By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 23 de agosto de 2014

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 26

La puesta en pie de una empresa minera real de Guadalcanal 6
 
El personal administrativo: hiperdesarrollo y poca eficiencia (segunda parte)

Los empleos de tesorero 36 y contador 37 estaban equiparados en el escalafón y gozaban de salario igual entre ellos;, al primero correspondía el deposito y el manejo de los recursos líquidos de la explotación y el segundo era el responsable de la tenencia y puesta al día de todos los libros de contabilidad y ejercía como una especie de censor de cuentas. El volumen de gastos de la mina y la complicación de la contabilidad de la época, que obligaba a llevar al mismo tiempo un número elevado de libros contables 38 hacia de estos dos oficios cargos de gran responsabilidad, por lo que se les dotaba de un personal at liar a su servicio, los oficiales de contaduría y tesorería, generalmente no mas de i persona por cada uno de los cargos 39
Mientras que veedor, tesorero y contador, los denominados “oficiales de Guadalcanal” eran cargos provistos por nombramiento reservado al Consejo, el resto de los oficiales administrativos y auxiliares no productivos eran nombrados por el administrador y, tras la desaparición de este cargo, por los tres oficiales. Las funciones de estos solo genéricamente estaban delimitadas. Mas bien se tendía, según las instrucciones, a que ejerciese una especie de responsabilidad compartida, de forma que la mayor parte de sus decisiones tenían que ser tomadas por los tres. La instrucción que se da para ellos en 1563, cuando no está provisto el cargo de administrador de la mina, indica:
“Que las libranzas que se dieren se firmen de todos tres oficiales de Su Magd. labor de los pozos y destajos que se dieren se haga con parecer de todos ellos. Todo lo que se obiere de conprar y prober para esta fabrica sea con pares dellos. Las personas que se han de curar por el medico desta fabrica y a quien se han de dar medicinas de la botica sea con cedula dellos. Las cosas que fue menester para el beneficio y labor destas minas que da el mayordomo, las de parescer de todos tres o de uno dellos y que el tomar la quenta dellas de tres a tres días sea por todos tres y ante escrivano. La orden que han de tener guardas en guardar y hazer sus quartos y lo demas que se les ordenare sea todos ellos. Lo que se probeyere y obiere de ordenar para la labor de las mi de Cazalla, Aracena y para las demás sea por todos ellos. En efecto, todo lo fuere nescesario para el buen gobierno de las minas y de otras para labor y beneficio dellas se probea y se haga por orden de todos ellos. Que aya un libro donde se asiente todo lo que se acordare que se debe de hazer y para tratar de uso dicho se junten dos o tres vezes .a la semana y aquello que se acordare y .enare se ponga por escripto para que sepa y entienda lo que de lo suso dicho haze” 40.
Evidentemente, la necesidad de poner de acuerdo a los tres, especialmente cuando entre ellos se producen problemas de precedencia o diferencias de formación “técnica o administrativa” eran una nueva fuente de problemas con reflejo en la producción. Desde los órganos centrales de la Hacienda se les conmina frecuentemente a que mantengan entre ellos buena armonía:
En todo lo tocante a la buena administraci6n desas minas, porneis el cuidado y igencia que conviene, como de vosotros se confia, procurando de no tener pasión ni diferencia los unos con los otros, sino toda conformidad y buena correspondencia para que se haga mejor lo que toca al servicio de S.M”.,41
Pero los buenos deseos del Consejo y los Contadores se ven desmentidos por las informaciones llegan desde la mina, que indican todo lo contrario y sugieren que la autoridad se defina mas, convirtiéndose nuevamente en unipersona como lo había sido el cese del administrador:
“es necesario que para un negocio tan principal como es este de minas venga persona de calidad, porque cometiéndolo a los oficiales destas minas seria no hazer nada, porque como no están bien unos con otros, ansi no se conformaran en nada, pues cometido el uno dellos no faltaran contradicciones de los otros, en manera que no se hará nada»" 42.
A estas querellas entre los propios cargos administrativos se unía la que enfrentaba a estos con el juez de minas, pues, al igual que en el caso anterior, las competencias entre unos y otros no estaban en absoluto deslindadas. Los resultados de tanta desavenencia muy gráficamente D. Francisco de Mendoza en carta confidencial a su tío D. Bernardino de Mendoza:
“Yo fui a Guadalcanal, como escribí a V.S. por mandato de Su Alteza la senerísima Princesa porque la fabrica de las minas andaba desbaratada y porque el juez y el administrador andaban con grandes diferencias y pasiones" 43
 
36
El cargo de tesorero, creado a fines de 1556, es desempeñado desde el momento de su creación por Pedro de Andújar, quien inmediatamente solicitaba aumento de salario a causa del mucho trabajo que, según él, comportaba su comisión; cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 31, fol. 58, carta de Pedro de Andújar al Rey de 15 de marzo de 1557 y fol. 59, idem de 23 de diciembre de 1557.
En 1558 se nombra a Francisco Ruiz de Anuncibay para sucederle; desempeña el cargo hasta 1565, en por fallecimiento es sucedido por su hijo Jerónimo de Anuncibay con el mismo salario. Sirvió hasta el 1 de Enero de 1577 en que a su vez falleció. Cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 54, fol. 249 y Leg 66 fol. 24 y GONZALEZ, T.: Noticia histórica... minas de Guadalcanal, vol. I, p. 536, vol. II, p. 169.
37 El cargo de contador, al igual que el de tesorero creado a comienzos de 1557, fue desempeñado por Gaspar de Avila desde el 9 de enero de 1557 hasta el 1 de julio de 1559 en que falleció y fue sustituido de porma provisional por el juez de minas, licenciado Alfaro, a quien reemplaza en 1559 Martín López de s, are me contador hasta el momento en que el cargo fue suprimido; cfr. A.G.S. Contadurías Generales Leg.3.072 s.f. titulo de contador de las minas de Gaspar de Ávila. A.G.S. Estado, Leg.° 121 fol. III AGS Estado, Leg.° 515, fols. 112 a 123. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 34, fol. 31 solicitado de baja por enfermedad de Gaspar de Ávila, Leg. 28, fol. 173; Leg.° 36, fol. 146; Leg.° Leg 38 fol. 149, Leg. 41 fol. 22 A.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg.° 1, fol. 2. GONZALEZ, T.: Noticias históricas…minas de Guadalcanal, vol. II, p. 57.
38 En 1557, Gaspar de Ávila escribía a la Contaduría y le daba noticia de su forma de llevar la contabilidad de la mina:
“Tengo un libro en que se haze cargo al depositario del plomo pobre y almártaga que se trae de Sevilla y otras partes cargando a cada suerte de minas lo que le toca y se le descarga como la ua dando.
Tengo otro libro en que se le haze cargo al dicho depositario de las planchas de plomo plata que procede de las fundiciones de cada mina aparte, marcadas con la marca real como es costunbre y en este libro se le pone por datta al dicho depositario las planchas de plomo plata que da a los afinadores de cada parte por si.
Tengo otro libro en que se le haze cargo al depositario de la plata fina que proceda de afinaciones de cada hallador por sí y en este libro se pone por data al dicho depositario la plata que se enbia a Sevilla a hazer moneda.
Tengo otro libro en que se haze cargo al depositario y pagador del dinero que rrescibe se enbia de Sevilla para los gastos desta fábrica y en este libro se asientan las libranzas, nominas y todos los géneros de gastos que se libran en el dicho pagador declarando lo que a cada hallador en lo que se puede aver declaración.
Tengo otro libro con los depositarios de Sevilla en que se asienta la plata que se le enbia de aquí y se les haze cargo del dinero que della procede de cada suerte de minas por si que orden que hasta agora se a tenido y en este libro se les asienta por datta al dinero que dan los gastos desta fabrica y asi se les asentará lo que por mandado V.M. a ellos se librare.
Tengo otro libro en que se haze cargo al mayordomo en cuyo poder entra lo que se compra por junto para seruicio desta fabrica y el descargo se lo va firmando el administrador como persona que se lo manda dar para la labor de la dicha fábrica y esto se lo va firmando como está mandado por un capitulo de una carga de V.M. que se escriuio al contador Agustín de Zárate y desto no puede auer todo quenta de lo que se gasta en cada suerte de minas.
Cfr. A,G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 31, fol. 54.
Junto a ellos existían el libro del administrador, el del escribano y el del depositario, todos los que debían ser revisados diariamente por el contador. El volumen era tal que cuando fallecio el contador Martín López de Yeribar, lego a su heredero, su hijo Martín de Yeribar, un total de 137 libro contabilidad. Cfr. A.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg.° 1. fol. 10. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 31, fol. 57, fol. 58. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 265, s.f. inventario de los libros que dejó al morir el contador M.L. de Yeribar”.
39 Cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 51, fol. 21.
40 Cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 48, fol. 63, lo que conviene que se haga en esas minas de Guadalcanal.
41 Cfr. A.G.S Contadurías Generales, Leg.° 851, s.f., carta de los contadores a los oficiales de 8 de abril de 1564.
42 A.G.S Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 66, fol. 46.
43 A.G.S. Estado, Leg.° 124, fol. 52. Sobre conflictos entre los administrativos y el juez de minas, cfr. .S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg .° 31, fols. 51-53-55-56-58-74-337; Leg .° 32, fols. 102 GONZALEZ, T.: Noticia histórica... minas de Guadalcanal, vol. I, p. 368.


