By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 26 de abril de 2017

Maquis o “Guerrilleros de La República” en Guadalcanal 1


Los principales acontecimientos 1937/1950
Primera parte

Una vez terminada la contienda civil, en la primavera del año 1939, se empezaron a desarrollar actuaciones de los guerrilleros de la República, también llamados maquis “recibieron este nombre los miembros represaliados de la guerrilla antifranquista” que se “echaron al monte” una vez finalizada la contienda y que sus acciones se extendieron hasta los años 50 en toda la sierra norte de Sevilla en los términos municipales de Guadalcanal, Alanís, Cazalla, Las Navas de la Concepción, El Real de la Jara, Constantina, El Pedroso y Aznalcóllar , aquí vamos a tratar de describir las incidencias relacionadas con Guadalcanal, pueblo enclavado en esta comarca.
Estos guerrilleros de distintas ideologías comunistas, anarquistas, socialistas…, formaron partidas ante sistema, no vamos a juzgar en este artículo los motivos que les llevaron a esta situación, unos eran represaliados por la justicia y perseguidos por el nuevo orden nacional estrictamente por su ideología, otros, estigmatizados por haber defendido al bando perdedor y que una vez regresaron a sus pueblos no eran contratados para el trabajo y habían perdido todo o lo poco que poseían sus familias antes de la reyerta, o, simplemente eran o se convirtieron en peligrosos delincuentes armados, asaltantes de caminos, ladrones o secuestradores de gentes adictas al “nuevo orden nacional” o a gente aceptadas por los vencedores que trabajaban en sus latifundios por un mísero jornal y que en su mayoría compartían hambre y penurias como ellos.
No obstante, a partir de la primavera del 37, se tienen referencias de que las actuaciones bélicas en la comarca y se incrementaron de forma activa en años sucesivos.
Bajo el mando del Comandante Domingo Ungría (Jefe del XIV de Ejército Guerrillero) y estableciendo las bases de acción en las provincias de Ciudad Real, Badajoz y zona de la provincia de Sevilla colindante, comenzaron los guerrilleros a infiltrarse en la zona de la Sierra Norte para, preferentemente, sabotear con explosivos y acciones rápidas la línea férrea que unía Marida con Sevilla y que tiene estación intermedia en Guadalcanal, siendo esta línea prioritaria para el avituallamiento del ejército franquista en su avance hacia Madrid.
Destacamos un suceso en la noche del 29 de Abril sobre las 22,30 horas, un atentado con gran dispendio de dinamita inutilizó una treintena de metros de raíl derecho de la línea entre Guadalcanal y Fuente del Arco, provocando el descarrilamiento de un tren de mercancías y la alarma en la zona. Otras acciones eran frecuentes, como obstaculizar las vías y carreteras con árboles u otros objetos y eran constantes ver trenes de mercancías o traslados del ejército parados en vía muerta o estaciones de paso.
Estas acciones de sabotaje continuaban en la zona a pesar de que el bando nacional reforzó la vigilancia de las vías férreas y carreteras de la zona con muchos más efectivos, que no eran precisamente bien acogidos por los moradores de la Sierra Norte, en su mayoría campesinos que por su elevada edad no se habían podido incorporar al frente pero tenían hijos y familiares que servían en uno u otro ejercito, hombres de bien que se habían visto atrapados en una guerra cada vez más cruel y con menos sentido.
Tras varios atentados y escaramuzas, y, a pesar del incremento de vigilancias e informadores, los guerrilleros volvieron a atentar en la zona, en la mañana del 14 de julio, volverían a intentar cortar esta vía de comunicación, pero una patrulla de la Guardia Civil que se encontraba de vigilancia entre las estaciones de Alanís y Guadalcanal, ante la sospecha de movimientos de hombres armados en la zona, descubrieron y procedieron a desmantelar una carga explosiva de dos cartuchos adosados a una traviesa, evitando un accidente de consecuencias horas antes de pasar el correo en dirección a Sevilla, aquella mañana no hubo enfrentamiento con los guerrilleros, cosa que sí sucedía en otras ocasiones.
Durante este año fue la Guardia Civil y una compañía del infantería del ejército de tierra las encargadas de vigilar la vía férrea, esta situación fue alterada a comienzos del año 38 que fue reforzada con un despliegue de tres escuadrones de caballería del Regimiento de Cazadores de Taxdir entre las estaciones de El Pedroso y Guadalcanal, teniendo el puesto de mando en la vecina localidad de Alanís, estableciendo destacamentos móviles cada cinco kilómetros de vía, pese a ello, los guerrilleros republicanos volvieron a atentar en varias ocasiones en la vigilada vía, burlando unas veces la vigilancia o enfrentándose a ellos en incursiones y escaramuzas, como la tentativa del 30 de Abril, ese día los guerrilleros intentaron atentar en las cercanías de la estación de Cazalla con granadas explosivas de “carga avanzada”, estas no llegaron a explotar al ser descubiertas por el capataz de zona José Cazalla Serna, que informó velozmente a las fuerzas de protección, estas procedieron a detonarlas controladamente sin causar daños de importancia.
