Copyright.- Rafael Rodríguez
Márquez
By Joan Spínola -FOTORETOC-
By Joan Spínola -FOTORETOC-
Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.
Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.
miércoles, 29 de marzo de 2017
sábado, 25 de marzo de 2017
Los Condes de Belálcazar y el convento de San Francisco de Guadalcanal
Fray Alonso de la Cruz (El Conde-fraile) y Fray Antonio de la Cruz
Convento de Nuestra Señora de la Piedad (San Francisco).
La crónica de Fray Andrés de Guadalupe nos habla del
establecimiento de los franciscanos el 1 de mayo de 1495 en la ermita de
Nuestra Señora de la Piedad, fundación promovida por Don Enrique Enríquez,
Comendador Mayor de la Provincia de León de la Orden de Santiago, y su mujer
Doña María de Luna.
Los franciscanos promovieron el establecimiento de la Orden
Tercera de San Francisco en la localidad en 1621. En años posteriores se fundó
en localidades vecinas como Azuaga, Berlanga, Valverde y Ahillones. Sus miembros
eran “la gente más principal, eclesiástica y seglar “, habiendo hermanos “de
ejemplares vidas, en penitencia muy austera“ y comunión diaria. Los cultos de
esta Orden Tercera se practicaban en la iglesia del convento de la Piedad,
rezándose todos los domingos “la corona de Nuestra Señora“, consistente en
siete de los Misterios del Rosario y realizándose algunos ejercicios de
penitencia y actos de caridad con los pobres. El número de hermanos ascendía a
unos setecientos, contándose entre ellos treinta y ocho clérigos.
En este convento de La Piedad de Guadalcanal tomó el hábito
franciscano D. Alonso de Sotomayor, cuarto conde de Belalcázar cuando enviudó
en 1517 con el nombre de Fray Alonso de la Cruz, llamado aquella época por la
plebe “El conde-fraile”, comentándose las muchas y rigurosas penitencias que
observaba, algunas de ellas quedaron escritas, “usaba un silicio de esparto,
cuerdas y alambres desde la garganta hasta las rodillas, y el religioso de su
confianza que le curaba dijo que le salían en las puntas de los alambres muchos
pedazos de carne, quedando el cuerpo llagado y lleno de sangre” (fray Andrés de
Guadalupe Op.cit.).
Hallándose en San Francisco del Monte, fue a visitarlo su
hijo Alonso de Sotomayor y Portugal, entre otros títulos duque de Béjar y lo
encontró llevando a hombros un gran haz de leña.
Nació sobre 1480 en la Belálcazar (Córdoba) y sobre su
muerte hay varias fechas y ciudades dependiendo de los historiadores, se cita
su muerte en Belálcazar en el año 1518, hay otras versiones como la que cita en
el libro Historia de Guadalcanal (pág. 134 y siguiente) de nuestro paisano Andrés Mirón, “Murió en Guadalcanal y sus restos se
mezclaron con los de Fray de la Puebla, su tío, otro hijo suyo, Fray Antonio de
la Cruz, profesó también en este convento,
después de haber servido en las campañas de Carlos I”.
D. Alonso de Sotomayor y Enríquez, hijo de Gutierre de
Sotomayor y Zúñiga y Teresa Enríquez y
Fernández de Velasco, casado en primeras
nupcias con Isabel Felipa de Portugal y
al enviudar de esta tomó los hábitos franciscanos siguiendo el ejemplo de su
tío, fue el IV Conde de Belálcazar.
A su retirada le sucedió su primogénito, Alonso Francisco de
Sotomayor y Portugal, que tras su matrimonio pasó a llamarse Alonso Francisco
de Zúñiga y Sotomayor
Casado con Teresa de Zúñiga y Manrique de Castro en 1518, heredera de la gran
fortuna títulos y estados de su tío Álvaro II de Zúñiga y Guzmán , tercera
duquesa de Béjar y Plasencía, II marquesa de Gibraleón, IV condesa de Bañares,
Grande de España, hija de Francisco de Zúñiga y Guzmán I marqués de Almonte
y de Leonor Manrique de Lara y Castro.
Pidiendo consentimiento
para las capitulaciones matrimoniales a Juana I, reina de Castilla al
pertenecer los dos consortes a las misma rama familiar.
Alonso Francisco, III duque consorte de Béjar, Grande
Consorte de España, III duque consorte de Plasencia, V Duque de Belálcazar, V
Vizconde de la Puebla de Alcocer y miembro del Consejo de hacienda del
emperador Carlos V., partió a Viene en
Julio del 1532 para prestar ayuda aal Emperador Carlos V y le cedió gran parte
de su fortuna una suma apróximada de 160.000 ducados, esto hace pensar la gran
fortuna de casa de los Belálcazar, como ejemplo, las casas de Medina Sidonia y
el gran ducado de los Alba solo aportaron 50.000 ducados cada uno, igualmente
aportó el V duque de Belálcazar su gente de guerra para librar la sitiada Viena
por los ejércitos turcos, mandados por el sultán Solimán II conocido como “El Magnífico” .
Dejó todos sus honores y títulos sobre 1542, dos años antes
de su muerte con el nombre de fray Antonio de la Cruz tomó los hábitos e ingresó
en el Convento de Nuestra Señora de la Piedad (San Francisco) de
Guadalcanal al igual que su padre y anteriormanete su tío Fray de la Puebla.
Falleció en el convento y sus restos fueron trasladados en
1544 a Belácazar.
Hemerotecas
Rafael Spínola
miércoles, 22 de marzo de 2017
sábado, 18 de marzo de 2017
Fútbol en Guadalcanal, años 60
El pasado de un equipo
... dedicado a toda la afición de
Guadalcanal, que fue siempre fiel a su pueblo.
