By Joan Spínola -FOTORETOC-

By Joan Spínola -FOTORETOC-

Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 25 de marzo de 2017

Los Condes de Belálcazar y el convento de San Francisco de Guadalcanal

Fray Alonso de la Cruz (El Conde-fraile) y Fray Antonio de la Cruz 

Convento de Nuestra Señora de la Piedad (San Francisco).

La crónica de Fray Andrés de Guadalupe nos habla del establecimiento de los franciscanos el 1 de mayo de 1495 en la ermita de Nuestra Señora de la Piedad, fundación promovida por Don Enrique Enríquez, Comendador Mayor de la Provincia de León de la Orden de Santiago, y su mujer Doña María de Luna.
Los franciscanos promovieron el establecimiento de la Orden Tercera de San Francisco en la localidad en 1621. En años posteriores se fundó en localidades vecinas como Azuaga, Berlanga, Valverde y Ahillones. Sus miembros eran “la gente más principal, eclesiástica y seglar “, habiendo hermanos “de ejemplares vidas, en penitencia muy austera“ y comunión diaria. Los cultos de esta Orden Tercera se practicaban en la iglesia del convento de la Piedad, rezándose todos los domingos “la corona de Nuestra Señora“, consistente en siete de los Misterios del Rosario y realizándose algunos ejercicios de penitencia y actos de caridad con los pobres. El número de hermanos ascendía a unos setecientos, contándose entre ellos treinta y ocho clérigos.
En este convento de La Piedad de Guadalcanal tomó el hábito franciscano D. Alonso de Sotomayor, cuarto conde de Belalcázar cuando enviudó en 1517 con el nombre de Fray Alonso de la Cruz, llamado aquella época por la plebe “El conde-fraile”, comentándose las muchas y rigurosas penitencias que observaba, algunas de ellas quedaron escritas, “usaba un silicio de esparto, cuerdas y alambres desde la garganta hasta las rodillas, y el religioso de su confianza que le curaba dijo que le salían en las puntas de los alambres muchos pedazos de carne, quedando el cuerpo llagado y lleno de sangre” (fray Andrés de Guadalupe Op.cit.).
Hallándose en San Francisco del Monte, fue a visitarlo su hijo Alonso de Sotomayor y Portugal, entre otros títulos duque de Béjar y lo encontró llevando a hombros un gran haz de leña.
Nació sobre 1480 en la Belálcazar (Córdoba) y sobre su muerte hay varias fechas y ciudades dependiendo de los historiadores, se cita su muerte en Belálcazar en el año 1518, hay otras versiones como la que cita en el libro Historia de Guadalcanal (pág. 134 y siguiente)  de nuestro paisano Andrés Mirón,  “Murió en Guadalcanal y sus restos se mezclaron con los de Fray de la Puebla, su tío, otro hijo suyo, Fray Antonio de la Cruz, profesó también en este convento,  después de haber servido en las campañas de Carlos I”.
D. Alonso de Sotomayor y Enríquez, hijo de Gutierre de Sotomayor  y Zúñiga y Teresa Enríquez y Fernández de Velasco,  casado en primeras nupcias con  Isabel Felipa de Portugal y al enviudar de esta tomó los hábitos franciscanos siguiendo el ejemplo de su tío, fue el IV Conde de Belálcazar.
A su retirada le sucedió su primogénito, Alonso Francisco de Sotomayor y Portugal, que tras su matrimonio pasó a llamarse Alonso Francisco de Zúñiga y Sotomayor
Casado con Teresa de Zúñiga y Manrique  de Castro en 1518, heredera de la gran fortuna títulos y estados de su tío Álvaro II de Zúñiga y Guzmán , tercera duquesa de Béjar y Plasencía, II marquesa de Gibraleón, IV condesa de Bañares, Grande de España, hija de Francisco de Zúñiga y Guzmán I marqués de Almonte y  de Leonor Manrique de Lara y Castro.
Pidiendo consentimiento  para las capitulaciones matrimoniales a Juana I, reina de Castilla al pertenecer los dos consortes a las misma rama familiar.
Alonso Francisco, III  duque consorte de Béjar, Grande Consorte de España, III duque consorte de Plasencia, V Duque de Belálcazar, V Vizconde de la Puebla de Alcocer y miembro del Consejo de hacienda del emperador Carlos V.,  partió a Viene en Julio del 1532 para prestar ayuda aal Emperador Carlos V y le cedió gran parte de su fortuna una suma apróximada de 160.000 ducados, esto hace pensar la gran fortuna de casa de los Belálcazar, como ejemplo, las casas de Medina Sidonia y el gran ducado de los Alba solo aportaron 50.000 ducados cada uno, igualmente aportó el V duque de Belálcazar su gente de guerra para librar la sitiada Viena por los ejércitos turcos, mandados por el sultán Solimán II conocido como  “El Magnífico” .
Dejó todos sus honores y títulos sobre 1542, dos años antes de su muerte con el nombre de fray Antonio de la Cruz tomó los hábitos  e ingresó  en el Convento de Nuestra Señora de la Piedad (San Francisco) de Guadalcanal al igual que su padre y anteriormanete su tío Fray de la Puebla.
Falleció en el convento y sus restos fueron trasladados en 1544 a Belácazar.

Hemerotecas
Rafael Spínola

sábado, 18 de marzo de 2017

Fútbol en Guadalcanal, años 60



El pasado de un equipo

... dedicado a toda la afición de Guadalcanal, que fue siempre fiel a su pueblo.