Las acciones guerrilleras siguieron en la zona hasta poco antes de terminar la contienda, ya que las últimas incursiones de estos comandos que se tienen referencia de marzo del 39, sobre esta fecha está datada una incursión de un grupo de guerrilleros que permanecían activos en el cerro de Los Mármoles, hicieron una incursión en el sitio de “La Chirivia” en la sierra del Alta, atribuyéndoseles además al menos un secuestro y varios saltos en el término de Guadalcanal, el día 7 de marzo a última hora de la tarde, se presentaron cuatro hombres fuertemente armados en la finca Caño Xímenez, propiedad del guadalcanalense Carmelo Márquez Yanes, secuestrando al hijo de este José Márquez Mejías de diecisiete años y a Francisco Espínola Murillo de catorce años que estaban de porqueros en la citada finca, en esta incursión robaron comida y enseres que había en el cortijo y se llevaron a los dos muchachos a la zona de Malcocinado, después de media noche, soltaron a Francisco Espínola y a José Márquez lo retuvieron hasta primeras horas del día siguiente, sin causarles daños físicos.
El 17 de Marzo un guarda de la finca Pelotero de esta localidad Miguel Moyano Sánchez, denunció en el cuartel de la Guardia Civil que sobre las diez de la noche del día anterior, se habían presentado en su choza una decena de hombres armados que le requisaron la poca comida que tenía y le obligaron a guisarles unas gallinas que tenía de su propiedad y que después de comérselas abandonaron la zona al amanecer sin causarle daño físico y asegurándole que si no denunciaba los hechos sería respetado.
Una vez terminada la contienda y a principios de los años cuarenta, se empezaron a ver los primeros grupos de guerrilleros huidos en la Sierra Norte (zona de Guadalcanal que nos ocupa), estos grupos estaban formados principalmente por evadidos de las cárceles y campos de concentración donde había sido recluidos, como ocurrió en el resto de la Sierra Norte, sur de Badajoz y otras mucha otras zonas de la península.
El primer grupo que operó en la zona, estaba compuesto por presos procedentes de la fuga múltiple de cárceles y campo de concentración que hubo a finales de Enero de ese mismo año, había hombres tan significativos como “El Baldomero”, “El Perrero”, “Campillo”, “Catares” y otros, a los que se unieron algunos efectivos de Guadalcanal, para los que la vida en su pueblo se había vuelto imposible y sin ser contratados para ningún trabajo por su condición de “rojos” o familiares de los mismos.
El 30 de Junio de ese mismo año ocurrió un acontecimiento en el vecino pueblo de Malcocinado (en otra época pedanía de Guadalcanal), Juan García Martínez, tristemente conocido como “El Chato de Malcocinado”, se fugó del depósito carcelario de este pequeño pueblo antes de ser trasladado a la cárcel de Azuaga, hombre rudo y analfabeto, jornalero de 34 años que sirvió en las filas del Cuerpo de Guerrilleros del ejército republicano, pasó desapercibido en un principio por el nuevo orden y regresó a su pueblo sin dificultad, sin embargo, una noche a principios de Septiembre fue detenido en una taberna de su pueblo por varios falangistas de la organización local y de la localidad vecina de Guadalcanal cuando encontrándose en estado ebrio profería insultos contra los fascistas del pueblo, fue repetidamente torturado y amenazado de muerte durante casi un mes, hasta que al final, ideo su fuga y “se echó al monte”, formando su propia partida de maquis.
Durante los meses siguientes la partida del “Chato” se consolida y se divide en pequeños grupos para asaltar cortijos y campesinos de toda la sierra, en una de estas incursiones, en el mes de abril del 41, un grupo de cinco hombres dirigidos por el “Chato de Malcocinado” asaltaron el cortijo de la finca de Cabeza García de los Marqueses de las Colonias en el término de Guadalcanal, fue un buen golpe dijo el casero, estaban los caseros y empleados de la finca esperando a los señoritos que venía a pasar una temporada en el cortijo a supervisar los trabajos de la finca, según atestado de la Guardia Civil, después de comerse el rancho que tenía preparado la casera se llevaron: medio costal de garbanzos, medio de tocino, un costal de chorizos y otro de quesos, además de cinco jamones y tres o cuatro bateas de dulces.
Se llevaron también un trasmallo de pesca fluvial, ropas de abrigo y enseres domésticos diversos. A todo ello hay que añadir el armamento: dos escopetas del calibre 12 mms, y un rifle, una caja de balas de la marca “Tigre” así como un saco de cartuchos de plomo y 60 pesetas en metálico que le quitaron al casero de dicha finca.
Durante esto dos últimos años fueron muchas las incursiones de las diferentes partidas en las fincas del término de Guadalcanal e incluso en el municipio, no todos estos saqueos fueron denunciados a la autoridad, bien por miedo a represalias, por empatía con los maquis, por afinidad política o por ser estos conocidos de la comarca o familiares, por otra parte, a veces estas partidas eran emboscadas por la Guardia Civil y muchas veces, estos llegaban a un acuerdo con los maquis “hacer la vista gorda” a cambio de viandas y algunos moradores de cortijo también fueron asaltados bajo amenazas por la autoridad vestidos de paisanos, estos números normalmente tenían mucha prole y poco jornal.
