By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 20 de agosto de 2014

La Almona de Guadalcanal 5/5

CASAS TERCIAS O DE BASTIMENTO DE LA ORDEN DE SANTIAGO EN ANDALUCÍA

Quinta Parte

A dichas supuestas hojas de higuera, hay que unir otras noticias alusivas a la relación de Suárez de Figueroa con Guadalcanal. La primera procede de un texto del siglo XV, escrito por los comendadores Pedro de Orozco y Juan de la Parra, quienes al tratar sobre dicho maestre destacaron muchísimo su muy relevante actividad constructiva, citando numerosas obras y, entre ellas, las hechas en Guadalcanal: 
“De su condiçion natural fue muy grand edificador, que nunca en quanto bivió, çeso de labrar, i edificar muy grandes, i magnificas obras, de grandes edifiçios, i muy provechosos, en que fizo grandes gastos, i costas. Espeçialmente labró mucho en la fortaleza de Montiel, en la torre prinçipal della, e en la de Montizon, e fizo la torre de Ocaña, i las casas prinçipales de aposentamiento de la dicha villa, i fizo de nuevo la casa de Aranjuez, i la fortaleza de Alhanbra, i reparó muchas fortalezas de la frontera del Reyno de Murcia, i acrecentó mucho en la fortaleza, i convento de Uclés, i en las torres, i adarves della, i fizo el monasterio de Santiago del Espada en Sevilla, donde se mando sepultar, e la casa, i almazen que la dicha orden tiene en dicha cibdat, junto al dicho monasterio, que compro para ella. I labró, i fizo de nuevo la torre de Estepa, i las casas, i bastimentos de Llerena, i de Guadalcanal, i de la Fuente del Maestre, i las de la dicha villa de Ocaña, i del Corral de Almaguer, i de Villarrubia, i de Santa Cruz, e otras casas, i bastimentos de otros muchos lugares que oy dia paresçen, i otras estan caydas, i perdidas del tienpo que la dicha orden estovo en las administraçiones, i guerras pasadas, de los señores ynfante don Enrrique, i maestre don Alvaro de Luna, asy mesmo mandó facer grand parte de las çercas, i torres, i adarves de Xerez çerca de Badajoz, i de la Fuente del Maestre, de cal, i piedra, que falló caydas, i maltratadas; i apenas quedo lugar prinçipal en la orden en que no labrase poco, o mucho, e en todas estas obras e edifiçios que el fizo, o en las mas dellas, paresçen oy dia los escudos de sus armas, en memoria de las él aver mandado fazer, i reparar, fueron puestas por las dichas torres, i adarves, i edifiçios. E mando reparar i rehedificar en la dicha orden, muchas Yglesias, i las capillas dellas, en las quales dió, i puso muchos buenos orrnamentos con que se servian, e en algunas dellas, fueron puestas por su mandado, algunas ymagenes de alabastro, que oy dia paresçen. Tanto fué el estudio, i cuydado que en esto tovo, que en sus tienpos, desde buen maestre, reçebio la orden mas benefiçio, i acresçentamiento en sus Yglesias, i fortalezas, i villas, i edifiçios, i casas, que en todos los otros pasados, desde su fundaçion. 
Que es çierto él solo aver mas labrado, i reparado en ella, que todos los anteçesores suyos, y los que despues dél subçedieron en la dignidat maestral, fasta el tienpo presente” (40)
Con dicho currículum arquitectónico reiteramos que no es fácilmente descartable su intervención en el bastimento de Guadalcanal, localidad citada expresamente en el texto. 
Además hay una segunda noticia, proporcionada en este caso por Aurora Ruiz Mateos: en 1406 Gonzalo Domínguez vende a Lorenzo Suárez de Figueroa “unas casas con su corral que tiene por linderos los palaçios de la Orden et de las dos partes las calles Públicas” (41). Esta noticia también la recoge en su historia de Guadalcanal Andrés Mirón, añadiendo que dichas casas sirvieron para ampliar el palacio de los comendadores (42). Quizás fuera ésta la obra a la que se refiere el texto antes citado porque, según la referida autora, el palacio disponía de zonas de servicios (“bodegas, bastimentos, caballerizas, etc.”). Pero también nos inclinamos a pensar que pudo reparar e incluso mejorar el bastimento de la mesa maestral y que quizás a él se deba la aludida portada de piedra que, además, sobresale ligeramente sobre el muro de fachada y cuenta con la referida inscripción que, como ya ha sido indicado, está un poco rehundida. Cabe añadir que en el interior de dicha entrada se vislumbran marcas que parecen de canteros. Aunque somos conscientes de que a pocas conclusiones se ha llegado hasta ahora analizando dichos motivos, éstas de Guadalcanal, de ser auténticas, tienen formas similares a las que aparecen en otras obras del maestre, como en el ya citado monasterio Santiago de la Espada (43). Signos semejantes también pueden apreciarse en el paño de sillería vista que forma la esquina noroeste de la fachada principal. 
Pero continuemos un poco más con la historia del edificio. Como hemos referido, la encomienda se mantuvo hasta el siglo XIX. No obstante, conviene apuntar una peculiaridad de la misma que ha sido destacada por M. Maldonado Fernández y que afecta al edificio que estudiamos. En 1540 Carlos V vendió la mitad de los derechos de la encomienda y todas las rentas que la mesa maestral poseía en Guadalcanal al Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla, aunque sin llegar a separar a aquélla de la orden (44). Pues bien, en dicha venta, como consta en diversos documentos generados por la misma (tasación, toma de posesión o testimonio notarial impreso en 1612 sobre los títulos de propiedad del hospital en Guadalcanal), el hospital se quedó con la mitad de los diezmos, la escribanía pública, la renta del jabón, “la mitad de la casa, y lagares, y vigas de pisar uva”, que estaban en la calle de San Bartolomé, y con “el bastimento de pan, y vino con sus tinajas”, del que se vuelve a especificar que estaba en la plaza pública (45). 
El edificio pasó así a manos del hospital, en las que seguía en 1715. 
Del 30 de enero de dicho año data un edicto por el que sus administradores sacaron a subasta el arrendamiento de las rentas de Guadalcanal, en el que consta la propiedad “de las casas donde se solía encerrar el vino perteneciente a la mesa maestral, y la casa donde se solía encerrar el diezmo del pan, que es sobre la dicha casa en la plaza pública” (46). Así que fue el hospital el encargado de su mantenimiento y gestión, posiblemente hasta la desamortización. En las cuentas de 1745, por ejemplo, consta el pago de unas obras hechas en la “Armona”. Fue el albañil Juan Álvarez el encargado de “componer los tejados y graneros” del Hospital de la Sangre, cuyo recibo de 24 reales aparece fechado el 3 de agosto de 1736 (47). 
Lámina 15 (M. Gracia Gómez)

