Los principales
acontecimientos 1937/1950
Tercera parte
Continuaron las detenciones y registro en Guadalcanal durante el
convulso año 43, el día 10 de Marzo fue detenida al salir del oficina de Correos
Josefa Conde Trujillo natural de Cazalla cuando acababa de dejar una carta
dirigida a Josefa Grande Recio, residía con sus padres Manuel Grande Valenzuela
de profesión cabrero y Ana Recio Muñoz, que vivian en un chozo en la finca del
Coto de Valdefuentes, Josefa Conde trabajaba de sirvienta en el pueblo en la
casa del manigero de la finca de Cabeza García, ésta junto a su familia vivía en la calle Espíritu Santo de
Guadalcanal ya estaba siendo vigilada
por la jefatura de Persecución de Huidos, desde que Lorenzo Sayago,
encargado de la citada finca, informado a una patrulla de la Guardia Civil que
Josefa había recibido una nota manuscrita “de la partida de la sierra” y
que algunos de ellos habían comido dos veces con la finca la semana anterior en
el domicilio de Agustín Romero, administrador del Coto.
Entre los días
11 al 13 de Abril, la Guardia Civil de Guadalcanal reforzada por números de
Alanís, Malcocinado y Azuaga acometieron varias redadas en Malcocinado, efectuando la detención de un total de 29 vecinos, la operación
empezó en la madrugada del día 11 cuando fue localizado y detenido al salir de
la casa de un familiar el guerrillero Rafael Castillo Durán “alias Barcín”,
siguieron a esta detención otras veintiocho (15 hombres y 13 mujeres), todos
los detenidos eran familiares o colaboradores de los guerrilleros , entre los
que se encontraban, Lorenzo Castillo Durán (hermano de Barcín), Amelia Hernández Hernández (esposa del guerrillero
Daniel Sánchez Díaz), Dolores Martínez Yanes (esposa del guerrillero Pedro
Rubio Santervás y
madre del
también guerrillero “Joseito”, Manuel
Sillero Castillo (padre de Isabel Sillero), Manuel Suárez González (padre del
guerrillero “Emilín”) y los
hermanos Manuel y Antonio Vizuete Hernández (marido de la también detenida
María Hernández y cuñado de “Charito”), todos ellos, después de tomarles declaración
en los puestos de Llerena y Azuaga fueron trasladados a la Prisión Provincial
de Badajoz.
Siguieron las redadas, deteniéndose en Guadalcanal el 17 de Mayo a Rafael Muñoz Arenal, que se encontraba en las listas de la citada
por la jefatura de Persecución de Huidos.
Un grupo de guardias civiles mandados por el brigada Rogelio Camarero
se personaron la madrugada del 23 en el chozo de Manuel Grande procediendo a su
detención junto a su mujer Ana Recio y los hijos de estos Francisco de
diecisiete años y Amador de dieciocho, no se encontraba con ellos Josefa que
había huido a Sevilla donde fue detenida poco después junto a su tía Eugenia
Recio que pasaba temporadas en el chozo del Coto de Valdefuentes y se la
relacionaba con los hombre de la partida “del Chato” .
Estas detenciones y la lectura de la correspondencia encontrada,
llevaron a los hombres del Capitán Jiménez
al vecino pueblo de Malcocinado, deteniendo a varias personas, entre
ellas Isabel Sillero Suárez emparentada con el guerrillero Emilio Suarez Galván
“alias Emilin” a cuyo nombre llegaba la correspondencia enviada desde
Guadalcanal por Josefa, seguidamente fueron detenidas María Jesús Galván madre
de Emilin y las hermanas Antonia y
Serafina Hernández Castillo, hijas de Natalio Hernández “El Arriero”.
En consejo de guerra celebrado en Sevilla el 12 de Julio del año
cuarenta y cinco, se dictaron las siguientes condenas, a Manuel Grande y Pedro
Fornelio dos años de cárcel, Ana Recio un año, extrañamente, Josefa Grande y Josefa Conde fueron absueltas, a Isabel Sillero la
condenaron a seis años de los que cumpliría cinco en la Prisión de Mujeres de
Segovia, obteniendo la condicional el 22 de Junio de 1950.
Lejos de amedrentarse los maquis por los últimos acontecimientos y
detenciones en la comarca, continuaron con los secuestros y extorsiones
(algunos de estos frustrados por las fuerzas de orden público), el 2 de Junio
intervienen de nuevo y secuestran a Francisco Cabezas Gómez, vecino de
Guadalcanal en la finca Lote de las Heras en el término del vecino pueblo de
Cazalla, cuando se encontraba en el tajo acompañado por sus hermanos
Manuel y Arsenio, además de por los trabajadores José Gálvez Jiménez, Juan
Gálvez Martín, Antonio Gálvez Ortega y José Pajuelo Cubero, los tres primeros
vecinos de Guadalcanal y, el cuarto, de Cazalla de la Sierra.
