Una pila
bautismal renacentista de la Iglesia de la Concepción, utilizada como macetero
en el colegio de monjas del Convento del Espíritu Santo
Con este artículo queremos hacer una recopilación de
datos y acontecimientos datados en los años setenta del pasado siglo sobre el
expolio y la desamortización encubierta de una serie de edificios
pertenecientes a la historia monumental
de nuestro pueblo y hoy en manos de particulares (Úlima parte).
4.- Capilla
de San Vicente, es un edificio del siglo
XVIII, con una planta de Cruz Latina, una sola cubierta de bóveda de cañón y
lunetos y media naranja en el crucero, su alero mudéjar aun conserva la madera original,
de estilo difundido por Extremadura, fundada por la orden Dominicana, relaciona
su historia con esta orden y la Hermandad del Rosario de la Aurora que fue
autorizada en 1851 para su ubicación y finalmente cae en decadencia y se
disuelve en 1.914, cerrada al culto definitivamente en 1917 y destrozado todo su patrimonio mueble
en 1936 a consecuencia de la guerra civil.
Es tal vez el
edificio que más intentos de cesiones y compra venta sufrió en los siglos siglo XIX y XX, la
primera referencia encontrada data de 1854, el alcalde de la villa Miguel Ramos
Lobo propone ante el gobernador eclesiástico de Llerena la cesión de las
capillas de San Vicente y los Milagros, “que
son innecesarias para el culto y no son en razón de su proximidad a las
parroquias de Santa María y San Sebastián, sino por los muchos templos que hay
en la población”, para construir la nueva casa consistorial, finalmente
este primer intento fracasó y las dependencias municipales se construyeron en
las ruinas del antiguo palacio de los comendadores Santiaguistas .
Ya en el año
1923 el párroco de la localidad Pedro Carballo Corrales, con el beneplácito del
Arzobispado de Sevilla Eustaquio Ilundáin y Esteban inicio un proceso de venta
y que gracias a la intervención de Antonio Muñoz Torrado con el inicio de un
informe histórico sobre el citado edificio, y con la colaboración de la
Hermandad del Rosario de la Aurora, fue paralizada su venta.
Pasamos al
año de 1935, según información contrastada en el libro “Guadalcanal Siglo XX”, de Ignacio Gómez
Galván, cita en su recopilación de los acontecimientos de la década 30/40 del
pasado siglo, y dice textualmente:
“Intento de compra de San Vicente. Con fecha 29 de
Julio de 1935, Rafael Cárdenas Ordoñez dirige un escrito al Arzobispado de
Sevilla, en los siguientes términos: Rafael Cárdenas Ordoñez, natural y vecino
de esta, casado a V.E.R. con el debido
respeto, EXPONE: Que es dueño de una casa en esta villa calle San Sebastián, la cual habito y que linda en
su parte derecha con la Ermita y dependencia de San Vicente. La referida Ermita
al culto está cerrada al culto hace más de diez años y convertida en almacén de
anda, pasos y trastos viejos, y si a eso se une que su techumbre está en mal
estad, sobre todo las dependencias que lindan con la finca del dicente, al alto
criterio de V.E.no se ocultará los graves prejuicios que a la propiedad
particular se le ocasiona con este estado de cosas, aumentados conforme pasa el
tiempo. Se hace precisa una urgente y costosa reparación en la referida Iglesia
de San Vicente. Mas como el estado actual de la iglesia es bien patente, no es
mi ánimo ponerla en grave trance por eso me permito proponerle a V.E. la
enajenación de la repetida ermita, caso de que no pudieran hacerle las obras
que necesita, en cuyo caso no tendría otro destino que demolerla y sobre su
solar edificar dependencias con fines domésticos que se incorporarían a mi
propiedad que con ella linda. Dios guarde a V.E. muchos
años. Guadalcanal, veintinueve de Julio de mil novecientos treinta y cinco”.
No se hizo
esperar la contestación del Arzobispado, ya que en la parte inferior del mismo
escrito del Sr. Cárdenas, aparece esta coletilla: “Sevilla 3 de Agosto de 1935. Vistos los antecedentes de este asunto y
especialmente lo actuado en el año 1923, como motivo de una solicitud del Sr.
Párroco de Guadalcanal, decretamos que no ha lugar a lo solicitado en la
instancia que nos ha dirigido D. Rafael Cárdenas Ordóñez”.
A principios
de los años 70, una entidad bancaría a través de un vecino del pueblo hizo un
nuevo intento de compra o apropiación con la intención de poner una oficina
bancaria o cualquier otra intención de actividad en un edificio con una
situación privilegiada dentro del casco urbano.