Prólogo.-
En la revista de 1981 publicó la
redacción un artículo sobre el fútbol en Guadalcanal, comparando el fútbol de
ayer con el de hace unos años. También hacía referencia con resultados concretos,
al veranó de 1969 (año de la inauguración
del actual estadio).
Me gustó dicho artículo, pues durante aquellos
años, jamás me perdí ningún partido y conozco., por que lo viví y dispongo de
datos de casi toda la historia del Guadalcanal C.D. de la década de los años
sesenta.
En próxima revista publicaré un
resumen de dicha, temporada (con
goleadores, puntuaciones y otros datos), para los amantes de la estadística
y en particular de los propios interesados (los
jugadores).
Pero este año, voy hacer un poco
de historia de lo que fue el Guadalcanal de los primeros tiempos.
Orígenes.-
Creo que fue a principios de los
sesenta (sólo hasta aquí llega memoria,
por mi corta edad entonces), cuando en el antiguo campo de fútbol (sita,
donde está hoy la piscina), se disputaba algún encuentro. Esto sólo ocurría, en
los meses de verano, coincidiendo con la estancia de los veraneantes en el
pueblo.
Insisto que desconozco si antes
de, los sesenta ya se jugaban estos partidos, pues sólo contaba nueve años, por
aquella fecha.
En estos primeros tiempos, con un
campo desnivelado y unas porterías que tenían por largueros unas cuerdas (de redes nada), el coso vibraba y la
afición jamás paraba de animar a su equipo.
Los pocos encuentros que entonces
se disputaban se limitaban a los clásicos “Guadalcanal – Estudiantes” (eran
estos últimos jóvenes del pueblo y de familias acomodadas, (fue la mayor parte dl año residían fuera, por razones de estudio),
y algún que otro partido, con los pueblos cercanos, como Alanís, Cazalla y
Constantina.
Pero esta situación, sólo duraría
unos años, pues era, tal la expectación que despertaba el fútbol en
Guadalcanal, que unida a la entrega desinteresada de los jugadores, bajo la
dirección permanente de Rafael y entrenados por Sandalio (también era portero), que el fútbol pasó a ser algo más que un
deporte, pues todos los domingos hacía del pueblo una gran familia.
Formaban el equipo entonces, los
José María, Juan (hermano del anterior, más conocido por «Sardy») , Narcisc,
Alegre, Mena, los hermanos Capellán, Parra, Pepe, Morente, Rafalín, los
hermanos Corvillo, Palacios, Pelito y alguno más que ahora no recuerdo. Y
llegamos al año 1964, con el campo reformado y es a partir de aquí cuando ya
habrá partidos la mayoría de domingos y festivos.
Verano del 64.-
Se conoce en Guadalcanal éste año
como el año del homenaje a Ortega Valencia. Y coincidiendo con dicho homenaje,
se juega por primera vez un trofeo en Guadalcanal y en la feria, trofeo que
lleva el nombre del descubridor y que se adjudicó el Betis Feria, en un partido de poder a
poder, donde sólo se impuso la experiencia del equipo sevillano.
Verano del 65.-
Se disputan este verano catorce encuentros
con un balance a favor de 76 goles, por solo 20 en contra. Además de un gran
equipo, el Guadalcanal era una máquina de hacer fútbol, donde la mayoría de las
jugadas culminaban en goles; gran parte de ellos, elaborados con la esencia del
benjamín de los capellanes (la gran
figura del equipo).
Pero a la clase de Capellán se
unía la veteranía de Pepe, la seguridad en defensa de José María y Morente, la
entrega de Rafalín (el motor del equipo),
las internadas por el extremo de Agredano y la honestidad y sencillez de
Llamazares.
Para completar esta gran
temporada, el Guadalcanal se adjudica los dos trofeos que organiza en la feria:
a) El primer Trofeo de Ferias, con victoria de 4-1, frente al San
Gonzalo de Sevilla.
b) El segundo Trofeo Ortega Valencia, tras vencer por igual tanteo al
Bienvenida.
Verano del 66.-
Nos visitaron este año grandes
equipos como el San Fernando Minas (de
categoría, regional), Cazalla,. Llerena y la Agrupación Renfe de Sevilla.
En este último equipo, Jugaba un defensa que al año siguiente vistió la
camiseta del Guadalcanal, formando un tándem perfecto con Morente en la
defensa.
Llega la feria y se organizan dos
trofeos al igual que el año anterior; venciendo el Guadalcanal, en el primero
de ellos, al Liceo Club de Alanís (el
eterno rival); siendo derrotado en el segundo, por el Cazalla.
Verano del 67.-
Mejor no se pudo empezar la
temporada, pues el 18 de julio, con la presencia de las autoridades locales, el
Guadalcanal se adjudica un trofeo (donado
por el Ayuntamiento), tras vencer
por el resultado de 7-1 a las Navas de la Concepción.
El Trofeo de Ferias de este año
fue por primera vez “cuadrangular”,
disputándose por el sistema de eliminatorias. En la primera semifinal, el
Guadalcanal vence al Azuaga y en la otra, el Liceo Club de Alanís,: derrota al
. Setefilla de Lora del Río. En la gran final, el equipo de Alanís se adjudica
el tercer Trofeo de Ferias, obteniendo nuestro equipo el segundo Trofeo
Comercial Electrovira.
Verano del 68.-
En este maratoniano verano, el Guadalcanal
disputa la friolera, de veintidós encuentros (cuatro de ellos fuera), obteniendo victorias sonadas como 4-0 a
Llerena, 4-2 al San Fernando Minas, 5-2 al Guadalquivir de Sevilla, y un empate
a dos goles frente al Cantillana (equipo
reforzado con jugadores de Tercera División).
Como ya es tradicional, no puede
faltar el clásico partido frente a las “Viejas Glorias”, que en esta ocasión y
con carácter excepcional, va a servir de “Homenaje a Pelito”. Antes de
comenzar el encuentro y con los equipos formados en el centro del campo, Pelito
recibe una larga ovación en agradecimiento a los servicios prestados.