Según el relato del propio Francisco, “tras presentarse de improviso
en el tajo los secuestradores, armados con pistolas, tras amenazar a los
trabajadores para que dejasen las hoces en el suelo, después de golpear a un
hermano llamado Francisco el que se había resistido a dejar caer su hoz, se lo
llevaron con ellos después de solicitar diez mil duros -50.000 pesetas- por su rescate.
Su hermano Manuel se fue rápidamente a Guadalcanal a poner en
antecedentes a su familia, esta decidió con la máxima diligencia y secreto actuar de forma rápida sin dar
parte a las autoridades, juntaron el dinero y este se dirigió al punto acordado
en un ramal de la vía del Cerro del Hierro entregando el rescate y siendo
liberado Francisco a primeras horas de la mañana siguiente.
Este acontecimiento tendría consecuencias imprevistas para la familia
Cabezas, conocidos los hechos apenas una semana después por la Jefatura del Servicio de Persecución de
Huidos, envió a Guadalcanal al Capitán José Pérez Carmona, llamó a al
puesto a todos los miembros adultos de la familia, el padre, los tres hermanos
y al yerno José Arcos Bernabé, después de ser interrogados ordenó llevarlos a
todos ellos a los calabozos municipales.
Trasladados a
Sevilla a primeros de Mayo fueron sometidos los cinco miembros de la familia a
un Consejo de Guerra y condenados a
seis meses de prisión por ocultación del secuestro y posterior pago sin dar
cuenta a las autoridades locales.
El 3 de agosto
guardias civiles de Guadalcanal de servicio de apostadero en la linde de dicho
término con el de Malcocinado abatían a Florencio González del Río apodado “El Alemán”, resultando herido otro
maqui conocido como “El chato de Huelva” que consigue huir con el resto de sus
compañeros hacía algún escondite en las fincas de Alanís.
La represión y
refuerzos de la Guardia Civil en los cuarteles de la comarca estaban cada vez
más organizados y su batidas seguían mermando las partidas de guerrilleros, así
la madrugada del 28 de Noviembre, el capitán Jiménez organizó una patrulla en
Guadalcanal para detener en un chozo del Coto de Valdefuentes a Eduardo Chaves Trancoso y su hijo Eduardo
Chaves Piñero, que trabajaban en la en la finca de porqueros hacía más de un
año, fueron trasladado a la cárcel municipal del pueblo para ser interrogados,
una semana más tarde los trasladaron a la cárcel de Cazalla y de allí el
día 5 a la Provincial de Sevilla.
El día 4 de Mayo
fueron juzgados por un Consejo de Guerra y
los dos fueron condenados a un año de reclusión menor.
En el verano del
año 45 parecía que las partidas de maquis en la Sierra Norte y comarcas
limítrofes se encontraban muy debilitadas, las detenciones y muertes de muchos
de sus principales efectivos, familiares e informadores así lo hacían pensar, la vigilancia y la contra de las
autoridades se hacía efectiva, más el hecho de la muerte del más carismáticos
de los guerrilleros, “El Chato de Malcocinado” que había sido abatido el 25 de
Septiembre de ese año, por la Guardia Civil
al ser sorprendido junto a varios compañeros en el Chozo del Ventillo,
enclavado en la Finca La Chirivía Baja en el vecino pueblo de Alanís, no
obstante a todos estos acontecimientos los asaltos, secuestros y extorsiones
siguieron hasta el año 50 en Guadalcanal.
Esta calma de acciones
e incursiones se rompió nuevamente el día 14 de Octubre del 45, fue detenido en
su domicilio de Guadalcanal el vecino Rafael Arenal Moreno, acusado de haber
enviado la semana anterior un anónimo al panadero José Arcos Rivero,
requiriéndole 20.000 pesetas, cuando Rafael fue a recoger el dinero a la puerta
trasera del depósito de trigo de la
localidad por una patrulla de la Guardia Civil que había sido alertada por la
familia de Arcos, fueron a detenerlo y este resultó herido de un disparo en el
brazo, no fue detenido aquella madrugada pero pocas horas después el rastro de
sangre lo delató y no opuso resistencia.
Rafael Arenal
que contaba con treinta y dos años era muy conocido en la localidad ya que
trabajaba de camarero en la taberna del Tuerto, lugar de reunión de la gente
del campo, éste ya había sido detenido al terminar la guerra y hacía dos años
que estaba en libertad Condicional, después de pasar cuatro en la Prisión
Provincial de Sevilla, tras su detención fue puesto nuevamente a disposición de
la autoridad, puesto ante el Juez Instructor Sr. Delgado y ser preguntado por
este que le inducía a enviar anónimos, Rafael en tono altanero y tranquilo y
tras reconocer ser él quien envió este anónimo, le respondió: la Juez “que
fue la necesidad y penuria tan grande en la que se encontraba, tanto él como
sus padres ancianos a quienes también tenía que mantener; que no guardaba
enemistad ninguna con el José Arcos, de quien sabía que tenía bastante dinero
ganado ilícitamente.
