuando los ateos colgamos la túnica redentora de nazareno, cuando los cofrades gays vuelven a los armarios y los curas continúan proclamando la palabra de Dios en iglesias medio vacías, cuando los vecinos retornan a sus trincheras y se desmontan los palcos de una confesionalidad encubierta, amanece un mes que parece ser el reverso de la semana de incienso y trompetas. La ciudad resucita despojándose de túnicas negras y de penitencias que ya solo a duras penas convencen de que las lágrimas de este valle tendrán su compensación en un paraíso de promesas. Abril se apodera de las calles con versos que hablan de amores, de viajes, de soledades y de pieles descubriéndose entre ellas. Donde la semana pasada había sangre de cristos barrocos, hoy se multiplican las letras generando vida nueva. En los balcones donde se lloraron saetas, reirán los poemas de Miguel Hernández, recordándonos que los días merecen ser amarillos, rojos y violetas.
La ciudad se hace república de las letras y demuestra al mundo que las palabras, dichas y escritas en lenguas diversas, son el único alma posible de una democracia tan sobrada de discursos y tan necesitada de virtudes cívicas. El abril republicano nos trae el aroma de sueños que no pudieron ser, de misiones que recorrieron los pueblos llevando a las gentes educación y cultura, de poetas que sangraron en las ventanas por decir en voz alta lo que su corazón pedía a gritos. Poetas de la muerte y del exilio, recuperados al fin para que sobre ellos no habite el olvido, memoria de realidades y de deseos, como los de un Cernuda triste por La Habana descubriendo en la piel de un mulato la del último hombre que amó sin atreverse a decirlo.
Córdoba se hace en abril capital de las palabras, los jardines, las plazas, los colegios, los mercados, se llenan de versos que nos recuerdan que la democracia necesita de ciudadanos y de ciudadanas que pongan en voz alta nombre al porvenir, en un mes se hace posible el milagro de convertir a la literatura en el pasaporte que permite que el mundo entero habite en nosotros, sustituyendo los cuchillos por rosas, los púlpitos por ágoras, los jerarcas por público. Incluso mi somnolienta facultad, tan reacia a admitir que el derecho y la literatura se nutren de las mismas pasiones, dejará que en su claustro hablen los poetas y callen los burócratas, el sueño con el que debió soñar Bolonia.
El universo entero brotará en los jardines de Orive, inocencia rasgada por pinceles y lápices, y en los colegios se apagarán por un día las pizarras electrónicas y volverán los folios en blanco a los pupitres, como si los maestros y las maestras republicanas no hubieran dejado de enseñar que la cultura es el nervio de la democracia y la educación el esqueleto de la ciudadanía. Y mientras que los versos tratan de adherirse a los mp3 adolescentes, los centros cívicos se transformarán en casas de la cultura, aquéllas que un sueño del mes de abril construyó sustituyendo los ladrillos por libros, las que nunca debieron desaparecer bajo las bombas.
El mundo es Córdoba en este mes de abril porque en ella habitan todas las lenguas posibles y porque, frente a los dogmatismos que solo generan enemigos, aprendemos un año más que solo en las palabras habita el futuro, mientras que en mi corazón ondea una bandera tricolor que transforma el olvido en memoria, paseo por la ciudad dispuesto a alimentarme de los versos que cuelgan de los balcones, descalzo como si fuera un nazareno cumpliendo una promesa pero pisando flores en vez de piedras, resucitando con mi ciudad en un abril de impregnado de República y versos violetas, el color que le falta a una democracia que aún no ha entendido que solo sobrevivirá si enseña a sus ciudadanos a colgar poemas en los tendederos de sus azoteas.

A mi abuelo, que fue maestro republicano y jornalero del dictador y a mi amigo Rafael, que a su demócacia le falta el color violeta y el corazón le traiciona.
Otavio Salazar - Profesor de Derecho Constitucional
La Fragua del Pensamiento