Se organiza el segundo torneo “cuadrangular”
en plena feria, proclamándose vencedor el Guadalcanal, tras vencer en la final
al Azuaga por 3-0, con goles de Capellán y Moyano (2). Fue éste el último
partido que se disputó en el antiguo campo y Moyano, el autor del último gol.
Punto final.-
A la lista de jugadores
mencionados al principio de este articulo, hay que agregar, a los Paquito (defensa-extremo), Martínez I (defensa eficaz y seguro siempre en su
puesto), Joaquinín (catalizador del
equipo en el centro del campo), Alfonso (la
muralla) y Cartucho (extremo de
grandes recursos en ambas demarcaciones). También hay que ampliar la lista
de porteros con los Padín, Fernando, Iríbar (portero
del Llerena, de Tércera División), Juan Chulo y Fortu; y a punto de saltar
al primer equipo están los jugadores Murillo I, José, Martínez II y Miguel
para, dar sabia nueva y juventud al equipo. Sin darme cuenta han pasado quince
años (media vida mía). ¡Aupa siempre el Guadalcanal!
Revista de feria 1983
miércoles, 15 de marzo de 2017
Guadalcanal, un pueblo en la memoria 21
El comercio y la industria en
nuestra villa datan de muy antiguo, aunque nosotros tan solo vamos a recoger gráficamente
aquellos anuncios que se publicaron sobre dichas actividades económicas en las
distintas revistas de Guadalcanal entre los años 1928 y 1972.
Por motivos de montaje y de
tamaño de estos anuncios, mediremos que no existe una
relación de fechas entre ellos, y, aunque así lo hubiéramos querido hacer, esto
sería completamente imposible porque las revistas de las fiestas patronales, de
feria y algunas de Semana Santa, de las que se ha obtenido toda la información
aquí presentada, no fueron publicadas en años sucesivos y muchas veces se
editaron sin continuidad. Que nosotros sepamos, en los cuarenta y cuatro años
que van desde 1928 a 1972 tan solo se editaron unas dieciocho revistas, y, por
supuesto, muchos de los anuncios que incluían eran repetidos de etapas
anteriores.
Los anuncios actuales no los
acompañamos, pues se trata de recordar, sobre
todo, los que existieron en otras épocas, y aunque se incluyen algunos que se
mantuvieron con posterioridad a 1972, los actuales los tienen al alcance de su
mano en las revistas de reciente edición. Desconocemos si antes de 1928 hubo
alguna revista más, aunque lo más posible es que así fuera; sin embargo, esto
nos ha sido imposible saberlo.
De todas formas, observen cómo
los habitantes de nuestra villa, que en este 1928 fue el número mayor que ha tenido en toda su
historia (7.700 habitantes), fueron excelentes comerciantes e industriales,
trabajadores e innovadores. Personalmente, creo que había más iniciativa que
hoy, seguramente por la necesidad de aquellos tiempos, porque está más que
demostrado que los sentidos de una persona se agudizan bastante más en la
pobreza que en la riqueza.
Copyright.- Rafael Rodríguez
Márquez
sábado, 11 de marzo de 2017
Algo semejante a los árboles huecos de Guadalcanal
La práctica de
la minería en la América Española
Naturalmente,
ocurría que la abundancia de escritos y noticias técnicas sobre minería
americana era consecuencia de los esfuerzos e investigaciones prácticas de los
mineros españoles, antes conquistadores.
Los nombres de
los prácticos y no escritores que trabajaron las explotaciones mineras, que por
todas partes aparecen en América y sorprende por su atrevimiento, dados los
deficientes medios de su época, sólo se conocen de referencia. Pero bastan
éstas para darnos cuenta del colosal esfuerzo español distribuido por toda
América y aplicado con la energía y tesón que antes pusieron los conquistadores
en la guerra a la explotación de las riquezas mineras. Así, por ejemplo, se
sabe que un tal Fernández de Velasco, que en 1570 vivía en el Cuzco, después de
residir en el Potosí, gracias al auxilio que le prestó D. Francisco de Toledo,
pudo reformar el beneficio de la plata y el oro por amalgamación en todo el
Perú, salvando la minería de la ruina. Se habían agotado los minerales ricos
que alimentaban seis mil hornillos a guayras, constantemente encendidos
alrededor del famoso cerro del Potosí. Las minas sudamericanas, utilizando los
minerales pobres que antes se abandonaban, volvieron a producir riqueza
metálica económicamente al propio tiempo que las de Méjico, merced a la
amalgamación y copelación inventadas por
los españoles. Resulta evidente que toda la moderna minería de las que fueron
nuestras Indias se fundamenta en la española.
Con lo dicho
someramente, tema en el que sobra materia para un libro, se aclara un fenómeno
curioso que silencian los mineros extranjeros en la que fué América española,
salvo los tratadistas de gran altura, como Fuches y Launa y, que lo advierten
algunas veces. En todas las minas que el capital moderno, y generalmente
norteamericano, piensa dar con riquezas desconocidas de los españoles,
calculando equivocadamente nuestros conocimientos de entonces en minería, por
reducción de nuestra actual desidia industrial, se encuentran restos de la
olvidada pujanza minera española y las huellas de las garras conquistadoras.
Así pudo ocurrir
caso tan curioso como el siguiente: Una Compañía norteamericana se propuso
desaguar el lago Guatavita, en el cual la tradición afirma que los indios
arrojaban en la proclamación de su príncipe dorado gran cantidad de oro y
piedras preciosas para conseguir el favor de la divinidad oculta en sus aguas
sagradas. Las dragas habían recogido de su fondo algunos bestiarios de riquezas
auríferas.
