By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 12 de octubre de 2013

La iglesia de Santa Ana 1

Una aproximación histórica 1/2


La sugestiva ubicación de la Iglesia de Santa Ana, sobre un promontorio al Noroeste de Guadalcanal, así como su aterrazamiento circundante, provocan en el visitante que contempla la ciudad desde ella una sensación de dominio del entorno casi militar. Parecería el lugar intramuros más adecuado para establecer una guarnición, ya que el paso hacia la meseta se localiza a sus espaldas y el valle, con el preciado agua, a sus pies.
El estudio actual de la investigación histórica en la población esta aun en una fase incipiente, y la tradición oral se mezcla con las breves noticias documentales, produciendo un marco en el que "casi todo lo imaginable cabe". Se mezclan posibles trazados de la "posible muralla" junto a extraños vaivenes de la población entre el Monforte y el valle; se dan por hechas versiones como las que vinculan Santa Ana con una mezquita cristianizada hacia donde acudían los repobladores del Sur de Extremadura para bautizar a su prole; se sobreentiende que bajo Santa María había un Castillo "moro" y que la portada de herradura túmida de la sacristía es su "testigo evidente", etc. En fin, es la típica situación que caracteriza la mayoría de la historia o historias de los pueblos y ciudades de España. No obstante, y a pesar de las evidentes carencias, debemos resaltar la encomiable labor de estudiosos locales que sobre todo en nuestro siglo, arrancaron tiempo de sus obligaciones profesionales para desempolvar documentos y aportar lo posible a su ciudad.
La ausencia de investigaciones documentales sistemáticas, de estratigrafías arqueológicas, de estudios arqueológicos de edificios históricos, de estudios sobre el urbanismo histórico local o comarcal, etc., imponen una, en el fondo, atractiva limitación e incrementa nuestras dificultades a la hora de indagar en puntos concretos Como la Iglesia de Santa Ana, sin embargo nos permite abrir una primera vía de trabajo con varios frentes que servirá para facilitar el paso a los estudiosos del futuro.
Esperamos que de ahora en adelante las investigaciones se multipliquen y los resultados crezcan proporcionalmente de modo que en pocos años el panorama de la historia “real” de la ciudad pase del actual inmovilismo y falta de interés social, a un adecuado y sistemático camino de estudio cartesiano donde no halla lugar para la leyenda (ósea intrascendencia), y si para el análisis histórico frío (imprescindible socialmente en una sociedad civilizada).Resumiremos a modo de conclusión los hitos fundamentales de la evolución constructiva de la Iglesia de Santa Ana:

— En el año 1241 fue conquistada la población, pasando a pertenecer en señorío a la Orden de Santiago en 1258 gracias a Pelay Pérez Correa (el Cid extremeño) quien la hizo cabeza de encomienda en 1253. Por entonces se bendijo la antigua mezquita de Guadalcanal convirtiéndola en iglesia. Durante años dependió del Monasterio de Tentudia, siendo la única iglesia del entorno.
— Creemos en la existencia de una mezquita anterior a la primera iglesia, sobre todo debido a la observación de la irregularidad de la primera operación constructiva cristiana. Sin embargo, todos los argumentos esgrimibles a favor de esa teoría pueden ser contestados arqueológicamente ya que ninguno es concluyente. La solución es difícil, por no decir imposible, debido a los procesos de sobre excavación de los siglos XV y XVII y a la colmatación funeraria de los últimos seis siglos, que eliminaron cualquier hipotético vestigio subterráneo.
— Existen claras pruebas de la construcción de un ambicioso templo en el cerro de Santa Ana, fechable en algún momento bajo medieval entre el siglo XIII y la primera mitad del XV No se ha conservado en alzado prácticamente ninguna estructura de esta época, salvo los pies, en su cuerpo inferior y un leve arranque detectado en el extremo occidental del muro de la Epístola. El resto de paramentos y cotas han sido detectados mediante la excavación de los cortes II, III y IV.
— La iglesia fue comenzada por el ábside con la intención de avanzar hacia el Oeste cuando fuere posible. Se trata de un ábside poligonal compuesto, de cinco lados de 2'75 mts, formado a base de potentes muros de mas de un metro, localizados en el corte III y en II. A diferencia de los ábsides poligonales documentados en el entorno, en este, no existen estribos en el exterior para soportar los empujes de las nervaduras de arista; por contra, en las esquinas exteriores se produce un ensanchamiento muy tosco que proporciona a la cabecera un aire arcaico. De hecho, es relativamente frecuente el uso de la cabecera semicircular, tanto en la Sierra Norte de Sevilla, en la de Aracena, como en el Sur de Extremadura. Bien pudiera ser este un tipo intermedio entre esa ultimación (Teóricamente más arcaica) y las definitivas cabeceras cuadradas o poligonales de finales del siglo XV.
— En Santa Ana, el espacio resultante evidencia en nuestra opinión uso provisional cristiano de una nave ideada para otros fines. Quizá, y esto lo más cómodo de pensar, simplemente se adosó al ábside a la nave del Liwan de la mezquita almohade, de manera que se pudo dar misa mientras se esperaban tiempos mejores para continuar su ampliación al Oeste. En la mente do los primeros constructores cristianos estaría la erección de un templo mucho mayor, en consonancia con la cabecera levantada. Pero el tiempo, los impulsos cada vez menos ambiciosos y las carencias económicas fueron transformando las trazas iniciales en algo paulatinamente más tosco, tanto en lo espacial, como en lo constructivo.
— Dentro del ábside fueron encontradas varias tumbas excavadas en la roca de la Cabecera y forradas de ladrillos, en sentido Este-Oeste; posiblemente se extendieran por toda la Capilla Mayor. Estaban reutilizadas hasta cuatro veces cada una y con toda seguridad albergaban a las familias de más abolengo y a los canónigos principales.
— A finales del siglo XV se advierte un dinamismo comparable al original, capaz de plantear una reforma integral que exige no solo derribos, sino levantamientos y nuevas cubiertas, que van más allá de las simples obras de reparación o ampliación de espacios; este dinamismo requiere cierto impulso económico nada desdeñable. Pero por otro lado, reflejan algo increíble, como la cesión de la idea original de ampliar la nave en contestación a un gran ábside gótico, hacia el Oeste. En su lugar, se derriba parte de este y se transforman las capillas laterales con tal de no derribar el muro de los pies. En cualquier caso, existe una disminución de la calidad y un abandono del esquema mudéjar goticista.

 Carmen Romero Paredes
Arqueóloga de la Escuela Taller Santa Ana


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