sábado, 9 de abril de 2011

AQUELLAS CENTURIAS


Foto.- Asociación Cultural Benalixa


AÑORANZAS DE PRIMAVERA


Nada más entrar por el laberinto de calles que conforma la extraordinaria villa de Guadalcanal un cierto tufillo a aceite quemado, pero con agradable olor, invade mis fosas nasales, y descubro ese familiar aroma que huele a primavera y Semana Santa.
En muchas casas se están haciendo los gañotes que ya Cervantes pudo saborear en el mesón del Toro, y que desde los tiempos más ancestrales han presidido las mesas de cuantos hijos de esta bella población serrana hemos tenido la suerte de degustar.
Pero no solo son los gañotes los que emocionan a los que, como yo, somos golosos y glotones. Hay cosas tan entrañables para quien escribe estas líneas que aun estando lejos de mi pueblo recuerdo cada hora y cada minuto de los acontecimientos vividos a lo largo de los años que viví en Guadalcanal, pueblo que ni un solo día de mi vida he dejado de recordar, recuerdos que en Semana Santa se hacen mas intensos que nunca.
Mientras, trato de consolar mi nostalgia admirando los sobrios y bellos desfiles procesionales que abundan en la ciudad de Alcalá de Henares, en la que vivo y de cuya extraordinaria belleza puedo dar fe. La elegancia de sus cofradías transporta mi mente a quinientos kilómetros, y vago con la imaginación recordando cada una de las cofradías de mi pueblo y, aunque en esos momentos me encuentre en la mismísima calle Mayor o en la plaza de los Santos Niños de la ciudad de Cervantes, mis pensamientos se encuentran presenciando tal vez la hermandad de “los Verdes” cuando pasa por el carril de Santa Ana, viendo como la luz de las velas del Amarrado se refleja en la fachada de mi casa de la Cañá. Mientras, su paso se confunde con el fondo de la torre. Después, el tintineo del palio de la Veracruz me hace estremecer, al mezclarse con las notas de las marchas procesionales de la banda de música, en las que aun distingo la figura de personas tan entrañables como Morente, Fontan, Jesús “El Nene”.o Francisco Merchán Torrado.
Ya bien entrada la noche, el Cristo sentado en la peña, perteneciente a la hermandad de los blancos antiguamente y ahora titular de “los costaleros”, repite el mismo episodio que horas antes hiciera el amarrado. Porque el paso de cualquier cofradía por el carril de santa Ana es digno de ver, pero solo esos dos eran los únicos que por aquellos años lo hacían, si bien recuerdo contar a mi abuela que antiguamente el misterio de la oración en el huerto también hacía estación de penitencia por este mismo sitio, pero tras los terribles acontecimientos vividos en una época que es mejor no recordar las imágenes de esa cofradía desaparecieron.
El frío de la madrugada no era para mi impedimento alguno para ver salir la hermandad de “los Moraos” no sin antes haber matado el gusano con una copita de crema de guindas, que ayudara a tragar mejor el primer gañote del día. Un tremendo escalofrío me recorre el cuerpo cuando viene a mi mente la escena de nuestro padre Jesús Nazareno subiendo por la calle Granillos para torcer a la calle Camacho como si de la subida del mismo Calvario se tratara dirigidos sus costaleros hábilmente por su capataz Tomas Veloso y escoltado por los alabarderos ataviados con aquel extraordinario atuendo de soldados de Roma.