Conseguido el
objeto de la empresa, y descubierto el lodo del fondo, se encontraron algunos
ídolos auríferos, esmeraldas y objetos de cerámica. Y entonces apareció al
descubierto el corte que un contratista español, llamado Sepúlveda, hizo en el
terreno con el mismo objeto. Fué concesión, en 1652, de Felipe II la de desainar el lao-o, empresa ya
tanteada anteriormente por Hernán Pérez de Quesada. Sepúlveda recogió de sus
trabajos varios objetos de valor, entre ellos una esmeralda de gran precio que
regaló al monarca español.
Puede
disculparse esta equivocada creencia del desconocimiento de nuestra pujante
minería de entonces la consideración de que hasta en nuestra Península se
presentan casos parecidos. Yo fui encargado del desagüe de las célebres minas
de Guadalcanal, favoritas de Felipe II, y de las cuales obtenía plata para
pagar las galeras de Andrea Doria, y el plato del emperador en Yuste, cuando
suponíamos, según nuestros informes, agotados en profundidad los trabajos a
causa de la gran cantidad de agua, nos encontramos con labores más profundas,
que desaguaban los antiguos utilizando émbolos de palanca actuantes en árboles
huecos convertidos en cuerpo de bomba.
Allí donde en la
América que fué española busquen los extranjeros riquezas minerales, casi
seguramente antes o después darán con los restos de la minería española y con
algo semejante a los árboles huecos de Guadalcanal.
Le ocurrió a
España en este aspecto de su historia lo de siempre. Variedad de veces la
sublimación de un ideal fantástico la llevó a rematar grandes empresas; pero al
tropezar con la mísera realidad abandonó siempre lo que en manos menos
idealistas se convirtió en riqueza. Siempre la repetida historia de Don Quijote
en Sierra Morena, levantando con la punta de su lanzón el maletín del loco
repleto de monedas de oro que regaló a Sancho Panza.
Pero los dineros
del maletín de Cardenio no hubieran llegado a poder del escudero si a Don
Quijote no se le hubieran ocurrido las locuras de Sierra Morena. Y es consuelo
triste y agradable a la vez para el que se siente racialmente español poder
afirmar que las modernidades sanchopancescas, incluso las mineras, fue saben
utilizar las riquezas que desperdició en América Don Quijote, dándole con el
cuento de un anticuado lanzón como al maletín del loco en Sierra Morena, no
serían posibles sin nuestras quijotescas locuras. Sin la fantasía no se hace
más que mecánica en el cerebro humano, y toda la maquinaria de una fábrica de
discos de gramófonos, capaz de construir siete mil en jomada, se fundamenta en
la fantasía musical originaria. Así. el despreciado lanzón representativo del
ideal absurdo y fantástico, es indispensable para la fabricación de mundos
nuevos, especialidad histórica de la raza hispana.
Revista Ingeniera
y Construcción
AÑO X I . - V O
L . X I . - N Ú M . 125. Madrid, mayo 1933.
Por JOAQUÍN
MENÉNDEZ ORMAZA
miércoles, 8 de marzo de 2017
Guadalcanal, un pueblo en la memoria 20
XVI Voces de Ayer De la N a la Z
“Este capítulo recoge muchas de
las palabras que aprendí de niño y otras que siempre he escuchado a mis mayores
a lo largo de mi vida. Algunas ya están publicadas en el brillante artículo de
Álvarez Blanco o el estudio de Rafael Moyano (ver bibliografía); no obstante, la
mayoría de las que podéis leer en este apartado han sido recogidas directamente
por el autor.”
N
NAPIA.- Nariz.
NORIA.- Pozo con canjilones para sacar agua.
O
ORASU.- Golosina dulce y negra (regaliz).
ORSA.- Recipiente pequeño para la manteca.
ORTERA.- Fiambrera para llevar la comida.
P
PACHANGA.- Baile. Diversión.
PADRASTO.- Pellejo que sale en los dedos junto a las uñas.
PALANCANA.- Jofaina, recipiente para lavarse.
PALAUSTRE.- En albañilería, para tirar la mezcla.
PALMAR.- Morirminada,
cosa insignificante.
PANELÓN.- De madera,
rectangular para lavar la ropa.
PANOJA.- Dinero. Tener
billetes.
PAPARRUCHA.- Decir algo sin sentido.
PAPO.- Tener papo, tranquilidad, sin prisa.
PARBUJO.- Zurra, paliza,
laneo.
PARIPÉ.- Simular, fingir; mostrar afecto sin quererlo.
PATACABRA.- Usado en la zapatería para sacar brillo a las
suelas.
PEA.- Borrachera, chispa,
curda, tajada.
PEJIGUERA.- Pesado, seguido, cansado.
PELICHE.- Sin dinero. Pobre. De poco valor.
PELINDRUSCA.- De poca moral. Ordinaria. Ligera de cascos.
PELOTO.- Inmaduro, verde. Duro.
PELÚA.- Helada. Escarcha.
PELUSA.- Prenda gruesa de abrigo. Tipo de chaqueta.
PENCO.- Flojo, apagado, sin fuerza.
PENENE.- Constante. Continuamente.
PEO.- Aire expelido por el
ano.
PERCUDÍO.-Sucio.
Espeso. Mal cuidado
PERICO.- Corazón.
PERNILES.- Piernas
de pantalón.
PERRÁNGANO.- Jagallo. Perro. Sin querer trabajar.
PESCOSON.- Guantazo. Torta. Dar un golpe en el cuello.
PETACA.- Especie de estuche de mano donde se guardaba el
tabaco.
PICÚ.- Tocadiscos.
PILACHO.- Hilo en alguna
prenda. Hilacho suelto.
PINCHINERO.- Incipiente. Principiante, que no sabe.
PINGONEO.- Callejeo constante. Bureo. Pidongo/a.
PINGUEANDO.- Muy mojado, empapado.
PINTA.- Elemento fresco y desvergonzado.
PINTÓN.- Ni verde ni maduro. Estar algo bebido.
