El griego Estrabón (c. 65 a.C.-c.
20 d.C.) que había nacido en Amasia, ciudad del Ponto en el Asia Menor, ultimo
y dio a conocer su Geografía de España en los primeros años de la centuria. El
autor era un erudito casi enciclopédico —gramática, filósofo, historiador, geógrafo—,
escribía en griego, sabía latín y poseía una amplia cultura. Su obra principal,
y mas estimada, por el, eran sus cuarenta y siete libros de historia, que querían
ser una continuación de Polibio. Pero se han perdido todos. Como complemento o introducción
a esa Historia compuso los diecisiete libros de su Geografía,
que en cambio se han conservado casi íntegramente. El tercero de ellos es el
dedicado a Iberia.
En aquella época y cultura los
intelectuales y, en general, las personas instruidas solían estar adscritos a
una escuela filosófica. Se era “académico” o sea platónico, peripatético
o de Aristóteles, estoico o epicúreo. No faltaban algunos “eclécticos” y otros que
se declaraban escépticos de todo. Estrabón, peripatético en su juventud, fue
pronto y para toda su vida estoico, igual que Polibio, a quien tomo como modelo
para sus escritos de historia, y Posidonio que fue su maestro de filosofía.
De familia mixta de nativos y
griegos, y de clase acomodada, Estrabón viajo, principalmente por el Mediterráneo
oriental, para ver tierras y estudiar libros. En Alejandría conoció a
distinguidos sabios de diversas disciplinas, a los que menciona en algunos
lugares de sus obras, pero de los que no se conservan escritos. Estando allí
participo en una larga y famosa expedición por el Nilo, río arriba, acompañando
al gobernador del territorio. También visito las principales ciudades de
Grecia, y lugares de Italia, hasta la isla de Cerdeña, pero sin llegar más
lejos en dirección a occidente. Estrabón no estuvo nunca en la Península Ibérica ,
que solo conoció por los libros. Sin embargo, compuso en griego el más
documentado estudio geográfico, e incluso sociológico, de Hispania de toda la Antigüedad. Ese
escrito se conserva y es el libro III de su Geographica.
Las principales fuentes de información
de Estrabón son las obras de dos escritores de una o dos generaciones
anteriores a la suya: el geógrafo Artemidoro de Efeso, que había compuesto sus Periplos
hacia el año 100 a.C., y el mencionado Posidonio de Rodas (c. 133- c. 51 0 50
a.C.), cuyas referencias a la tierra y los pueblos de Hispania son mas o menos
de la misma época. Por eso se ha dicho que Estrabón no describió la Iberia romana de su tiempo,
sino la de los últimos de la centuria precedente.
Posidonio y Artemidoro son las
autoridades mas citadas en el libro de Estrabón. En ciertos lugares se las
contrapone o discute, y en numerosos casos, aunque no aparezca el nombre del
autor de que procede una afirmación o una noticia, se sabe que es alguno de los
dos. Por ejemplo, en los primeros párrafos del capitulo inicial de su libro, Estrabón
escribe que, “Iberia se parece a una piel de toro extendida a lo largo de Oeste a
Este, con las partes delanteras hacia el Este y lo ancho de Norte a Sur”.
Esta famosa comparación de la península con una piel de toro es de Posidonio,
aunque Estrabón no lo mencione. El error respecto de los puntos cardinales
procede de que, en tiempos de Posidonio, se pensaba que los Pirineos se extendían
de Sur a Norte, y que el Sur de España era la costa levantina del mare nostrum.
Sin embargo, Estrabón, unos capítulos
mas adelante, ve la península de otra manera. Llama “Lusitania” a todo el
territorio al norte del Tajo, y menciona a los Artabros, afirmando que estos,
el último de los pueblos de Hispania “están junto al cabo que se llama Nerion
(sic!) que es el final de los lados norte y oeste”. Esta afirmación
parece implicar que, para el autor, la costa occidental de la península desde
el cabo San Vicente hasta el actual Finisterre se orienta en la dirección
sur-norte, en contra de lo que se lee en el capitulo primero, según el cual esa
costa seria paralela al Pirineo, ¿Fuentes
contrapuestas o descuido del autor?