Luego el paso de la virgen que a los acordes de la marcha real entra en la iglesia de Santa María, haciendo balancear su palio bajo los arcos de la parroquia, dejando una estela de olor a incienso mezclado con el azahar que los naranjos de la plaza despiden generosamente en esas mañanas primaverales de Guadalcanal que embriagan con un poderoso aroma las almas de cuantos tienen la oportunidad de vivir esos momentos.
Con el cansancio de tremendo madrugón encima, el cristo de las Aguas acompañado de la Dolorosa sale de la Concepción, mientras un radiante sol ilumina a un nutrido publico que ve como lo nazarenos blanco y rojos desfilan por las calles de Guadalcanal. Dejándose oír los tambores de los alabarderos comandados por “El Laso” y presididos por un elegante centurión que luce casco, coraza y espada, llenando de luz y color las calles de un pueblo que se vuelca con todas sus cofradías, al mismo tiempo que disfruta de la espectacularidad del vello paso de la dolorosa por los jardines de ”El Palacio” para dirigirse ya bien entrada la tarde a su templo, en donde quedaran las imágenes mientras los alabarderos a paso ligero y haciendo sonar sus cornetas y tambores se dirigen a la casa de la hermandad para hacer entrega de su atuendo al hermano mayor.
Luego el personal llena los bares porque también Guadalcanal huele a pescaito frito y marisco en estos días y aunque muchos respetan el ayuno debido somos muchos los que no estamos dispuestos a dejar pasar una buena ración de gambas mientras conversamos con los amigos los acontecimientos del día recostados en la barra de “El botero” el Chato” o “la Puntilla” antes de volver a nuestras casas en donde seguramente comeremos huevos rellenos.
Una buena siesta y al caer la tarde Guadalcanal entera se viste para ir de entierro. Todos con nuestras mejores galas acudimos a la plaza par ver salir a la hermandad del Santo entierro y María Santísima de la Soledad, en donde las autoridades presiden el sepelio de aquel que murió por la paz del mundo. De un mundo que transcurrido veintiún siglos no ha sido aún capaz de captar el mensaje de aquel que ahora se pasea por los Mesones de cuerpo presente, recordándonos que esta tierra en la que vivimos está mas o menos como en los tiempos del Cesar romano al que ahora representan los alabarderos vestidos de riguroso negro y que hacen sonar sus tambores y cornetas con extraordinaria belleza a pesar del luto que en esta estación de penitencia se representa.
Subiendo por la alcalaína calle de los Libreros, hago memoria de las cofradías complutenses y tengo que reconocer que todas ellas son extraordinarias. Cabe destacar la del “Cristo de Medinaceli” o la del de “los Doctrinos” autenticas obras del arte imaginero castellano. También la Soledad coronada (cofradía representativa de los muchos andaluces que vivimos en esta ciudad) el Cristo de “Las Peñas” o el de la “esperanza y el trabajo”y tantos otros que de alguna forma se han arraigado a los que de distintos puntos de España hemos hecho de Alcalá de Henares nuestra nueva tierra pero para este que aquí escribe la semana santa de Guadalcanal será siempre el referente de la raíz de quien nació en este pueblo en el que por muchos años que pasen nunca olvidará esas primaveras cuajadas de olor a azahar, a cal blanca a cera de cirios encendidos y a gañotes empapados en miel serrana. (sic)