PIOCHA.- Azada para cavar la tierra.
PIOMPA, DE LA.- Afeminado, marica.
PIPIRIGAÑA.- Mijitas
que quedan después de partir algo.
PIPOTE.- Botijo, búcaro para el agua.
PIRRARSE.- Gustar mucho
alguna cosa.
PIRRIAQUE.- Vino u otra variedad alcohólica.
PIRULA.- Colita de los niños, churrina.
PITERA.- Agujero hecho a alguna cosa.
PITERON.- Estar pendiente de algo. Ojear.
POLAINAS.- Protector de
cuero que usaban los hombres del campo en las piernas.
POLEAS.- Puches, sopas de harina y azúcar con tostones.
POSIO.- Terreno estéril. Sin utilidad.
POTRA.- Buena suerte en la vida.
POYATA.- Base en la pared.
PRESISO.- Funda de piel4para el reloj de bolsillo usado por los
hombres del campo.
PRINGUE.- Manteca de cerdo. "
PRINGUESORRA.- De
mala reputación. Reidero.
PUCHES.- Sopa de harina con azúcar, canela y tostones.
PUJIEDES.- Delicado.
Llorón.
PURPEJO.- Parte de la mano.
Q
QUEQUES.- Estampitas para
jugar
QUINQUE.- Utensilio con
tubo de cristal para dar luz. 1
R
RAMARASO.- Acometida pasajera de una enfermedad.
RASTRAS.- Utensilio que sirve para coger el cubo caído al pozo.
RASTROJO.- Restos de paja después de la siega.
RECACHA.- Sitio
resguardado y soleado. Rincón abrigado.
RECARCON.- Esguince o torcedura.
RECATAPLÁN.- Extremo. Acto supremo, máximo.
REIDERO.- Hazmerreír. Ridículo, mamarracho.
REJILETE.- Rapidez. Nerviosismo. Inquietud.
REJORQUETE.- Fiesta, ágape, celebración.
REMAJO.- Echar las ovejas al campo para comer.
RENDIJA.- Pequeña abertura en una puerta o similar.
RENTOY.- Ofensa. Palabra con segunda intención.
REPAGILON.- Mirada
muy rápida (ver de repagilón).
REPAPALO.- Especie de albóndiga (guiso).
REPAPILARSE.- Comer con ganas algunas comidas.
REPELUCO.- Escalofrío. Miedo a algo.
REPULLO.- Susto que se
da alguien. Sobrecogerse.
REPUNTEAO.- Molestias que preceden a un dolor.
REQUILORIO.- Abalorio, baratija. Adorno.
RESOBAURA.- Herida producida por un roce contínuo en la piel.
RESORGAR.- “No dejar a
uno ni resogar”. Callado. Sin hablar.
RETESO.- Cuarentena de la mujer después del parto.
RETRETE.- Váter, escusado, baño, servicio.
REVESINO.- Intención
de hacer algo. Idea firme.
REVOLCON.- Acto sexual.
REVOLEO.- Lanzar con
fuerza cualquier objeto.
ROCIA.- Agua caída durante.la noche. Rocío.
ROLLON.- Orujillo que queda después de moler y cernir el trigo
S
SABANEO.- Laneo, paliza. Castigo.
SAGOGO.- Persona gruesa, tranquila.
SAJUMERIO.- Vaso grande de vino, cubata, güisqui, etc.
SALAMANQUESA.- Pequeño reptil que acude de noche a la luz en la
pared.
SALONA.- Tinaja grande, baja y ancha.
SALVAO.- Rollón. Restos de trigo en el cedazo.
SAMBULLIRSE.- Meterse
una persona en el agua de forma rápida.
SAPATIESTA.- Capea, follón, alboroto.
SAQUISAMIN.- Lugar pequeño en los altos de una casa.
SARASA.- Afeminado, mariquita.
SARPULLÍO.- Granos. Pupas rojas pequeñas en la piel.
SARRASINA.- Capea, jaleo. Estropicio.
SEMITONADO.- Estar algo bebido, sin estar borracho.
SENARA.- Parte de un terreno cedido a un campesiono.
SERANDA.- Para cernir
arena y otros productos.
SERÓN.- Utensilio que llevan las bestias de carga.
SEROTE.- Trozo de cera virgen para los cabos del zapatero.
SIESO .- Serio. Malaje, estúpido.
SIESTA.- Sueño después de comer.
SIFÓN.- Recipiente de cristal conteniendo agua de Seltz.
SIFRAO.- Cansado, extenuado. Dolorido.
SIQUITRAQUE.- Ciquitraque. Fuego. “Arder más que un ciquitraque”.
SISCO.- Picón para el brasero.
SOBRESI.- Persona engreída que se cree importante.
SOFOCÓN.- Cabreo, enfado.
Mala leche.
SOLIVIANTAO.- Inquieto, nervioso. Espantado.
SOPETÓN.- Dé improviso, sin esperarlo.
SOPÍLFORA.- Descarada. Astuta. Atrevida.
SOPISANGUINO.- Ansioso. De escasa paciencia.
SORROCLOCO.- Carantoña. Zalamería Pelotilleo.
SORROSTRÁ.- Cansancio
SORROSTRÓN.- Espabilado, listo, cuco.
SORRUNO.- Caca. Suciedad.
Mal olor.
SORULLO.- Excremento
duro. Privada.
SUMAQUE.- Planta usada
para curtir las pieles.
SUMBIO.- Dar un golpe fuerte.
SURRAPA.- Granzas del café. Residuo.
SURRETA.- Cagalera, diarrea, colitis.
SURRIAGO.- Especie de látigo para arrear las bestias.
SURRON.- Usado por los cazadores para llevar la caza.
T
TABLAS.- En la huerta, tierras de siembra.
TAJADA.- Pea, borrachera, chispa.
TAJELAR.- Trabajar. Realizar las faenas con energía.