Finalmente en
el 1977 y coincidiendo con la romería de nuestra patrona, una representación
oficial del Arzobispado de Sevilla, realiza un viaje a Guadalcanal y la zona de
varios días, quedando ubicado su hospedaje en Cazalla de la Sierra, durante
esos días y con el pueblo ajeno a
ciertas reuniones clandestinas, se fraguan los tratos de la venta de la Capilla
de San Vicente, edificio emblemático situado en la plaza de España.
Esta capilla
fue solicitada en cesión en repetidas ocasiones al Arzobispado de Sevilla por
los responsables de la Cofradía de Penitencia de las Tres Horas, para instalar
en ella sus imágenes titulares y abrirla al culto, consultado a hermanos de
aquella época, la respuesta fue una y otra vez negativa.
Poco después
se ejecutó el acto de enajenación y venta por una cantidad aproximada a 500.000
pesetas, unos 3000 € actuales, convirtiéndola su nuevo propietario en un salón
de juegos juveniles, con maquinas recreativas y futbolines, posteriormente y
hasta la actualidad en un bar, realizando en su interior varias obras de
acondicionamiento, aunque su empleo para usos profanos se remonta mucho antes
de su venta, sirviendo de carpintería, almacén de materiales, almacén de andas
y tratos viejos, cuadra de caballerías,
salón de juego, salón de baile y guateques para la juventud, emisora local de
radio, bar, etc.etc, en este trasiego de propietarios ocasionales, se ha
cambiado básicamente su interior con obras y modificaciones no
autorizadas, el exterior no ha sido
básicamente modificado, (aún cuando cabe destacar un ventanal que se abrió en
la fachada principal con nocturnidad y alevosía), actualmente se encuentra en buen estado.
5.- La
Iglesia de la Concepción,
donde el higuerón bravío
halla desidia y baldío
para la profanación.
A mayor aberración
le han hurtado las campanas.
¡Qué niños tendrán ya ganas
de jugar en el Cantillo
si no queda un monaguillo
que repique las
mañanas?
Andrés Mirón
Data del
primer cuarto del siglo XVII, es un edificio de ladrillo y una, cubierta con
bóvedas de medio cañón. El exterior se encuentra bien conservado, ya que fue
restaurado en el año 2010 por un taller de empleo, en cambio su interior que
constaba de una cúpula de media naranja en el presbiterio, a los pies del de la
tribuna se situaba el coro de estilo mudéjar, en la cabecera un retablo de
yesería barroca y azulejos sevillanos del siglo XVII, sillerías y bancos
tallados para el culto, todo este conjunto se encuentra expoliado, en ruinas y
gran parte de la techumbre hundida, ahora su interior alberga higueras,
follaje, escombro y basura.
Esta iglesia
perteneció y formaba parte del conjunto arquitectónico del desaparecido
convento y hospital del mismo nombre fundado por el hijo de la villa don Álvaro
de Castilla, que hizo fortuna en las Indias, y que en testamento otorgado en el
año de 1613 en Guanajuato (México) lo dotaba e instituía para nuestra villa,
comenzó su construcción en 1614 y una vez construido fue ocupado por las monjas
clarisas franciscanas.
Hemos dejado
para el final la venta de este edificio, ya que fue la que hizo saltar las
mayores indignaciones de los vecinos del pueblo y se trató sin éxito de
emprender acciones ante Patrimonio para evitar su venta, aun cuando si se
impendió un eminente derribo.
Existe un
contrato de compra-venta del edificio del 02
de Mayo del mencionado año, firmado por el cura párroco de la localidad
titular de aquella época Antonio Espinosa Torres con el beneplácito de las
autoridades eclesiásticas responsables del Arzobispado de Sevilla, como
representante y con plenos poderes para efectuar dicha venta, ratificado según
decreto de 23 de Abril de 1977 y registro de protocolo arzobispal con número
69/77 datado en la misma fecha y año.
En el acto de
la firma de compra por parte de un industrial panadero de la localidad, consta
que hizo entrega de 125.000 pesetas (750 €) como señal del total de la venta
acordada en 350.000 pesetas (2.100 € actuales), en este acto se le entregó al
nuevo propietario la llave para que disponga del edificio y le de el uso que
estime oportuno, sin clausulas en el citado contrato en el que se hace constar
por parte del arzobispado de Sevilla la
responsabilidad y expreso compromiso de que “La capilla de la Inmaculada Concepción no está grabada con carga o
pensión alguna y se reserva retirar los objetos sagrados , imágenes, etc., así
como la pila bautismal, las campanas y aquellos objetos que presenten especial
valor”.