A Mediados de Septiembre a la caída de la tarde, Telésforo Martín Lechuga aperador de la finca La Vega del término de Guadalcanal junto con el pastor Casimiro Márquez Cáceres pastor de ésta finca se disponía a recoger el ganado en la majada cuando fueron asaltados por un grupo de cuatro hombres fuertemente armados (estos apodados “Baldomero el de la Caseta”, “Joseito”, “El Municipal” y dirigidos por “El Chato”), los obligaron a entrar en el cortijo donde se encontraba la mujer y dos criaturas de corta edad. En principio buscaban armas y munición, no encontrando armas abandonaron el cortijo después de comerse la cena, se llevaron una yegua y un mulo propiedad de Telésforo y todo lo de valor que encontraron, (treinta kilos de garbanzos, chacina y quesos, además de varias prendas de vestir, dos pares de zapatos, dos relojes de bolsillo, la cartera del aperador con la documentación y 200 pesetas.
Antes de abandonar la finca le dijeron a los presentes que no denunciaran lo acontecido a la autoridad hasta el día siguiente si querían conservar la vida, este asalto no fue aclarado y los moradores de la finca no volvieron a ser molestados por ese grupo.
El jueves 18 de Diciembre un hecho curioso fue denunciado por Juan Cantero manigero de una cuadrilla de abareadores, aceituneros y aceituneras en el cuartelillo de Guadalcanal:
“Estando en el tajo en la zona baja de Pelotero cerca de las minas de Pozo Rico, sobre el medio día se acercaron un grupo de hombres armados andando y uno que dijo ser “El Baldomero” a caballo, nos saludaron con “Viva la República y muerte al dictador”, nos pidieron comida y se quedaron a comer con nosotros a disfrutar del pan, tocino, chorizo y otras chacinas que llevábamos en las talegas, tres días más tarde este individuo y otro, ambos a caballo se presentaron nuevamente en el tajo, echaron un montón de papeles como estos (octavillas propagandísticas) y nos llevaron un borrego recién matado y dos botellas de aguardiente para que celebráramos las fiestas, nos invitaron a unirnos a ellos y se marcharon sin hacernos ningún tipo de daño”.
Naturalmente, el cordero y las octavillas fueron requisados por la Guardia Civil “como pruebas”.
Finalizó este año con un balance de asaltos y derramamiento de sangre por parte de ambos bandos e inocentes que se encontraban en el sitio menos adecuado en el momento de más violencia, pero antes de Navidades, una partida de cinco hombres ( en esta ocasión los apodados “El Perrero”, “El Municipal”, “El Quilino”, “Joseito” y “Emilín”), asaltaron la finca Hacienda Don Carlos de Guadalcanal, saquearon el cortijo y secuestraron a su dueño Laureano Cañete López que les recompensó con cierta cantidad de dinero para ser liberado que no trascendió aun cuando un jornalero de la finca comentó en la taberna del Tuerto que “su señorito había pagado seis mil duros a los escopeteros para que no lo mataran”.
Denunciado los hechos, se inicia una persecución por miembros de la Guardia Civil de los acuartelamientos de Guadalcanal, Alanís y San Nicolás del Puerto, a la mañana siguiente, en el paraje conocido como “Cerca Durán” de Alanís fueron localizado y tras un tiroteo cayó muerto el conocido guerrillero de la comarca Cipriano Diéguez Bello alias “El Perrero”, según informe posterior por “reventarse el cañón de su escopeta” y fue detenida junto al cadáver su compañera María Esquivel conocida como “La Culantra”, siendo abatido a continuación, esa misma mañana, José Rubio Martínez “Joselito”, este, según testigos, es posible que fuera capturado después de ser herido y ejecutado, ya que el cadáver fue encontrado en “La Chirivía” a dos kilómetros del lugar de la refriega con un disparo con entrada y salida en la cabeza.
Durante los primeros meses del año siguiente, la partida de “Baldomero el de la Caseta” y “El Chato de Malcocinado”, apenas tuvieron actividad, salvo pequeñas escaramuzas para conseguir comida armamento y munición, sin duda, la muerte de “Joselito” y “Perrero”, la detención de “La Culantra”, junto a varios familiares, enlaces e informadores de la partida, así como el descubrimiento del refugio de La Higueruela en la zona de Azuaga y la vigilancia de otros asentamientos usados por la banda en Guadalcanal, Alanís y Azuaga principalmente, parecía que estaba próximo el final de la peligrosa partida.
No obstante, esta partida pronto y en primavera contaba nuevamente con una veintena de efectivos hombres y mujeres, entre los que se encontraba el peligroso Gonzalo Gálvez García, conocido como “Machero”, Rafael García Gálvez y Antonio Gallego Fernández conocido por “Cagarriba”, los tres de Guadalcanal.
Un vecino de ésta dijo haber tenido un encuentro con ellos en las abandonadas minas de la Sierra del Agua y al ser reconocido por “Cagarriba”, le dejaron ir con la poca caza que llevaba con la condición de no denunciarlos, al día siguiente en una batida por dicha sierra por la Guardia Civil y voluntarios de Guadalcanal, ya no localizaron a la partida que se movía con gran rapidez aprovechando la noche hacía otros refugios de la sierra.
Cabe destacar que aun cuando la partida se rehízo y volvieron a sembrar el pánico en la Sierra Norte durante el año 42, en Guadalcanal solo se produjeron pequeños robos, una veces achacable a los guerrilleros y otras a los civiles, que vestidos de paisanos hacían incursión para mitigar el hambre que padecían muchos viéndose obligados a robar para darle de comer a su prole y la autoridad zanjaba el problema achancándosele a los bandidos que andaban por la sierra, estos sucesos estaban normalmente apoyados por los ideólogos del Casino Nuevo Círculo. 