De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez
 

miércoles, 20 de agosto de 2014

La Almona de Guadalcanal 5/5

CASAS TERCIAS O DE BASTIMENTO DE LA ORDEN DE SANTIAGO EN ANDALUCÍA

Quinta Parte

A dichas supuestas hojas de higuera, hay que unir otras noticias alusivas a la relación de Suárez de Figueroa con Guadalcanal. La primera procede de un texto del siglo XV, escrito por los comendadores Pedro de Orozco y Juan de la Parra, quienes al tratar sobre dicho maestre destacaron muchísimo su muy relevante actividad constructiva, citando numerosas obras y, entre ellas, las hechas en Guadalcanal: 
“De su condiçion natural fue muy grand edificador, que nunca en quanto bivió, çeso de labrar, i edificar muy grandes, i magnificas obras, de grandes edifiçios, i muy provechosos, en que fizo grandes gastos, i costas. Espeçialmente labró mucho en la fortaleza de Montiel, en la torre prinçipal della, e en la de Montizon, e fizo la torre de Ocaña, i las casas prinçipales de aposentamiento de la dicha villa, i fizo de nuevo la casa de Aranjuez, i la fortaleza de Alhanbra, i reparó muchas fortalezas de la frontera del Reyno de Murcia, i acrecentó mucho en la fortaleza, i convento de Uclés, i en las torres, i adarves della, i fizo el monasterio de Santiago del Espada en Sevilla, donde se mando sepultar, e la casa, i almazen que la dicha orden tiene en dicha cibdat, junto al dicho monasterio, que compro para ella. I labró, i fizo de nuevo la torre de Estepa, i las casas, i bastimentos de Llerena, i de Guadalcanal, i de la Fuente del Maestre, i las de la dicha villa de Ocaña, i del Corral de Almaguer, i de Villarrubia, i de Santa Cruz, e otras casas, i bastimentos de otros muchos lugares que oy dia paresçen, i otras estan caydas, i perdidas del tienpo que la dicha orden estovo en las administraçiones, i guerras pasadas, de los señores ynfante don Enrrique, i maestre don Alvaro de Luna, asy mesmo mandó facer grand parte de las çercas, i torres, i adarves de Xerez çerca de Badajoz, i de la Fuente del Maestre, de cal, i piedra, que falló caydas, i maltratadas; i apenas quedo lugar prinçipal en la orden en que no labrase poco, o mucho, e en todas estas obras e edifiçios que el fizo, o en las mas dellas, paresçen oy dia los escudos de sus armas, en memoria de las él aver mandado fazer, i reparar, fueron puestas por las dichas torres, i adarves, i edifiçios. E mando reparar i rehedificar en la dicha orden, muchas Yglesias, i las capillas dellas, en las quales dió, i puso muchos buenos orrnamentos con que se servian, e en algunas dellas, fueron puestas por su mandado, algunas ymagenes de alabastro, que oy dia paresçen. Tanto fué el estudio, i cuydado que en esto tovo, que en sus tienpos, desde buen maestre, reçebio la orden mas benefiçio, i acresçentamiento en sus Yglesias, i fortalezas, i villas, i edifiçios, i casas, que en todos los otros pasados, desde su fundaçion. 
Que es çierto él solo aver mas labrado, i reparado en ella, que todos los anteçesores suyos, y los que despues dél subçedieron en la dignidat maestral, fasta el tienpo presente” (40)
Con dicho currículum arquitectónico reiteramos que no es fácilmente descartable su intervención en el bastimento de Guadalcanal, localidad citada expresamente en el texto. 
Además hay una segunda noticia, proporcionada en este caso por Aurora Ruiz Mateos: en 1406 Gonzalo Domínguez vende a Lorenzo Suárez de Figueroa “unas casas con su corral que tiene por linderos los palaçios de la Orden et de las dos partes las calles Públicas” (41). Esta noticia también la recoge en su historia de Guadalcanal Andrés Mirón, añadiendo que dichas casas sirvieron para ampliar el palacio de los comendadores (42). Quizás fuera ésta la obra a la que se refiere el texto antes citado porque, según la referida autora, el palacio disponía de zonas de servicios (“bodegas, bastimentos, caballerizas, etc.”). Pero también nos inclinamos a pensar que pudo reparar e incluso mejorar el bastimento de la mesa maestral y que quizás a él se deba la aludida portada de piedra que, además, sobresale ligeramente sobre el muro de fachada y cuenta con la referida inscripción que, como ya ha sido indicado, está un poco rehundida. Cabe añadir que en el interior de dicha entrada se vislumbran marcas que parecen de canteros. Aunque somos conscientes de que a pocas conclusiones se ha llegado hasta ahora analizando dichos motivos, éstas de Guadalcanal, de ser auténticas, tienen formas similares a las que aparecen en otras obras del maestre, como en el ya citado monasterio Santiago de la Espada (43). Signos semejantes también pueden apreciarse en el paño de sillería vista que forma la esquina noroeste de la fachada principal. 
Pero continuemos un poco más con la historia del edificio. Como hemos referido, la encomienda se mantuvo hasta el siglo XIX. No obstante, conviene apuntar una peculiaridad de la misma que ha sido destacada por M. Maldonado Fernández y que afecta al edificio que estudiamos. En 1540 Carlos V vendió la mitad de los derechos de la encomienda y todas las rentas que la mesa maestral poseía en Guadalcanal al Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla, aunque sin llegar a separar a aquélla de la orden (44). Pues bien, en dicha venta, como consta en diversos documentos generados por la misma (tasación, toma de posesión o testimonio notarial impreso en 1612 sobre los títulos de propiedad del hospital en Guadalcanal), el hospital se quedó con la mitad de los diezmos, la escribanía pública, la renta del jabón, “la mitad de la casa, y lagares, y vigas de pisar uva”, que estaban en la calle de San Bartolomé, y con “el bastimento de pan, y vino con sus tinajas”, del que se vuelve a especificar que estaba en la plaza pública (45). 
El edificio pasó así a manos del hospital, en las que seguía en 1715. 
Del 30 de enero de dicho año data un edicto por el que sus administradores sacaron a subasta el arrendamiento de las rentas de Guadalcanal, en el que consta la propiedad “de las casas donde se solía encerrar el vino perteneciente a la mesa maestral, y la casa donde se solía encerrar el diezmo del pan, que es sobre la dicha casa en la plaza pública” (46). Así que fue el hospital el encargado de su mantenimiento y gestión, posiblemente hasta la desamortización. En las cuentas de 1745, por ejemplo, consta el pago de unas obras hechas en la “Armona”. Fue el albañil Juan Álvarez el encargado de “componer los tejados y graneros” del Hospital de la Sangre, cuyo recibo de 24 reales aparece fechado el 3 de agosto de 1736 (47). 
Lámina 15 (M. Gracia Gómez)

