Una aproximación histórica 2/2
— El resultado final fue una iglesia de una única nave, de gran anchura con arcos transversales ojivales muy abiertos y con poco alzado (un metro desde los cimiento de los pilares a la imposta del arco), cubierta con un artesanado relativamente rico y rematada con un ábside amorfo y disminuido. De los laterales de las dos capillas originales pasaban a ostentar la categoría de semicruceros, ya que quedaban aisladas de la cabecera, y aunque con uno distinto, estaban en función de la nave. A los pies, la torre comenzaba a erigirse tan lentamente que daba opción a cambios de estética incluso en las pequeñas troneras (la más baja conopial).
— Poco después, en el tránsito entre el XV y el XVI se producirán algunas transformaciones sustanciales, en la galería meridional se procede a acudir a la actual Capilla Bautismal a los pies del templo. Se trata de una estancia cuadrangular abierta hacia la nave mediante una única entrada abierta en muro y labrada en ladrillo. Sin duda, la construcción de la capilla altera la galería exterior; sin embargo esta sigue teniendo la misma ubicación en el extremo oriental, donde la Capilla del Carmen aun no ha sido ampliada. En interior, a los pies de la nave se ultima el acceso a la torre, que ahora culmina mediante la terminación de sus tres cuerpos con campanario de arcos de medio punto, con extradoses de las rocas moldurados y baquetoncillos apilastrados, enmarcado en los vanos, así como el chapitel piramidal. En esos momentos en el extremo norte del Evangelio se produce una extraña alteración provocada por una traslación del acceso a la escalera de caracol de la torre. El resultado puede verse en nuestros días, y explica el porque de esa ubicación desalineada con el muro de la nave.
— En el exterior Norte, es ahora cuando se adosan las dos capillas hoy visibles, separadas entre si por un muro hoy Perdido, abriéndose mediante dos puertas. Por un lado la Capilla de San Ignacio (arco de medio punto monumental), y por otro a la nave mediante una pequeña puerta situada en uno de los extremos junto a uno de los pilares ojivales transversales.
— Con cierta seguridad, podemos adscribir a esos momentos la creación de un programa decorativo gótico a base de pinturas murales al temple y compuesta por escenas aisladas sobre un fondo general blanco. También ahora se retocan varios tramos de artesonado, que quizá se vinieran abajo durante las obras o por culpa de alguna catástrofe natural (no olvidemos el terremoto de 1.504). El resultado será el que vemos en el tramo dos y tres, con armaduras de par y nudillo policromas pero con ladrillos sobre las alfarjías.
— Ya avanzado el siglo XVI, y finalizada la época de las grandes obras, asistimos a un nuevo impulso, esta vez mucho mas modesto, tras el cual se vera reformada la fachada meridional y se alterara igualmente el sistema de accesos a la nave y a las diferentes capilla. En esos momentos, se derriban los muros exteriores de la capilla del Carmen y se procede a erigirlos de nuevo, salvo el más oriental, un metro al Oeste. Como resultado de esta actuación, la galería contigua, levantada desde las primeras épocas, debió eliminarse, y en su lugar fue alzada una nueva galería, mucho más pequeña y apoyada en las dos estancias durante el siglo, es decir, la del Carmen y la Bautismal. Hoy día, el franco oriental de esa galería se encuentra cegado, pero en sus inicios, existía gran arco de ingreso al Carmen del que queda una leve huella en la interfacie de contacto del cegamiento posterior. Mediante esta apertura, el transito independiente hacia la capilla estuvo garantizado, e incluso, después le su cegamiento, siempre se mantuvo una pequeña comunicación, cerrada definitivamente hace pocas décadas.
— Por otro lado, en el extremo opuesto del templo, en las dos capillas recién levantadas junto a la de San Ignacio, en el lado del Evangelio, se realizaron obras de cierta importancia, tales son la apertura consecutiva de las dos puertas que hoy vemos hacia la nave provocando la sustitución de las dos escenas góticas (la de San Cristóbal y la del arco contiguo) por un encalado simple.
- Hacia mediados-finales del XVII se podría decir que la iglesia de Santa Ana, dentro de su tosca configuración, gozaba de cierta amplitud y elegancia ornamental. Sin embargo, y desde el mismo siglo XV, la decisión de ampliar la nave al Este en lugar de al Oeste, trajo consigo la consabida perdida de unidad estética del ábside gótico, que perdió su tramo inicial. Por tanto, el aspecto general del templo debía estar aparecer muy descompensado ante una zona absidial tan irregular. Seguramente ya estuvo en la mente de los que realizaron el derribo del primer tramo, el sustituir el ábside.