Manuel Barbancho Veloso
Alcalá de Henares

miércoles, 6 de abril de 2011

INDIANOS DE GUADALCANAL 8/9

RASGOS SOCIOECONOMICOS DE LOS EMIGRANTES A INDIAS.
INDIANOS DE GUADALCANAL
SUS ACTIVIDADES EN AMERICA Y SUS LEGADOS A LA METROPOLI, SIGLO XVII.

FICHAS BIOGRAFICAS DE EMIGRANTES (4ª PARTE)

(11) JERÓNIMO DE ORTEGA FUENTES.- (A.A.S., Capellanías, 862-9).Testaba en. Panamá en 1600 cuando se preparaba para hacer el viaje de regreso a España, que sin duda quedó truncado por su muerte. Pocos datos conocemos de él salvo su filiación e institución de una capellanía.
Era hijo del bachiller Juan de la Fuente y de Leonor Suárez de Ortega (apellido éste de varios mercaderes indianos del pueblo), muertos ambos antes de 1600.
Instituyó una capellanía con 2.000 ducados de Castilla, en la sepultura de su padre, haciéndose a su costa un altar y unas puertas para dicha capilla de la iglesia mayor, además de ordenar un número determinado de misas en distintas festividades.
El primer capellán, nombrado por Ortega, sería Jerónimo de Ortega, su sobrino, hijo de su hermana Guiomar Suárez, y tras él Lope Hernández (hijo de ésta también) o el pariente más cercano. El patrono sería un hijo de Guiomar Suárez cuando alcanzara la mayoría de edad y mientras el presbítero Luis de Ortega, primo del fundador, como hijo de Diego Ramos de Ortega (hermano de doña Leonor Suárez, antes mencionada). En caso de haber algún impedimento para la capellanía, los bienes destinados a las misas de ella serían para otra hermana de Ortega: Francisca Rodríguez.
(12) BEATRIZ DEL CASTILLO (A.G.I., Contratación, 351 B). Otros bienes de los llegados a Guadalcanal destinados para misas fueron 203 pesos de la herencia de Beatriz del Castillo. Hija de Pedro Méndez y María Riañes, ambos naturales del pueblo y ya difuntos en 1619, parece pasó a Indias con su marido Alonso González Sancha individuo sin duda también de la misma naturaleza. En 1555 había pasado desde Guadalcanal a Nueva España otro vecino: Juan González de Sancha, tal vez pariente del anterior.
Beatriz del Castillo testaba en 1619 en la ciudad de Lerma, en el valle de Salta (Tucumán), ante su confesor fr. Juan de Zafra, el bachiller Juan de Rivera Valdés, su nieto Alonso de Tapia y Francisco López, dejando como albaceas al capitán D. Lorenzo de Céspedes y Toms de Pinedo y Montoya, ambos vecinos de Lerma. Al no saber firmar lo hizo uno de los testigos en su nombre.
De sus bienes destinaba el producto de 600 ovejas de su propiedad que había enviado al Perú con Pedro Fernández Pedroso, para mandarlo a Guadalcanal para decir misas en sufragio de su alma, la de su marido y padres. En 1622 llegaron 203 pesos a la Casa de la Contratación, que fueron reclamados por el licenciado Diego Fernández de la Barba, cura de Santa Ana de Triana, en nombre de Francisco Muñoz del Castillo, colector de la iglesia de Santa María de Guadalcanal.
(13) ALONSO LÓPEZ DE LA TORRE (A.A.S., Capellanías, 856-3). Tanto éste como Diego Ramos, el Rico, que le sigue, son indianos del siglo XVI, si bien los consignamos ahora como prototipo de tales en Guadalcanal y por estar en vigencia sus mandas y legados en el XVII.
Alonso López de la Torre era hijo de Juan López de la Castellana y de Mayor Rodríguez, ambos vecinos de Guadalcanal, que además de al susodicho procrearon a Francisco Núñez de la Torre, Juana López y a Teresa García. En 1527 su tío (debe ser paterno) García Núñez de la
Torre dejaba el pueblo y se establecía en la Nueva España siendo así uno de los primeros colonos del virreinato. Tuvo fortuna como minero explotando minas en Zumpango (donde se encontraba en 1535), en Escavango y más tarde en Taxco, donde explotaba una hacienda de minas con casas, ingenios, esclavos y las herramientas pertinentes, además de contar con otros bienes. Este pionero de la explotación minera mexicana sin duda fue ejemplo para muchos que le siguieron y sobre todo estímulo para otros de sus paisanos, siendo los más inmediatos, por parentesco, sus propios sobrinos Alonso López y Francisco Núñez.
García Núñez de la Torre, rico y próspero, parece no tuvo descendencia de su enlace con Francisca Cherinos, por lo que sin duda reclamó a sus sobrinos para que le ayudaran en sus negocios y finalmente hacerles partícipes de su fortuna, dejándolos como herederos. Fue sin duda la causa primordial y determinante de la emigración de ambos y de su establecimiento en Taxco.
Alonso López de la Torre y su hermano, como copropietarios, explotaron las minas de su tío y al testar el primero dejaba al otro el tercio de sus bienes una vez cumplidas las mandas de su testamento; su universal heredera sería su madre, aún viva, y en caso de su fallecimiento el susodicho Francisco Núñez de la Torre.
