Villa de Guadalcanal
Amigo y recordado Pablo, en mi caminar
por los polvorientos caminos de nuestra piel de toro, he detenido mis cansados
paso en la sevillana Villa de Guadalcanal; Villa porque lo quiso la realeza y
Guadalcanal nombre gallardo de altanera historia, me recibe su magnífica plaza
de los naranjos, paraje de reunión de los lugareños.
En las estribaciones de los montes
marianos, entre las sierras del Agua y del Viento y entre sus abruptas
escabrosidades, que riegan el río Bembezar, al que desagua el Sotillo, la
rivera del Benalija, con su puente romano de igual nombre y los
arroyos Guaditoca, Esteban Yañez y el Moro, todas cuyas aguas
van á engrosar con las del padre Betis, se halla emplazado este pueblo de
remotísimo abolengo como demuéstralo su nombre primero griego, á 83'325
kilómetros, 16,8 leguas según caminos de la Metrópoli andaluza, en los límites
de cuya jurisdicción se halla confinado, como faro visor de dos regiones y tres
provincias. Extremeña primero y andaluza desde 1833 con la nueva división
provincial de Javier de Burgos.
Alcornoques, encinas, olivos, frutales,
jaras…, dan un coloridos esencial todo el año en contraste con sus simétricas
calles de casa blancas.
Su importante cabaña ganadera, rebaños
de vacas, ovino y caprino pastan en
sus tierras de erial, manadas de cerdos campean
en sus dehesas.
Su fundación es de los primeros
pobladores de raza ibera, seiscientas centurias antes de la Era Cristiana,
conociéndose por los historiógrafos primeros con el apelativo
de Teresii ó Tereses y algunos Tereja, habiéndose
también querido reducirlo á Canani, prevaleciendo por último el
arábigo, Guadalcanal río de creación que tan propio y ufano ostenta,
para los que niegan las influencias del arabismo en nuestra patria.
Pueblo riquísimo en minas
que fué por su cuenca argentífera y plúmbea, fué muy
apreciado por las diversas razas que dominaron al país, para su explotación que
datan del siglo XVI a nuestros días,
siendo la más importante y garante para las arcas reales.
Después de la reconquista que la ganó
Don Rodrigo Iñiguez, fué Encomienda de la Orden de Santiago, de la
Vicaría de Santa María Tentudia. Posee tres templos parroquiales
principales, Santa María de la Asunción, Santa Ana y San Sebastián, otras
iglesias y ermitas en la población y aledaños siendo el primero muy notable por
su época. Venerase en el primero la antiquísima imagen de la Virgen con el
título de Guadítoca del lugar donde está erigida ermita, a dos leguas
y poco de la villa, la primera que debió ser morabito arábigo. La imagen á
causa de los toques y repintes que ha sufrido en distintas restauraciones ha
perdido todo su carácter de época, aun conservando su belleza.
Importante edificio conocido como La
Almona, siendo la construcción la civil más antigua de la zona datando de 1307,
construida como casa del bastimento del Maestre de la Orden de Santiago,
constituyendo su almacén de provisiones y morada de Comendadores.
Igualmente existieron y existen
conventos de varias órdenes religiosas.
Crisol de culturas que fue en la edad
media, conviviendo dentro de su recinto amurallado, cristianos, árabes y
judíos, templos, mezquitas y sinagogas convivieron en el tiempo.
Encontrándome parado frente a la
solemne fachada de la Iglesia de San
Sebastián se me acercó el canónigo D. Antonio Muñoz Torrado hijo e ilustre
historiador de esta villa, tras departir
una animada charla me regala unas magnificas fotos de la localidad para
ilustrar mi carta.
El insigne político y literato D.
Adelardo López de Ayala, académico de la lengua, famoso dramaturgo, y político,
fue ministro en varias ocasiones y parte
activa en tramas y gobiernos provisionales, redactó el manifiesto de la
Revolución del 68 y miembro del gobierno provisional del 69, entre sus obras se
encuentran El tanto por ciento, Rioja, Consuelo, Un hombre de estado, El nuevo
Don Juan y otras.
Finalizo mi jornada andariega impregnado
de jazmín y azahar, prosigo mi rumbo hacia la Extremadura medieval y
monumental, el tren entra en el túnel del puerto de Llerena y mi cerebro lleno
de imágenes y repletos nostalgia ordena notas y perfiles para confeccionar la
carta sobre Guadalcanal, villa y museo estático.
Cartas de un andariego, libro III
Andalucía
Sixto Gómez de Ainoza
Madrid, 1923
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