Prólogo.-
En la revista de 1981 publicó la redacción un artículo sobre el fútbol en Guadalcanal, comparando el fútbol de ayer con el de hace unos años. También hacía referencia con resultados concretos, al veranó de 1969 (año de la inauguración del actual estadio).
 Me gustó dicho artículo, pues durante aquellos años, jamás me perdí ningún partido y conozco., por que lo viví y dispongo de datos de casi toda la historia del Guadalcanal C.D. de la década de los años sesenta.
En próxima revista publicaré un resumen de dicha, temporada (con goleadores, puntuaciones y otros datos), para los amantes de la estadística y en particular de los propios interesados (los jugadores).
Pero este año, voy hacer un poco de historia de lo que fue el Guadalcanal de los primeros tiempos.
Orígenes.-
Creo que fue a principios de los sesenta (sólo hasta aquí llega memoria, por mi corta edad entonces), cuando en el antiguo campo de fútbol (sita, donde está hoy la piscina), se disputaba algún encuentro. Esto sólo ocurría, en los meses de verano, coincidiendo con la estancia de los veraneantes en el pueblo.
Insisto que desconozco si antes de, los sesenta ya se jugaban estos partidos, pues sólo contaba nueve años, por aquella fecha.
En estos primeros tiempos, con un campo desnivelado y unas porterías que tenían por largueros unas cuerdas (de redes nada), el coso vibraba y la afición jamás paraba de animar a su equipo.
Los pocos encuentros que entonces se disputaban se limitaban a los clásicos “Guadalcanal – Estudiantes” (eran estos últimos jóvenes del pueblo y de familias acomodadas, (fue la mayor parte dl año residían fuera, por razones de estudio), y algún que otro partido, con los pueblos cercanos, como Alanís, Cazalla y Constantina.
Pero esta situación, sólo duraría unos años, pues era, tal la expectación que despertaba el fútbol en Guadalcanal, que unida a la entrega desinteresada de los jugadores, bajo la dirección permanente de Rafael y entrenados por Sandalio (también era portero), que el fútbol pasó a ser algo más que un deporte, pues todos los domingos hacía del pueblo una gran familia.
Formaban el equipo entonces, los José María, Juan (hermano del anterior, más conocido por «Sardy») , Narcisc, Alegre, Mena, los hermanos Capellán, Parra, Pepe, Morente, Rafalín, los hermanos Corvillo, Palacios, Pelito y alguno más que ahora no recuerdo. Y llegamos al año 1964, con el campo reformado y es a partir de aquí cuando ya habrá partidos la mayoría de domingos y festivos.
Verano del 64.- 
Se conoce en Guadalcanal éste año como el año del homenaje a Ortega Valencia. Y coincidiendo con dicho homenaje, se juega por primera vez un trofeo en Guadalcanal y en la feria, trofeo que lleva el nombre del descubridor y que se adjudicó  el Betis Feria, en un partido de poder a poder, donde sólo se impuso la experiencia del equipo sevillano.
Verano del 65.-
Se disputan este verano catorce encuentros con un balance a favor de 76 goles, por solo 20 en contra. Además de un gran equipo, el Guadalcanal era una máquina de hacer fútbol, donde la mayoría de las jugadas culminaban en goles; gran parte de ellos, elaborados con la esencia del benjamín de los capellanes (la gran figura del equipo).
Pero a la clase de Capellán se unía la veteranía de Pepe, la seguridad en defensa de José María y Morente, la entrega de Rafalín (el motor del equipo), las internadas por el extremo de Agredano y la honestidad y sencillez de Llamazares.
Para completar esta gran temporada, el Guadalcanal se adjudica los dos trofeos que organiza en la feria:
a) El primer Trofeo de Ferias, con victoria de 4-1, frente al San Gonzalo de Sevilla.
b) El segundo Trofeo Ortega Valencia, tras vencer por igual tanteo al Bienvenida.
Verano del 66.-
Nos visitaron este año grandes equipos como el San Fernando Minas (de categoría, regional), Cazalla,. Llerena y la Agrupación Renfe de Sevilla. En este último equipo, Jugaba un defensa que al año siguiente vistió la camiseta del Guadalcanal, formando un tándem perfecto con Morente en la defensa.
Llega la feria y se organizan dos trofeos al igual que el año anterior; venciendo el Guadalcanal, en el primero de ellos, al Liceo Club de Alanís (el eterno rival); siendo derrotado en el segundo, por el Cazalla.
Verano del 67.-
Mejor no se pudo empezar la temporada, pues el 18 de julio, con la presencia de las autoridades locales, el Guadalcanal se adjudica un trofeo (donado por el Ayuntamiento),  tras vencer por el resultado de 7-1 a las Navas de la Concepción.
El Trofeo de Ferias de este año fue por primera vez “cuadrangular”, disputándose por el sistema de eliminatorias. En la primera semifinal, el Guadalcanal vence al Azuaga y en la otra, el Liceo Club de Alanís,: derrota al . Setefilla de Lora del Río. En la gran final, el equipo de Alanís se adjudica el tercer Trofeo de Ferias, obteniendo nuestro equipo el segundo Trofeo Comercial Electrovira.
Verano del 68.-
En este maratoniano verano, el Guadalcanal disputa la friolera, de veintidós encuentros (cuatro de ellos fuera), obteniendo victorias sonadas como 4-0 a Llerena, 4-2 al San Fernando Minas, 5-2 al Guadalquivir de Sevilla, y un empate a dos goles frente al Cantillana (equipo reforzado con jugadores de Tercera División).
Como ya es tradicional, no puede faltar el clásico partido frente a las “Viejas Glorias”, que en esta ocasión y con carácter excepcional, va a servir de “Homenaje a Pelito”. Antes de comenzar el encuentro y con los equipos formados en el centro del campo, Pelito recibe una larga ovación en agradecimiento a los servicios prestados.
Se organiza el segundo torneo “cuadrangular” en plena feria, proclamándose vencedor el Guadalcanal, tras vencer en la final al Azuaga por 3-0, con goles de Capellán y Moyano (2). Fue éste el último partido que se disputó en el antiguo campo y Moyano, el autor del último gol.
Punto final.-
A la lista de jugadores mencionados al principio de este articulo, hay que agregar, a los Paquito (defensa-extremo), Martínez I (defensa eficaz y seguro siempre en su puesto), Joaquinín (catalizador del equipo en el centro del campo), Alfonso (la muralla) y Cartucho (extremo de grandes recursos en ambas demarcaciones). También hay que ampliar la lista de porteros con los Padín, Fernando, Iríbar (portero del Llerena, de Tércera División), Juan Chulo y Fortu; y a punto de saltar al primer equipo están los jugadores Murillo I, José, Martínez II y Miguel para, dar sabia nueva y juventud al equipo. Sin darme cuenta han pasado quince años (media vida mía). ¡Aupa siempre el Guadalcanal!