Avecindado en Taxco pero residiendo en México durante una enfermedad que le movió a testar, ordenaba su entierro en el monasterio de San Agustín de la capital. Fue pródigo en mandas para misas y obras pías: para las cofradías del Santísimo Sacramento y de Nuestra Señora del Rosario de México; a San Juan de Letrán; a los pobres de los hospitales de Nuestra Señora, de las Bubas y el Real de indios; a las mandas forzosas; a las iglesias de Nuestra Señora de la Concepción y de la Veracruz de Taxco; 300 misas en México y Taxco; 600 en Santa Ana de Guadalcanal (a las que destinaba 100 pesos de oro). Además mandó fundar, con 1.500 pesos de oro común de sus bienes, una capellanía en la iglesia de Santa Ana de su villa natal, donde había fundado otra anteriormente su tío y la mujer de éste. Las misas de la misma debían celebrarse en un arco que mandaba construir junto al altar de San Cristóbal, destinando 50 ducados para conseguir licencia para erigirlo más 150 ducados para su construcción y limosna. Nombraba patrón de ella a su hermano Francisco Núñez y capellán a su sobrino Juan López (hijo de su hermana Juana López y de Ruy González de Otero); mientras que éste llegaba a la edad suficiente para gozar la capellanía el patrón nombraría capellán.
Además legaba 200 pesos de oro común a su hermana Juana López; 100 a su hermana Teresa García; 50 ducados de Castilla a su primo Juan Jiménez para ayudar a casar a la hija mayor que tuviere; a Juana López, moza que él había casado, 100 pesos de oro y otros 100 al hermano de ésta, Alonso. Junto a estas mandas de Guadalcanal recordaba a la viuda María de Lasarte (¿), vecina de Taxco, por sus buenos servicios y para ayudar a casar a su hija. A su hermano, como queda dicho, le dejaba el tercio de sus bienes, descontadas mandas, y como universal heredera a su madre.
En la primera mitad del siglo XVIII los bienes de la capellanía estaban compuestos por unos 232.400 maravedises de principal a censo, más unas 40 fanegas de trigo en sembradura en el sitio del Molinillo, 25 de las cuales estaban desmontadas y eran regables, sembrándose lino y “fraijanes”.
(14) DIEGO RAMOS. "El Rico".- (A.G.I., Contratación, 202-10 y 203-12) (A.A.S., Capellanías 858-5 y 859-6). Como el anterior es un típico indiano del XVI al que consignamos por la vigencia de sus mandas en el XVII y como prototipo. Su calificativo o mote en el pueblo de Diego Ramos, el Rico, demuestra, una vez más, el impacto causado por su fortuna en el Nuevo Mundo, impacto decisivo para animar a otros de sus paisanos y familias (que fue estos bastantes) para seguir sus pasos en Indias. –ron de Era hijo de Diego Ramos, el Viejo, y de Elvira Rodríguez de León.
No sabemos la fecha de su pase a Indias, salvo que testó en 1556 en México donde estaba avecindado; allí debió morir y ser enterrado en el convento de San Agustín, como su paisano López de la Torre, ya que en él contaba con una capellanía. Otra mandó fundar en Guadalcanal con 3.000 ducados de sus bienes y para misas por su alma y los de su linaje, además de ordenar que con este dinero se comprara también una carnicería que había junto a la iglesia de San Sebastián “y se quite de tal negocio por la reverencia que se debe tener”.
Destinaba otros 1.000 ducados para construir una capilla con arco y una reja de hierro, un altar de piedra labrada, con sus gradas, con un retablo mediano pintado con un crucifijo, Nuestra Señora y San Juan, debiendo poner un letrero en la reja donde constara el nombre del fundador de la capilla. En ella podrían ser enterrados los miembros de su linaje que quisieran. Contaría con una pila de piedra para el agua bendita.
Como patrón de la capellanía nombraba a su hermano Rodrigo Ramos y tras él su hijo; en segundo lugar, a falta de los anteriores, a su sobrino García Ramos, hijo de su hermano de igual nombre y ya difunto al testar Diego, y en tercer lugar al pariente más cercano, además del guardián del convento de San Francisco de Guadalcanal; debía contar con dos capellanes, uno de ellos del mismo linaje que el fundador. En 1602 era capellán Rodrigo de Bonilla Gálvez, deudo de Diego Ramos.
Su hermano Rodrigo pasó a Nueva España en 1558 con una licencia de estancia de tres años, sin duda para hacerse cargo de la herencia de su hermano; D. José Maldonado Cabrera, cuarto nieto de Rodrigo Ramos, disfrutaría como capellán la fundación de su antepasado ya en el siglo XVIII. En esta centuria los bienes de la misma estaban constituidos por dos casas de morada en Guadalcanal y siete escrituras a censo impuestos sobre un molino de aceite, viñas, casas y olivares de Cazalla, Villafranca y el mismo pueblo.

