Los
procedimientos de obtención del metal 3
El
control final de las planchas lo ejercían el escribano de fundiciones, los
depositarios y uno de los oficiales, mientras que las operaciones de fusión son
continuamente sometidas a la supervisión de los guardas de fundiciones.
El
“cobrizo”,
es la parte del mineral en cuya composición entra una parte de cobre y que es recogida tras la fusión del mineral
”rico” en la superficie de este, aprovechando las diferentes temperaturas de
fusión y densidad de uno y otro 81. Estos “cobrizos”; ser retirados de la
pileta exterior del horno, se parten, someten a calcinación y se llevan a
fundición. En este caso, la operación de fundición se realiza con una cantidad
mayor fundentes; se mezclan para ello 30 arrobas de cobrizo y 45 de cendrada
“e no greta ninguna, poque con ella correria
mucho e tiene más necesidad de detenerle que quien le ayude a correr y la
cendrada hace efecto de detener”
Este
tipo de mineral se somete a varias fundiciones sucesivas a temperatura más elevada
y suele introducirse en los hornos al comienzo de las operaciones de fusión:
“deste
cobrizo dicho, quando se funde torna a salir otra pasta, ni más ni menos como
la dicha (se refiere a la extraída del metal rico) eceto que como es este
cobrizo no tiene tanta ley como tuvo la primera del metal rico y así todas veces
va disminuyendo en ley, hasta casi no tener ninguna, porque sienpre fundiendo
dello y dase a los primeros días de las fundiciones de cada semana porque
engrase e vidrie los ornos, porque no estando muy caliente el orno no fundiría
bien, y si se le diese del metal rrico, seria con daño e por eso se
comienza con el cobrizo, para que quando
fundan el metal rrico, el orno este caldeado. Este cobrizo, después de echo
plomo-plata, se da a los afinadores po la horden que el plomo rrico”.
De este mineral se aprovecha solo el contenido
en plata, ya que los técnicos desconocen el sistema para aprovechar el cobre
contenido en el mineral.
El
“mineral menudo”,
es decir, el que pasa por el cedazo en la operación de escogido previa al
lavado 82 se funde
con el “rico” en proporción de 6 arrobas del menudo y 24 de rico.
La
“granza”, o
sea, los pedazos algo más gruesos de mineral de no muy alta ley quedan en el
tamiz se tuesta y funde junto con el cobrizo.
La
“escobilla”,
es el resto que queda después de separar la plata en las operaciones de
afinación, en las que siempre permanece adherida a las paredes algo de metal. Se
funde junto con el metal rico en proporción de un tercio de escobilla y dos
tercios mineral rico 83.
“Relaves”, son los lodos procedentes del
lavado de los minerales. Se funden junto los cobrizos.
“Rieles”
y “escarzones”,
son los restos que quedan en los hornos tras una fundición. Se recogen el
ultimo día, tras el apagado de aquellos y se funden conjuntamente con mineral
rico.
A
partir de la introducción del beneficio del azogue, serán precisamente los
minerales de menor ley los que se reserven para este novedoso procedimiento.
Los
hornos de fundición se alimentan con carbón vegetal y leña, 25 arrobas en cada
operación de fusión, sin que conozcamos las proporciones de uno y otro.Los ocho hornos no funcionan nunca simultáneamente. Están encendidos en una semana cuatro de ellos, dos de los dotados de “ingenio” de caballería y dos de los accionados manualmente, mientras que los otros cuatro van siendo preparados para las fundiciones posterior Las ordenanzas de 1557 regulaban minuciosamente como se establecían las jornadas:
“El veedor y las dichas guardas ternan cuidado de hacer proueer de abundancia de barro y de tener molida carbonilla para que desde que cesen los hornos de fundición y aun antes si ser pudiese, los fundidores asienten la carbonilla en otros hornos donde han de trabajar la semana siguiente y que los caldeen suerte que los domingos a la media noche o a lo más largo los lunes de mañana comiencen a fundir con ellos, de manera que no se pierda el tienpo en la labor pues por esta razón se les da a los fundidores salario particular. Pero si el dicho veedor entendiese que los hornos andan buenos y sanos y los ojos dellos enteros, debe proueer que los fundidores pasen adelante con las fundiciones todo cuanto lo pudiesen sufrir los dichos hornos” 84.
Las
fundiciones producen como fruto en todos los casos una aleación de plomo rico
en plata que, en forma de planchas, se conduce a otra instalación en la que se
practica la separación de ambos metales con el resultado de, mediante un
proceso de oxidación del plomo —1o que ellos llaman “gredar”— dejar la plata
libre. Esta operación se practico en Guadalcanal en los primeros momentos en
unos hornos denominados “fuslinas”, cuya descripción nos ha sido hurtada por la
documentación y que eran los tradicionalmente utilizados en España 85. Pero ya en 1556 se
introducen allí los denominados hornos de reverbero cuya aura característica 86 consiste en que la
carga se introduce en un hogar o crisol por encima del cual pasan las llamas,
no produciéndose por tanto contacto directamente entre el mineral y el fuego.
Son circulares y culminan en una cúpula semiesférica. La altura de estos es menor que la de los de fundición —1 metro
35 cm. +-—; el exterior es de piedra y en su interior se construyen las paredes
de ladrillo refractario. Están dotados de una abertura para introducir la carga
y de un orificio por el que se inserta el cañón del fuelle. El mineral se
coloca en un vaso hecho de una mezcla de escoriales, barro y huesos que
absorben el oxido de plomo y dejan libre en la superficie la plata prácticamente
limpia.