TANSA.- Trozo de nilón fuerte para pasar el cabo en el zapato
para coser la suela.
TÁRTAGO.- Disgusto, sofocón.
TELERA.- Pan grande con dos parte iguales.
TETE.- Ombligo.
TIMBIRIMBA.- Discusión, pelea, riña.
TINAJA.- Recipiente de barro para aceitunas, chacina, etc.
TIRAPIE.- Correa para sujetar el zapato sobre la pierna del
zapatero.
TIRRIA.- Ojeriza, enemistad.
TOLLINA.- Paliza, laneo, zurra.
TORRUCA.- Habitáculo
hecho de piedra utilizado por los pastores.
TORTERO.- Bulto que sale de un golpe dado en la frente o por
una picada de un insecto.
TORTORUELO.- Sin orden, revuelto. Desorganización.
TOSTONES.- Trozos pequeños de pan frito que se echa en las
puches.
TRACAMANDANA.- Jaleo, alboroto. Lío.
TRANCAYA.- Paso largo, zancada larga.
TRÁPALA.- Embustero. Fresco. Ladronzuelo.
TRAQUIO.- Trueno, estruendo, traca. Cohete.
TRANSCONEJAO.- Escondido,
sin querer que le vean.
TRASLUSON.-
Matar un conejo en el monte entre las matas
TRASUGUERO.- Palo grueso usado en el fuego. Trashoguero.
V
VASINILLA.- Antiguo recipiente para orinar. También usado en
barbería.
VENAJE.- Valle. Terreno bajo.
VENSIJON.- Tirón en la cintura. Esguince con dolor.
VENTESTATE.- A la intemperie, al raso. Fuera.
VERRUGA.- Deformación de
la piel. Grano.
VERTEDERA.- Pieza del arado que va abriendo la tierra.
YESERA.- Mujer que frecuenta mucho la misma tienda.
VIRON.- Trozo de suela
en la punta del zapato
Y
YAMBA.- Batería de una orquesta musical.
YAYO.- Abuelo.
YUNTA.- Pareja de mulos.
Copyright.- Rafael Rodríguez
Márquez
sábado, 4 de marzo de 2017
Guadalcanal C.D. en la cámara de Santi
Aquí tienen Uds. dos momentos de
gloria para el Guadalcanal C.D. La cámara de Santi hizo posible esta realidad.
En unos vemos una final de Feria,
entre el potente San Fernando Minas y nuestro equipo, la emoción se convirtió
en júbilo y en vítores a nuestros colores. Fue una más de aquellas tantas, de
aquellos tiempos. En la otra foto podemos ver al equipo de gala del Guadalcanal
C.D., aquellos Juan, Fortu, Morente, Alfonso, José María Martínez, Rafalín, Joaquín,
y la delantera de la “muerte” Agredano, Capellán, Pepillo, Llamazares, y Sardi,
aquellos que tanta gloria le dieron al fútbol de nuestra localidad, también a la historia por el impasible paso
de los años, que a nadie perdonan.
Eran tiempos muy difíciles, tan
difíciles que cada uno de ellos se tenían que costear hasta lo más imprescindible,
un balón, pero a la vez eran tiempos de gran afición, camaradería y amistad, y
esto nos daba fuerza para mover montañas.
Se jugaba cada temporada de veinticinco
a treinta partidos, y la gran afición que había los seguidores iban en aumento
cada domingo, y era curioso que todos los jugadores cumplían al pie de la letra
las consignas, y solo llevaban el equipo dos personas: entrenador Sandalio
Corvillo Reyes, a quien tanto debemos la afición de este deporte en nuestro
pueblo, y el entregado Presidente Rafael Rodríguez Márquez, incansable siempre
en sus funciones y alentando a los demás, así durante quince largos años.
El 22 de junio de 1969 se inaugura
el terreno actual que hoy tenemos. Tres largos meses trabajando para conseguir
este fin, y ahí tenemos que, jugamos la primera temporada, ventaseis partidos y
el Guadalcanal C.D. no conoce la derrota; eran… Tardes de gloría.
Seguidamente ponemos algunos
resultados de aquellos inolvidables tiempos:
Sevilla Atlético 0 Guadalcanal
C.D.1
Manchester de Constantina 0 Guadalcanal
C.D. 15
Setefilla de Lora 2 Guadalcanal
C.D. 13
Azuaga 0 Guadalcanal
C.D. 5
Bienvenida 3 Guadalcanal
C.D. 6
San Fernando de Minas 1 Guadalcanal
C.D. 4
San Rafael de Lora 1 Guadalcanal
C.D. 5
San Pablo de Sevilla 1 Guadalcanal
C.D.4
A.B.C de Sevilla 0 Guadalcanal
C.D. 3
Alcalá 1 Guadalcanal
C.D. 4
San Telmo de Sevilla 3 Guadalcanal
C.D. 5
Alcalá del Río 0 Guadalcanal
C.D. 7
Llerena C.D. 1 Guadalcanal
C.D. 6
Constantina C.D. 2 Guadalcanal
C.D. 5
Liceo Club de Alanís 2 Guadalcanal
C.D. 3
Cantillana C.D. 2 Guadalcanal
C.D. 2
Partidos jugados fuera:
Cazalla 1 Guadalcanal
C.D. 4
Fuente de Cantos 1 Guadalcanal
C.D. 7
Las Navas, 2 Guadalcanal
C.D. 4
Desde estas páginas, y no estando
en nuestro ánimo criticar a nadie, tenemos que decir que en la actualidad, a
pesar de componer la directiva del Guadalcanal, C.D. ocho o diez personas, no
acertamos a explicarnos por qué se
encuentra el fútbol en situación tan deplorable, pues se puede intentar con los
jóvenes que hay, pero para eso hacen falta ganas de luchar y, por supuesto de
perder tiempo y dinero, pero mientras espero uno, a ver si lo hace otro,
estamos perdiendo tiempo y el único que paga los vidrios rotos es el
aficionado, el seguidor de su equipo, que no tiene fútbol, y los jóvenes que no
lo practican.
