Villa de Guadalcanal, Cima de la
belleza
Introducción
Gracias a la familia Rodríguez
Gallego por autorizarme a publicar el libro “Guadalcanal un pueblo en la memoria”,
iré publicando a partir de este miércoles los diferentes capítulos del libro legado
sobre nuestro pueblo que nos dejó nuestro amigo Rafael Rodríguez Márquez. - 02/07/1938 + 02/01/2007
En un frondoso valle rodeado por
la señera Sierra del Agua y la altiva Sierra del Viento, en el confín
septentrional de la provincia y en pleno corazón de Sierra Morena, se encuentra
Guadalcanal. Es la localidad más alta de Sevilla, con cerca de 1.000 metros de
elevación en la sierra Capitana y 910 en el monte Hamapega.
Distante 106 km de la capital, se comunica por carretera y por línea de ferrocarril. Su término comprende una superficie de 278 kilómetros cuadrados y limita con la provincia de Badajoz (Extremadura), a la que perteneció hasta el año 1833.
Regada por el curso del río Sotillo, afluente del Bembézar, la rivera de Benalija y los arroyos del Moro, de Esteban Yánez y Guaditoca. Terreno abrupto y quebrado, con serpenteantes caminos que suben hasta las cimas de los montes, donde se cría el astuto conejo y la cauta perdiz roja; veredas blancas que se pierden en el verde olivar y hermosos valles con sus arroyos de aguas cristalinas flanqueados por la jara, el tomillo y la adelfa, formando un paisaje espectacular para la meditación y el descanso.
Distante 106 km de la capital, se comunica por carretera y por línea de ferrocarril. Su término comprende una superficie de 278 kilómetros cuadrados y limita con la provincia de Badajoz (Extremadura), a la que perteneció hasta el año 1833.
Regada por el curso del río Sotillo, afluente del Bembézar, la rivera de Benalija y los arroyos del Moro, de Esteban Yánez y Guaditoca. Terreno abrupto y quebrado, con serpenteantes caminos que suben hasta las cimas de los montes, donde se cría el astuto conejo y la cauta perdiz roja; veredas blancas que se pierden en el verde olivar y hermosos valles con sus arroyos de aguas cristalinas flanqueados por la jara, el tomillo y la adelfa, formando un paisaje espectacular para la meditación y el descanso.
En las laderas de los montes, en
los valles o junto a los arroyos se encuentran los antiguos caseríos que en
tiempos pasados fueron el hogar de aquellos extremeño-andaluces de corazón
noble y carácter alegre que, con grandes esperanzas, cultivaron estas tierras,
regando los surcos con su sudor y dejando en ellas lo mejor de sus vidas.
Guadalcanal, villa serena en su
presencia y animada en el ajetreo de su vida cotidiana, con los blancos
destellos de cal azulada que despiden sus muros, ofrece bellas imágenes de naturaleza
urbana, con sus importantes monumentos históricos: Santa Ana, Santa María, San
Sebastián, La Almona y otras antiguas edificaciones que, en su conjunto, dan fe
de su importancia histórica.
Son las fiestas populares el
momento del encuentro de tantos paisanos nuestros que un día tuvieron que dejar
su pueblo y de nuestros vecinos comarcanos que acuden a ellas, especialmente
durante nuestra inigualable feria a finales de agosto y, últimamente, con el
Encuentro Regional Andalucía-Extremadura, donde recordamos que .durante siglos
fuimos extremeños, y que se celebra a primeros del mes de abril. No olvidemos
tampoco nuestro carnaval o la cabalgata de Reyes, cada año con mayor lucimiento,
ni tampoco nuestras interesantes veladas. A todas estas fiestas acuden
numerosos visitantes, a los que Guadalcanal sabe recibir con alegría y respeto.
Nuestro pueblo cuenta con un surtido y variado comercio, así como
con una floreciente industria, en la que destacan sus tres fábricas de
ladrillos y productos refractarios, que suministran a toda España y parte del
extranjero; dos fábricas de aceite de gran importancia, especialmente la
cooperativa a la que pertenece prácticamente todo el vecindario; carpinterías y
cooperativa de fábrica de muebles, carpinterías metálicas, forja, aluminios y
varias empresas de construcción.
La economía principal del pueblo
es la recolección de aceituna y la explotación ganadera (lanar, porcina y
caprina). También se practica la caza de conejo, perdiz roja, liebre, zorzal,
etc., y la pesca.
Cada año vienen a nuestro pueblo
más visitantes para hacer turismo rural y contemplar los bellos y variados
lugares que existen, como son el mirador de la Sierra del Viento, las minas de
La Jayona, las minas de La Herrería, la piedra Corcovada, el santuario de
Nuestra Señora de Guaditoca, el camino de San Benito, el monte Hamapega, Pozo
Rico, la sierra Capitana, etc. Y ya en el pueblo, el paseo del Palacio, el
Coso, el campo de fútbol, el polideportivo, la casa de la cultura, la
biblioteca, la plaza Mayor y, sobre todo, sus templos y edificios antiguos.
Existen casas rurales, fondas y un hotel de próxima apertura para el descanso
de nuestros visitantes.
A lo largo de la historia, Guadalcanal
ha sido cuna de personajes ilustres, valerosos navegantes, escritores, poetas,
religiosos, pintores, médicos, políticos y hábiles artesanos en múltiples
oficios. Interesante y rica, aunque poco conocida, es la historia de este bello
rincón sevillano llamado Guadalcanal, al que un día alguien llamó “cima de la
belleza”.
Copyright.- Rafael Rodríguez Márquez
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