Fuentes.- Archivo Histórico Provincial de Sevilla (AHPS): Expedientes de Reclusos de la Prisión Provincial de Sevilla, Expedientes de libertad vigilada (4827), La Resistencia Armada contra Franco. Tragedia del Maquis y la Guerrilla, Guerrillas Antifranquistas en la Sierra Norte de Sevilla 1937/1951, Una guerra que no dice su nombre. Los usos de la violencia en el contexto de la guerrilla antifranquista (1.939-1.953), La represión franquista en la provincia de Sevilla, La guerrilla Antifranquista en Extremadura. Mujer y Guerrilla Antifranquista y Republicanos en la Sierra Morena.
Causas.- 379/39, 1046,1047, 1268, 1427 y 1435/41, 1231/42, 575,958 y 983/43, 591,620 y 1241/44, 113 y 941/45368 y 507/48, 32 y 709/49 y 260/51.

Juan Marco Jiménez y Rafael Spínola
La Fragua del Pensamiento

miércoles, 19 de abril de 2017

Vinos y cortijos en Guadalcanal

Bodega del Rey

Ya hemos hablado en varios artículos de este blog de los afamados vinos de Guadalcanal y comarca, su producción tuvo el momento más álgidos en la época comprendida entre los siglos XV a al último tercio del XIX.
Estos vinos apreciados en toda la península y citados por Lope de Vega y Miguel de Cervantes, este último que debío ser un gran catador y trasegador de tan afable elixir, por las citas que constan en varias de sus obras, como en "Rinconte y Cortadillo" que cita: "lo trasegó del corcho al estómago y acabó diciendo: "De Guadalcanal es, y aún tiene un es no es de yeso el señorico". 
Viajaron los vinos de Guadalcanal y comarca a La Nueva España en galeones y naos de las flotas españolas según consta en los escritos de la Casa de Contratación de Sevilla, como la cita de Tomas de Mercado (Economista, teólogo dominico y nacido en Sevilla en XVI), “… que 1.152 arrobas de vino de Guadalcanal, que importaron inicialmente 79.833 maravedíes y que a su arribo a Darién habían incrementado su coste hasta 171.432 maravedíes (10.099 de gastos de envasado y acarreo hasta el barco y 82.000 de fletes y averías), se vendieron en destino por 821.250 maravedíes, lo que supone un incremento del precio de origen del orden del 1.026% y un beneficio bruto de 479%.” . 
Debido a la filoxera (enfermedad de la vid) que se introdujo en la parte sur de la península procedente de unos pies o plantones traídos de América en el último tercio del siglo XIX, en Guadalcanal dicha enfermedad arrasó las viñas y se cambio el cultivo a los actuales olivos, quedando un viñedo y producción de forma casi testimonial en algunos cortijos de Guadalcanal, entre ellos a Tres Bodegas, Los Gómez., la Enana y Bodega del Rey.
Y precisamente uno estos cortijos Bodega del Rey en Guadalcanal que según data en documentos tuvo su principal producción del XVIII a finales del XIX vamos a dedicar parte de este articulo, se define con gran importancia etnológica situado en la carretera Guadalcanal-Fuente del Arco, actualmente destaca almazara de aceite que conserva todos su elementos: molino de molturación, prensa, horno y antigua bodega, cuenta además con vivienda y capilla.
Constituye un conjunto de medianas dimensiones difícil de apreciar y definir su estructura originaria unitariamente por las constantes obras y agregaciones de que ha sido objeto, incluso en nuestros días. Con anterioridad al siglo XIX debió consistir en un gran lagar de elaboración de vinos, transformado durante esa centuria en almazara, para lo cual serían recrecidas las torres de contrapeso y ampliada la nave de molienda y prensa.
