By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 30 de diciembre de 2015

Guadalcanal y su industria en 1978

Agarrarnos a un clavo ardiendo

Guadalcanal posee una industria que considerados la entidad y número de población, las condiciones geográficas, y de vías de comunicación, puede calificarse  de importante. Esta industria, aunque en algunos aspectos pueda llamarse reciente, al menos en su tecnificación y el modo moderno y actual de planificarse y concebirse, no sería justo llamarle incipiente, pues se encuentra plenamente consagrada y consolidada. Todo ello es debido en gran parte a la mentalidad decidida y laboriosa de una serie de hombres, a los que este intento de artículo quiere también rendir homenaje y reconocimiento, que desmienten su estilo y forma de actuar la proverbial indolencia y apatía inversionista achacadas de modo general a esta región andaluza, superando un sinfín de dificultades en una zona en que los condicionamientos socioeconómicos no son precisamente los más propicios para la industria.
Presentaremos un esbozo de la situación industrial en Guadalcanal, sin mayores pretensiones técnicas, sino sólo de información general y puesta de relieve de esta actividad y fuente de economía para nuestro pueblo.
La metalurgia de Guadalcanal hace posible que sus productos de industrias metálicas presente, entre otros, un reflejo de su carácter de zona ganadera que es con materiales para cerdos, ganado vacuno y ovino, distribuyendo en toda España los más modernos dispositivos para el uso ganadero algunos de ellos de carácter novísimo en la cabaña nacional, otros extensamente experimentados en los principales países ganaderos. Las parideras, bebederos, comederos, etc.,  de fabricación ganadera guadalcanalense, son utilizados en puntos de toda la geografía del país, y su presencia en diversas ferias de muestras de la nación indica que todos estos fabricados superan muy ampliamente lo que pudiera considerarse como una industria  “de pueblo”.
En la industria de la carpintería existe, desde hace unos seis años, la fabricación en serie con modernísima maquinaria, de mobiliario, cuya producción recorre toda España, sobre todo en las especialidades de dormitorios y librerías, superando incluso la venta a los almacenistas de la nación para internarse en el importante aspecto comercial de dotar con muebles a hoteles y residencias. En este último sentido, amplio mobiliario procedente de Guadalcanal cubre las estancias del Hotel Irache, de Pamplona, y “Los Lebreros”, de Sevilla, últimamente  inaugurados.
En este mismo campo de la carpintería vienen fabricándose, ya de una forma más artesanal, y con curiosa especialización, mesas para orfebrería, en las joyeros realizan sus trabajos de alhajas: posiblemente pocos en Guadalcanal conozcan que este tipo de fabricación viene haciéndose desde hace unos diecisiete años y que tal artículo se utiliza en muy diversos puntos de España e incluso, en alguna ocasión ha sido exportado a Iberoamérica. Dentro de  este mismo estilo de fabricación se ha iniciado la producción de mesas para trabajos de relojería.
Pasemos ahora a lo que podríamos llamar industrias típicas por si tradición y por estar directamente insertas en la materia prima del término.
Hace unos cinco años se inició la cría estabulada de cerdos, de gran calidad, hasta el punto de que son bastante solicitados por los mataderos de la comarca. Las instalaciones son totalmente modernas, con alimentación básicamente de piensos hidropónicos. (Para los menos eruditos, explicaremos que se trata del cultivo de plantas prescindiendo de la tierra, o sea sumergiendo las raíces en una solución acuosa que contiene los principios nutritivos; ofrece resultados muy notables en orden al rendimiento y a la rapidez del crecimiento, incide extraordinariamente en el progreso de la cría de estos anímales). Molinos de piensos y dispositivos de limpieza automática cubren estas dos importantes tareas. La producción anual puede cifrarse en unas tres mil cabezas.