Miguel GRILLO MARTIN
Revista de feria 1983

miércoles, 15 de marzo de 2017

Guadalcanal, un pueblo en la memoria 21


XVII.- El comercio en nuestro pueblo

El comercio y la industria en nuestra villa datan de muy antiguo, aunque nosotros tan solo vamos a recoger gráficamente aquellos anuncios que se publicaron sobre dichas actividades económicas en las distintas revistas de Guadalcanal entre los años 1928 y 1972.
Por motivos de montaje y de tamaño de estos anuncios, mediremos que no existe una relación de fechas entre ellos, y, aunque así lo hubiéramos querido hacer, esto sería completamente imposible porque las revistas de las fiestas patronales, de feria y algunas de Semana Santa, de las que se ha obtenido toda la información aquí presentada, no fueron publicadas en años sucesivos y muchas veces se editaron sin continuidad. Que nosotros sepamos, en los cuarenta y cuatro años que van desde 1928 a 1972 tan solo se editaron unas dieciocho revistas, y, por supuesto, muchos de los anuncios que incluían eran repetidos de etapas anteriores.
Los anuncios actuales no los acompañamos, pues se trata de recordar, sobre todo, los que existieron en otras épocas, y aunque se incluyen algunos que se mantuvieron con posterioridad a 1972, los actuales los tienen al alcance de su mano en las revistas de reciente edición. Desconocemos si antes de 1928 hubo alguna revista más, aunque lo más posible es que así fuera; sin embargo, esto nos ha sido imposible saberlo.
De todas formas, observen cómo los habitantes de nuestra villa, que en este 1928 fue el número mayor que ha tenido en toda su historia (7.700 habitantes), fueron excelentes comerciantes e industriales, trabajadores e innovadores. Personalmente, creo que había más iniciativa que hoy, seguramente por la necesidad de aquellos tiempos, porque está más que demostrado que los sentidos de una persona se agudizan bastante más en la pobreza que en la riqueza.








Copyright.- Rafael Rodríguez Márquez

sábado, 11 de marzo de 2017

Algo semejante a los árboles huecos de Guadalcanal

La práctica de la minería en la América Española

Naturalmente, ocurría que la abundancia de escritos y noticias técnicas sobre minería americana era consecuencia de los esfuerzos e investigaciones prácticas de los mineros españoles, antes conquistadores.
Los nombres de los prácticos y no escritores que trabajaron las explotaciones mineras, que por todas partes aparecen en América y sorprende por su atrevimiento, dados los deficientes medios de su época, sólo se conocen de referencia. Pero bastan éstas para darnos cuenta del colosal esfuerzo español distribuido por toda América y aplicado con la energía y tesón que antes pusieron los conquistadores en la guerra a la explotación de las riquezas mineras. Así, por ejemplo, se sabe que un tal Fernández de Velasco, que en 1570 vivía en el Cuzco, después de residir en el Potosí, gracias al auxilio que le prestó D. Francisco de Toledo, pudo reformar el beneficio de la plata y el oro por amalgamación en todo el Perú, salvando la minería de la ruina. Se habían agotado los minerales ricos que alimentaban seis mil hornillos a guayras, constantemente encendidos alrededor del famoso cerro del Potosí. Las minas sudamericanas, utilizando los minerales pobres que antes se abandonaban, volvieron a producir riqueza metálica económicamente al propio tiempo que las de Méjico, merced a la amalgamación y copelación inventadas  por los españoles. Resulta evidente que toda la moderna minería de las que fueron nuestras Indias se fundamenta en la española.