— Durante algunas décadas se ocupo de falsear la ornamentación mudéjar, dando Paso a un programa pictórico más colorista y móvil, que se superpuso al anterior. Los pilares se decoraran con roleos y molduras vegetales de yeso, y las capillas de San Ignacio y el Carmen colocaron nuevas bóvedas y molduras.
— Respecto al exterior, no hubo transformaciones en la nave salvo el forro de las dos portadas medievales mediante programas decorativos clasicistas. En la antigua puerta de acceso a la Capilla del Carmen se realizaron obras que sustituyeron el gran arco de ingreso desde el pórtico meridional por una pequeña portada adintelada pero ornamentada de manera similar a las otras dos puertas de la nave.
— Pero todas estas remodelaciones, mas estéticas que funcionales, no hicieron mas que preceder la gran reforma tan esperada desde dos siglos antes; la sustitución de los restos absidiales góticos, por una nueva capilla Mayor cuadrangular, de grandes dimensiones y cubierta por una bóveda hemisférica. La masa de presbiterio, elimina la cabeza gótica y eleva su cúpula sobre cuatro grandes pilares moldurados y sobre otros tantos muros de gran anchura y aparejo de mampuesto con cadenas de ladrillos muy sobresalientes y espaciadas. En uno de esos muros, apareció embutida una de las claves góticas de la nervadura, hoy extraída.
— A partir de entonces (ss.XVIII-XIX) ninguna reforma representa una especial novedad, salvo la intrusión de la tribuna y la consecuente subida de cotas y compartimentación en los pies de la nave. Gracias a la reforma de la tribuna asistimos a la creación de un nuevo acceso lateral a la torre, desde el forjado de la tribuna Norte, así como a la creación de un vano rebajado en el centro del muro de los pies, que aprovechando su anchura se permite el lujo incluso de abovedarse con el fin de albergar una imagen religiosa.
— Muy importante, no obstante es el largo proceso de enterramientos acaecidos desde la Baja Edad Media en el interior de la nave. El resultado, al cabo de quinientos años de superposición funeraria en un breve espacio de 0'75 mts. de potencia, es la total remoción del terreno, con la consecuente hacinación de restos óseos de todas las fechas. Incluso la última tongada de ataúdes aparecen destrozada por las obras de pavimentación recientes.Carmen Romero Paredes
Arqueóloga de la Escuela Taller Santa Ana
— Poco después, en el tránsito entre el XV y el XVI se producirán algunas transformaciones sustanciales, en la galería meridional se procede a acudir a la actual Capilla Bautismal a los pies del templo. Se trata de una estancia cuadrangular abierta hacia la nave mediante una única entrada abierta en muro y labrada en ladrillo. Sin duda, la construcción de la capilla altera la galería exterior; sin embargo esta sigue teniendo la misma ubicación en el extremo oriental, donde la Capilla del Carmen aun no ha sido ampliada. En interior, a los pies de la nave se ultima el acceso a la torre, que ahora culmina mediante la terminación de sus tres cuerpos con campanario de arcos de medio punto, con extradoses de las rocas moldurados y baquetoncillos apilastrados, enmarcado en los vanos, así como el chapitel piramidal. En esos momentos en el extremo norte del Evangelio se produce una extraña alteración provocada por una traslación del acceso a la escalera de caracol de la torre. El resultado puede verse en nuestros días, y explica el porque de esa ubicación desalineada con el muro de la nave.
— En el exterior Norte, es ahora cuando se adosan las dos capillas hoy visibles, separadas entre si por un muro hoy Perdido, abriéndose mediante dos puertas. Por un lado la Capilla de San Ignacio (arco de medio punto monumental), y por otro a la nave mediante una pequeña puerta situada en uno de los extremos junto a uno de los pilares ojivales transversales.
— Con cierta seguridad, podemos adscribir a esos momentos la creación de un programa decorativo gótico a base de pinturas murales al temple y compuesta por escenas aisladas sobre un fondo general blanco. También ahora se retocan varios tramos de artesonado, que quizá se vinieran abajo durante las obras o por culpa de alguna catástrofe natural (no olvidemos el terremoto de 1.504). El resultado será el que vemos en el tramo dos y tres, con armaduras de par y nudillo policromas pero con ladrillos sobre las alfarjías.