Almona, según la Real Academia Española, puede significar “casa, fábrica o almacén público” y también, en Andalucía, jabonería. Tampoco descartamos que quizás el edificio, o parte de él, se pudo utilizar como tal jabonería en algún momento, máxime teniendo en cuenta lo ya dicho sobre las rentas con las que se quedó el Hospital de las Cinco Llagas tras la compra de 44 M. parte de los beneficios de la encomienda. 
Para el presente trabajo hemos realizado un levantamiento aproximado del estado actual del edificio, basado en la planimetría realizada por José Esteve (publicada por José Hernández Díaz, Antonio Sancho Corbacho y Francisco Collantes de Terán en su ya citado catálogo) y en algunas cotas que se pudieron tomar in situ (lám.15). En él se plasman las divisiones interiores con que hoy cuenta la construcción y los huecos que se han podido confirmar en la mitad derecha del edificio. En la representación de la mitad izquierda de la planta alta (hoy inaccesible), los vanos se han dibujado igual que en los aludidos dibujos, aunque añadiendo alguno que se divisa desde el exterior.
Lámina 16 (fot. M. Gracia Gómez)
Hoy en día La Almona pertenece a diversos propietarios. La mitad izquierda del edificio, mirando su puerta de frente, está en un penoso estado de ruina. De ella pudimos visitar (y con cierto riesgo) la planta baja, pero no la alta, dado que la cubierta superior y el piso intermedio presentan derrumbes muy importantes, por lo que su acceso está tapiado (lám. 16). La parte de la derecha de la fábrica alberga, en planta baja, un bar-restaurante bien acondicionado, mientras que el piso superior sirve de almacén y hasta hace poco guardaba, según nos informaron, materiales de construcción (láms. 17 y 11). En definitiva, el edificio está dividido aproximadamente por la mitad, “compartiendo” los propietarios un zaguán de entrada a la planta superior, habilitado tras la entrada gótica y que ocupa tan sólo la primera crujía. La rampa ha sido parcialmente modificada, en su parte inferior, en la que cuenta hoy con un grupo de escalones que parece de reciente factura. 
Lámina 17 (fot. M. Valle  Gómez)

El acondicionamiento de parte del inmueble para un negocio de restauración ha sido una buena opción (48), pues al menos permite contemplar casi completa esa media nave baja, de sugerente estética. Ahora bien, la visión y lectura de La Almona como un elemento unitario hoy no es posible. 

40 Pedro de OROZCO y Juan de la PARRA, Primera historia de la Orden de Santiago, Institución “Diego de Valencia” de la Excma. Diputación Provincial, Badajoz, 1978, pp. 383-385. Se trata de un manuscrito del siglo XV, de la Real Academia de la Historia, publicado con introducción, transcripción, notas y apéndice del Marqués de Siete Iglesias y prólogo de Diego Angulo. La letra negrita es nuestra. 
41 A. RUIZ MATEOS, Arquitectura civil… ob. cit., p. 91. 
42 A. MIRÓN, Historia de Guadalcanal, ob. cit., p. 68. 
43 Sobre las marcas de este edificio véase María del Valle GÓMEZ DE TERREROS GUARDIOLA, “Arquitectura y órdenes militares en Sevilla: intervenciones en los conventos de San Benito de Calatrava y Santiago de la Espada”, Temas de Estética y Arte, núm. XIX (2005), pp. 123-167. 
MALDONADO FERNÁNDEZ, “La encomienda santiaguista de Guadalcanal”, ob. cit. 
45 Dichos documentos los hemos podido consultar en el Archivo de la Diputación de Sevilla (ADPSE, en adelante), Hospital de las Cinco Llagas, legs. 10 y 12. 
46 ADPSE, Hospital de las Cinco Llagas, leg. 10. 
47 ADPSE, Hospital de las Cinco Llagas, leg. 101. En este archivo se ha hecho simplemente rápida consulta, por lo que es posible que en posteriores investigaciones puedan ampliarse los datos sobre obras de mantenimiento de La Almona. Lo más probable es que el edificio siguiera en manos del hospital, como hemos referido, hasta la desamortización y que después, bien se enajenase, bien pasara a la Junta Provincial de Beneficencia, junto con aquél. 
Lámina 15. La Almona. Levantamiento aproximado del edificio en 2010. Autora M. Gracia Gómez de Terreros Guardiola. 
Lámina 16. La Almona. Detalle del estado de ruina que presenta la zona izquierda de la planta baja (fot. M. Gracia Gómez de Terreros). 
Lámina 17. La Almona. Estado actual de la zona derecha de la planta baja, acondicionada como bar restaurante (fot. M. Valle Gómez de Terreros). 
48 Hemos de señalar que en los arcos de esta zona se pueden apreciar reparaciones de carácter estructural efectuadas no hace muchos años, dado que se percibe la utilización


 Gómez de Terreros Guardiola, María del Valle, Gómez de Terreros Guardiola, Mª Gracia: Publicado en Temas de Estética y Arte XXIV.- REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SANTA ISABEL DE HUNGRÍA

sábado, 16 de agosto de 2014

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 25

La puesta en pie de una empresa minera real de Guadalcanal 5

El personal administrativo: hiperdesarrollo y poca eficiencia(primera parte)

A las ordenes del Consejo y la Contaduría Mayor siempre y de los administradores generales y de la mina cuando estos cargos están provistos, se configura una burocracia administrativa y auxiliar, un conjunto de personas no participantes directamente en la producción, que en algunos momentos suponen un porcentaje muy importante de los efectivos humanos y de las nominas de personal de la empresa real.
El cuadro administrativo se va engrosando entre 1555 y 1560 y este ultimo completamente fijado. A su cabeza figuraban tres oficiales, reflejo de la administración tripartita de la Casa de Contratación de Sevilla: veedor, tesorero y contador las diferencias de salario a favor del primero 34 dejan ver que se trataba de un cargo respecto de los otros dos, lo que explica el que sea el veedor quien de hecho haga funciones de administrador de la mina en el largo periodo en que este cargo no está provisto, a partir de 1563. En realidad se trataba de un cargo cuyas funciones de dirección y con el trabajo de supervisión en relación con las labores de las minas y las fundiciones y con el trabajo de la mano de obra, lo asimilaban al de un ingeniero-director en una explosión minera moderna, por lo que lógicamente hubiera debido ser desempeñado por un técnico. Pero el Consejo de Hacienda, que se había reservado el nombramiento de los tres oficiales, designó para el cargo siempre a un burócrata ligado a la Contaduría, un error que era señalado por Mendoza:
“hera nescesario que fuesse el tal beedor persona que entendiese los alficios que allí se tratauan y que se pudiese quitar si no lo entendiese bien...”
Y del que se resentirá la explotación. Sólo en 1563, tras desempeñar Pablo de Melgosa, antiguo administrador, el cargo de veedor durante unos meses, designa como sucesor con muy buen criterio a un técnico alemán, Rodrigo Lucas, quien lo ejercerá durante varios años, no sin tener que sufrir una enconada oposición y conflictos constantes por parte de los funcionarios de origen administrativo, que consideran vejatorio el hecho de estar subordinados e ingresar un salario menor que un hombre que no procede de la carrera administrativa, extranjero y al que desprecian, conflicto que acabara extendiéndose hasta enfrentar a burócratas y técnicos de la mina en un reflejo de solidaridad corporativa y que resulta de consecuencias muy negativas en la buena marcha de la explota ya que la producción sufre un apreciable descenso. A pesar de todo, con buen criterio, las autoridades de la corte resisten las presiones y mantienen a Lucas en su puesto di años hasta la desaparición del cargo 35.