A principio
de ese mismo año y antes de formalizarse su venta, el Ingeniero de Caminos
D. Javier Sánchez-Palencia y Dabán, en
la redacción del nuevo proyecto de delimitación
del perímetro urbano de Guadalcanal, incluía varios edificios, entre
ellos la propia iglesia de la Concepción en la categoría de “Edificios Singulares que tenían que
protegerse y conservarse”.
Este proyecto
llevaba como es preceptivo, la tramitación y plazos que comprendían la
aprobación provisional de este precepto, sacarlo a información pública y
aprobación definitiva, este precepto como tantos otros no se cumplió, el propio
Sr. Sánchez Palencia advertía el truco de aprovechar el periodo de tramitación
de este y otros proyectos para derribar edificios monumentales o singulares y
convertirlos en un solar, y después, si se conseguía la aprobación de los
proyectos, ya no podían recuperarse ni
tocarse los solares con los que se había especulado.
Así fue como
se procedió para la venta de la Concepción, primero con las maniobras de
desmontes y traslados o desaparición de piezas, ornamentos, figuras y otros
objetos de gran valor, luego malbaratando con una fraudulenta venta el
edificio, sin respetar el informe de Bellas Artes o el procedimiento abierto de
delimitación de un monumental casco urbano.
Como en el
caso de D. Quijote, “claro que no ha sido esta vez, amigo Sancho, con
la iglesia con la que toparon”, unos
y otros quedaron sin poder de reacción, ya que los responsables del Ministerio
de Educación y Ciencia, cursaron un escrito con fecha 7 de julio siguiente a la
fecha de su venta a la Dirección General de Patrimonio Artístico y Cultural y a
la inmóvil hasta aquel momento Delegación de Sevilla para que por vía de
urgencia se haga saber al Ayuntamiento de Guadalcanal que “se declara monumento histórico-artístico con carácter nacional iglesia
de la Concepción de dicha villa”, por lo cual, no podría realizarse
modificación, proyecto de cambio estructural, obra o cualquier otro movimiento
que supusiese la alteración de lo declarado por el Estado, y menos aun sin el
estudio y aprobación de la Dirección General correspondiente, así, se paralizó
su inminente derribo, no así, sin embargo el progresivo deterioro que ha
sufrido año tras año, por el abandono de su dueño y el olvido de todas las
entidades estatales y provinciales citadas, en la actualidad su interior se
encuentra en ruina total y el exterior fue limpiado y rehabilitado por la
escuela taller de empleo “Corredor Eco-patrimonial Sierra Morena” en el año
2010.
Las actuales
casa adosadas a la iglesia formaron parte del antiguo convento, cenobio y
subsistentes patios, corredores, acornado y otros elementos arquitectónicos que
formaban parte de un bellísimo conjunto,
ya que después de la exclaustración del siglo XIX y principio del XX fue
vendiéndose por parte el conjunto del
convento y quedó reducido al edificio actual.
En ella
existía y fueron arrancados en aquellos últimos meses antes de su venta,
azulejos muy antiguos que constituían un esplendido retablo y una pila
bautismal de valor incalculable (esta
como hemos citado anteriormente, se convirtió en un macetero con un ridículo cactus en un rincón del patio del
Convento del Espíritu Santo).
No pasó mucho
tiempo, apenas seis meses de la formalización de la venta cuando un nuevo
sobresalto alertó a los vecinos de
nuestro pueblo, a través de fundados rumores indicaban el peor destino posible para el emblemático edificio,
una empresa de construcción pensaba transformarlo en un amplio solar diáfano para construir viviendas y se habían iniciado ya las
gestiones, también se rumoreaba que el nuevo propietario instalaría en su
interior un amplio supermercado, afortunadamente el tiempo corrió a favor y se
evitó el derribo.
En este articulo no incluimos los nombres de los
vecinos o empresas que compraron los edificios, ellos simplemente se
beneficiaron en aquel momento de la venta de unas “gangas” que se pusieron a la
venta, sin embargo la actuación del arzobispado, el poco celo del párroco de
turno, alcaldes, resto de autoridades locales y la pasividad de los vecinos nos
han llevado a una situación actualmente
irreversible.
Datos.-
Guadalcanal Siglo XX, .- Apuntes sobre la historia de Guadalcanal, Arte y
religiosidad popular: las ermitas en la baja Extremadura, Historia de
Guadalcanal, Revistas de Feria, y
Hemerotecas y Autor.
Rafael
Spínola Rodríguez
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