6. Guadalcanal
Guadalcanal es la localidad más septentrional de la provincia de Sevilla. Tanto es así que hasta el año 1833 formó parte de la vecina comunidad de Extremadura. El poblado se extiende en un amplio valle y su casco antiguo ha sido declarado conjunto histórico.
Por su especial vinculación con el camino de Santiago y por el papel que jugó en la reconquista y en la repoblación castellana, este municipio cuenta con un buen número de edificios religiosos. El principal de todos ellos es la iglesia de Santa María de la Asunción, reconocida como bien de interés cultural (BIC) con la categoría de monumento. Este templo, como otros de la comarca, es el resultado de sucesivos añadidos y ampliaciones. En la construcción del edificio que data del siglo XIII, se aprovecharon algunos elementos constructivos de la muralla defensiva, tal es el caso de la puerta con arco de herradura que da acceso a la sacristía. En la construcción del inmueble se mezclan los estilos mudéjar y gótico, albergando en su interior importantes obras de arte y una amplia colección de objetos religiosos de plata.
Otros BIC de la localidad son la capilla de San Vicente, también ubicada en la plaza mayor y la iglesia de Santa Ana, edificada sobre los restos de una antigua mezquita. Se dice de esta última que fue de las primeras iglesias que se edificaron en la comarca, y que incluso es anterior a la de Santa María, según se desprende de escritos antiguos en los que se afirma que a esta iglesia se traían a bautizar todos los nacidos en la comarca, lo que hace pensar que debió ser la única y la primera. En la actualidad sus muros acogen la oficina municipal de turismo y el centro de interpretación de Sierra Morena que nos ofrecerá información útil para la visita en este entorno.
En las traseras del Ayuntamiento
existe un parque denominado Paseo de Palacio. Este espacio público se encuentra
sobre elevado y ligeramente orientado hacia el Oeste, permitiendo el disfrute
de unas bonitas luces en el atardecer. El nombre le viene dado debido a que
anteriormente formó parte del recinto del palacio que la Orden de Santiago tenía en
esta localidad. Junto a esta noble construcción se ubicaba su casa de
abastecimiento: La Almona. En
el mismo solar donde estaba el palacio anteriormente existió un alcázar
musulmán y hoy se encuentra la Casa Consistorial.
Era natural de esta villa el
conquistador y marino D. Pedro Ortega Valencia quien en el siglo XVI descubrió
y anexionó para la corona de Castilla, entre otros territorios, una gran isla a
la que denominó Guadalcanal, en honor a su lugar de nacimiento. La misma
pertenece al archipiélago Salomón, ubicado en el océano Pacífico. Durante la
segunda guerra mundial esta isla, convertida en base naval norteamericana, se
hizo famosa por los duros enfrentamientos protagonizados por japoneses y
estadounidenses con la finalidad de hacerse con el control de su aeródromo.
Los vinos de Guadalcanal, al
igual que los de otras localidades de la sierra, gozaron de muy buena fama.
Tanto es así, que las tropas de los Reyes Católicos se abastecían en las
bodegas de esta localidad. También nos habla de los caldos de la villa nuestro escritor más
universal, Miguel de Cervantes, quien los
cita en su novela “Rinconete y Cortadillo”. La producción de vinos fue muy
importante en toda la comarca hasta la llegada de una especie exótica invasora,
en el siglo XIX, procedente de América, que acabó con todos los viñedos de
Europa: la filoxera. Se trata de un pequeño insecto, emparentado con los
pulgones, que parasita a la vid. Este es un ejemplo más de cómo las especies
invasoras, además de producir daños irreparables en los ecosistemas, pueden
arruinar económicamente comunidades enteras.
Apéndice 2.-
A escasos metros de la plaza
mayor, en Guadalcanal.
Se ubica el edificio de La Almona. Fue construido
en el año 1307, y su función inicial era la
de servir de almacén y casa de abastecimiento de la Orden de Santiago, siendo
maestre de la misma D. Juan Osórez. Estuvo vinculada a la vicaría de Llerena-Tentudía,
dependiente del priorato de San Marcos de León, de esta misma Orden.
De trata de un edificio de dos
plantas, de estilo mudéjar, en el que se combina la piedra de sillería con el
ladrillo visto. A la planta baja se accede por una puerta de escasa altura
enmarcada en un arco apuntado. Consta de una única nave cuya estructura está
sostenida por una serie de arcos ojivales que nacen desde el mismo suelo y
actúan como contrafuertes.
Para ascender a la planta
superior dispone de una amplia rampa que permitía el acceso de carros de mano y
caballerías, facilitando de esta forma las labores de carga y descarga de las
mercancías que en este lugar se almacenaban. En este nivel, la entrada está
protegida por un porche construido con columnas de ladrillo visto. La nave
superior está dotada de una cubierta a dos aguas, de tejas romanas con
entramado de madera, que está sustentada por una línea central de pilares.
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