34 Sobre estos cargos, cfr. nota 3 de este capitulo y A.G.S. Estado, Leg.° 137, fols. 247-248 A.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg .° 14, fol. 5, ordenanzas segundas para las minas de D. Francisco de Mendoza, 4 de octubre de 1556 -vid. también apéndice documental— que especifica exhaustivamente las obligaciones de cada uno de los cargos. La instrucción de 1559 indica en relación con el el veedor:
“El veedor ha de andar sienpre visitando la fabrica y viendo come todos hacen sus oficios y si entran o salen a ella como esta ordenado y a este fin le ordenó (Mendoza) al dicho veedor tenga muy especial cuidado de ver y visitar la dicha fabrica cada día y si las guardas usan su oficios bien fielmente y con el cuidado y diligencia que se requiere y son obligados”:
cfr. A.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg.° 22, s.f., Ordenanzas añadidas por:
D. Francisco de Mendoza el 26 de abril de 1559. Otras informaciones sobre el cargo de veedor y las sucesivas ordenanzas que lo desempeñan en A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 48, fol. 55-57-59-61. A.G. 144, fol. 120. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 31, fol. 56. GONZALEZ, T.: Noticias Históricas…minas de Guadalcanal, vol. I, pp. 272 y 367.
35 En relación con el nombramiento de Rodrigo Lucas y los conflictos que su dirección provoca, cr. A.G.S. Estado, Leg. ° 143, fols. 158 y 167. En el fol. 167, carta de Rodrigo Lucas a D. Francisco de Eraso
“Pablo de Melgosa, veedor destas minas se fue dellas enfermo con ligencia de su Mg. para se yr a curar a Sevilla. Dexome nombrado para que durante su ausencia yo usare su oficio (Melgosa no regresó nunca) y haziendo lo asi con todo quidado como consecuencia el servicio de su Magi. requerf a los oficiales, tesorero, contador y juez, a cuyo cargo está la administraciób de las dichas minas, que atento que se acabaron de fondir quatrocientos y cincuenta quintales de metal procedido de los terrenos que laua y beneficia Cornefio Quinope, alemán mandasen fondir otro montón que esta en la casa de los metales en que auran trecentos quintales de metal, poco mas o menos que se a sacado de los terrenos y relaues que están en esta fábrica y se benefician por su Magd. para que la plata que dello saliese se lleuase junto a Sevilla y como di el dicho requerimiento al escrivano de la fabrica para que se les notificasem ne respondió que no queria hazer, pedile que me lo diese por testimonio y no quiso así que no haze más y los oficiales le ordenan molestandome con requerimientos que los dichos oficiales le dan para perturbarme que no use el oficio de veedor y los que yo le doy que es en beneficio de la hazienda dize que no lo quiere hazer ni los dichos oficiales lo an querido mandar fondir, teniendo más quenta con su particular enteres que con lo que conuiene al seruicio de la hazienda de su Magd. Y anse entendido a tanto que an deszerrajado las arcas de las tres llaues donde esta el dinero del gasto destas minas y donde se pone la plata que de las dichas minas se saca y an hecho otras teniendo yo las dichas llaues como veedor y demas desto veo que seg6n el tratamiento que me hazen es m~s para dar ocasiones que otra cosa y segun he seruido a Su Magd. no merezco que me traten sino como en rraz6n y asta aqui he seido tratado. Soy estrangero y no se andar con requerimientos sino seruir a quien le deuo como ombre de bien y como asta aqui lo he hecho de que Su Magd. podra ser enformado, pues despues que tingo esta uena a cargo, en ella no a auido desgracia ni hondimiento y según agora veo por el recaudo que estos señores me dan no me atreuo a dar buena quenta della. Doy a V.M. esta quenta tan prolixa porque la lengua no me ayuda para mi atrevimiento”.
Cfr. también A.G.S. Estado, Leg.° 146, fol. 199; A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 48, fol. 55 carta de Rodrigo Lucas a Su Magd. de 17 de Noviembre de 1563:
“Y visto que los oficiales tesorero, y contador y el juez a cuyo cargo esta la administraci6n destas minas no hazian aderezar los ornos para fondir el dicho metal, di a Pedro Peis, escrivano de la fabrica un requerimiento para que lo notificase a los dichos oficiales para que el dicho metal mandasen que se fondiese y el dicho escrivano, no haziendo lo que deue a su oficio, sino lo que los dichos oficiales le ordenan, no les quiso notificar el dicho requerimiento ni menos darmelo por testimonio, ni los dichos oficiales an querido mandar que al dicho metal se fondiese y asi queda el dicho metal represado en la casa de los metales, donde no se recibe ningun prouecho ni beneficio”.
Crf. también A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 48, fols. 58-59 y 64. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 47, fol. 41; en el curso de las actuaciones de los oficiales contra Rodrigo Lucas, el jues de minas, claro partidario de aquellos, le encarcela.
A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 48, fol. 61, Pablo de Melgosa justifica su elección en la persona de Rodrigo Lucas afirmando la necesidad de que el oficio lo desempeñe un tecnico y no un burócrata.

De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez
 

miércoles, 13 de agosto de 2014

La Almona de Guadalcanal 4/5

CASAS TERCIAS O DE BASTIMENTO DE LA ORDEN DE SANTIAGO EN ANDALUCÍA

Cuarta Parte

Para ello eran menester piedra, cal, tierra, arena, “troncos”, cuatro mil 32 Ibíd., apéndice documental, t. III, ladrillos y mano de obra. Todo saldría por 12.280 maravedís más. Los mismos albañiles informantes estaban dispuestos a hacer las referidas obras.
En definitiva, los documentos aludidos nos hablan de una casa de dos plantas, independiente del llamado palacio de la encomienda, que estaba en la plaza y a cuya planta alta se subía por una rampa. El edificio, además, necesitaba constantes reparos, lo que viene a indicar que debía de estar hecho desde un tiempo atrás.
Pasemos a plantear cuándo se pudo construir, dado que hay cierta confusión al respecto. De hecho, algunas fuentes datan La Almona en 1307, al parecer por una inscripción que se conserva en el edificio 34. Otras publicaciones la relacionan directamente con Lorenzo Suárez de Figueroa 35, personaje incompatible con dicha cronología, pues su maestrazgo tuvo lugar entre 1387 y 1409 36.
A la derecha del arco apuntado que da acceso a la planta alta, bajo el porche, se encuentra, en efecto, una pequeña lápida con una inscripción de difícil lectura (láms. 12 y 13), que hemos transcrito gracias a la inestimable ayuda de nuestra compañera de Universidad la Dra. Elena E. Rodríguez Díaz.
Lámina 12 (fot. M. Valle Gómez)
Allí se lee lo que sigue:
[...]RA : D[...] : MIL [...]
CC : LXX : E : Q[...]
TRO : ANNOS : FUE [...]
CABADA : ESTA : C[...]
SA : E : MANDOLA : F[...]
ZER : EL : ME : DON : UO : RZ
[...]FONSO : MN : MO37 : ME : FEZ[...]
Hemos completado los vacíos de la siguiente manera:
[E]RA : D[E] : MIL [: C]
CC : LXX : E : Q[UA]
TRO : ANNOS : FUE [A]
CABADA : ESTA : C[A]
SA : E : MANDOLA : F[A]
ZER : EL : M(aestr)E : DON : U(asc)O : R(odrígue)Z
[AL]FONSO : M(ele)N(dez) : M(aestr)O : ME FEZ(it)
Cabe añadir que la última línea igualmente podría completarse como sigue:
[AL]FONSO : M(ele)N(dez) : M(and)O : ME FEZ(it)38.