— Ya avanzado el siglo XVI, y finalizada la época de las grandes obras, asistimos a un nuevo impulso, esta vez mucho mas modesto, tras el cual se vera reformada la fachada meridional y se alterara igualmente el sistema de accesos a la nave y a las diferentes capilla. En esos momentos, se derriban los muros exteriores de la capilla del Carmen y se procede a erigirlos de nuevo, salvo el más oriental, un metro al Oeste. Como resultado de esta actuación, la galería contigua, levantada desde las primeras épocas, debió eliminarse, y en su lugar fue alzada una nueva galería, mucho más pequeña y apoyada en las dos estancias durante el siglo, es decir, la del Carmen y la Bautismal. Hoy día, el franco oriental de esa galería se encuentra cegado, pero en sus inicios, existía gran arco de ingreso al Carmen del que queda una leve huella en la interfacie de contacto del cegamiento posterior. Mediante esta apertura, el transito independiente hacia la capilla estuvo garantizado, e incluso, después le su cegamiento, siempre se mantuvo una pequeña comunicación, cerrada definitivamente hace pocas décadas.
— Por otro lado, en el extremo opuesto del templo, en las dos capillas recién levantadas junto a la de San Ignacio, en el lado del Evangelio, se realizaron obras de cierta importancia, tales son la apertura consecutiva de las dos puertas que hoy vemos hacia la nave provocando la sustitución de las dos escenas góticas (la de San Cristóbal y la del arco contiguo) por un encalado simple.
- Hacia mediados-finales del XVII se podría decir que la iglesia de Santa Ana, dentro de su tosca configuración, gozaba de cierta amplitud y elegancia ornamental. Sin embargo, y desde el mismo siglo XV, la decisión de ampliar la nave al Este en lugar de al Oeste, trajo consigo la consabida perdida de unidad estética del ábside gótico, que perdió su tramo inicial. Por tanto, el aspecto general del templo debía estar aparecer muy descompensado ante una zona absidial tan irregular. Seguramente ya estuvo en la mente de los que realizaron el derribo del primer tramo, el sustituir el ábside.
— Durante algunas décadas se ocupo de falsear la ornamentación mudéjar, dando Paso a un programa pictórico más colorista y móvil, que se superpuso al anterior. Los pilares se decoraran con roleos y molduras vegetales de yeso, y las capillas de San Ignacio y el Carmen colocaron nuevas bóvedas y molduras.
— Respecto al exterior, no hubo transformaciones en la nave salvo el forro de las dos portadas medievales mediante programas decorativos clasicistas. En la antigua puerta de acceso a la Capilla del Carmen se realizaron obras que sustituyeron el gran arco de ingreso desde el pórtico meridional por una pequeña portada adintelada pero ornamentada de manera similar a las otras dos puertas de la nave.
— Pero todas estas remodelaciones, mas estéticas que funcionales, no hicieron mas que preceder la gran reforma tan esperada desde dos siglos antes; la sustitución de los restos absidiales góticos, por una nueva capilla Mayor cuadrangular, de grandes dimensiones y cubierta por una bóveda hemisférica. La masa de presbiterio, elimina la cabeza gótica y eleva su cúpula sobre cuatro grandes pilares moldurados y sobre otros tantos muros de gran anchura y aparejo de mampuesto con cadenas de ladrillos muy sobresalientes y espaciadas. En uno de esos muros, apareció embutida una de las claves góticas de la nervadura, hoy extraída.
— A partir de entonces (ss.XVIII-XIX) ninguna reforma representa una especial novedad, salvo la intrusión de la tribuna y la consecuente subida de cotas y compartimentación en los pies de la nave. Gracias a la reforma de la tribuna asistimos a la creación de un nuevo acceso lateral a la torre, desde el forjado de la tribuna Norte, así como a la creación de un vano rebajado en el centro del muro de los pies, que aprovechando su anchura se permite el lujo incluso de abovedarse con el fin de albergar una imagen religiosa.
— Muy importante, no obstante es el largo proceso de enterramientos acaecidos desde la Baja Edad Media en el interior de la nave. El resultado, al cabo de quinientos años de superposición funeraria en un breve espacio de 0'75 mts. de potencia, es la total remoción del terreno, con la consecuente hacinación de restos óseos de todas las fechas. Incluso la última tongada de ataúdes aparecen destrozada por las obras de pavimentación recientes.Carmen Romero Paredes
Arqueóloga de la Escuela Taller Santa Ana
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