El
horno de reverbero, conocido en Alemania, es sin embargo introducido aquí por técnicos
que habían trabajado en Nueva España, donde había sido perfeccionado, en un
curioso recorrido de una técnica desde
Centroeuropa a España a través de Ultramar, del no es este el único ejemplo.
Frente al procedimiento de fuslinas anteriormente utilizado una capacidad de carga mayor, un sustancial y muy
estimado ahorro de energía con forma de leña, así como de mano de obra y un
resultado mejor y más afinado en las cantidades de plata y oxido de plomo. La comisión de
expertos reunida para dictaminar en relación con la novedad informaba en junio
de 1556:
“Que
vistas las fuslinas donde aora afinan, les paresce y tienen por cierto que de
la manera que se afina en la Nueva España por hornos de reuerberación,
afinaran mucha más cantidad y en mucho
menos tienpo y saldrá más plata y mucha
más almártaga y a menos costa y se excusará el hacer del plomo almártaga
—litargirio— en Sevilla, porque en tres quintales de plomo rico que en las
fuslina se afinan, afinándolos en la
reuerberación, podrían afinar con ellos otros 10 ó 12 quintales de plomo pobre,
y que tanbien los podrían afinar de rico, si no fuese por el inconuiniente de ser las planchas de
plata que se sacarían tan grandes que sería menester cada vez deshacer el vaso
para sacar la dicha plancha de plata”
El
ahorro producido por el nuevo horno lo cifraba A. de Zarate en un 25 %, a lo
que habría que añadir la sustitución del carbón de brezo que se empleaba en las
fuslinas por la leña de encina que utiliza el nuevo horno, más barata por
cuanto no precisa la transformación del anterior. El único problema que se
planteaba en un principio era la falta de peritos
en esta nueva técnica, lo que encarecía sus salarios, pero la formación y
profesionalización de especialistas debió ser bastante rápida, ya que noviembre de 1556 Zárate informaba:
“padesciamos
antes grandísima falta de maestros, aunque teníamos buytrones (hornos de reverbero), y
agora ay aqui cinco maestros y creo que a porfía han de abaxar un cuartillo a
lo menos el salario” 87.
81
“Es de errumbre que sale del dicho metal (rico) (...) es una pasta que se hace
en saliendo plomo de la pileta de dentro a la que está fuera del grosor de un
dedo, ques lo primero yela, antes quel plomo y plata que queda debajo, y ansi
luego los fundidores, quitando esta dicha pasta, queda el plomo-plata hecho
brasa que no se yela”.
82
“En
la casa del metal dicho, ay un onbre que pasa el metal por un arnero de yerro
para apartar lo grueso de lo menudo para que lo más grueso partan los
partidores y lo que queda menudo que salió por el arnero se beneficia en una
tina de agua que está en la pieza de los metales le echan el agua en la dicha
tina del poco que está en el corral por una canal de madera que va desde el
dicho pozo hasta la dicha pieza y un lauador que hay para ello echa lo mas
menudo en otro arnero mas cerrado que el de arriba y, lavándolo, apartanle la
guija que en ello hay la más gruesa (...) se echa en el metal partido que está
en otra cámara para fundillo. Lo que pasó por este arnero, ques muy menudito,
queda en el suelo de la tierra y esto se saca de esta se lleva al lauadero, y
allí se lava y lo que queda muy apurado dello ques metal se funde”.
83
“Dejase
de fundir por si (aislada del mineral rico) porqué se tiene entendido que se
beneficia mejor el metal para aceder dar la ley que tiene, y así se conoce que
de las dichas diez arrobas salen cinco arrobas mas de plomo plata por fundición
de lo que sin la dicha escouilla solía salir y así la escouilla da la ley que
tiene y también ayuda en las afinaciones para que se afine mejor y se haga más
greta, porque cuanto más rico es el metal, tanto mejor se greta (se oxida) e
sale más greta porque no lo gasta el fuego, y con menos costa de leña, por
manera que es prouechos trae juntándola como es dicho con el metal, e por eso
se funde de por sí. La ley que escuilla está escouilla tiene es de la que llevo
en la fundición del plomo-plata, por razón de que linpiárlo no se puede
hacer tanbien que no lleve algo del
plomo plata tras sí y con esto queda la satisfación de la afinación
rebatiendola por rata y no es hordinaria sienpre la falta causala que unas
veces se acierta a linpiar mejor que otras”.
84 A.G.S. Escribanía Mayor de Renta, Minas, Legº 1 fol. 10.
85
A.G'S.- Contadurías Generales, Leg.° 3.072, s.f., carta de A. de Zárate a la
Princesa Gobernadora 20 de Noviembre de 1555.
86
AG.S Estado, Leg.° 113, fols. 2-3-4-5-6. A.G.S. Contadurías Generales, Leg.°
3.072, s.f., carta de la Princesa Gobernadora a Agustín de Zarate, de 12 de
Julio de 1556.87 Cfr. A.G.S. Estado, Leg.° 113, fols. 20 al 24. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, LE 33. Afirmaba Zarate que los buitrones
“afinarán mucho más de lo que saldrá de fuslinas, en tal manera que deste metal muy rrico de Martin Delgado afina cada uno más que tres fuslinas y de los relaves, más que cuatro y demás del tienpo, se aventaja en el prescio medio real por arroba, porqué las fuslinas costaban a dos reales y en los buitrones a real y medio”.
De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez
Julio Sánchez Gómez
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