Con lo dicho someramente, tema en el que sobra materia para un libro, se aclara un fenómeno curioso que silencian los mineros extranjeros en la que fué América española, salvo los tratadistas de gran altura, como Fuches y Launa y, que lo advierten algunas veces. En todas las minas que el capital moderno, y generalmente norteamericano, piensa dar con riquezas desconocidas de los españoles, calculando equivocadamente nuestros conocimientos de entonces en minería, por reducción de nuestra actual desidia industrial, se encuentran restos de la olvidada pujanza minera española y las huellas de las garras conquistadoras.
Así pudo ocurrir caso tan curioso como el siguiente: Una Compañía norteamericana se propuso desaguar el lago Guatavita, en el cual la tradición afirma que los indios arrojaban en la proclamación de su príncipe dorado gran cantidad de oro y piedras preciosas para conseguir el favor de la divinidad oculta en sus aguas sagradas. Las dragas habían recogido de su fondo algunos bestiarios de riquezas auríferas.
Conseguido el objeto de la empresa, y descubierto el lodo del fondo, se encontraron algunos ídolos auríferos, esmeraldas y objetos de cerámica. Y entonces apareció al descubierto el corte que un contratista español, llamado Sepúlveda, hizo en el terreno con el mismo objeto. Fué concesión, en 1652, de Felipe II  la de desainar el lao-o, empresa ya tanteada anteriormente por Hernán Pérez de Quesada. Sepúlveda recogió de sus trabajos varios objetos de valor, entre ellos una esmeralda de gran precio que regaló al monarca español.
Puede disculparse esta equivocada creencia del desconocimiento de nuestra pujante minería de entonces la consideración de que hasta en nuestra Península se presentan casos parecidos. Yo fui encargado del desagüe de las célebres minas de Guadalcanal, favoritas de Felipe II, y de las cuales obtenía plata para pagar las galeras de Andrea Doria, y el plato del emperador en Yuste, cuando suponíamos, según nuestros informes, agotados en profundidad los trabajos a causa de la gran cantidad de agua, nos encontramos con labores más profundas, que desaguaban los antiguos utilizando émbolos de palanca actuantes en árboles huecos convertidos en cuerpo de bomba.
Allí donde en la América que fué española busquen los extranjeros riquezas minerales, casi seguramente antes o después darán con los restos de la minería española y con algo semejante a los árboles huecos de Guadalcanal.
Le ocurrió a España en este aspecto de su historia lo de siempre. Variedad de veces la sublimación de un ideal fantástico la llevó a rematar grandes empresas; pero al tropezar con la mísera realidad abandonó siempre lo que en manos menos idealistas se convirtió en riqueza. Siempre la repetida historia de Don Quijote en Sierra Morena, levantando con la punta de su lanzón el maletín del loco repleto de monedas de oro que regaló a Sancho Panza.
Pero los dineros del maletín de Cardenio no hubieran llegado a poder del escudero si a Don Quijote no se le hubieran ocurrido las locuras de Sierra Morena. Y es consuelo triste y agradable a la vez para el que se siente racialmente español poder afirmar que las modernidades sanchopancescas, incluso las mineras, fue saben utilizar las riquezas que desperdició en América Don Quijote, dándole con el cuento de un anticuado lanzón como al maletín del loco en Sierra Morena, no serían posibles sin nuestras quijotescas locuras. Sin la fantasía no se hace más que mecánica en el cerebro humano, y toda la maquinaria de una fábrica de discos de gramófonos, capaz de construir siete mil en jomada, se fundamenta en la fantasía musical originaria. Así. el despreciado lanzón representativo del ideal absurdo y fantástico, es indispensable para la fabricación de mundos nuevos, especialidad histórica de la raza hispana.

Revista Ingeniera y Construcción
AÑO X I . - V O L . X I . - N Ú M . 125. Madrid, mayo 1933.
Por JOAQUÍN MENÉNDEZ ORMAZA

miércoles, 8 de marzo de 2017

Guadalcanal, un pueblo en la memoria 20

XVI Voces de Ayer  De la N a la Z

“Este capítulo recoge muchas de las palabras que aprendí de niño y otras que siempre he escuchado a mis mayores a lo largo de mi vida. Algunas ya están publicadas en el brillante artículo de Álvarez Blanco o el estudio de Rafael Moyano (ver bibliografía); no obstante, la mayoría de las que podéis leer en este apartado han sido recogidas directamente por el autor.”