La adición de elementos constructivos le confiere una imagen externa un tanto anárquica y acumulativa, el patio, de trazado irregular, es producto de la yuxtaposición de distintos elementos. No puede entenderse como espacio descubierto organizador, sino que más bien funciona como ámbito secundario, de tránsito y acceso al recinto y tampoco responde funcionalmente al planteamiento de un patio de labor.
En el lado opuesto del conjunto destaca uno de los elementos de mayor interés y originalidad, la capilla, que debió atender las necesidades litúrgicas no sólo de este núcleo sino de la población dispersa de la zona y los diversos transeúntes en esta vía de tránsito de mercancías de antaño, consiste en un reducido espacio rectangular casi de plan central. A los pies, junto a la puerta de acceso, carente de ornato o tratamiento arquitectónico, presenta un corto tramo cubierto por una bóveda de cañón transversal al que se adosa otro cuadrado desarrollado en altura por medio de cuatro arcos de medio punto.
El área funcional, aunque transformada en parte, reúne otros elementos de interés, la nave de la almazara, desarrollada de oeste a este, es sumamente peculiar, pues se aparta de las habituales en los cortijos de las haciendas y molinos sevillanos al compartimentar su espacio rectangular mediante arcos transversales, de medio punto, que arrancan de gruesos pilares concebidos a modo de contrafuertes internos. La solería de barro es original, no así las cubiertas, modernizadas en fecha posteriores. El sector occidental es el más diáfano y desahogado, mientras que el tramo oriental parece haber sido objeto de alguna reforma, quizás para introducir las vigas de prensa, de modo que los grandes arcos anteriores se transforman en otros más pequeños y los tramos transversales resultantes son igualmente mucho más angostos. Lo sorprendente es que precisamente aquí, en los citados tramos, se ubicasen las dos vigas de prensa, aprovechando el ancho del edificio, al contrario de la habitual disposición longitudinal. Es probable que la disminución de la luz de los arcos y el estrechamiento del espacio responda a la necesidad de reforzar la estructura y hacerla capaz de soportar las tensiones de las potentes vigas de prensa. Todavía destacan los huecos de las capillas con las correspondientes torres de contrapeso visibles desde el exterior, culminadas en tejadillos a cuatro aguas y sencillo remate en el centro. En el tramo situado entre las dos vigas y adosado al muro, vemos el hogar para calentar el agua utilizada en la molturación de la aceituna. Adyacentes a la nave de la almazara se sitúan tres estancias habitables, sin duda destinadas a gañanes, transeúntes y temporeros, algunas todavía con chimeneas de campana.
En algún momento de las décadas finales del siglo XIX o principios del XX, la almazara fue industrializada; recuerdo de esta circunstancia son el molino de rulos, provisto de tolva con cargador mecánico, una prensa hidráulica y otros artefactos inutilizados en la actualidad. La bodega debió estar localizada al este, quizás en una disposición norte-sur, en un área hoy ocupada por modernas naves de almacenamiento.
El desarrollo estructural de la nave a partir de arcos transversales que delimitan tramos no debe resultar, con todo, extraño, pues fue habitual tanto en la arquitectura religiosa como en otros edificios civiles de la Sierra Norte por influencia de la arquitectura extremeña bajomedieval. Un paralelo con el caso tratado lo tenemos en las antiguas almonas de Guadalcanal, si bien en este caso las arquerías dibujan rosca apuntada. De lo que no cabe duda es que estamos ante una solución arquitectónica entendida como válida tanto para la arquitectura religiosa como para edificios civiles de diversa orientación funcional.


