El abastecimiento a la mina 4
En los años normales, la compra
se efectuaba en los pueblos del sur de la provincia de Badajoz por enviados de
la mina que se encargabais de llegar a ellos y comprarlo en cantidades
elevadas. En años de escasez, como el mencionado año agrícola de 1556-57, las
dificultades eran grandes para efectuarla provisión. Cuando la escasez era
menos tampoco las regiones alejadas podían proveer de grano a las necesidades
de la fábrica se recurría entonces a solicitar cédula real que ordenaba a los
concejos que proveía a los enviados de la mina de trigo al precio. de tasa.
Vana ilusión, pues ello provocaba inmediata desaparición de cualquier
existencia, e incluso en algunas ocasiones agresiones y auténticos motines,
como en Azuaga, donde apalean y encarcelan a los enviados reales que intentan
recoger cereal para la mina 131
Pero la provisión de grano a la
población minera sufre estrangulamiento no sólo por externas, sino también por
causas imputables a su administración. La mina carecía, ya lo dijimos, de
autonomía para efectuar gastos; sus fondos procedían de la Casa de Contratación
de Sevilla, a la que se le expedían periódicas provisiones reales. El retraso
en esta o la prioridad, muy frecuente, de muchos otros gastos, implicaba
iguales demoras posibilidades de
adquirir grano. En años buenos, ello se traducía en la invasión del poblado por
vendedores de pan a precios más elevados, pero en los de escasez, la consecuencia
era el desabastecimiento, la subida de precios y la huida de los trabajadores.
En un iforme recogido en 1570, un trabajador se expresaba así:
“el prinçipal proveymiento que se
debe hazer es que aquí haya abundançia de pan, porque por no lo haber, algunas
vezes no se halla un honbre de los que son menester, e que si aquí hubiese
abundançia de pan acudiría mucha gente (...) e ganando un plomero 18 reales a
la semana, casi los come de pan él y su muger,
porque vale un pan medio real que
tiene dos libras y aún ésto tiene poca y que a este testigo a acontesçido esta
semana entrar a trabajar en los poco comer por no hallarlo, y si va adelante
esta nesçesidad no quedará hombre aquí lo qual se remediará si los oficiales lo
hobieran proveydo y remediado con tienpo, como se hizo quando era administrador
el señor contador, que enviaba por ello
a la Mancha e con esto toda la gente de la tierra acudiría a las minas entones
no lo había en esta tierra y ahora hailo; pero los que lo tic asconden, porque
lo venden a 20 reales la hanega y aún a más”
Otro trabajador se expresaba en
términos similares:
“lo que conviene proveerse con
mucha diligencia es la falta de pan que gente ay y se espera habrá si Dios no
lo rremedia, porque a este testigo acontesçido pocos días ha ir a su casa y
lleuar un pedaço de pan para el c y deçirle un tornero que le diese un poco
porque había dos días que no 1 pan y dárselo; y que este testigo se va agora
camino de Azuaga, donde e ral, a hazer pan que comer para él y para sus
conpañeros, porque aquí c barato no se halla y que se va con haber trabajado
esta noche en los poço; la gran nesçesidad y que si esta no se provee con gran
brevedad, entiende se despoblará la mina y se irá la jente a buscar de comer,
porque la 1 nadie la puede sofrir” 132.
El trigo que llegaba a las minas
por vía de administración no se facilitaba a los trabajadores en grano, sino
como pan, mediante el contrato en subasta con un panadero obligado”:
“el pan de las hanegas que V.M.
mandó conprar hize apergonar que las personas que diesen pan abasto a esta
fábrica; dándoles el trigo que fuese menester daría al que más libras de pan me
diese de cada hanega, con que se obligase a vendello y acudir con el dinero al
encargado del almacén” 133
La elevada demanda de grano —que
además no se limitaba sólo a trigo, se producían también unas adquisiciones
importantes de cebada con destino a las numerosas caballerías propiedad de la
fábrica— pudo teóricamente suponer un elemento dinamizador producción
agraria en la zona en torno. Sin embargo, la escasa o nula capacidad de
respuesta de la producción agraria, producida por sus propias condiciones
estructurales en las que no es el caso entrar aquí, unida a las ciertamente
pobres posibilidades zona, trajeron como consecuencia el que en lugar de
dinamizador, la demanda de la se convierta en elemento perturbador y generador
de unas tensiones que, por otra son bastante comunes en muchas otras partes del
reino en época de malas cosechas.