N
NAPIA.- Nariz.
NORIA.- Pozo con canjilones para sacar agua.
O
ORASU.- Golosina dulce y negra (regaliz).
ORSA.- Recipiente pequeño para la manteca.
ORTERA.- Fiambrera para llevar la comida.
P
PACHANGA.- Baile. Diversión.
PADRASTO.- Pellejo que sale en los dedos junto a las uñas.
PALANCANA.- Jofaina, recipiente para lavarse.
PALAUSTRE.- En albañilería, para tirar la mezcla.
PALMAR.-  Morirminada, cosa insignificante.
PANELÓN.- De madera, rectangular para lavar la ropa.
PANOJA.-  Dinero. Tener billetes.
PAPARRUCHA.- Decir algo sin sentido.
PAPO.- Tener papo, tranquilidad, sin prisa.
PARBUJO.-   Zurra, paliza, laneo.
PARIPÉ.- Simular, fingir; mostrar afecto sin quererlo.
PATACABRA.- Usado en la zapatería para sacar brillo a las suelas.
PEA.-  Borrachera, chispa, curda, tajada.
PEJIGUERA.- Pesado, seguido, cansado.
PELICHE.- Sin dinero. Pobre. De poco valor.
PELINDRUSCA.- De poca moral. Ordinaria. Ligera de cascos.
PELOTO.- Inmaduro, verde. Duro.
PELÚA.- Helada. Escarcha.
PELUSA.- Prenda gruesa de abrigo. Tipo de chaqueta.
PENCO.- Flojo, apagado, sin fuerza.
PENENE.- Constante. Continuamente.
PEO.- Aire expelido por el ano.
PERCUDÍO.-Sucio. Espeso. Mal cuidado
PERICO.- Corazón.
PERNILES.- Piernas de pantalón.
PERRÁNGANO.- Jagallo. Perro. Sin querer trabajar.
PESCOSON.- Guantazo. Torta. Dar un golpe en el cuello.
PETACA.- Especie de estuche de mano donde se guardaba el tabaco.
PICÚ.- Tocadiscos.
PILACHO.-  Hilo en alguna prenda. Hilacho suelto.
PINCHINERO.- Incipiente. Principiante, que no sabe.
PINGONEO.- Callejeo constante. Bureo. Pidongo/a.
PINGUEANDO.- Muy mojado, empapado.
PINTA.- Elemento fresco y desvergonzado.
PINTÓN.- Ni verde ni maduro. Estar algo bebido.
PIOCHA.- Azada para cavar la tierra.
PIOMPA, DE LA.- Afeminado, marica.
PIPIRIGAÑA.- Mijitas que quedan después de partir algo.
PIPOTE.- Botijo, búcaro para el agua.
PIRRARSE.- Gustar mucho alguna cosa.
PIRRIAQUE.- Vino u otra variedad alcohólica.
PIRULA.- Colita de los niños, churrina.
PITERA.- Agujero hecho a alguna cosa.
PITERON.- Estar pendiente de algo. Ojear.
POLAINAS.- Protector de cuero que usaban los hombres del campo en las piernas.
POLEAS.- Puches, sopas de harina y azúcar con tostones.
POSIO.- Terreno estéril. Sin  utilidad.
POTRA.- Buena suerte en la vida.
POYATA.- Base en la pared.
PRESISO.- Funda de piel4para el reloj de bolsillo usado por los hombres del campo.
PRINGUE.- Manteca de cerdo.       "
PRINGUESORRA.- De mala reputación. Reidero.
PUCHES.- Sopa de harina con azúcar, canela y tostones.
PUJIEDES.-  Delicado. Llorón.
PURPEJO.- Parte de la mano.
Q
QUEQUES.-  Estampitas para jugar
QUINQUE.-  Utensilio con tubo de cristal para dar luz.     1
R
RAMARASO.- Acometida pasajera de una enfermedad.
RASTRAS.- Utensilio que sirve para coger el cubo caído al pozo.
RASTROJO.- Restos de paja después de la siega.
RECACHA.-  Sitio resguardado y soleado. Rincón abrigado.
RECARCON.- Esguince o torcedura.
RECATAPLÁN.- Extremo. Acto supremo, máximo.
REIDERO.- Hazmerreír. Ridículo, mamarracho.
REJILETE.- Rapidez. Nerviosismo. Inquietud.
REJORQUETE.- Fiesta, ágape, celebración.
REMAJO.- Echar las ovejas al campo para comer.
RENDIJA.- Pequeña abertura en una puerta o similar.
RENTOY.- Ofensa. Palabra con segunda intención.
REPAGILON.- Mirada muy rápida (ver de repagilón).
REPAPALO.- Especie de albóndiga (guiso).
REPAPILARSE.- Comer con ganas algunas comidas.
REPELUCO.- Escalofrío. Miedo a algo.
REPULLO.-  Susto que se da alguien. Sobrecogerse.
REPUNTEAO.- Molestias que preceden a un dolor.
REQUILORIO.- Abalorio, baratija. Adorno.
RESOBAURA.- Herida producida por un roce contínuo en la piel.
RESORGAR.-  “No dejar a uno ni resogar”. Callado. Sin hablar.
RETESO.- Cuarentena de la mujer después del parto.
RETRETE.- Váter, escusado, baño, servicio.
REVESINO.- Intención de hacer algo. Idea firme.
REVOLCON.- Acto sexual.
REVOLEO.-  Lanzar con fuerza cualquier objeto.
ROCIA.- Agua caída durante.la noche. Rocío.
ROLLON.- Orujillo que queda después de moler y cernir el trigo
S
SABANEO.- Laneo, paliza. Castigo.
SAGOGO.- Persona gruesa, tranquila.
SAJUMERIO.- Vaso grande de vino, cubata, güisqui, etc.
SALAMANQUESA.- Pequeño reptil que acude de noche a la luz en la pared.
SALONA.- Tinaja grande, baja y ancha.
SALVAO.- Rollón. Restos de trigo en el cedazo.
SAMBULLIRSE.- Meterse una persona en el agua de forma rápida.
SAPATIESTA.- Capea, follón, alboroto.
SAQUISAMIN.- Lugar pequeño en los altos de una casa.
SARASA.- Afeminado, mariquita.
SARPULLÍO.- Granos. Pupas rojas pequeñas en la piel.
SARRASINA.- Capea, jaleo. Estropicio.
SEMITONADO.- Estar algo bebido, sin estar borracho.
SENARA.- Parte de un terreno cedido a un campesiono.
SERANDA.-  Para cernir arena y otros productos.
SERÓN.- Utensilio que llevan las bestias de carga.
SEROTE.- Trozo de cera virgen para los cabos del zapatero.
SIESO .- Serio. Malaje, estúpido.
SIESTA.- Sueño después de comer.
SIFÓN.- Recipiente de cristal conteniendo agua de Seltz.
SIFRAO.- Cansado, extenuado. Dolorido.
SIQUITRAQUE.- Ciquitraque. Fuego. “Arder más que un ciquitraque”.
SISCO.- Picón para el brasero.
SOBRESI.- Persona engreída que se cree importante.
SOFOCÓN.-  Cabreo, enfado. Mala leche.
SOLIVIANTAO.- Inquieto, nervioso. Espantado.
SOPETÓN.- Dé improviso, sin esperarlo.
SOPÍLFORA.- Descarada. Astuta. Atrevida.
SOPISANGUINO.- Ansioso. De escasa paciencia.
SORROCLOCO.- Carantoña. Zalamería Pelotilleo.
SORROSTRÁ.- Cansancio
SORROSTRÓN.- Espabilado, listo, cuco.
SORRUNO.- Caca. Suciedad. Mal olor.
SORULLO.-  Excremento duro. Privada.
SUMAQUE.- Planta usada para curtir las pieles.
SUMBIO.- Dar un golpe fuerte.
SURRAPA.- Granzas del café. Residuo.
SURRETA.- Cagalera, diarrea, colitis.
SURRIAGO.- Especie de látigo para arrear las bestias.
SURRON.- Usado por los cazadores para llevar la caza.
T
TABLAS.- En la huerta, tierras de siembra.
TAJADA.- Pea, borrachera, chispa.
TAJELAR.- Trabajar. Realizar las faenas con energía.
TANSA.- Trozo de nilón fuerte para pasar el cabo en el zapato para coser la suela.
TÁRTAGO.- Disgusto, sofocón.
TELERA.- Pan grande con dos parte iguales.
TETE.- Ombligo.
TIMBIRIMBA.- Discusión, pelea, riña.
TINAJA.- Recipiente de barro para aceitunas, chacina, etc.
TIRAPIE.- Correa para sujetar el zapato sobre la pierna del zapatero.
TIRRIA.- Ojeriza,  enemistad.
TOLLINA.- Paliza, laneo, zurra.
TORRUCA.-  Habitáculo hecho de piedra utilizado por los pastores.
TORTERO.- Bulto que sale de un golpe dado en la frente o por una picada de un insecto.
TORTORUELO.- Sin orden, revuelto. Desorganización.
TOSTONES.- Trozos pequeños de pan frito que se echa en las puches.
TRACAMANDANA.- Jaleo, alboroto. Lío.
TRANCAYA.- Paso largo, zancada larga.
TRÁPALA.- Embustero. Fresco. Ladronzuelo.
TRAQUIO.- Trueno, estruendo, traca. Cohete.
TRANSCONEJAO.- Escondido, sin querer que le vean.
TRASLUSON.- Matar un conejo en el monte entre las matas
TRASUGUERO.- Palo grueso usado en el fuego. Trashoguero.
V
VASINILLA.- Antiguo recipiente para orinar. También usado en barbería.
VENAJE.- Valle. Terreno bajo.
VENSIJON.- Tirón en la cintura. Esguince con dolor.
VENTESTATE.- A la intemperie, al raso. Fuera.
VERRUGA.- Deformación de la piel. Grano.
VERTEDERA.- Pieza del arado que va abriendo la tierra.
YESERA.- Mujer que frecuenta mucho la misma tienda.
VIRON.-  Trozo de suela en la punta del zapato
Y
YAMBA.- Batería de una orquesta musical.
YAYO.- Abuelo.
YUNTA.- Pareja de mulos.