Fuente: Hemerotecas
Rafael Spínola

sábado, 15 de abril de 2017

… Cosas de fútbol

Pequeña historia
En revista de Feria 1983 de Guadalcanal, escribe un artículo nuestro paisano Miguel Grillo, el título "Fútbol en Guadalcanal” (el pasado de un equipo) al ero referirme hoy.
Comenta el articulista que cree que el fútbol en Guadalcanal, data años sesenta pues "sólo hasta la mi memoria, por mi corta entonces".
Sin embargo los orígenes son de mucho antes, datan de los años 34 -35, cuando el que escribe contaba uso nueve años de edad, y recuerda por haber  asistido a algunos partidos que el campo de fútbol estaba situado en n el tradicional sitio de "El Coso” antigua calle Olleros, teniendo la  entrada por las puertas ocupan "La Cooperativa de carpinteros" es decir el mismo campo de hoy, pero por diferente calle, Ira se denomina en la actualidad calle Feria.
El titular de Guadalcanal se denominaba "Deportivo Ateneo" y en él formaban  jugadores como los hermanos Valdés, Rafaelito (el de Elena) Calado, Pindangui, Perelló, Norberto y, otros que no están ahora en mí memoria, su local social estaba  recordar en la calleja de Pinto, hoy 28 de Febrero, donde se organizaban por el club grandes bailes  y teniendo otros deportes como el ciclismo pedestrismo.
A pesare  de mi corta edad, recuerdo que se jugaban muy buenos partidos con equipos  como "Cazalla Balompié, Constantina, Llerena y Azuaga”, como asimismo contra el rival “Liceo de Alanís”, todos ellos amistosos, pues por aquella época que yo recuerde no estaban organizadas competiciones oficiales.
Después es otro equipo el que sale denominado "Guadalcanal Balompié” creo jugando en el campo donde hoy se encuentra la Piscina Municipal.
Por esta época eran parte del equipo jugadores como Fermín, hermanos Mosco, Cabecita, hermanos Ordóñez (Eulalio y Gabriel) Pepe Luis (el mejor central de la Comarca) Barragán y tantos y tantos que dieron gloria a nuestro balompié sudando la camiseta hasta el máximo.
Ya en los años de la posguerra 40/50 en el Guadalcanal C. D. militaban jugadores nuevos, que junto a los veteranos formaban un buen conglomerado, entre ellos se pueden citar: Pelado, Palacios, Repisa, Radical, Magín, Cano, Corvillo y otros, obteniendo resultados muy brillantes de los que se pueden destacar el 7-1 al "Cazalla Balompié" que estaba en sus mejores momentos; 4-1 a "Llerena" y 5-0 al "Liceo de Alanís", alineándose algunas veces con el equipo local jugadores profesionales del Sevilla C. F. como Raimundo, Cayuso y Palencia y que tantas tardes de gloria dieron al aficionado.
Hoy desde estas páginas de la Revista, a la que quedo muy agradecido por la publicación de este artículo, me voy a referir al fútbol en la actualidad: La temporada 1981-82, el Guadalcanal C. D. militó por vez primera en 2.a Regional, cosechando algunos buenos resultados y terminando, en el 8º lugar de la clasificación general, temporada que sirvió para el rodaje del equipo en un torneo oficial por primera vez.
La temporada 82-83 no tuvo éxito el equipo durante el campeonato regional, pero en el "Torneo Sierra Norte" se proclamó campeón del grupo con dos puntos de diferencia sobre el segundo clasificado que fue el Minas quedando eliminado en las semifinales.
En la temporada 83-84 aunque se clasificó en un puesto bajo en la tabla, no fue así en la "Copa Primavera Sierra Norte" donde ganó todos los partidos a excepción del primero, proclamándose campeón en Almadén ante el mismo, después de una durísima prórroga.
Esta última temporada en regional 84-85, ha sido en resumen la mejor de todas, ya que en nuestro grupo han figurado potentes equipos como el A. Algabeño, Constantina, San José y Alcalá del Río, consiguiendo un 6.° puesto prácticamente en la clasificación general, alcanzando muy buenos resultados, como el rotundo 3-0 al potente Algabeño, campeón del grupo; 2-0 al Huertas en Sevilla, tras un brillantísimo partido el enconado empate a 2 tantos  en Constantina, en encuentro muy duro para los dos contendientes, y dos victorias contra nuestro rival Liceo de Alanís, por 2-0 y 3-2 respectivamente y que tanto han confortado a la afición.
Teniendo en cuenta que la plantilla de jugadores la .componen jóvenes humildes de nuestra localidad; con algunos refuerzos del vecino pueblo de San Nicolás, dirigidos las cuatro temporadas por animosas y desinteresadas directivas, como así mismo por sacrificados entrenadores, y con la colaboración del pueblo, socios, industriales y demás, la recopilación en resumen ha sido altamente positiva.
Y nada más, sino animar a nuestra directiva para que la próxima temporada, podamos seguir compitiendo en torneos oficiales, así como a nuestra afición para que siga colaborando económicamente como hasta ahora lo viene haciendo, para el resurgir de nuestro equipo, que la próxima temporada Dios mediante pueda ser un éxito.

Un cordial saludo,
José Luis Ceballos
Revista de feria 1985

miércoles, 12 de abril de 2017

Guadalcanal, un pueblo en la memoria 25


Plaza España
XVIII.- Nuestra villa en blanco y negro (final)

Los autores de estas fotos fueron Santi, Juan Ceballos, Pedro Murillo, el Sano, Rafel, Chaves, Estudios Rodez, Xavi y algunos otros que han querido permanecer en el anonimato. A todos ellos y especialmente a aquellas personas que nos facilitaron las fotografías para este trabajo, mi agradecimiento y amistad.








Copyright.- Rafael Rodríguez Márquez 

sábado, 8 de abril de 2017

Semana Santa Guadalcanal 2016

Historia de un desafío

La Borriquita de Guadalcanal se echó a la calle a pesar de la amenaza de lluvia y acaba su estación de penitencia, aunque acortando camino