El sistema cooperativo de producción de aceite se encuadra entre las figuras de don Víctor Jaurrieta, su fundador, y el actual presidente, don Antonio Nogales. Comenzó en el año 1966, con ciento cincuenta socios y un capital de 3.800.000 pesetas. En el momento actual cuenta con trescientos sesenta socios, con un capital, instalaciones e inmuebles estimados en unos quince millones de pesetas, además de unos dos millones en la planta de extracción de orujo de la Cooperativa de Lora del Río, figurando la Cooperativa de Guadalcanal como la primera aportación a la citada extractora. En la actualidad esta Cooperativa local podría tener un cifra mayor de asociados, puesto que las peticiones son numerosas; a pesar de ello, un acuerdo tomado en asamblea en el año 1.975 consideró imposible nuevas admisiones, debido a la incapacidad de la almazara y a la falta de ayuda estatal, inconvenientes que, siguen estando vigentes a pesar de la reforma efectuada recientemente y que ascendió a unos nueve millones de pesetas.
Emplea esta Cooperativa un sistema tradicional de elaboración de aceite con cuatro prensas, cuatro centrifugadoras, juego de aclaradores modernos, tolva gigante, batidoras, instalaciones eléctrica totalmente moderna, y almacén con una capacidad para setecientos mil kilos de aceite.
En el año 1976 y según los análisis del Instituto de la Grasa, de Sevilla, dieron, en relación con las provincias productoras limítrofes, la mejor calidad de aceites de esta Cooperativa Olivarera “San Sebastián”. Este aceite, comercializado  por diversas marcas, llega a todos los puntos de España.
Durante la temporada de molienda se emplean en esta Cooperativa unas treinta personas, molturándose, aproximadamente, unos tres millones de aceituna. Dispone de extensión suficiente para planta embotelladora realización que se encuentra entre las perspectivas de la entidad, así como el aderezo de aceitunas. Posee, además, almacén de productos fertilizantes, insecticidas, herbicidas, etc., para el uso y tratamiento olivarero a realizar por los agricultores miembros. Entre las finalidades cooperativistas están el beneficiar a sus asociados consiguiendo los precios más altos del producto, obtener la mayor calidad del mismo, y la consecución de créditos a cuenta.
Independientemente de las actividades cooperativistas mencionadas, existe  también en la  población una fábrica de extracción de aceite de orujo, y almazara con sistema continuo “Pieralisi”, que, como es sabido presenta la máxima automatización en la elaboración del aceite. Tiene en perspectiva el montaje de una planta de pulpa para piensos compuestos a partir del residuo del orujo.
Al hacer este breve resumen de la industria aceitera de Guadalcanal, debemos tener unas reflexiones sobre su importancia y situación actual. Debido la extensión olivarera del término de Guadalcanal, puede calcularse en un 80 por 100 del ingreso bruto en la economía guadalcanalense, participando en la recolección de la aceituna casi la totalidad del censo laboral de la población. Sin embargo, la aceituna que se produce en nuestros extensos campos y que luego ocupa la actividad y los desvelos de tantos habitantes de nuestro pueblo no es rentable, para nadie es un misterio que, ello es debido a los bajos precios del producto. Quizás vamos a decir una perogrullada o a enunciar una utopía, una fuente económica que abarca una tan amplia extensión hasta el punto de llegar a constituirse casi en exclusiva, se encuentra en una dramática depreciación; por lo tanto, una solución vital más definitiva para Guadalcanal sería pagar unos precios en consonancia con las proporciones exigidas por la vida actual, lo cual incidiría también como factor coadyuvante en la solución del paro existente, dada la condición mayoritariamente agrícola de nuestra masa obrera local. Es urgente pues, una preocupación política que tienda a valorar debidamente el producto.