Copyright.- Rafael Rodríguez Márquez 

sábado, 4 de marzo de 2017

Guadalcanal C.D. en la cámara de Santi

Eran.. Tardes de Gloria

Aquí tienen Uds. dos momentos de gloria para el Guadalcanal C.D. La cámara de Santi hizo posible esta realidad.
En unos vemos una final de Feria, entre el potente San Fernando Minas y nuestro equipo, la emoción se convirtió en júbilo y en vítores a nuestros colores. Fue una más de aquellas tantas, de aquellos tiempos. En la otra foto podemos ver al equipo de gala del Guadalcanal C.D., aquellos Juan, Fortu, Morente, Alfonso, José María Martínez, Rafalín, Joaquín, y la delantera de la “muerte” Agredano, Capellán, Pepillo, Llamazares, y Sardi, aquellos que tanta gloria le dieron al fútbol de nuestra localidad,  también a la historia por el impasible paso de los años, que a nadie perdonan.
Eran tiempos muy difíciles, tan difíciles que cada uno de ellos se tenían que costear hasta lo más imprescindible, un balón, pero a la vez eran tiempos de gran afición, camaradería y amistad, y esto nos daba fuerza para mover montañas.
Se jugaba cada temporada de veinticinco a treinta partidos, y la gran afición que había los seguidores iban en aumento cada domingo, y era curioso que todos los jugadores cumplían al pie de la letra las consignas, y solo llevaban el equipo dos personas: entrenador Sandalio Corvillo Reyes, a quien tanto debemos la afición de este deporte en nuestro pueblo, y el entregado Presidente Rafael Rodríguez Márquez, incansable siempre en sus funciones y alentando a los demás, así durante quince largos años.
El 22 de junio de 1969 se inaugura el terreno actual que hoy tenemos. Tres largos meses trabajando para conseguir este fin, y ahí tenemos que, jugamos la primera temporada, ventaseis partidos y el Guadalcanal C.D. no conoce la derrota; eran… Tardes de gloría.
Seguidamente ponemos algunos resultados de aquellos inolvidables tiempos:
Sevilla Atlético 0                                Guadalcanal C.D.1
Manchester de Constantina 0 Guadalcanal C.D. 15
Setefilla de Lora 2                              Guadalcanal C.D. 13
Azuaga 0                                            Guadalcanal C.D. 5
Bienvenida 3                                      Guadalcanal C.D. 6
San Fernando de Minas 1                  Guadalcanal C.D. 4
San Rafael de Lora 1                         Guadalcanal C.D. 5
San Pablo de Sevilla 1                       Guadalcanal C.D.4
A.B.C de Sevilla 0                              Guadalcanal C.D. 3
Alcalá 1                                              Guadalcanal C.D. 4
San Telmo de Sevilla 3                       Guadalcanal C.D. 5
Alcalá del Río 0                                 Guadalcanal C.D. 7
Llerena C.D. 1                                   Guadalcanal C.D. 6
Constantina C.D. 2                            Guadalcanal C.D. 5
Liceo Club de Alanís 2                       Guadalcanal C.D. 3
Cantillana C.D. 2                              Guadalcanal C.D. 2

Partidos jugados fuera:
Cazalla 1                                            Guadalcanal C.D. 4
Fuente de Cantos 1                            Guadalcanal C.D. 7
Las Navas, 2                                      Guadalcanal C.D. 4

Desde estas páginas, y no estando en nuestro ánimo criticar a nadie, tenemos que decir que en la actualidad, a pesar de componer la directiva del Guadalcanal, C.D. ocho o diez personas, no acertamos a explicarnos por qué  se encuentra el fútbol en situación tan deplorable, pues se puede intentar con los jóvenes que hay, pero para eso hacen falta ganas de luchar y, por supuesto de perder tiempo y dinero, pero mientras espero uno, a ver si lo hace otro, estamos perdiendo tiempo y el único que paga los vidrios rotos es el aficionado, el seguidor de su equipo, que no tiene fútbol, y los jóvenes que no lo practican.
Sintiéndolo mucho y aunque esta sea la excepción de la regla, tenemos que mirar hacia atrás, porque en este caso el pasado fue mejor que el presente, y, por lo menos me alegra recordar, aquellas tardes de gloria.

