Sumario: ANEXO 2.
I.
Justificación de la delimitación.
Si bien
el actual núcleo no se consolidó hasta la época de la conquista cristiana, los
primeros asentamientos humanos localizados en las inmediaciones de su
emplazamiento corresponden a cuevas de habitación en las que se han encontrado
útiles como cuchillos de sílex y restos de cerámica neolítica. Más abundantes
son los testimonios materiales de época romana encontrados en su término que,
repartidos por los cortijos creciéndonos a la población, no demuestran la
existencia de un núcleo configurado con carácter compacto. De esta época, se ha
documentado la existencia de un pequeño despoblado al noreste del casco
histórico actual, con restos de ladrillo, tegulae y fragmentos de vasijas.
Existen otras piezas muy repartidas, como capiteles con decoración de trépano o
un sarcófago de piedra procedente de un cerro situado al oeste del caserío en
el que también se hallaron gran número de enterramientos cubiertos por losas.
Completan el legado clásico en las inmediaciones algunos restos de
construcciones hidráulicas y otras obras de ingeniería destinadas a la mejora
del trazado de las vías de comunicación.
Las
características del medio geográfico abrupto que rodea esta población
propiciaron tradicionalmente una economía basada en la rentabilidad de las
dehesas, los olivares y los terrenos dedicados al cultivo del trigo que, junto
a la explotación de las minas de plata allí localizadas, han sido las
principales fuentes de riqueza de Guadalcanal durante toda su historia. Esto,
unido a su ubicación como enclave de destacada importancia en la red de
comunicación entre Sevilla y Mérida a la vez que una situación estratégica
entre la Sierra Morena
y el Valle del Guadalquivir ocasionaría, a lo largo de los siglos XI al XIII,
la formación de un sistema defensivo en el que se implantan una diversidad de
pequeños baluartes y un recinto fortificado que condicionaría el definitivo
emplazamiento de la actual población de Guadalcanal.
El
perímetro de este recinto defensivo contó con un foso conocido por la cava, así como cuatro puertas: la de
Sevilla, la de Llerena, la del Jurado y la de los Molinos y una alcazaba
situada al sur, de la que restan algunos vestigios maclados en la fábrica de la
iglesia de Santa María.
En 1241
fue conquistada a los musulmanes por la Orden de Santiago, que conservó su dominio hasta
el siglo XIX incorporándola a la
Vicaría de Tentudía, dependiente del Priorato de San Marcos
de León. La importancia demográfica y económica de esta comunidad propició la
concesión del derecho a tener Vicario independiente desde 1395, conservando las
tres collaciones ya establecidas: la de Santa María, con mayor número de
vecinos, seguida en importancia por las de Santa Ana y de San Sebastián.
Desde
este momento se inicia el auge demográfico, ocasionando la morfogénesis de la
ciudad. En primer lugar se desarrolló un nuevo arrabal extramuros situado al
este, como consecuencia de la expansión del barrio de Santa Ana y de la
creación del de la Morería ,
anexionados al recinto por la puerta de Sevilla mediante la prolongación de la
llamada calle
de Sevilla fuera.
Este sector se encuentra consolidado como collación en el siglo XV, contando
con la Iglesia
de San Sebastián como parroquia propia desde 1481.
La
arquitectura monumental de Guadalcanal cuenta con particularidades formales que
la singularizan por sus caracteres de arcaísmo en el contexto del medievalismo
cristiano. Sus edificaciones religiosas, de grandes proporciones y aspecto
fortificado, fueron realizadas durante los primeros tiempos de la ocupación
cristiana en la Sierra
Norte de Sevilla y su posterior etapa de asentamiento. Destacan
los templos que presidían las collaciones históricas, edificados entre los
siglos XIV y XV, con importantes aportes renacentistas y barrocos, como la Iglesia de Santa María de la Asunción , la de San
Sebastián y la de Santa Ana, así como la Iglesia de la Caridad , el Convento de Santa Clara y el Hospital
del Milagro que pertenecen a fundaciones del siglo XVI, mientras las iglesias
de San Vicente, la del Espíritu Santo y la de la Concepción son
edificios levantados durante el periodo barroco. Estos inmuebles, con sus
bóvedas y torres, dibujan el perfil del Conjunto Histórico resaltando entre su
caserío.