Sintiéndolo mucho y aunque esta
sea la excepción de la regla, tenemos que mirar hacia atrás, porque en este
caso el pasado fue mejor que el presente, y, por lo menos me alegra recordar,
aquellas tardes de gloria.
Redacción
Revista de feria 1981
miércoles, 1 de marzo de 2017
Guadalcanal, un pueblo en la memoria 19
“Este capítulo recoge muchas de
las palabras que aprendí de niño y otras que siempre he escuchado a mis mayores
a lo largo de mi vida. Algunas ya están publicadas en el brillante artículo de
Álvarez Blanco o el estudio de Rafael Moyano (ver bibliografía); no obstante,
la mayoría de las que podéis leer en este apartado han sido recogidas
directamente por el autor.”
D
DESCUAJARINGAO.- Hecho
polvo, cansado. Flojo. Roto.
DESEMBUCHAR.- Contar todo
lo que se sepa.
DESGUINSE.- Esguince, dolor en alguna parte
del cuerpo.
DIÑAR.- Morirse.
DIQUELAR.- Ver, mirar.
DIQUIERA.- Que tardará mucho.
DITA.- Vender a plazos.
DITERO.- Persona que
vende géneros a plazos. Dita.
DOMIA.- Antiguamente, pasar
15 días en el campo trabajando.
E
EMBALINAR.- Infectarse
una herida.
EMBEBÍO.- Seco, delgado.
EMBELESAO.- Distraído.
Olvidarse de todo.
EMBOLAD.-Meter a una persona en algún lío o
follón.
EMBROCAR.- Vaciar. Echar
de un recipiente a otro.
EMBROLLO.- Lío, follón,
alboroto.
EMBUTIR.- Persona que come mucho. Hacer embutidos.
EMPASINAO.- Harto. Lleno de comer y beber.
Molesto.
EMPENDOLAR.- Hacer alguna
cosa. Organizar.
EMPENIGAO.- Subido,
prepotente.
EMPERIFOLLAR.- Arreglarse. Acicalarse.
EMPORCAR.- Ensuciar.
Estar sucio.
ENCLENQUE.- Menudo, de
poca chicha.
ENCUERITATE.- Sin ropa o
poco atuendo.
ENDENANTE.- Antes.
ENDILGAR.- Largar,
deshacerse de algo.
ENDIÑAR.- Pegar, zumbar,
atizar.
ENDONAR.- Largarle a otro el mochuelo.
ENGURRUÑAO.- Muy encogido
y arrugado.
ENSANCOCHAR.- Cocer la
verdura antes de consumir.
ENSEBICAO.- Dominado por
algo. Insistente. Enviciado.
ENTENAO.- Hijo de viuda, entenao de segundo marido.
Hijastro.
ENTENGUERENGUE.- Sin
base. Inseguro. Propenso a caerse.
ERUTÍO.- Aire con ruido
expelido por la boca.
ESCOPLO.- Pieza del arado que vá pinchada en la tierra.
ESCUCHIMISAO.- Delgado.
De salud quebrada.
ESCUSAO.- Que se quiere enterar de todo. Váter.
ESGALASAO.- Roto. Andrajoso. Destrozado.
ESMANGANILLAO.- Flojo. Sin fuerzas.
ESMERRIO.- Escuálido. Delgado. De poca chicha.
ESMORESIO.- Con
mucho miedo. Tembloroso.
ESPILACHAR.- Quitar hilos a una prenda.
ESPINDARGO.- Largo, lacio, delgado.
ESPOLIQUE.- Golpe dado con el pie al saltar jugando «a piola».
ESTACÁ.- Olivar. Finca pequeña.
ESTAMPÍO.- Fuerte. Sonido estridente. Bomba.
ESTEVA.- Mancera del
arado (para agarrarlo
ESTREBEDES.- Utensilio para sostener la sartén en el fuego.
ESTREORES.-Utensilio
de hierro usado como soporte en el fuego.
F
FARRUCO.- Desafiante,
terco, valentón.
FETÉN.- Auténtico, verdadero.
FLETAL.- Utensilio de albañil para asentar la mezcla.
FLETE.- Cantidad abundante de alguna cosa.
FORMON.- Utensilio de carpintería para labrar la madera.
FRAGATÚA.- Malestar causado a alguien. Hacerle daño.
FRANCACHELA.- Juerga, diversión, ágape.
FRANGOLLA.- Hacer cosas a la ligera. Sin orden. Manazas.
FRIAJONES.- Alubias, chíncharos, judías.
FULASTRE.- Delicado. Enfermedad ligera.
FULLERO.- Falso, no
fiable, tramposo.
G
GACHAS.- Especia de natillas. Sopa de harina con azúcar.
GACHÓN.- Persona de mérito.
CACHONA.- Alegre,
divertida. Fresca.
GAFO.- Harto
de beber y comer.
GALLOLENTO.- Trompo con la púa torcida que siempre se sale del
hoyo.
GAMÓN.- Madero de sujeción en chimeneas antiguas.
GANDUMBAS.- Tranquilo. Despreocupado. Pesado.
GARBANA.- Cansancio. Sueño. Flojera.
GARBEO.- Salir de fiesta. Paseo.
GARFAÑÁ.- Arañazo. Herida
causada con las uñas.
GARLOPA.- Cepillo grande
para cepillar la madera.
GATUPERIO.- Liado. Falso, engañoso.
GAVIA.- Especie de cuneta. Foso pequeño.
GAZNÁPIRO.- Bruto, basto, rudo, ordinario.
GOLIMBRO.- Que le gusta picar de todo. Goloso.
GONINA.-Cantidad
pequeña de cualquier líquido.