Lámina 13 (fot. M.Valle Gómez)
En definitiva, la inscripción, si es correcta nuestra transcripción, nos informa de que “esta casa” fue acabada en 1336 (restados los correspondientes 38 años a la fecha escrita, pues responde a la era hispánica) y mandada hacer por don Vasco Rodríguez Coronado, maestre de la orden entre 1327 y 1338.
Un tal Alfonso, cuyo apellido desconocemos (podría ser, por ejemplo, Meléndez), pudo quizás ser el autor de la interesante inscripción o, más bien, quien la mandó hacer, dado que entre 1338 y 1342 consta como maestre de los santiaguistas don Alfonso Meléndez de Guzmán. Creemos que es poco probable que en una inscripción de este tipo aparezca el maestro que efectuó el edificio 39.
Así que, si la inscripción está en su lugar original y no procede de otro sitio (no lo parece porque está ligeramente rehundida y cogida con cal), este bastimento no lo mandó construir Lorenzo Suárez de Figueroa, como apuntan algunos textos, sino un maestre anterior, Vasco Rodríguez. Esta cronología encajaría perfectamente con la dada por Hernández Díaz, Collantes de Terán y Sancho Corbacho.
Lámina 13 (fot. M. Valle Gómez)

A pesar de ello, tampoco descartamos que el relevante maestre Lorenzo Suárez de Figueroa, que gestó el señorío de Feria, dejase su huella en este bastimento de Guadalcanal. De hecho, cuando visitamos el edificio pudimos ver en las impostas del arco de la misma puerta superior unas formas esculpidas en la piedra, muy desgastadas y parcialmente ocultas por antiguos encalados, que quizás podrían ser hojas de higuera (lám. 14), seña heráldica que el referido maestre fue colocando por otras de las edificaciones que impulsó, caso de la magnífica torre del castillo de Estepa o de la iglesia del monasterio de Santiago de la Espada de Sevilla, concebida como su propia capilla funeraria.



34  Véase Antonio GORDÓN BERNABÉ, “La Almona…”, ob. cit.

35 Véase, por ejemplo, Rafael RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Guadalcanal, un pueblo en la memoria, Diputación de Sevilla, 2006, p. 135.

36 Sobre Lorenzo Suárez de Figueroa tratan: Esteban RODRÍGUEZ AMAYA, “Don Lorenzo Suárez de Figueroa. Maestre de Santiago”, Revista de Estudios Extremeños, núms. 1-2 (1950), pp. 241-302; y Fernando MAZO ROMERO, El Condado de Feria (1394-1505). Contribución al estudio del proceso señorializador en Extremadura durante la Baja Edad Media, Institución Cultural Pedro de Valencia, Badajoz, 1980, p. 62 y ss.

37 El estado de conservación de la inscripción impide ver con claridad si la letra volada que se utiliza como abreviatura encima de la M es una “e” o una “o”. Cualquiera de estas dos lecturas sería posible, aunque comparándola con la “e” volada del sexto renglón, más parece una “o”. Lám. 12. La Almona. Puerta de acceso a la planta superior (fot. M. Valle Gómez de Terreros).
Lámina 13. La Almona. Lápida sita a la derecha de la puerta de acceso a la planta alta (fot. M. Valle Gómez de Terreros).
38 La Dra. Rodríguez Díaz ha realizado la siguiente descripción paleográfica: la inscripción está efectuada en una escritura mayúscula gótica de formas redondeadas, esmerada, elegante y con rasgos ornamentales.
Así se aprecia en los remates de letras como la C y la E de la segunda línea, en la B, la A y la E del cuarto renglón y en el propio diseño de la z. Como es habitual en el alfabeto mayúsculo gótico, la escritura combina letras minúsculas (t, n) y mayúsculas bajo las tipificaciones características de la capital y la uncial romanas.
Se abrevian los nombres propios, mediante los sistemas de contracción y las letras sobrepuestas. El epígrafe fue realizado en un taller cualificado.
39 Las fechas de los maestres proceden de Carlos de AYALA MARTÍNEZ, Las órdenes militares hispánicas en la Edad Media (siglos XII-XV), Marcial Pons y Latorre Literaria, Madrid, 2003, p. 850. La profesora Rodríguez Díaz ha contrastado nuestra inscripción con otras similares que figuran en Francisco DIEGO SANTOS, Inscripciones medievales de Asturias, ed. Principado de Asturias, Oviedo, 1993. Aprecia que son pocas las que hacen mención a los autores materiales de las lápidas o las obras, siendo más comunes las que se refieren a sus promotores Lámina 14. La Almona. Detalle de la decoración de las impostas del arco de acceso a la planta alta (fot. M. Valle Gómez de Terreros).


Gómez de Terreros Guardiola, María del Valle, Gómez de Terreros Guardiola, Mª Gracia: Publicado en Temas de Estética y Arte XXIV.- REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SANTA ISABEL DE HUNGRÍA