Para Estrabón Iberia es una
unidad no solo geográfica, sino política y cultural gracias a los romanos, con
una gran diversidad de pueblos y con apreciables diferencias económicas y
sociales o de costumbres. Los espacios más romanizados, que son también los más
ricos, como la Turdetania
—o Betica, como se llamaría en latín a esa privilegiada región— y las costas
levantinas, contrastan con ciertas tribus del interior o del norte. En algunas
de estas se practican, según dice Estrabón, usos que para los romanos —y los
griegos— resultan chocantes: las largas melenas lusitanas, el dormir en el
suelo y beber solo agua y en alguna ocasión cerveza, el comer sentados en
bancos de piedra con las espaldas recostadas en la pared, los bailes de hombres
y mujeres cociéndose por las manos, o efectuar una sola comida al día, etc. Y
otras costumbres más bárbaras de los lusitanos del norte, como los sacrificios
humanos y hacer vaticinios examinando las entrañas de los prisioneros o
cortarles las manos derechas y ofrecerlas a los dioses.
«Lo inculto y salvaje de aquellas tribus,
escribe Estrabón, se explica no solo por su vida guerrera, sino también por su
sitio apartado». «Hoy, añade, se nota menos a causa de la paz
y de la presencia de los romanos»... «Aquellos que aun seguían con el
bandolerismo... en lugar de hacer daño a los aliados de Roma, ahora prestan
servicio militar a los romanos gracias a Cesar Augusto. Y Tiberio, sucesor de
Augusto, puso en esta región del norte un ejercito de tres legiones, formado
por Augusto, y los hizo no solo pacíficos sino civilizados>>.
En este pasaje y en otros varios
del libro Estrabón se refiere a personas y hechos posteriores a Posidonio y
Artemidoro. En algunos casos su fuente puede ser Timagenes (historiador griego de época de Augusto cuya obra se ha perdido) y
en otros son noticias conocidas por el en los años finales de su vida que paso
en Roma, ultimando sus libros de Geografía. Ese seria el caso de la
referencia a Tiberio, que solo empezó su reinado el ano 14 d.C.
En su Geographica Estrabón
conoce las divisiones administrativas, como las provincial y conventos jurídicos,
pero no las examina sistemática y técnicamente, ni se detiene en distinguir
siempre las diversas clases de poblaciones —colonias,
municipios, ciudades federadas, inmunes o estipendiarias (o tributarias), etc.,—
aunque afirma con manifiesta exageración que en Turdetania (la Betica ) había doscientas
ciudades como si fueran todas de la misma naturaleza política.
Al hilo de su narración nombra a
los grupos étnicos o sociales de las distintas comarcas con sus nombres: lusitanos, turdetanos, carpetanos,
bastetanos, oretanos, vacceos, galaicos, sépticos, cantabros, astures, etc.
En más de un caso los sitúa en comarcas o espacios distintos de los suyos o los
pone en su sitio o en otro diferente, según lo leía en Artemidoro o Posidonio,
y también en Polibio. Y se refiere ampliamente a las principales riquezas
mineras, agrícolas, pesqueras, etc., de las diferentes regiones y a su comercio
de exportación, sobre todo a Italia. Asombra su admiración por los metales que
se extraían de las explotaciones mineras y el oro que arrastraban algunos ríos
y que con lavados ya experimentados por los nativos se sacaba de ellos.
Estrabón murió en torno al año 20
d.C., siendo emperador Tiberio, y la mayor parte de su información procedente
de Posidonio es anterior al 50 a.C. La romanización ganaría terreno después a lo
largo de las campañas militares de Pompeyo frente a Sertorio, y las de Cesar y
Augusto. Pero la evolución de la sociedad y de la economía fue, como es
habitual en todas partes, más lenta que los acontecimientos políticos y que el
progreso de los hispanos que se integraban como ciudadanos activos en las
clases dirigentes.
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