Redacción
Revista de feria 1981

miércoles, 1 de marzo de 2017

Guadalcanal, un pueblo en la memoria 19

XVI Voces de Ayer  De la D a la M

“Este capítulo recoge muchas de las palabras que aprendí de niño y otras que siempre he escuchado a mis mayores a lo largo de mi vida. Algunas ya están publicadas en el brillante artículo de Álvarez Blanco o el estudio de Rafael Moyano (ver bibliografía); no obstante, la mayoría de las que podéis leer en este apartado han sido recogidas directamente por el autor.”

D
DESCUAJARINGAO.- Hecho polvo, cansado. Flojo. Roto.
DESEMBUCHAR.- Contar todo lo que se sepa.
DESGUINSE.- Esguince, dolor en alguna parte del cuerpo.
DIÑAR.- Morirse.
DIQUELAR.-  Ver, mirar.
DIQUIERA.- Que tardará mucho.
DITA.- Vender a plazos.
DITERO.- Persona que vende géneros a plazos. Dita.
DOMIA.- Antiguamente, pasar 15 días en el campo trabajando.
E
EMBALINAR.- Infectarse una herida.
EMBEBÍO.- Seco, delgado.
EMBELESAO.- Distraído. Olvidarse de todo.
EMBOLAD.-Meter a una persona en algún lío o follón.
EMBROCAR.- Vaciar. Echar de un recipiente a otro.
EMBROLLO.- Lío, follón, alboroto.
EMBUTIR.-   Persona que come mucho. Hacer embutidos.
EMPASINAO.- Harto. Lleno de comer y beber. Molesto.
EMPENDOLAR.- Hacer alguna cosa. Organizar.
EMPENIGAO.- Subido, prepotente.
EMPERIFOLLAR.- Arreglarse. Acicalarse.
EMPORCAR.- Ensuciar. Estar sucio.
ENCLENQUE.- Menudo, de poca chicha.
ENCUERITATE.- Sin ropa o poco atuendo.
ENDENANTE.- Antes.
ENDILGAR.- Largar, deshacerse de algo.
ENDIÑAR.- Pegar, zumbar, atizar.
ENDONAR.- Largarle a otro el mochuelo.
ENGURRUÑAO.- Muy encogido y arrugado.
ENSANCOCHAR.- Cocer la verdura antes de consumir.
ENSEBICAO.- Dominado por algo. Insistente. Enviciado.
ENTENAO.-  Hijo de viuda, entenao de segundo marido. Hijastro.
ENTENGUERENGUE.- Sin base. Inseguro. Propenso a caerse.
ERUTÍO.- Aire con ruido expelido por la boca.
ESCOPLO.-   Pieza del arado que vá pinchada en la tierra.
ESCUCHIMISAO.-  Delgado. De salud quebrada.
ESCUSAO.- Que se quiere enterar de todo. Váter.
ESGALASAO.- Roto. Andrajoso. Destrozado.
ESMANGANILLAO.- Flojo. Sin fuerzas.
ESMERRIO.- Escuálido. Delgado. De poca chicha.
ESMORESIO.- Con mucho miedo. Tembloroso.
ESPILACHAR.- Quitar hilos a una prenda.
ESPINDARGO.- Largo, lacio, delgado.
ESPOLIQUE.- Golpe dado con el pie al saltar jugando «a piola».
ESTACÁ.- Olivar. Finca pequeña.
ESTAMPÍO.- Fuerte. Sonido estridente. Bomba.
ESTEVA.- Mancera del arado (para agarrarlo
ESTREBEDES.- Utensilio para sostener la sartén en el fuego.
ESTREORES.-Utensilio de hierro usado como soporte en el fuego.
F
FARRUCO.-  Desafiante, terco, valentón.
FETÉN.- Auténtico, verdadero.
FLETAL.- Utensilio de albañil para asentar la mezcla.
FLETE.- Cantidad abundante de alguna cosa.
FORMON.- Utensilio de carpintería para labrar la madera.
FRAGATÚA.- Malestar causado a alguien. Hacerle daño.
FRANCACHELA.- Juerga, diversión, ágape.
FRANGOLLA.- Hacer cosas a la ligera. Sin orden. Manazas.
FRIAJONES.- Alubias, chíncharos, judías.
FULASTRE.- Delicado. Enfermedad ligera.
FULLERO.-  Falso, no fiable, tramposo.
G
GACHAS.- Especia de natillas. Sopa de harina con azúcar.
GACHÓN.- Persona de mérito.
CACHONA.- Alegre, divertida. Fresca.
GAFO.- Harto de beber y comer.
GALLOLENTO.- Trompo con la púa torcida que siempre se sale del hoyo.
GAMÓN.- Madero de sujeción en chimeneas antiguas.
GANDUMBAS.- Tranquilo. Despreocupado. Pesado.
GARBANA.- Cansancio. Sueño. Flojera.
GARBEO.- Salir de fiesta. Paseo.
GARFAÑÁ.-  Arañazo. Herida causada con las uñas.
GARLOPA.- Cepillo grande para cepillar la madera.
GATUPERIO.- Liado. Falso, engañoso.
GAVIA.- Especie de cuneta. Foso pequeño.
GAZNÁPIRO.- Bruto, basto, rudo, ordinario.
GOLIMBRO.- Que le gusta picar de todo. Goloso.
GONINA.-Cantidad pequeña de cualquier líquido.
GORRIATO.- Gorrión
GRANSAS.- Asientos del café molido y cocido.
GRESCA.- Jaleo. Follón. Pelea.
GUAJARRASO.- Caer al suelo, tropezón, caída brusca.
