Mecenas artístico, científico y cultural, el infante don Luis de Borbón y Farnesio fue una figura controvertida que acabó en el exilio, a unas leguas de la corte, donde desarrolló su amor al arte junto a maestros como Goya o Paret, y a quien ahora Patrimonio Nacional dedica una exposición.
Goya y el infante don Luis: el exilio y el reino es el título de la muestra que cuenta la biografía novelesca de este personaje y que inaugurará el lunes en el Palacio Real la infanta Elena.
Junto a diecisiete pinturas de Goya, entre ellas varias de su juventud, se exhibe un gran número de obras de Luis Paret, pintor al que esta exposición quiere reivindicar y que es fundamental para entender la vida del infante don Luis (1727-1785).
Además, están presentes en el recorrido de la muestra, que ha sido patrocinada por la Fundación Banco de Santander, otros maestros como Luis Meléndez, Mariano Salvador Maella, Corrado Giaquinto, Mengs, Madrazo o Tiépolo.
En total son 300 piezas las seleccionadas por el comisario Francisco Calvo Serraller para reconstruir la biografía del infante, quinto hijo de Felipe V cuya posibilidad de llegar al trono era remota, por lo que fue destinado a la carrera eclesiástica.


Allí Goya pintó los retratos de la familia del infante y el gran retrato familiar con el que se inicia el recorrido de la exposición. Se trata, en opinión de Calvo Serraller, de “una obra maestra de Goya y uno de los grandes retratos colectivos, "fundamental para su conocimiento y que no se presta fácilmente.
La exposición reconstruye parte de la biografía del infante a través de la mirada de Goya y muestra también la visión íntima con la que el maestro aragonés pintó a las dos hijas del infante, la futura condesa de Chinchón y la duquesa de San Fernando.
Mila Trenas
La fragua del pensamiento
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