sábado, 9 de agosto de 2014

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 24


La puesta en pie de una empresa minera real de Guadalcanal 4

El administrador.-
El cargo de administrador se configura como el de mayor importancia de entre los residentes en la propia mina. Sus funciones quedan fijadas por la instrucción de 1556 25 y consisten primordialmente en la vigilancia y supervisión de todo el trabajo de la explotación. Tendrá para ello un libro de registro y dispondrá de la colaboración de un ayudante que se encargará de su tenencia. En su poder estará una de las tres llaves del depósito de la plata extraída. A su cargo estaba el expedir las órdenes para el transporte de la plata reducida a la Casa de la Contratación de Sevilla y el ejercicio de una cierta vigilancia sobre ella hasta el momento en que es allí consignada por la Real Hacienda. Era el encargado de tomar juramento y vigilar la honestidad de todos los demás empleados de Guadalcanal y de cuidar de que ningún cargo de las minas, ni el mismo, tuvieran negocios privados relacionados con ellas, directamente ni indirectamente. Es el garante de que los alemanes sirvan, no solo en su propio trabajo, .sino que enseñen a los españoles las nuevas temidas. Custodia al rendimiento de los capataces y de la productividad de la mano de obra y es el responsable último de la seguridad de la mina:
“que por sacar mucha cantidad de metal no se dexen de ademar y asegurar los pocos ni aya descuido en la obra dellos, que siempre se vayan ahondando y afixando y fortificando el poco...”.
Ha de cuidar igualmente del abastecimiento a la mina de materias primas, maquinaria y alimentos para los trabajadores y de tomar la cuenta tanto a los proveedores como a los fundidores y afinadores que trabajan por contrata.
Para el cargo se nombra siempre a una persona estrechamente relacionada con la Contaduría, carente de formación técnica pero con experiencia anterior en la administran de rentas reales; la primera persona que se envía para desempeñarlo es precisamente un contador real, Agustín de Zarate 26, que es sustituido cuando pide la baja por enfermedad por Diego López, Caballero Veinticuatro de Sevilla, un funcionario de la Casa de Contratación sevillana, a quien sustituye Juan de Añasco, otro hombre de la misma Casa hispalense. Hernando Delgadillo, el último de los administradores de la primera etapa, había trabajado en el Consejo de Guerra. Se valora también en ellos la anterior estancia en Indias, donde es seguro que habían permanecido al menos tres de ellos, Diego López, Andrés de Tolosa y el ya citado contador Zarate.
En los primeros años de esplendor de la mina, el administrador de Guadalcanal se concibe como un cargo relevante dentro de la Administración Real, como demuestra la relación de personas que el Consejo de Hacienda propone al rey para sustituir a Zarate, tras la dimisión de este 27. Pero, aun después de 1565, el desempeño de este cargo, si bien no lleva aparejado el brillo que en un principio se le había adjudicado, sigue estando vinculado a personas de cierta relevancia a quienes se desea de alguna forma recompensar 28. El salario del administrador en los primeros años ascendía a dos ducados (750 maravedíes) diarios. Pero a su estipendio unía una residencia en Guadalcanal y ventajas que eran comunes a todos los oficiales. Al final de su mandato era recompensado con algunas prebendas 29.
Salario alto y búsqueda de personas dotadas de una fortuna personal tiene un fin concreto que se expresa en una orden expedida a D. Francisco de Mendoza:
 “porque no se acodicien a ella (a la riqueza que se extrae de la mina), darles heis salarios competentes según la calidad de las personas y el trabajo de los oficios que administraren y la carestía de los tiempos” 30.
De la carta, junto al interés por el conocimiento de los bienes del interfecto, puede advertirse la existencia le relaciones familiares con otros miembros de la Administración Real, algo muy común entre los burócratas de la época. La carta, en A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 32, fol. 101.
Entre fines de 1555 y 1558 se suceden en Guadalcanal tres administradores: Agustín de Zárate, quien cesa en noviembre de 1556, y es sustituido por Diego López de forma interina, interinidad que se prolonga hasta 1558, en que le releva por unos meses Juan de Añasco 31. A partir de ese momento, el cargo de Administrador de la mina queda asumido en la persona del Administrador General de Minas, quien delega en sus ausencias en uno de los tres oficiales mayores, habitualmente el veedor. Cuando, tras el cese de Mendoza se deja vacante su cargo, tampoco se provee el de Administrador de la mina, continuándose la situación de administración de hecho por los oficiales. El cargo volverá a resucitarse en 1572, en el marco de una reorganización que suprime una parte importante de un aparato administrativo, y aparece entonces nombrado Andrés de Tolosa, que desempeñará su comisión entre los años 1572 y 1580, en que es destituido, acusado de fraude y apropiación indebida, condenado y encarcelado 32, nombrándose para sustituirle a Hernando Delgadillo, el ultimo administrador de la mina 33.
30.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg.° 1, fol. 9, instrucción a D. Francisco de Mendoza.
 Puede tener interés transcribir aquí completa esta carta del Alcalde Salazar a Su Majestad, en     le da cuenta de la averiguación que se ha efectuado sobre los bienes de varias personas relacionadas con la mina:
 S.C.R.M. Por una cedula de Vª Mt. de veynte del pasado se me ynbió a mandar tomase cuenta a Pero Luis Torregrosa y a las demás personas que an tenido cargo de la plata que se ha ynbiado de las minas de Guadalcanal, rescibiendo su descargo y haziendoles alcance y otras diligencias que por la dicha cédula se mandan y ase detenido dos o tres días el correo que lleva este despacho porque los oficiales de la contratación dixeron que ynportaria al seruicio de Vª Magd. hazerse así a causa de otros despachos que ynbian y por otra cedula del dicho día se me ynbió a mandar que secreta y disimuladamente avisare de la hazienda que tiene Diego López y de su trato y crédito no puede saberse muy al justo esto por la vía que Vª Magd. lo manda porque aún haziéndose diligencias descubiertas suele recibirse engaño en cosas desta calidad, el tiene la veintiquatria desta ciudad como V. Magd. sabe y lo que buenamente e podido descubrir es que tiene cierta casa y heredamiento en el Axarafe que puede valer hasta 7 y 8.0000 ducados y tanbien tiene cierto repartimiento en Yndias y en la casa de la contratación tiene cinco mill y tantos pesos de lo que esta enbarcado por mandado de Vª Magd. Tiene unas casas razonables, unos dizen que son suyas y otros de la dote de su muger no esta en opinión de tener dinero, antes diz que deue algunas deudillas, aunque en poca cantidad, esta en reputarción de onbre llano y de pocos trafagos y en esta figura lo tengo después que a entendido en estos negocios y le e tratado.
Luego que rrecibi el despacho de Vª. Magd. me dixo Gonzalo López, su tío, que es el que juntamente con Fernando de Almansa recibe lo que aquí se trae de las minas, que quería dar ante mi ynformacion del hazienda que tenia diego López y de como hera muy abonado porque sabia que en esa Corte se avia hecho relación de lo contrario, yo le respondí que aquello hera fuera de mi comisión, que no tenia para que rescibir ynformacion. Sevilla, 21 de marco de 1557.
De la carta, junto al interés por el conocimiento de los bienes del interfecto, puede advertirse la existencia le relaciones familiares con otros miembros de la Administración Real, algo muy común entre los burócratas de la época. La carta, en A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 32, fol. 101.
31  Cfr. sobre el nombramiento y administración de López: A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 28, fol. 173; Leg.° 29, fol. 218; A.G.S. Estado, Leg.° 114, fol. 10. A.G.S. Consejo y Juntas de 3acienda, Leg.° 28, fol. 173. A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 3.072, s.f., cedula agradeciendo a Diego López, veinticuatro de Sevilla, lo que trabajaba en las minas; A.G.S. Estado, Leg.° 121, fol. 68; Leg.° 112, fol. 190. GONZALEZ, T.: Noticia hist6rica... minas de Guadalcanal, vol. I, p. 355. Ante los problemas surgidos entre los oficiales al termino de su comisión provisional por preeminencias entre ellos, la junta de aquellos decide solicitar que continúe en el cargo hasta que Su Magd. provea un administrador definitivo, efr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 31, fols. 48-53-55.
Sobre el nombramiento como administrador de Juan de Añasco, cfr. GONZALEZ, T.: Op. Cit., vol. I, _ 536y A.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg.° 1, fol. 1.
32 Sobre su nombramiento, destitución y proceso por fraude, cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda_ ie_° 184, fol. 5; Leg.° 185, fol. 6. Para acceder al cargo había presentado cuatro fiadores, pero en el momento del proceso contra el se indica que las fianzas fueron poco cuantiosas
“porque dos de los fiadores, que fueron el bachiller Juan de la Fuente y Alonso García Carrasco murieron y los bienes que dexaron son de muy poco valor y que los de los otros dos que biuen valen menos de 3.000 ducados, la hazienda del principal tiene nonbre de mas de 6.000 ducados”.
De él añade la información en 1580 que “es muy viejo y doliente y, tiene la muger moza y no tiene hijos”; fr_ sobre Tolosa también A.G.S. Diversos de Castilla, Leg.° 46, fol. 98.
33 Sobre el nombramiento de H. Delgadillo, efr.. A.G.S. Leg.° 303, s.f..
De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez

miércoles, 6 de agosto de 2014

La Almona de Guadalcanal 3/5


CASAS TERCIAS O DE BASTIMENTO DE LA ORDEN DE SANTIAGO EN ANDALUCÍA

Tercera parte


En cuanto a La Almona (láms. 7 a 11), como ya hemos referido, José Hernández Díaz, Antonio Sancho Corbacho y Francisco Collantes de Terán la describieron en su famoso catálogo sevillano e incluso publicaron sus plantas, secciones y un alzado parcial del edificio que muestra su parte central con las portadas superpuestas. Ello, sin duda, indica el interés que esta construcción despertó en estos reconocidos investigadores, en un momento en el que este tipo de arquitectura no “monumental” no se valoraba tanto como en la actualidad.
Lámina 7 (fot. M. Valle Gómez)
Así que, por respeto a dichos autores, transcribimos su texto, tras el que aportaremos otras noticias:
“En la calle inmediata a la parroquia. Es una construcción de planta ligeramente trapezoidal de sillería. Consta de dos plantas, formadas cada una de ellas por una nave con cubiertas de entramado de madera, sostenida la de la baja por arcos apuntados que arrancan del pavimento formando a modo de contrafuertes interiores. La cubierta de la parte superior es a dos aguas, hallándose sostenida por pilares alineados en el eje central de la nave. El frente de la construcción avanza en su parte derecha sobre la línea de fachada para servir de asiento a la rampa que exteriormente sirve de acceso a la planta superior. Las puertas de acceso a ambas plantas se superponen en el centro de la fachada; la de la planta baja es un arco apuntado de escasa altura, que apea en impostas constituidas por un toro y una gola. La puerta de la nave de arriba, precedida de un porche sostenido por pilares de ladrillos, es también de arco apuntado, más peraltado que el inferior, sobre sencilla moldura de cuarto de bocel. El edificio recibe la luz por estrechas saeteras, algunas de las cuales han sido ensanchadas con posterioridad a la primitiva edificación, que por sus características, especialmente por la proporción de los arcos, cabría colocar en fecha bastante remota, quizás en la primera mitad del siglo XIV” (28).
Lámina 8 (fot. M.Valle Gómez)