Fue puesto seis meses después ante un Consejo de Guerra Ordinario
(causa 941/45) condenado a dos años de
prisión menor y conducido nuevamente a la Provincial de Sevilla.
Una vez iniciado el siguiente año, concretamente el 15 de Febrero, se
reúnen en la Sierra Alta de Hornachuelos donde tenían instalada la bese
principal de la zona, el Guerrillero apodado “Godoy del pueblo” con la partida
de “Polanco y “Vicente del Puerto”, allí departieron velada acogidos por los
por varios rancheros del lugar, a la mañana siguiente, “Godoy” apoyado por la
partida del “Zoilo”, se internaron en la sierras aledañas a Guadalcanal para
controlar esta zona y las proximidad de
la provincia de Badajoz, allí toman contacto con el grupo del “Comandante
Ríos”, en los meses siguientes se dedicaron a establecer contactos y buscar
nuevos enlaces e invitar a los jóvenes a que se unieran a la guerrilla, su zona
de refugio fue en el paraje conocido como Los Baldíos entre Guadalcanal y
Fuente del Arco.
A finales de Julio la partida de Félix García Arellano conocido como
“Godoy del Pueblo”, acompañado del “Comandante Ríos” y los guerrilleros
“Voluntario, “Chimeno”, “Ferreras” y “Luquillas” abandona la base de Los
Baldíos en Guadalcanal y toman contacto con una familia que ocupaban el chozo
del Banasto de la Finca Cabeza García de esta localidad, esta familia le
proporcionan provisiones y se dirigen rivera abajo hasta la zona de Real de la
Jara y Almadén de la Plata para
organizar una nueva red de sendas con la colaboración de los carboneros que
vivian en las márgenes de la rivera del rio Viar, terminada esta misión
volvieron de nuevo a Los Baldíos sin ser interceptados por ninguna patrulla de
la Guardia Civil.
La partida seguía necesitada de suministros, la noche del 18 de Agosto
intentaron asaltar un cortijo de los hermanos Fernández Mejías del Real de la
Jara, capitaneada la partida que la organizó “Zoilo” acompañado por los
guerrilleros “Voluntario”, “Ferreras” y “el Comandante Ríos”, llamaron y le
dijeron a los moradores que eran una patrulla de la Guardia Civil y el resto del grupo se atrincheraron en las
inmediaciones, les abrieron la puerta y fueron recibidos a tiros desde el
interior, resulto herido de gravedad el “Comandante Ríos” en un hombro, debido
a la gravedad de las heridas, sus compañeros lo llevaron al día siguiente al
Chozo del Banasto de la finca Cabeza
García de Guadalcanal, allí se hizo cargo del herido el pastor José Gallego
Rubio con el que habían contactado hacía apenas un mes, una vez curada las
heridas por la familia de José Gallego se quedó a vivir en el chozo con nombre
y apellidos falsos y diciendo que era sobrino de su mujer hasta su detención en
1949 y trabajando en la huerta.
Entre tanto sus compañeros de partida, diez días más tarde dieron dos
golpes en busca de avituallamiento en las fincas de La Cascajosa y en La Dehesa
Boyal, en ésta última intentaron secuestrar a su dueño, Antonio Gallego Acedo,
no consiguieron consumar el secuestro ya
que al advertir su aproximación, Antonio
Gallego abandonó la finca y se dirigió a toda prisa a Guadalcanal.
Fuentes.- Archivo Histórico Provincial de Sevilla
(AHPS): Expedientes de Reclusos de la Prisión Provincial de Sevilla,
Expedientes de libertad vigilada (4827), La
Resistencia Armada contra Franco. Tragedia del Maquis y la Guerrilla, Guerrillas
Antifranquistas en la Sierra Norte de Sevilla 1937/1951, Una guerra que no dice
su nombre. Los usos de la violencia en el contexto de la guerrilla
antifranquista (1.939-1.953), La
represión franquista en la provincia de Sevilla, La guerrilla Antifranquista en
Extremadura. Mujer y Guerrilla Antifranquista y Republicanos en la Sierra
Morena.
Causas.- 379/39,
1046,1047, 1268, 1427 y 1435/41, 1231/42, 575,958 y 983/43, 591,620 y 1241/44,
113 y 941/45368 y 507/48, 32 y 709/49 y 260/51.
Juan Marco Jiménez y Rafael Spínola
La Fragua del Pensamiento
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