Almona, según la Real Academia Española, puede significar “casa, fábrica o almacén público” y también, en Andalucía, jabonería. Tampoco descartamos que quizás el edificio, o parte de él, se pudo utilizar como tal jabonería en algún momento, máxime teniendo en cuenta lo ya dicho sobre las rentas con las que se quedó el Hospital de las Cinco Llagas tras la compra de 44 M. parte de los beneficios de la encomienda. 
Para el presente trabajo hemos realizado un levantamiento aproximado del estado actual del edificio, basado en la planimetría realizada por José Esteve (publicada por José Hernández Díaz, Antonio Sancho Corbacho y Francisco Collantes de Terán en su ya citado catálogo) y en algunas cotas que se pudieron tomar in situ (lám.15). En él se plasman las divisiones interiores con que hoy cuenta la construcción y los huecos que se han podido confirmar en la mitad derecha del edificio. En la representación de la mitad izquierda de la planta alta (hoy inaccesible), los vanos se han dibujado igual que en los aludidos dibujos, aunque añadiendo alguno que se divisa desde el exterior.
Lámina 16 (fot. M. Gracia Gómez)
Hoy en día La Almona pertenece a diversos propietarios. La mitad izquierda del edificio, mirando su puerta de frente, está en un penoso estado de ruina. De ella pudimos visitar (y con cierto riesgo) la planta baja, pero no la alta, dado que la cubierta superior y el piso intermedio presentan derrumbes muy importantes, por lo que su acceso está tapiado (lám. 16). La parte de la derecha de la fábrica alberga, en planta baja, un bar-restaurante bien acondicionado, mientras que el piso superior sirve de almacén y hasta hace poco guardaba, según nos informaron, materiales de construcción (láms. 17 y 11). En definitiva, el edificio está dividido aproximadamente por la mitad, “compartiendo” los propietarios un zaguán de entrada a la planta superior, habilitado tras la entrada gótica y que ocupa tan sólo la primera crujía. La rampa ha sido parcialmente modificada, en su parte inferior, en la que cuenta hoy con un grupo de escalones que parece de reciente factura. 
Lámina 17 (fot. M. Valle  Gómez)