JAVIER ORTIZ DE LA TABLA DUCASSE
Actas de las I Jornadas de Andalucía y América. Huelva, 1981

sábado, 2 de abril de 2011

EL VINO DE GUADALCANAL EN LA LITERATURA 5

LA MEDICINA ESPAÑOLA CONTENIDA EN PROVERVIOS VULGARES DE NUESTRA LENGUA

IVÁN SORAPÁN DE RIEROS
Médico. Logrosán (CÁCERES) 1572-1638.

Iván de Sorapan Rieros uno tiene el total convencimiento de que su autor es lo que el tiempo ha dado en llamar divulgador que abordó la medicina de su tiempo.
En efecto, Sorapán no pretende hacer ninguna aportación al conocimiento de la época; toda la obra de este preclaro Extremeño, medicina Española, contenida en proverbios vulgares de nuestra lengua, es un ir y venir de personajes paradigmáticos.
Nace en 1572 en Logrosán. Sabemos que estudia, o mejor, perfecciona sus conocimientos médicos de Guadalupe lo que debe suponerle una magnífica formación. Los Hospitales del Monasterio eran un excelente punto de reunión de la enseñanza teórica y práctica donde acuden los mejores médicos de la época.
Murió en el pueblo que le viera nacer, probablemente, en Noviembre de 1638.
Su cultura científica no es exclusivamente médica: en la medicina española afloran aspectos variados de filosofía e historia natural y, como corresponde a un hombre con una formación extraordinaria.
El extremeño Iván de Sorapán de Rieros es autor de una sola obra: Medicina española contenida en proverbios vulgares de nuestra lengua. En ella, desde personajes significativos de la historia de la ciencia y de la cultura, intenta explicar la razón científica de los refranes. Convencido de que esta obra no ha sido valorada en su justa medida y de que Sorapán no pretende hacer ninguna aportación al conocimiento de la época, considero que el extremeño es lo que el tiempo ha dado en llamar divulgador científico.
En esta obra se refiere en repetidas ocasiones a Extremadura. Cuando aborda los lugares más sanos y convenientes de España para la salud nos dice: “Pero habiendo de seguir la razón, que esta es la que fuerza el entendimiento al conocimiento de la verdad, nos ha parecido que es Extremadura la región que debe ser elegida entre las demás como más útil y conveniente para vivir vida sana y larga.”
La historia le recuerda por una obra editada por primera vez en 1616 “Compvesta por el Doctor Ivan Sorapan de Rieros, Medico y Familiar del Santo Officio de la Inquisicion de Llerena y Granada y de su Real Chancillería. Con privilegio e sensaté”. (Sic), pues ejerció como médico del tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Llerena y Granada y de su Real Chancillería, sobresaliendo por su gran competencia y alta honorabilidad, a los vaivenes políticos y eclesiastico de aquella época tan convulsa de principios del siglo XVII.
Iván Sorapán de Rieros fue un auténtico divulgador de todas las facetas del saber, médicas, históricas, geográficas… sin excluir otros ámbitos del conocimiento humano; la obra de Sorapán se centra en la salud; fue un digno representante en su época de la medicina preventiva y, en un plano más pedagógico, la educación para la salud.
Se caracterizó por utilizar los refranes como punto de partida para divulgar sus conocimientos sobre la salud.
En los archivos municipales de Llerena hay constancia de su prestigio y buen hacer en varias ocasiones, porque al dejar su oficio, el cabildo le hace sucesivos requerimientos para que vuelva a ejercer en ella debido a la falta de médicos para atender a los hospitales llerenenses.

Reproducimos dos pasajes de este libro de proverbios a modo de refranes en los que se cita Guadalcanal, que Fue publicada en Granada en el año 1616, en la imprenta de Martín Fernández Zambrano.
En el año 1979 se publicó por la desaparecida Institución Cultural Pedro de Valencia una edición facsímil.



Pág. 391
...Despues del oro, es la plata el mas precioso metal. Por lo qual el pecho de la estatua de Nabucodonosor era de plata. Hallase la plata casi en todas las prouincias del mundo. Pero si se á de dar crédito á Plinio, y á Estrabon, España es la mas abundante región de fina plata, de todas las que los antiguos conocieron, Lo qual confirmó bien en nuestros tiempos la riquisinia mina é de su vino de Guadalcanal. Las antiguos fueron de opinion (como refiere Rodigino) que debajo de España no esta el infierno, sino Pluto, dios de riquezas é Baco dios de vino. (Sic).

Pág. 449
...No solo la panadera Ceres publica la templanza y fertilidad desta tierra, mas tambien su amigo Baco significa con el dulce licor del vino, que ni Fibadauia, ciudad Real, Cazalla ni Torreximeno exceden a lo de Guadalcanal, Robledillo, de Fregenal, y Logrosan lugares de Estremadura. (Sic).

Fuentes.- Archivos Diputación de Badajoz, Fundación Soropán de Rieros, Libro de oro de la medicina española del soglo XVII.

Rafael Candelario Repisa