Noticias de los Mesones
Un vestido de Pepín Martín Vázquez dedicado a la Virgen de los Dolores, de Guadalcanal.
El renombrado matador de toros Pepín Martín Vázquez, cofrade de la Hermandad de las Tres Horas de Guadalcanal, que rinde culto a Nuestra Señora de los Dolores, ha donado un vestido de luces para bordar con su oro una saya para sayas la Virgen, hacia la que el torero macareno siente gran devoción.
Una delegación de Cabildo General de esta cofradía que fue fundada en la localidad de Guadalcanal en 1888, formada por el Teniente Hermano Mayor, Mayordomo Mayor y otros miembros de Junta de Gobierno, se desplazaron a Sevilla a principios de mes para recoger el preciado regalo, fueron recibidos personalmente por el torero en su casa Sevillana.
El regalo de Pepín está siendo muy celebrado por los cofrades.
José Martín-Vázquez Bazán, nació en el sevillano barrio de La Macarena el 6 de Agosto de 1927 y falleció el 27 de Febrero de 2011.
Hijo de Francisco Martín-Vázquez “Señó Curro”, Pepín fue hermano menor de otros dos toreros, Manolo y Rafael, familia entroncada con la localidad Sevillana de Alcalá de Guadaíra. Cuentan quienes le vieron torear, que Pepín Martín-Vázquez era máximo exponente del toreo sevillano, y que junto a Pepe Luis Vázquez se antoja indispensable para entender la historia del arte de Cúchares de la primera mitad del siglo XX. Una gravísima cornada en Valdepeñas el mismo año de la muerte de Manolete tuvo a Pepín al borde de la muerte, y cuentan los analistas de la época que Pepín ya no fue el mismo. Retirado de los toros, vivió hasta sus últimos momentos en Sevilla, rodeado de su familia y de un puñado de amigos escogidos. Dicen que Pepín Martín-Vázquez era, además de un torero de época, un hombre excepcional, con una nobleza extraordinaria y una educación exquisita.
Las crónicas de la época sitúan a Pepín Martín-Vázquez como un torero adelantado a su época. Era torero variado, conocedor de los terrenos del toro y con una asombrosa capacidad para quitar con el capote y para dilucidar con arte cualquier inconveniente con la muleta. Pepín marcó una línea a seguir por los toreros que más tarde se han dado en llamar “de arte”. También dicen los escritos que Chicuelo fue un espejo para el menor de los Martín-Vázquez, y que de ahí viene la “gracia” toreando de un matador que sin duda merece ocupar un lugar de privilegio en el recuerdo de los aficionados. Al menos en el sur, ninguna charla entre taurinos prescindía del nombre de Pepín a la hora de recordar grandes maestros de la tauromaquia.
A pesar de que parece ser más recordado en muchos rincones del mundo como el protagonista de la película “Currito de la Cruz”, la importancia de Martín-Vázquez en el toreo va mucho más allá. Rivalizó con Pepe Luis y con Manolete, triunfó en grandes ferias de España y sólo una cornada gravísima pudo frenar su meteórica carrera hacia la cima.
Pepín Martín-Vázquez nos dijo adiós el 27 de febrero en la ciudad que adoró. Un mes después se hace justicia con la concesión de la tan reclamada Medalla de Oro de las Bellas Artes.
Vistió por primera vez el traje de luces el traje d luces el 16 de Septiembre de 1943, en la localidad murciana de Cehegín, su debut con caballos fue en la Monumental de Barcelona el 24 de Febrero de 1944, acompañado por Alejandro Montani y Aguado de Castro. Con 16 años se convirtió en el novillero más afamado de la época, a pesar de sufrir dos graves cornadas, cortó dos orejas en el Coso de las Ventas de Madrid, teniendo que estoquear en solitario cinco novillos, al ser cogidos de gravedad Alejandro Montani y Paco Lara. Dos meses después, el 4 de junio, obtuvo los máximos trofeos en La Maestranza sevillana con reses de Julia Cossio, la esposa de Juan Belmonte, superando el triunfo conseguido el día de su debut maestrante el 21 de Mayo de 1944.
En tan solo tres años, de Abril del 44 a julio del 47, hizo 17 paseíllos en la Monumental de Las Ventas de Madrid, siendo el torero más reclamado en todos los cosos importantes de España.
Su dilatada carrera llena de triunfos, siendo muy apreciado en España y en la América taurina por su profesionalidad y su gran valor humano terminó el 22 de febrero de 1953 en la plaza Nuevo Circo de Caracas (Venezuela), el año anterior se despidió de la afición española en la Monumental de las Ventas, coso de sus grandes triunfos un 21 de Mayo en la Feria de San. Isidro.
Hemerotecas
Rafael Spínola
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