GORRIATO.- Gorrión
GRANSAS.- Asientos del
café molido y cocido.
GRESCA.- Jaleo. Follón.
Pelea.
GUAJARRASO.- Caer al
suelo, tropezón, caída brusca.
GUBIA.- Utensilio en
carpintería para labrar madera.
GUEBRA.- Equivalente a un
día de trabajo agrícola. Peonada.
GÜERO.- Vacío. Huevo con
el pajarillo dentro.
GUTO.- Pequeño.
Vivaracho. Reviejo.
H
HORMA.- Molde de madera
que se usaba para fabricar zapatos.
I
INCULCAR.- Hacer creer
algo a otro.
INFRERNILLO.- Utensilio
con petróleo y mecha para guisar.
J
JAGALLO.- Perro. Con
fobia al trabajo. Vividor.
JALAR.- Comer mucho. Buen
apetito.
JAMACUCO.- Telele.
Ataque. Quedarse sin conocimiento.
JAMAR.- Comer en
abundancia.
JAMUGA.- Paliza. “Jamuga de palos”. Tollina.
JANDÉN.- Mucho. Cantidad
en demasía.
JANGA.- Hacer daño a
alguien de alguna manera.
JANGARILLÓN.- Grandullón.
Desgarbado. Torpe.
JAQUETA.- Tipo de
chaqueta de pana con listas usada en el campo.
JAQUETONA.- Entrada en
años. Jamona.
JÁQUIMA.- Lo que llevan las
bestias en la cara con el cabestro.
JARDASO.- Caída
aparatosa.
JARETA.- Dobladillo hecho en la ropa, fruncido.
JARTON.- Comer y beber en
abundancia.
JATEO.- Víveres.
Alimentos que §e llevaban al campo los caseros.
JATO.- Avíos necesarios
para vivir en el campo los jornaleros.
JECHIO.- Sitio donde
acuden animales a revolcarse. Residuos.
JERGON.- Funda de colchón
re • eno de hojas de maíz.
JERINGO.- Churro, masa
frita, calentitos.
JETA.- Tener cara dura. Serio.
JIÑAR.- Dar de
cuerpo, excrementar, cagar.
JIPIO.- Grito fuerte. Chillido. Del borracho.
JOIOPOLARMA.- Travieso. Inquieto. Nervioso.
JOLGORIO.- Fiesta,
regocijo.
JOLLÍN.- Hollín negro del humo pegado a fogones y chimeneas.
JONDA.- Utensilio para arrojar piedras.
JONDEAR.- Tirar piedras
con la honda. Lanzar.
JONGON.- Tranquilo. Cojonato. Sin prisas.
JORASQUEO.- Ruido pequeño. También al pisar hojas secas.
JORGON.- Ancho. Prenda que está grande.
JORMIGUILLA.- Picor, especialmente en la nariz y la garganta.
JORRA.- Que no puede tener hijos.
JOSINO.- Hoz para segar el trigo, la cebada y otros.
JUANETE.- Deformación de
los huesos de los pies muy doloroso.
JUCHEAO.- Espabilado,
vivaracho.
JUNSIA.- Paliza, castigo, juleo, paja.
JURDEL.- Dinero.
L
LACHA.- Vergüenza. Persona con decencia.
LAMBRUSIO.- Golimbro.
Goloso.
LANEO.- Parbujo. Paliza. Ajuste de cuentas.
LANGOSTO.- Saltamontes.
LANA.- Peligroso, no 5,able. Imperdible.
LÁRGARO.- Broma. Pegar un
muñeco de papel en la espalda.
LAVADERO.- Madera ondulada para lavar la ropa en la panelón.
LAVIJA.- Fino, avispado, de cuidado.
LEBRILLO.- Recipiente de
barró utilizado en las matanzas.
LEBRON.- Miedoso. Con
temor. «Cagón».
LESNA.- Utensilio del zapatero para coser el zapato.
LIBRITO.- De papel para
liar .1 cigarro. Rey de espada.
LINGOTASO.- Beber
un buen trago de vino.
LONGUI.- Hacerse el sordo. sin poner atención.
LUPIJO.- Persona delgada, escurrida.
LURIA.- Tirarse piedras entre dos bandas de muchachos.
M
MACANA.- Película la. Cosa de poco valor.
MACHORRA.- Que no puede tener crías.
MAJO.- Trozo de madera torneada para majar el gazpacho.
MANGURRINO.- Malaje. Maleante. Alborotador.
MANIGUETA.- Alambre para guiar el aro.
MANIJA.- Tipo de guantes sin dedos para empujar la lezna del
zapatero.
MANSERA.- En el arado,
asidero para el que ara. Esteva.
MARTINGALA.- Engaño, liar a otros con embustes.
MATRACA.- Aparato de
sonido tosco en la torre del campanario.
MEDROSO.- Asustadizo.
Lebrón. De poco espíritu.
MELOTE.- Líquido viscoso, dulce.
MININA.- Pene pequeño del niño.
MITRA.- Paliza. Bofetadas. Golpes.
MOCHO.- Palo para pegarle a la billarda (juego).
MOGON.- Sueño, sobre todo después de comer. Siesta.
MOJIGANGA.- Hacer gracia y gestos con la cara.
MOJÓN.- Excremento duro.
MOLONDRO.- Excremento duro y grande.
MONDONGO.- Tripas, persona gorda, pesada.
MORDEJUYE.- Cortapicha, insecto.
MORGAÑO.- Araña. Insecto de patas muy largas.
MORRA.- Cabeza gorda.
MORRALLA.- Cosas sin valor. Chatarra.
MOSCA.- Borrachera, pea, tajada.
MOSTAGAN.- Grandullón. Gordo.
MOYATE.- Vino. Estar mayatoso (estar borracho).
MUERMO.- Sin valor. Fofo. Grandón.
Copyright.- Rafael Rodríguez
Márquez
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