Poco tenemos que añadir a esta descripción, excepto que el edificio, tal como hoy se puede ver, perdidos parte de sus revestimientos, no es exactamente de sillería y su cubierta es realmente a cuatro aguas. En los muros exteriores parece predominar la mampostería, abundante en la planta baja, y combinada con ladrillo en el alta, limitándose el uso de sillares regulares a la construcción de amplios paños en las esquinas, las portadas y algunos otros elementos puntuales, como algún vano. En ladrillo también se construyeron, además de parte del muro de la rampa adosada a la edificación y los pilares del porche que soporta, los enmarques de algunos huecos y los arcos transversales inferiores. Parece que el edificio debió asentar y moverse de forma un tanto irregular, lo que pudo estar motivado bien por el tipo de terreno sobre el que se apoya, bien por la inadecuada cimentación que pueda poseer, bien por el peso y empujes que debió de soportar o/y, por qué no también plantearlo, por la extraña ubicación de los pilares superiores, que no son precisamente menudos, sobre la clave de los arcos. Analizando estructuralmente la construcción, la suposición de excesivas cargas contrasta con la importancia dimensional de los arcos, dispuestos muy próximos, con luces libres entre ellos que rondan escasamente los dos metros. Aún así, como solución parece que se tomó la contundente medida de duplicar dichos arcos trasversales por su intradós, a modo de apeo interior, con lo que su resistencia y estabilidad quedaban más asegurada. El edificio mide alrededor de unos 29 cm en línea de fachada por algo más de 11 m de fondo (sin contar la rampa) y cuenta hoy con construcciones adosadas en tres de sus frentes (29).
También es interesante apuntar que arcos diafragma o transversales de ladrillo se utilizaron en ocasiones para cubrir caballerizas y bastimentos en otras casas de la orden en Extremadura, por lo que estamos ante un tipo de construcción en absoluto excepcional para los santiaguistas (30) . También recurrieron al mismo sistema en algunas de sus iglesias, precisamente las más antiguas que de dicha institución se conservan en Andalucía. Sin embargo, en las edificaciones construidas con este tipo de arcos, la formación de la pendiente de la cubierta queda generalmente resuelta sobre los mismos, de tal forma que la tablazón que apoya sobre ellos constituye la estructura de la terminación superior de las construcciones, sin que suelan disponer de plantas superiores. 
Lámina 9 (fot.M. Valle Gómez)
Pasemos a ver cómo se ha reconocido el edificio. La Almona parece que se puede identificar como el bastimento del pan y del vino de la mesa maestral por las descripciones localizadas en las transcripciones del profesor Rafael Gerardo Peinado Santaella de los libros de visitas de la orden de Santiago, conservados en el Archivo Histórico Nacional. En concreto, hemos podido consultar los informes de las inspecciones realizadas en octubre de 1494, en diciembre de 1508 y en febrero de 1515.
En 1494 visitaron la "casa del bastimento del maestre en Guadalcanal” con un albañil que debía tasar las obras de reparación precisas en el edificio.
Consta que éste tenía una “escalera” por donde subían las bestias “el pan” a la sala alta y que era preciso hacer en él numerosas obras. Por ejemplo, en la “escalera”, que precisaba “mas allanarla” y un pretil “de ladrillo e medio e una tapia de alto porque ha acontecido caer algunos asnos desde arriba subiendo”.
Lámina 10 (M. Gracia Gómez)
También había que repasar diversas partes de la construcción, reponer unas puertas, que estaban podridas, y recorrer el tejado (31).
"En 1508 se menciona el edificio como “bastymento del pan e vino de la mesa maestral”, confirmándose que estaba en la plaza de la dicha villa y que “es alto y baxo un cuerpo de casa bueno”. El bastimento del vino no disponía de las tinajas “que eran menester”, a lo que se ordenó poner remedio (32).
Lámina 11 (fot. M. Valle Gómez)
Por último, en 1515 se repite “que esta en la plaça de la dicha villa” y que “es alto e baxo todo un cuerpo de casa”. En esta ocasión, estando allí los visitadores apareció también Andrés de León, “veedor de las obras de Vuestra Alteza en esta provincia de León” porque, según declaró, el bastimento necesitaba ciertos reparos “en la casa y escalera del pan”. Por ello, ordenó que informasen al respecto los pertinentes maestros y que le remitieran el resultado para enviárselo a Su Alteza y al Consejo de Órdenes que, a su vista, mandarían hacer lo que consideraran procedente. Dichos maestros fueron Lorenzo Gutiérrez y Alonso Sánchez Barrero, vecinos de la villa, “albanyres e ofiçiales”, quienes, entre otros aspectos (maderas, cabrios, ladrillos, ripios, cal, clavos, mano de obra… necesarios, que costarían 3.935 maravedís), apuntaron también los reparos que necesitaba “la escalera que sube a la dicha cámara del pan”: “Primeramente se ha de començar el escalera para que de buelta porque no sea trabajosa como otras para el subir de las bestias. Con el se ha de començar desde el esquina del adarve de la casa de la encomyenda hasta el esquyna cabeça de la dicha escalera, y esta buelta a de ser de alto al cabo de çinco palmos, y ansy ha de yr subiendo y a de llevar de ancho ocho pies, de manera que se ha de hazer que este lo demas para subir de las bestias que ser puedan, y de ally ha de yr sacado por horden hasta la puerta de arriba. Ase de solar toda esta escalera y henchilla de tierra apisonada secada, y después tornalla a solar de ladrillo de esquyna y con sus troços que vaya de tres en tres pies."
"Hanse de deshazer los pretiles que estan fechos y mal rreparados y tornallos a hazer de su manpuesto y de piedra, cal y ladrillo, de manera que queden muy bien fechos, y lo alto dello que quede rredondo.A de yr el pretil de vn cabo e de otro toda la escalera. Han de llevar estos pretiles tres palmos de alto y ladrillo y medyo de ancho” (33).

 31 R. G. PEINADO SANTAELLA, La Orden de Santiago… ob. cit., apéndice documental, t. III, pp. 857-859. Véase también Andrés MIRÓN, Historia de Guadalcanal, Guadalcanal, 2006, p. 78.
Lámina 8. La Almona. Vista de la rampa de acceso a la planta alta (fot. M. Valle Gómez de Terreros). Lámina 9. La Almona. Acceso a la planta superior (fot. M. Valle Gómez de Terreros). Lámina 10. La Almona. Interior de la zona izquierda de la planta baja (fot. M. Gracia Gómez de Terreros).
Lámina 11. La Almona. Interior de zona derecha de la planta alta (fot. M. ob. cit., apéndice documental, t. III, pp. 857-859. Véase también Andrés MIRÓN, Historia de Guadalcanal, Guadalcanal, 2006, p. 78. Lámina 8. La Almona. Vista de la rampa de acceso a la planta alta (fot. M. Valle Gómez de Terreros).
Lámina 9. La Almona. Acceso a la planta superior (fot. M. Valle Gómez de Terreros). Lámina 10. La Almona. Interior de la zona izquierda de la planta baja (fot. M. Gracia Gómez de Terreros). Lámina 11. La Almona. Interior de zona derecha de la planta alta (fot. M. Valle Gómez de Terreros).
32 R. G. PEINADO SANTAELLA, La Orden de Santiago… pp. 978-979. Véase también A. MIRÓN, Historia de Guadalcanal, ob. cit., pp. 107-108.
33 R. G. PEINADO SANTAELLA, La Orden de Santiago en Andalucía… ob. cit., apéndice documental, vol. IV, pp. 1321-1325
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 Gómez de Terreros Guardiola, María del Valle, Gómez de Terreros Guardiola, Mª Gracia: Publicado en Temas de Estética y Arte XXIV.- REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SANTA ISABEL DE HUNGRÍA