Hay factores que por muy presentes que estén nunca son deseados, y en Semana Santa, uno de ellos es la lluvia. Sin embargo hay en Guadalcanal reticencia a mostrarle respeto a dicho elemento, al menos, por parte de cierto paso y/o hermandad. En 2008 la del Costalero rompía su buena estrella y se quedaba en el templo por primera vez en su historia. Pasaba entonces el relevo a la Borriquita. El Santísimo Cristo del Amor y la Virgen del Rosario han desafiado constantemente la climatología y desde su fundación en 1979 no han dejado de asomarse cada Domingo de Ramos a su pueblo. La suerte, eso sí, les ha sido dispar, y más de una vez han tenido que volver corriendo por la lluvia. Por eso, este año cabía preguntarse qué ocurriría. La mañana pintaba mal y poco después de las once caían las primeras gotas. Sin embargo, poco antes de su salida, a las doce, el cielo dio una tregua. Aún gris su ambiente, la junta de gobierno decidió poner su paso en la calle y desafiar al agua. A los sones de Cristo del Amor, no podía ser de otra manera, el paso saludaba a los presentes en la salida.
Poco a poco el cielo se iba despejando y volvía a repetirse la bonita estampa del discurrir de la procesión por el paseo de El Palacio. Buscando uno de los momentos más emotivos de la jornada, la comitiva subió por Santa Clara hasta alcanzar la residencia de hermanos, donde uno de ellos leyó una poesía y entregó un ramo de flores. Tras esto, y en un ejercicio de cordura y sensatez, la comitiva no se dirigió por San Sebastián hasta La Concepción, como hubiera sido normal, sino que debido a las previsiones que auguraban agua nuevamente, el paso se dirigió por la calle Santiago hasta enlazar con Costaleros y continuar su recorrido habitual. La nota curiosa se produjo con la internada en Juan Carlos I, una calle que ha permanecido en obras y que en la mañana de ayer se abría, siendo el Cristo del Amor el primero en pisarla. A eso de las dos y media, la Borriquita volvía a la Plaza de España a los sones de Mi madrugá y Viacrucis de Salud, interpretados por la banda que lleva el mismo nombre que el Cristo. Justo cuando entraba en el templo, el cielo rompió su trato de favor y dejó caer las gotas que se esperaban. El órdago había causado efecto y un año más, se agranda la leyenda de la Borriquita, que nunca se quedó en su templo un domingo de ramos.


La Resurrección se reencuentra con la suerte
Tres años de lluvia en Guadalcanal dieron paso a un procesionar agradable y tranquilo

Salía desde el convento del Espíritu Santo la última vez que El Resucitado de Guadalcanal respiró tranquilo. Fue en 2012. Desde entonces, un año sin salir y dos con la amenaza de lluvia que aceleró su regreso. Este domingo se presentaba óptimo, aunque después del agridulce Sábado Santo lo más correcto era andar con cautela y mirar de reojo al cielo.
No obstante, no hubo lugar a la sorpresa y Cristo Resucitado y María Magdalena pudieron desfilar con tranquilidad por las calles. Así pues, a las 12.30 horas se abrían las puertas de Santa María de la Asunción y comenzaba a sonar Vida eterna, su marcha.
Bajo un sol radiante y en ocasiones hasta caluroso, embriagado por un cielo azul y por la maestría de una de las cuadrillas de costaleros más profesionales de la localidad, el misterio de la Resurrección fue recorriendo las calles de un pueblo que se volcó una vez más con esta joven agrupación. En cada esquina lo esperaba un número significativo de vecinos, quienes tras la accidentada tarde anterior, donde el Cristo de las aguas por momentos, parecía, sucumbiría a la lluvia, esperaban con sed la llegada de la Resurrección.
A medida que avanzaba la mañana, el público aumentaba y llevaba en volandas al paso dirigido con solemnidad Juan Cantero. Momentos significativos fueron su entrada en la plaza de la Concepción, su discurrir alegre por San Sebastián y su recogía con la ya tradicional y emotiva petalada. Volvió a sonar Vida eterna y Cristo Resucitado se despidió de su pueblo, poniendo fin a una Semana Santa que vio a todas sus imágenes en la calle, y en especial volvió a disfrutar de un Domingo de Resurrección de los de antes, de los bonitos.


José Ángel Fonrecha

miércoles, 5 de abril de 2017

Guadalcanal, un pueblo en la memoria 24

XVIII.- Nuestra villa en blanco y negro
A continuación, una pequeña exposición de fotos nos muestra algunos momentos vividos tiempos atrás en nuestra villa que, sin duda, tuvieron su importancia en el transcurso histórico de nuestro pueblo y otros algo menos, pero que no dejan de ser curiosas.

Los autores de estas fotos fueron Santi, Juan Ceballos, Pedro Murillo, el Sano, Rafael, Chaves, Estudios Rodez, Xavi y algunos otros que han querido permanecer en el anonimato. A todos ellos y especialmente a aquellas personas que nos facilitaron las fotografías para este trabajo, mi agradecimiento y amistad.







Copyright.- Rafael Rodríguez Márquez

sábado, 1 de abril de 2017

Homenaje a los costaleros de la Madrugá de Guadalcanal

 El costalero y su costal 

Hemos querido sacar en nuestro blog una conferencia del maestro y capataz Antonio Santiago en el que explica como debe de trabajar el costalero y como debe de ponerse el costal costalero 

En esta imagen se detecta muy bien quienes eran la gente que se metían debajo de los pasos en Sevilla: no era gente joven, no era gente que estuviera metida en una oficina, estas caras son de estar todo el día al aire, no había ninguno “gordito” como se ven hoy en día muchos costaleros, porque la gente en esos tiempos comían poco y la escasez abundaba en las familias, se pasaba hambre.
Se metían debajo de los pasos con la ropa con la que trabajaban habitualmente en su oficio fuese en el muelle, albañiles, areneros del río.
Incluso en la imagen que presentamos el costalero que está de cara al cámara tiene en su brazo izquierdo una herida que suponemos que sería de su trabajo, de su sacrificio.
No existe ninguno en camisetas de tirantas ni enseñando músculos, llevan las camisas abrochadas hasta el cuello e incluso alguno lleva un pañuelo atado al cuello, ninguno lleva los ojos tapados , el tamaño de los costales eran llamativos y como se puede apreciar en la segunda foto los costales tenían cuadros de los manteles de mesa, tampoco había nadie con los pantalones remangados.
En el lateral de estas líneas vemos los areneros del río con esas lazadas que llevan en la cabeza con la arena sacada de las barcas a través de un tablón que puede medir los 20 cm de ancho soportando aproximadamente 35 o 40 kg de arena mojada, y fijaos que para este señor a través de este tablón esto no se decaiga no se puede mover de cintura para arriba por que se le caería, la única forma de que no se le caiga es de cintura para abajo que es lo que hay que mover debajo de los pasos, los pasos no se llevan con los hombros sino con la cintura. También es curioso destacar que en esas épocas en Sevilla no había gimnasios y fijaos esta gente como se le señalan los músculos dl costalero y su costalabajar, entre ellos el serrato.

El Costal


Nos centramos en el apartado más importante para el costalero, el costal. Es importante para el capataz y para los costaleros la distribución del peso del paso entre la gente, y para esa distribución hay que buscar una referencia, y tenemos que buscarla en una parte de la columna vertebral que es donde va a apoyar el peso del paso. En una vértebra que sobresale con respecto al resto denominada la séptima vértebra cervical también llamada la vertebra prominente porque es la que más sobresale de todas “Nº 11”.
El poder del costalero está en las piernas porque es la primera bisagra que se dobla. La espalda tiene unas curvas que hay que mantener para no tener lesiones. Para cualquier tipo de acción hay que adoptar una postura correcta para que la columna no sufra. Lo mismo ocurre con el costalero, el costalero debe de estar debajo del paso mirando al frente y derecho.
Debe de tener el costal ajustado a la cabeza y la parte de atrás (la morcilla) tomará la curva que el carpintero le ha dado a la trabajadera con esa forma. En estas imágenes se ve perfectamente que se llega a formar una verdadera plataforma del costal que se une al palo. En la imagen inferior se observa que la forma de la morcilla no es la correcta por que tiene una pendiente, y como toda pendiente y desde que Newton habló eso de la gravedad todo lo que pesa cae.
Pero fijaros en este señor, la séptima vértebra cervical la tendrá mucho más abajo de donde marca la morcilla. Los pliegues de la frente y los de encima de morcilla están totalmente arrugados y no se parecen en nada a las fotos anteriores, para colmo y como suele ser normal este costalero durante varias veces se mete debajo del paso y la trabajadera se le resbala y así sucesivamente, lo que este costalero no sabe es que cada vez que hace esta acción se está “matando el cuello”.
Antiguamente la frase “matando el cuello” se le decía a aquellos que cuando tenían un herida importante no eran muy bueno debajo de los pasos porque eso los delataba. El costalero no debe de hacer movimientos extraños debajo del paso, una vez la levantá así se te queda hasta la arriá.
Si no te haces el costal bien puedes cargar más que tus compañeros de al lado y por supuesto si te haces otra vez de nuevo el costal hasta que la morcilla baje va a pasar un tiempo por que el daño está asegurado, el costal hay que hacerlo bien y ponértelo una sola vez como hacían los antiguos.
Hay algunos listos que le echan agua a la morcilla para que esta se quede agarrada a la trabajadera, pues bien, ya le podéis echar el río Guadalquivir entero que si es una pendiente no hay manera de que se quede abrazada al madero por mas aguas que le echéis.
Fijaos en la siguiente foto, esta persona tiene la séptima vértebra en la línea roja indicada y mirad donde está trabajando, por supuesto no está trabajando donde el capataz lo ha igualado por lo tanto la igualá no vale para nada, el se está cargando la igualá con el costal que lleva.


El costalero que lleva este tipo de costales tiende tarde o temprano a no mirar al frente e inclinar la cabeza para abajo ( foto 1 ) para convertir la pendiente en un plano horizontal lo que proviene la posibilidad de causar una lesión. Debe de mirar al frente y con la cabeza derecha ( foto 2 ) por lo que nunca se le podrá escapar la trabajadera ya que su costal es un todo con el palo ya sea en dimensión como por la forma de hacerlo.
¿Qué consecuencias tiene todo esto?, que cuando uno "no trabaja" en ese lugar que Dios a puesto para sacar pasos el organismo se defiende creando esto, un cayo o morrillo de tejido graso para protegerse. Actualmente existen personas que llevan años debajo de los pasos con ningún síntoma de este suceso y simplemente porque el trabajo lo realiza correctamente y con un buen costal.
Y para finalizar después de haber enseñado al principio algunos costales antiguos ahora mostramos algunos costales "algunos" de ahora con su respectivas "modas".
-El costalero debe de ver debajo de los pasos, no pueden ir ciegos.





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