Refirámonos ahora a la llamada industria refractaria, cuya existencia entre nosotros está determinada no por circunstancias geográficas, como las típicas mencionadas anteriormente, sino geológicas. En efecto: partiendo del descubrimiento, hace medio siglo, en nuestras latitudes, de tierra sílico-aluminosa, se inició la fabricación artesanal de material refractario, con un mercado lirnitado a Sevilla y su provincia, que gradualmente se fue extendiendo a todos Los puntos del país, al mismo tiempo que  se fue desarrollando tecnológicamente hasta llegar a ser en nuestros días una industria prácticamente automatizada. Con la comercialización conjunta de las dos fábricas existentes en Guadalcanal de estos productos se ha conseguido una penetración máxima en todo el mercado nacional, estando en la actualidad en fase de exportación a países vecinos, como Marruecos, Argelia, etc.
Esta industria emplea durante todo el año unos sesenta obreros, absorbiendo gran parte de la mano de obra fija de Guadalcanal ya que esta industria, por sus particulares características, no da lugar a la lucha máquinas-obreros, desfavorable en la mayoría de los casos a los  últimos.
Dado el grado de dispersión de estos productos, se precisa la utilización de una gran cantidad de camiones de transporte, aunque ven muy dificultada su labor debido a la mala infraestructura en la red de carreteras que hacen muy difíciles los accesos a esta plaza desde los diversos puntos de España (mal estado y limitación de tonelaje, principalmente). El número de camiones que se acercan a esta industria para retirar sus productos puede cifrarse en unos tres mil anuales.
En cuanto a las reservas de la materia prima de esta fabricación (a la que como curiosidad geológica, se le calcula una antigüedad de unos veinte millones de año) su existencia permitirá una amplia producción de refracte durante muchos años.  -
Al terminar este esbozo de la situación industrial de Guadalcanal, queremos hacernos eco de los principales deseos de esos hombres emprendedores y laboriosos a los que hemos rendido homenaje y reconocimiento desde el comienzo de este pretendido artículo, con el consabido indicativo de “a quien corresponda” si queremos que estos esforzados intentos industriales no se vean esterilizados y cumplan su función, noblemente ambiciosa aunque muchas veces modesta en recursos, de sacar a esta zona de la tristeza y endémica situación “un lugar pobre en una región subdesarrollada”, es urgente que se les potencien las vías de comunicación, que las carreteras que nos unen con el resto de nuestra geografía sean algo más que caminos asfaltados, esto es una tarea urgente si no nos queremos ver postergados a la hora de dar salida a los productos aquí elaborados, por desgracia esto no parece que lo vean muy claro las autoridades competentes; y también es preciso que se instrumenten, medios de protección industrial, sumamente necesarios, y más amplios y racionalizados que los simples préstamos bancarios, tan insuficientes y dificultosos de en ocasiones (aunque aquí también reconozcamos y agradezcamos las intervenciones positivas de ciertas entidades bancarias). ¿Será posible alguna forma estudiada y razonable de cierto trato de favor, de desgravación etc, en atención a las trabajosas condiciones en que se mueve la industria local que sirva para su protección? Como los andaluces, resignadamente, esperamos contra toda desesperanza causada por tantos motivos suficientes, querer confiar una vez más en algo (tal vez por “agarrarnos a un clavo ardiendo”)  y ponemos nuevas esperanzas, que no sabemos si serán vanas, como tantas otras veces, en esa autonomía andaluza y en su Junta, a la que desde aquí saludamos y aseguramos que existimos, que tenemos ganas de seguir existiendo como colectividad humana, como pueblo, a pesar de que no siempre encontramos las condiciones más favorables para ello ni la ayuda y solidaridad que deberíamos esperar de todos los que somos la misma España.