sábado, 2 de agosto de 2014

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 23


La puesta en pie de una empresa minera real de Guadalcanal 3
Igualmente, la investigación, una labor indispensable en minería, se resiente de la falta fondos y de autonomía de la propia empresa real para distribuir sus propios fondos; cuando en 1573 Agustín de Sotomayor investiga las posibilidades de la mina de Guadalcacanal cara al futuro, declara que los experimentos.
“que tengo hechos han sido preuiniendome (los oficiales de la mina) muchos temores que se había de pagar a S.M. toda la plata menos que vuestras mercedes sacasen por el ensaye que hemos fecho”.
Y:
“también dije a vuestras mercedes el día que me vieron venir a pie de la montaña que esta aria la parte del sur, que de lo alto della había tornado el rumbo y derechera que la veta lleva, y que había visto algunas señales della, por lo cual conuendria dar algunas catas para buscarse en una media ladera que esta en el frontispicio desta veta, porque allí suelen inclinarse por la mayor parte y vuestras mercedes me han respondido que no tienen orden de S.M. para gastar nada en esto” 21.
El control, que se intenta que sea férreo, corresponde en la Corte especialmente a los Contadores Mayores y se efectúa esencialmente a trabes de dos mecanismos: la rendición periódica de cuentas y las visitas. Las pequeñas minas situadas geográficamente en torno a Guadalcanal y pertenecientes al sector real, rinden sus cuentas a los administradores de aquella cada tres meses y el balance de ellas, junto con el de la mina central, lo presentan sus oficiales periódicamente ante los Contadores, que resultan así los verdaderos administradores de la explotación 22. Para ello, los administrativos de la mina se ven obligados a desplazarse a la corte con una cierta frecuencia y a mantener de forma permanente a un funcionario destacado en ella que en los intermedios entre sus viajes ejerza como una especie de enlace, cuya principal misión es recordar continuamente a los contadores la necesidad y a veces la urgencia de tomar resoluciones en aquello que se les solicita desde Guadalcanal; es el denominado “solicitador” 23.
Las visitas tienen en general por objeto conocer a través de funcionarios de confianza la marcha de la mina, con un interés centrado prioritariamente en los asuntos administrativos y contables. Por ello, se suelen encomendar generalmente a personas relacionadas estrechamente con la Contaduría; es el caso de la visita efectuada en 1558 por el Obispo de Lugo, que había sido enviado a Sevilla para investigar el celebre caso de los fraudes de ese año en la Casa de Contratación que acaba con la prisión de los oficiales de esta, y del que se aprovecha su estancia en la ciudad hispalense para pedirse que redacte un informe sobre Guadalcanal. En el caso de que se presuma la posibilidad de existencia de fraudes, el enviado es un jurista, como fue el caso de Sancho de Paz y cuando a partir de 1570 se piensa en relanzar la mina, entonces ya en franca decadencia, se envía a una persona con experiencia minera anterior, el antiguo administrador de Guadalcanal, Agustín de Zarate. A veces, la visita a las minas reales se inscribe en el marco de una visita general de las minas del reino, como es el caso de la efectuada por Mendoza entre 1558 y 1559 y las posteriores de 1565-66, efectuada por un contador de Hacienda y 1574. Como consecuencia de estas inspecciones, la Contaduría, que es quien las ordena, recibe una información global de primera mano sobre el estado de las explotaciones, que a veces se traduce en el procesamiento de algún funcionario subordinado estante en la mina 24.

21 Cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 68, fol. 129. Otros ejemplos de la falta de autonomía de los oficiales locales y la centralización de decisiones en la Corte, cfr. A.G.S. Consejo y as de Hacienda, Leg.° 51, fol. 18: los contratos con particulares para el beneficio de ciertas labores ;finales en Guadalcanal se firmaban en Madrid ante los Contadores Mayores,
“a cuyo cargo esta la administraci6n y fabrica de la mina de Guadalcanal”.
A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 66, fol. 59: un nimio conflicto entre Mosén Boteller, ya lo, y los oficiales de Guadalcanal sobre quién haba de pagar la vigilancia necesaria para´el buen orden de los trabajos de aquel, también debe remitirse para que decida Madrid. A.G.S. Contadurías Rerales, Leg.° 851, s.f., de los contadores a los oficiales de 8 de abril de 1564: los oficiales no tienen siquiera autonomía para conceder o no licencias a los miembros de la administración de la mina para ausentarse de ella de forma temporal:
“En lo que decis de las licencias que dais a los oficiales que ahi han residido (...) no habeis vosotros de dar a ninguno las dichas licencias, sino uenirse a pedir a la Contaduría Mayor, trayendo gertificación vuestra por donde conste la nescesidad que se ofresce para pedir las dichas licencias, y si se piden en tienpo que pueden hater falta o no, y entonces se vera”
Y añade:
“por la orden que S.M. envia agora, vereis lo que a cada uno de vosotros se comete, y aquello hareis sin entremeteros en mas” .
A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 112, fol. 6, la cesión de un horno a F. Pérez de Canales, arrendatario de unos terrenos, paraliza sus trabajos, ya que
“los Contadores Mayores, siendo consultados, no han enuiado resolución de lo que se debe hacer(...)”.
Crf también A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 841, s.f. diligencias con A. de Sotomayor, 1 de Octubre de 1573
22 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 38, fol. 149. La cuenta del sector real se llevo por los contadores unida a la del sector privado, hasta 1574, en que se ordena que se abran dos cuentas separadas:
"Para tener la quenta y racíon de lo prorcedido de las minas de Guadalcanal y la correspondencia con los oficiales dellas, se acordó que se formase un libro, el qual tiene Alonso Hernández, nuestro contador de rrentas y quitaciones que fue de nuestra contaduria mayor, y como después se le dió orden que asentase en el dicho libro los rregistros de las otras minas que personas particulares del reino descubrieron para el derecho que dellas nos perteneciere (...),”a partir de 1574 se da la orden para que exista otro libro separado que tenga el encargado del otro oficial de rental, Miguel Sánchez de Araíz.
23 El 14 de febrero de 1558 es nombrado solicitador de negocios de las minas en la Corte Francisco de Ávila, con un salario de 75.000 maravedies al ano, cargo que desempen6 hasta el 31 de marzo de 1563 cfr. GONZALEZ, T.: Noticia historica... minas de Guadalcanal, vol. I, p. 515.
24 Cfr. en relación con los informes del obispo de Lugo: A.G.S. Estado, Leg.° 129, fols. 226 y 227 Estado, Leg.° 129, fol. 209, carta del Obispo de Lugo a Su Magestad de 21 de septiembre de 1558. Cfr también Estado, Leg.° 129, fol. 178. El informe, en A.G.S. Estado, Leg.° 129, fol. 227. Sobre la actuación de la Casa de Contratación de Sevilla, cfr. A.G.S. Estado, Leg.° 137, fol. 280. Sobre este obispo, cfr también Anónimo: Floreto de Anécdotas y Noticias Diversas, p. 210. Sobre la visita de Sancho de Paz que también había actuado en la misma investigaci6n de la Casa de Contratación, cfr. A.G.S. Consejo Juntas de Hacienda, Leg.° 66, fol. 23. Otras noticias sobre visitas en A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 103, fol. 12 y Leg.° 112, fol. 6. GONZALEZ, T.: Noticia Histórica... minas de Guadalcanal, pp 379 y p. 176.

De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez