El año en que me enamoré de todas
El lector de El año en que me
enamoré de todas, de
Use Lahoz, Premio Primavera 2013, muy bien podría recordar aquellos versos de
León Felipe, los “Versos del caminante”, en los que el poeta, cuando le decían
que no anduviera errante y que buscara su lugar en el mundo, respondía que ya
llegaría un viento fuerte que le llevaría a su sitio. Andan errantes los
protagonistas de esta novela sobre el aprendizaje de la felicidad —“exiliados
voluntarios que se buscan a sí mismos”—, deambulando por su juventud como si
esta no fuera a acabarse nunca, por la libertad que siempre ofrecen los pocos
años, por las múltiples oportunidades de viaje y de aventuras que son —o
fueron— el signo de nuestro tiempo: “Han sido víctimas de tantas oportunidades
como han tenido. Mucha gente de mi generación tiene dos másteres, tres carreras
y no sabe muy bien dónde ubicarse. Siempre han huido del compromiso...”
Sylvain Saury, un joven periodista francés que no tiene
intención de crecer —síndrome de Peter Pan— recibe la propuesta de un trabajo
inestable en Madrid. El viaje le obliga a abandonar a dos personas muy
importantes en su vida, su madre y monsieur Tatin, un mecánico del corazón,
chamán sentimental que restaura los continuos destrozos que el desamor les
causa. Además, en Madrid vive actualmente su antigua novia, Heike, cuya
ausencia y abandono Sylvain sigue llorando y pretende remediar. La vida, antes
de cumplir los treinta, parece ofrecer múltiples oportunidades y el recién
llegado al barrio madrileño de Argüelles comienza a vivir las aventuras de la
juventud: amores, la existencia a salto de mata, fiestas, salidas nocturnas,
amistades con otros jóvenes que, como él, no tienen una idea clara de la
felicidad. “La felicidad en esta novela consiste en los descubrimientos: ver
ciudades nuevas, amigos nuevos, distintas formas de vida... Son personajes con
necesidad de afecto y lo encuentran en la amistad”, asegura el escritor.
Use Lahoz, que se dio a conocer en 2009 con Los Baldrich, no renuncia en su última novela a una
visión amplia y duradera de las vidas de sus personajes. “Supongo —dice— que
por la influencia de la literatura decimonónica, que me gusta mucho. Me lo paso
muy bien con las sagas”. Un día, en la escalera de su casa, Sylvain encuentra
un manuscrito donde se narra la historia de unas vidas en las que el amor juega
un papel muy importante y, por esas cosas que tiene la literatura, entra en
contacto con esos personajes. Sin embargo, pese a lo que pudiera parecer, los
protagonistas de estas existencias modernas, estos jóvenes producto de las
becas Erasmus, de los másteres y del viaje continuo, no rompen con
los usos tradicionales. No busque el lector en esta novela experiencias vitales
posmodernas ni modos sorprendentes de ganarse la vida. Casi podría parecer que
a lo más que aspiran es a un trabajo tradicional, a prosperar como lo hicieron
sus padres, a encontrar su nicho ecológico para desarrollar el papel que el
destino ha dispuesto para ellos.
El año en que me enamoré de todas presenta una mirada amable y complaciente de la generación a la
que pertenece Use Lahoz, usando un estilo sencillo y eficaz que logra
reconciliarnos con el mundo y pretende demostrar que la vida no cambia tanto
como pudiera parecer. El tiempo viaja más deprisa que nosotros, siempre termina
por alcanzarnos y, tarde o temprano, surge ese “viento fuerte” de León Felipe.
Novela que nos habla del hoy y de las esperanzas que el hoy permite.
Premio Primavera 2013
Use Lahoz
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