Manuel Espinosa Torres
Revista de Feria 1978

sábado, 26 de diciembre de 2015

Adelardo López de Ayala o el figurón político-literario 15

Amadeo de Saboya
Capitulo XV 
Bajo el cetro de Amadeo

Otros montpensieristas, menos acomodaticios, hicieron asesinar a Prim para vengar el que ocupase el trono de España Amadeo de Saboya en vez del esposo de la Infanta Luisa Fernanda. Y con ello, si no remediaron lo irremediable, que era el haber dejado sin corona al Duque de Montpensier, consiguieron que volvieso a ser ministro el más significado de sus partidarios. El entusiasta montpensierista Adelardo López de Ayala supo aprovechar la ocasión mira formar parte del Consejo de ministros de Amadeo I
Fué así. El Duque de la Torre había llamado a sus amigos para exponerles las circunstancias criticas por que atravesaba el país con la muerte del caudillo demócrata. Aquel partido que trajo al nuevo Rey, habiendo quedado sin jefe, estaba en malas condiciones para gobernar. ¿Se ayudaba a los demócratas, o no?... Esta era la pregunta que se hacía Serrano y les hacía a sus amigos. Y Ayala contestó por todos.
Pues Ayala asistía a la reunión. Ya había dejado de ser amigo de Montpensier, pasando a ser amigo del Duque de la Torre. Y, además, estaba dispuesto a hacerse amigo de don Amadeo. Eso fué lo que vino a decir.
Porque dijo textualmente: "Nosotros hemos introducido la agitación en este país, y no responderemos a la obligación que hemos contraído sino asegurando el orden o dejando nuestros cadáveres en las calles." Y asegurar el orden, para tan antiguos y acreditados monárquicos, era sostener el trono, ocupáselo quien lo ocupase, a fin de que no pudiera llegar esa cosa terrible y horrible que se llama República.
Convinieron, pues, Serrano y sus amigos en unirse a los demócratas bajo el cetro de Amadeo. Y el Duque de la Torre decidió que Ayala obtuviese una cartera en el Gobierno de concentración a formar. Esto era justo, ya que Ayala dió la fórmula de la unión, ¡ y la dió tan pátriótica!...
Pero además era útil. Lo era para la situación que se creaba, demostrando lo amplio de la concentración gubernamental con la entrada en el Ministerio hasta de un montpensierista. Y de que lo era para Ayala no hay que decir...
Ofreció, así, , Serrano una cartera a Ayala en el primer Gobierno de Amadeo, y Ayala la aceptó con sumo gusto y fina voluntad. La cartera era la de Ultramar, naturalmente, puesto que ya vimos podía considerarse al ex ministro del ramo como un técnico en los ultramarinos asuntos. Por ello, Ayala, al volver al ministerio de Ultramar, siguió cumpliendo sus métodos, incluso .aumentados.
Dió por fracasada la política de transigencia de sus antecesores e hizo frente con toda energía a los cubanos rebeldes. Confirió Facultades extraordinarias, al nuevo, capitán general de Cuba, Conde de Balmasedá para que, al substituir a Caballero de Rodas, militar liberal y transigente, procediera despótico y feroz. De perderse la isla, se perdería honrosamente.
¡La honra sobre todo! Indignado habló Ayala en el Congreso para negar que fuese a hacerse, que hubiese pensado en hacerse siquiera, algo que habría sido la salvación de muchos españoles hasta el año 1898 y de muchísimos cubanos hasta la consumación de los siglos. Pero vale la pena de referir en extenso el caso.
Fué que el diputado por Guernica, Sr. Vildósola, previa la venia del presidente de la Cámara y del ministro de Ultramar, pues aun no estaban constituidas las Cortes amadeístas, por tratarse "de un caso extraordinario que afectaba hondamente al crédito del país y a la dignidad del Gobierno", preguntó si era cierto que se hubiese ofrecido a los Estados Unidos la venta de las Antillas, según, había dicho un periódico de Nueva York, con referencia a cierta nota, que se suponía enviada al Gobierno de Wáshington por el ministro norteamericano de España.
Y Ayala se alzó como un león para rugir todo lo que sigue, pues el discurso merece copiarse íntegro:
"Yo hubiera querido, señores diputados, que la indicación que ha hecho el periódico a que se ha referido el Sr. Vildósola no hubiera necesitado para su señoría el mentís del ministro de Ultramar; yo hubiera querido que la hubiese desmentido previamente su conciencia de ciudadano español”. Pero puesto que el Sr. Vildósola ha creído que debía traer la pregunta a este sitio, yo doy las gracias a su señoría. Pero siento, repito, que no haya empezado su señoría por desmentirla; porque para acudir a la defensa de la dignidad de España todos los ciudadanos españoles son ministros de Ultramar.