Su
configuración espacial se ordena en torno a dos enclaves principales, la Plaza de España, actual
centro neurálgico de la población en el que se ubican los inmuebles más
monumentales, y la Plaza
de Santa Ana, presidida por la iglesia del mismo nombre que se emplaza sobre un
promontorio que provoca la suave inclinación existente en el viario entre ambos
puntos. El límite del Conjunto Histórico se configura en etapas de ocupación
posteriores, experimentando diferentes procesos de expansión en los que se
generan un nuevo sector al este, desarrollado como prolongación de la que fue
llamada Puerta de Sevilla, y otro al norte, hasta alcanzar la Iglesia de Santa Ana. Un
último desarrollo, de menor intensidad, ocupó la zona marginal situada al oeste
del primitivo recinto fortificado de época árabe.
El
Conjunto Histórico de Guadalcanal responde a un sistema de asentamiento
condicionado por las características del terreno. La configuración de su plano
parcelario en los sectores sur y oeste, presenta una compacidad muy notoria,
con divisiones catastrales irregulares, de escasa dimensión en la mayoría de
los casos, y relacionadas entre sí por un viario de trazado sinuoso. Al norte,
el sistema de ocupación configura vías rectilíneas y manzanas de mayor
dimensión con parcelas más regulares y de mayor tamaño entre las que se
conservan algunos espacios interiores sin colmatar.
En su
conjunto, este núcleo de población conserva escasamente alterados los límites
de las diferentes expansiones históricas relacionadas, conservando sus bordes y
manteniendo un contacto muy nítido con el medio natural inmediato. Esta
peculiaridad hace fácilmente legible la relación existente entre el área
edificada y el medio natural como condicionante morfológico y factor de
contextualización espacial.
Las
construcciones monumentales de carácter religioso constituyen los principales
hitos arquitectónicos y urbanísticos de la localidad, que actúan fuertemente
tanto en la apreciación panorámica de su conjunto como en las visuales y
perspectivas en el interior de la trama urbana. Las iglesias de Nuestra Señora
de la Asunción
o la antigua capilla de San Vicente presiden junto al edificio del Ayuntamiento
la Plaza de
España, así como la Iglesia
de Santa Ana lo hace en la plaza del mismo nombre. A estos monumentos, junto a
los ya relacionados, se suma un gran número de inmuebles de carácter popular
destinados a residencia que presentan una tipología de similares rasgos
estilísticos. En su conjunto conforman un ámbito edificado en el que la armonía
de volúmenes y texturas genera un paisaje urbano homogéneo y tipificado como
ejemplo de los asentamientos de sierra ligados íntimamente a la explotación del
medio natural.
Entre
este caserío se distinguen otros ejemplos de residencias correspondientes a los
estamentos burgués y nobiliario que levantaron en el municipio algunas casas
señoriales, inmuebles que muestran rasgos propios de la arquitectura barroca
palaciega del siglo XVIII. Estos ejemplos son escasas excepciones en un
contexto básicamente configurado por la arquitectura vernácula ligada al
almacenamiento y transformación de la materia prima y a industrias de carácter
familiar relacionadas con el cultivo de viñedos y productos agropecuarios, en
las que se generaliza la casa de dos plantas o una y sobrado con vanos
adintelados, paramentos encalados y cubierta de teja árabe.
El
Conjunto Histórico de Guadalcanal mantiene en la mayor parte de su parcelario,
un sistema espacial y un legado edificatorio escasamente alterados, conservando
la homogeneidad tanto de su caserío, como de los espacios públicos y de la red
viaria, haciendo apreciable la armonía existente entre los tipos
arquitectónicos y las características históricas, urbanas, espaciales y
medioambientales del Conjunto Histórico.
En razón
a las características del ámbito del Bien no se considera necesaria la
delimitación de un entorno al mismo, por incluirse dentro de éste todos
aquellos espacios, inmuebles y elementos definidores del Conjunto.
La zona
afectada por la declaración de Bien de Interés Cultural, con la categoría de
Conjunto Histórico, del sector delimitado de la población de Guadalcanal en
Sevilla, comprende las parcelas, inmuebles, elementos y espacios públicos y
privados, situados dentro de la línea de delimitación trazada sobre el plano
del Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria del Ministerio de
Economía y Hacienda de 1991. El límite está marcado por una línea virtual que
se apoya sobre referencias físicas permanentes y visibles. Su descripción
literal es la siguiente:
Comienza
la delimitación en el extremo noreste del Conjunto Histórico, señalado en el
plano con la letra O y sigue
el sentido de las agujas del reloj. Desde el punto O origen de la delimitación,
correspondiente al vértice noreste de la parcela 02 de la manzana 31028, en la
intersección de las calles Mina y Juan Pérez, recorre en sentido suroeste el
límite este de la manzana 31028, cruza la calle Cervantes hasta el vértice
noreste de la parcela 48 de la manzana 31010 y recorre las traseras de las
parcelas 48 y 47, así como las fachadas a la calle Juan Pérez de las parcelas 02 a 10 de la citada manzana
31010. Cruza la calle Juan Pérez hasta el vértice norte de la parcela 27 de la
manzana 31994, recorre en sentido este las traseras de las parcelas de las
manzanas 31994 y 33991, que dan frente a la calle Sevilla, rodeando esta última
por su límite este hasta salir a la calle Sevilla y cruzarla hasta el vértice
noroeste de la parcela 23 de la manzana 32985. Continúa en sentido este por las
fachadas a la calle Sevilla de las parcelas 23 a 29, desviándose en
sentido suroeste para recorrer el límite este de esta última parcela. Cruza la
calle Morería y recorre en sentido suroeste los límites sureste a la calle Coso
de las manzanas 33988 y 33973, hasta recorrer el límite sur de la parcela 07 de
la última manzana y continuar en prolongación hasta alcanzar el límite este de
la parcela 02 de la manzana 32974 y recorrerla en sentido suroeste. Continúa
por el límite sureste de la parcela 03, se desvía en sentido noroeste por las
fachadas a la calle Feria de las parcelas 03 a 08 de la manzana 32974, 13 a 23 de la manzana 31975,
desde donde cruza el espacio público hasta el vértice este de la parcela 23 de
la manzana 30989. Continúa en sentido oeste por las fachadas a la Avenida de la Constitución de las
manzanas 30989, 28999, 27996 y 26999, cruzando siempre en línea recta las
calles y espacios públicos. Cruza la calle Luenga hasta el vértice sureste de
la parcela 20 de la manzana 25995, recorre en sentido norte el límite oeste de
las parcelas 20, 19 y 21 a
26, cruza la calle Huertas para recorrer el límite oeste de la manzana 25009 y
prosigue por el límite suroeste de la calle San Francisco, hasta rodear por sus
límites suroeste las traseras de las parcelas de la manzana 24018 que dan
frente a la citada calle. Sale a la calle San Francisco, la cruza y recorre en
sentido este los límites norte de las manzanas 24015 y 25016, recorre los
límites oeste de las manzanas 27028, 28032, 28046 y 28056, rodeando esta última
para cruzar la calle Espíritu Santo a la altura del límite norte de la manzana
29044, que recorre en sentido este. Rodea a la manzana 30059 por sus límites
oeste, noreste y este, para continuar por los límites más orientales de las
manzanas 30051, 30343, trasera de la parcela 05 de la manzana 30034 y límites
este de las manzanas 31033 y 31039, continuando en prolongación hasta alcanzar
el límite noreste de la manzana 31024 y desviarse por él en sentido sureste.
Cruza la calle hasta el vértice norte de la parcela 15 de la manzana 31026,
recorre en sentido sur las traseras de las parcelas 15, 14, trasera construida
de la 13, 12, 08 y 07, continuado en prolongación para cruzar la calle Minas y
recorrer en sentido este el límite norte de la manzana 31028 hasta enlazar con
el punto O, origen de esta delimitación.
Sevilla, 2 de marzo de 2004.
El Presidente, Manuel Chaves González.
El Consejero de Cultura, Enrique Moratalla Molina.
El Consejero de Cultura, Enrique Moratalla Molina.
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