131 En 1572, año también difícil, se había dado
provisión al gobernador de la provincia de León para ir 1.000 fanegas, cosa que
se hace, pero los oficiales se quejan de que, por permitírseles sólo ir 50
fanegas en cada pueblo, han tenido que llegar hasta lugares tan remotos como
Bienvenida, la de los Barros, Valencia de la Torre, Usagre y Zafra; además se
producen conflictos con los de Valencia de la Torre y Usagre; cfr. A.G.S.
Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 119, fol. 6; D. En 1559, el gobernador,
“no obstante la prouisión que le
está notificada, impide la dicha prouisión del dicho pan, diziendo que no
tenemos comisión más que para comprarlo buenamente de quien nos lo quisiese
vender y no para sacarlo de las personas que de su voluntad no lo quieran dar,
haziendo informaçiones con los aldeanos, lastimados de verse sacar el trigo,
que ellos entendían vender a 30 reales quebrantando la premática (de tasa),
diziendo mucha más cantidad de pan que se ha traido este año a esta fábrica de
lo que es realmente verdad, diziendo que no es menester más y que en la
distribuçión dello nos hemos habido mal dándolo a personas de Guadalcanal, como
es ansí verdad, porque el médico y ademador mayor y algunos fundidores y
afinadores, lavadores y peones son naturales del dicho lugar y nes9esariamente
se les hubo de repartir como a los demás”.
Suplican los oficiales
“se les envie provisión real para
poder sacar donde quiera que lo hallásemos el dicho pan, pagando por ello el
preçio de la tasa (...). El tienpo está muy apretado en esta tierra, de tal
suerte que vale la fanega de trigo 28 reales y 11 la de çebada, de suerte que
sin mucho calor no se podrá hallar ni sacar. Suplicamos a V.M. la provisión sea
sin açepción alguna, porque de otra suerte se perderá la coyuntura en demandas
y respuestas y en la ejecuçión se tendrá quenta con toda la moderación posible
no sacando a naide más de aquello que nes9esariamente hobiese de vender”.
Reslución al margen:)
“Que se envie provisión al
gobernador para que haga dar lo que fuere menester para esas minas y se tomará
solamente lo nesçesario y no más teniendo órdenes por la falta que hay de110 en
la comarca”;
crf. Consejo y Juntas de
Hacienda, Leg.° 115, fol. 5.
132 Cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda,
Leg.° 103, fol. 12. En 1571, Dña. Mariana Girón, de un administrativo de la
mina, pedía a Escobedo que le diese una carta de recomendación de Fugger y que
el factor de éstos le entregase 100 fanegas de trigo en los lugares más
cercanos a las para alimento de los funcionarios de la mina “porque
es mucho” trabajo que se pasa para aberlo Consejo y Juntas de Hacienda,
Leg.° 115, fol. 5.
133 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 31,
fol. 6. Sobre aprovisionamiento de trigo para las minas, -cfr. A.G.S. Consejo y
Juntas de Hacienda, Leg.° 18, fols. 215-220; Leg.° 28, fols. 29 y 30, Leg.° 31,
fol. 39; Leg.° 51, fol. 21. A.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg.° 1,
fol. 6. Diversos de Castilla, Leg.° 8, fol. 54. A.G.S. Estado, Leg.° 120, fol.
256; Leg.° 121, fol. 112, 1 A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 3.072, s.f.,
carta de la Princesa Gobernadora a Agustín de de 24 de octubre de 1556.
Resistencias de los concejos a dejar salir trigo en épocas de escasez
penalización, en HAMILTON, E.J.: Op. cit., p. 259.
De Minería,
Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez
Julio Sánchez Gómez
No hay comentarios:
Publicar un comentario