By Joan Spínola -FOTORETOC-

By Joan Spínola -FOTORETOC-

Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 29 de octubre de 2011

El dardo en la llaga


Portada del libro

POESÍA SIN MÁSCARA


La obra poética de José Infante se ha escrito a lo largo de más de cuarenta años con palabras que no son sino raigones de su existencia. Una obra reflexiva y sensual, llena de las grietas que abre en el ser humano el paso del tiempo, en la que el amor y la muerte no dejan de dialogar , donde hay una tensión de belleza encarnada en un cuerpo joven y una conciencia social generada desde la propia intimidad. Poesía elegíaca la de José Infante en la que tampoco falta –como bien señala Francisco Ruiz Noguera– “el deseo de pureza y desasimiento propio de los místicos”, y una fidelidad a la creación mantenida a través de libros fundamentales como La nieve de su mano, La arena rota, La casa vacía, Días sin música o Daños colaterales, que toca fondo en El dardo en la llaga (Poemas porno satíricos) hasta el extremo de reducir a cenizas cualquier máscara ocultadora de la verdad existencial del poeta, de su visión crítica del mundo, con gran valentía y una crudeza lingüística despojada de símbolos y metáforas para no nublar el pulso satírico, irónico, dramático y rebelde latiente en este poemario que gira alrededor del amor homosexual pero que, con sus “dardos” impacta en nuestro pensamiento, siempre pasando por el cedazo del corazón, con cuestiones tan esenciales como la fugacidad de todo, la decadencia, la juventud como valor absoluto, la falta de libertad, la belleza con su resplandor carnívoro, o ese salto invisible que transforma el deseo en amor.
El dardo en la llaga está dividido en tres cuadernos como corresponde a su tono confesional: “Cuaderno de Torremolinos”, “Cuaderno de La Habana” y “Cuaderno de Chueca”, tres escenarios representativos del mundo gay por distintos motivos indicados por el propio autor: “Torremolinos simboliza la homosexualidad decadente y tardofranquista de fiestas privadas y semiocultación; La Habana, paraíso del sexo mercenario, tanto homosexual como heterosexual, es emblema de ese oscurantismo derivado de la falta de libertad y Chueca es el presente, el barrio donde hoy se puede expresar lo que hace apenas unos lustros era impensable.” Prostitutos, travestis, carrozas, jóvenes presos de su imagen, “jubilados de la vida” …y la noche catalizadora de encuentros, frustraciones y espejismos, están presentes en el primer cuaderno en el que, como en todo el libro, hay un constante movimiento interior, pues el autor se instala dentro de la escritura, de seres, lugares, cuerpos en ofrecimiento, olas de hastío y de soledad que nos alcanzan, y un constante estado de reflexión sobre la realidad última de lo que se cuenta por el narrador omnisciente que es el poeta . En el segundo cuaderno nos radiografía La Habana, soñada desde un amor, y cuyo rostro verdadero se le mostró con toda la carga de oscurantismo, miseria y represión en que terminó el proceso revolucionario. Y en el tercero , dentro de un espacio pleno de libertad, José Infante nos ofrece las reflexiones más hondas sobre el paso del tiempo, sobre la invisibilidad del viejo, sobre el engaño de lo que el mundo nos ofrece, sobre la verdadera naturaleza del amor. Y el espíritu autocrítico, hasta del propio comportamiento a veces de los gays, que no falta a lo largo del poemario, alcanza en esta última parte su grado máximo. Como lo alcanza también la desnudez: “Ahora, cuando regresas solo, cada noche,/te miras al espejo, como siempre./ Sin disfraces, desnudo, desahuciado.”
En El dardo en la llaga, José Infante desde el amor homosexual desenmascara la vida y la lengua en su búsqueda entre escombros y resplandores de la verdad más honda del ser humano.

JAVIER LOSTALÉ.- Revista Mercurio

No hay comentarios:

Publicar un comentario