GUBIA.- Utensilio en carpintería para labrar madera.
GUEBRA.- Equivalente a un día de trabajo agrícola. Peonada.
GÜERO.- Vacío. Huevo con el pajarillo dentro.
GUTO.- Pequeño. Vivaracho. Reviejo.
H
HORMA.- Molde de madera que se usaba para fabricar zapatos.
I
INCULCAR.- Hacer creer algo a otro.
INFRERNILLO.- Utensilio con petróleo y mecha para guisar.
J
JAGALLO.- Perro. Con fobia al trabajo. Vividor.
JALAR.- Comer mucho. Buen apetito.
JAMACUCO.- Telele. Ataque. Quedarse sin conocimiento.
JAMAR.- Comer en abundancia.
JAMUGA.- Paliza. “Jamuga de palos”. Tollina.
JANDÉN.- Mucho. Cantidad en demasía.
JANGA.- Hacer daño a alguien de alguna manera.
JANGARILLÓN.- Grandullón. Desgarbado. Torpe.
JAQUETA.- Tipo de chaqueta de pana con listas usada en el campo.
JAQUETONA.- Entrada en años. Jamona.
JÁQUIMA.- Lo que llevan las bestias en la cara con el cabestro.
JARDASO.- Caída aparatosa.
JARETA.-  Dobladillo hecho en la ropa, fruncido.
JARTON.- Comer y beber en abundancia.
JATEO.- Víveres. Alimentos que §e llevaban al campo los caseros.
JATO.- Avíos necesarios para vivir en el campo los jornaleros.
JECHIO.- Sitio donde acuden animales a revolcarse. Residuos.
JERGON.- Funda de colchón re • eno de hojas de maíz.
JERINGO.- Churro, masa frita, calentitos.
JETA.- Tener cara dura. Serio.
JIÑAR.- Dar de cuerpo, excrementar, cagar.
JIPIO.- Grito fuerte. Chillido. Del borracho.
JOIOPOLARMA.- Travieso. Inquieto. Nervioso.
JOLGORIO.- Fiesta, regocijo.
JOLLÍN.- Hollín negro del humo pegado a fogones y chimeneas.
JONDA.- Utensilio para arrojar piedras.
JONDEAR.- Tirar piedras con la honda. Lanzar.
JONGON.- Tranquilo. Cojonato. Sin prisas.
JORASQUEO.- Ruido pequeño. También al pisar hojas secas.
JORGON.- Ancho. Prenda que está grande.
JORMIGUILLA.- Picor, especialmente en la nariz y la garganta.
JORRA.- Que no puede tener hijos.
JOSINO.- Hoz para segar el trigo, la cebada y otros.
JUANETE.-  Deformación de los huesos de los pies muy doloroso.
JUCHEAO.-  Espabilado, vivaracho.
JUNSIA.- Paliza, castigo, juleo, paja.
JURDEL.- Dinero.
L
LACHA.- Vergüenza. Persona con decencia.
LAMBRUSIO.- Golimbro. Goloso.
LANEO.- Parbujo. Paliza. Ajuste de cuentas.
LANGOSTO.- Saltamontes.
LANA.- Peligroso, no 5,able. Imperdible.
LÁRGARO.-  Broma. Pegar un muñeco de papel en la espalda.
LAVADERO.- Madera ondulada para lavar la ropa en la panelón.
LAVIJA.- Fino, avispado, de cuidado.
LEBRILLO.- Recipiente de barró utilizado en las matanzas.
LEBRON.-  Miedoso. Con temor. «Cagón».
LESNA.- Utensilio del zapatero para coser el zapato.
LIBRITO.-  De papel para liar .1 cigarro. Rey de espada.
LINGOTASO.- Beber un buen trago de vino.
LONGUI.- Hacerse el sordo. sin poner atención.
LUPIJO.- Persona delgada, escurrida.
LURIA.- Tirarse piedras entre dos bandas de muchachos.
M
MACANA.- Película la. Cosa de poco valor.
MACHORRA.- Que no puede tener crías.
MAJO.- Trozo de madera torneada para majar el gazpacho.
MANGURRINO.- Malaje. Maleante. Alborotador.
MANIGUETA.- Alambre para guiar el aro.
MANIJA.- Tipo de guantes sin dedos para empujar la lezna del zapatero.
MANSERA.- En el arado, asidero para el que ara. Esteva.
MARTINGALA.- Engaño, liar a otros con embustes.
MATRACA.- Aparato de sonido tosco en la torre del campanario.
MEDROSO.- Asustadizo. Lebrón. De poco espíritu.
MELOTE.- Líquido viscoso, dulce.
MININA.- Pene pequeño del niño.
MITRA.- Paliza. Bofetadas. Golpes.
MOCHO.- Palo para pegarle a la billarda (juego).
MOGON.- Sueño, sobre todo después de comer. Siesta.
MOJIGANGA.- Hacer gracia y gestos con la cara.
MOJÓN.- Excremento duro.
MOLONDRO.- Excremento duro y grande.
MONDONGO.- Tripas, persona gorda, pesada.
MORDEJUYE.- Cortapicha, insecto.
MORGAÑO.- Araña. Insecto de patas muy largas.
MORRA.- Cabeza gorda.
MORRALLA.- Cosas sin valor. Chatarra.
MOSCA.- Borrachera, pea, tajada.
MOSTAGAN.- Grandullón. Gordo.
MOYATE.- Vino. Estar mayatoso (estar borracho).
MUERMO.- Sin valor. Fofo. Grandón.

Copyright.- Rafael Rodríguez Márquez