El acondicionamiento de parte del inmueble para un negocio de restauración ha sido una buena opción (48), pues al menos permite contemplar casi completa esa media nave baja, de sugerente estética. Ahora bien, la visión y lectura de La Almona como un elemento unitario hoy no es posible. 

40 Pedro de OROZCO y Juan de la PARRA, Primera historia de la Orden de Santiago, Institución “Diego de Valencia” de la Excma. Diputación Provincial, Badajoz, 1978, pp. 383-385. Se trata de un manuscrito del siglo XV, de la Real Academia de la Historia, publicado con introducción, transcripción, notas y apéndice del Marqués de Siete Iglesias y prólogo de Diego Angulo. La letra negrita es nuestra. 
41 A. RUIZ MATEOS, Arquitectura civil… ob. cit., p. 91. 
42 A. MIRÓN, Historia de Guadalcanal, ob. cit., p. 68. 
43 Sobre las marcas de este edificio véase María del Valle GÓMEZ DE TERREROS GUARDIOLA, “Arquitectura y órdenes militares en Sevilla: intervenciones en los conventos de San Benito de Calatrava y Santiago de la Espada”, Temas de Estética y Arte, núm. XIX (2005), pp. 123-167. 
MALDONADO FERNÁNDEZ, “La encomienda santiaguista de Guadalcanal”, ob. cit. 
45 Dichos documentos los hemos podido consultar en el Archivo de la Diputación de Sevilla (ADPSE, en adelante), Hospital de las Cinco Llagas, legs. 10 y 12. 
46 ADPSE, Hospital de las Cinco Llagas, leg. 10. 
47 ADPSE, Hospital de las Cinco Llagas, leg. 101. En este archivo se ha hecho simplemente rápida consulta, por lo que es posible que en posteriores investigaciones puedan ampliarse los datos sobre obras de mantenimiento de La Almona. Lo más probable es que el edificio siguiera en manos del hospital, como hemos referido, hasta la desamortización y que después, bien se enajenase, bien pasara a la Junta Provincial de Beneficencia, junto con aquél. 
Lámina 15. La Almona. Levantamiento aproximado del edificio en 2010. Autora M. Gracia Gómez de Terreros Guardiola. 
Lámina 16. La Almona. Detalle del estado de ruina que presenta la zona izquierda de la planta baja (fot. M. Gracia Gómez de Terreros). 
Lámina 17. La Almona. Estado actual de la zona derecha de la planta baja, acondicionada como bar restaurante (fot. M. Valle Gómez de Terreros). 
48 Hemos de señalar que en los arcos de esta zona se pueden apreciar reparaciones de carácter estructural efectuadas no hace muchos años, dado que se percibe la utilización


 Gómez de Terreros Guardiola, María del Valle, Gómez de Terreros Guardiola, Mª Gracia: Publicado en Temas de Estética y Arte XXIV.- REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SANTA ISABEL DE HUNGRÍA

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