"Pero ya que así no haya sido, su señoría ha hecho un verdadero servicio al Gobierno trayendo aquí esa calumnia; pues, aunque me repugna ocuparme de ella, aprovecho esta ocasión para que quede para siempre sepultada en este sitio”.
"Cúmpleme, ante todo, defender al representante de los Estados Unidos en España. Yo niego terminantemente que semejante noticia tenga este origen. Y después, ya que ha cundido la calumnia, ya que ha llegado a este sitio, para que dondequiera que se levante puedan perseguirla estas palabras, yo anuncio aquí solemnemente, en nombre del Gobierno y en nombre de la nación española, que lo mismo Cuba que Puerto Rico, que Filipinas, que todas aquellas tierras donde ondee la bandera de España, para el que quiera comprarlas no tienen más- que un precio: la sangre que hay que derramar para vencer en campo abierto al ejército, a la marina, a los voluntarios, lo mismo insulares que peninsulares, que han tomado las armas resueltos a perderlo todo menos la honra."
Como toda rectificación ministerial, ésta de Ayala negaba noticia cierta. El proyecto a que se refiriera la Prensa neoyorquina existió. Prim había pensado deshacernos por venta de la isla de Cuba; del asunto habló con el ministro de los Estados Unidos, y hasta llegó a fijarse el precio en cien millones de reales. Pero muerto Prim, el nuevo ministro de Ultramar no quería sino que las colonias siguiesen existiendo para seguir él ministrándolas.
Y del modo que en su rugiente rectificación señalara: dispuesto a que se perdiese todo menos España su honra y él su cartera. Para evitar estas dos catástrofes correría la sangre del ejército, de la marina y de los voluntarios, "tanto insulares como peninsulares", y, además, la de los cubanos, tan exigentes y abusivos, que no se satisfacían con que sus reclamaciones autonómicas se contestasen a estocadas y balazos. Así encauzó Ayala su gestión ministerial, declarándolo paladinamente reiteradas veces.
En el Congreso, contestando a sendas interpelaciones de los diputados Trelles y Labra, y en el Senado, respondiendo a una incitación del señor Méndez Vigo, dijo Ayala una y otra y otra vez que Cuba sería gobernada con mano de hierro hasta que los cubanos dejasen de reclamar o de vivir.
Muy largos son los tres discursos pronunciados por Ayala y por eso no juzgo posible transcribirlos. Sobre que sería inútil hacerlo, pues cuanto contienen de enjundioso dicho quedó en la furibunda réplica a Vildósola. Antes que ceder de modo alguno, el pleito colonial se resolvería anegándolo en sangre propia y ajena.
Y como lo decía, Ayala lo mandaba hacer. Siguiendo sus instrucciones, el intendente Alba oprimía y el general Balmaseda mataba. A eso llamaban los sostenedores del ministro de Ultramar ejercer "una política levantada y justiciera, digna de las gloriosas tradiciones de España, que así afirma y consolida la estrechaunión de la Metrópoli con sus provincias ultramarinas, como aleja para siempre todo propósito o tendencia a su separación de la madre patria". Pues Ayala, justo es decirlo, tenía quienes le sostuvieran con las palabras citadas precisamente.
Ayala, por sus declaraciones y los actos con que los delegados del ministerio de Ultramar las hacían buenas, en Cuba llegó a ser el ídolo de los elementos españolistas de la isla desdichada. Y señalado esto, ya se marca qué clase de ministro resultaba Ayala, pues bien sabido está la especie de gentes que tales elementos, los verdaderos autores de la pérdida de Cuba, eran por nuestro mal.
Pero no se trata tanto ahora de significar lo airado de la gestión de Ayala en esta su etapa ministerial del reinado de Amadeo, como de otra cosa indiscutiblemente peor. El transcurso de los años ha podido borrar las equivocaciones de una ministerial gestión; pero no borra ni borrará la inconsecuencia de una conducta política. Y aun cuando Ayala hubiese sido un excelente ministro de Amadeo, habría que reprocharle el que ministro con ese Rey hubiera sido, mientras Montpensier quedaba, defraudado y a los montpensieristas se perseguía.
Con esto Ayala acabaría de deshonrarse políticamente si no fuese porque todavía le quedaba por hacer algo más bajo en su vida política, que ya sabemos, y aun cuando no lo supiésemos podríamos suponerlo, hizo después.

Porque Ayala estuvo bajo el cetro de Am, dispuesto a ponerse bajo el cetro de cualqu que a continuación lo empuñara.

Luís de Oteyza
Vidas Españolas e Hispano-Americanas del Siglo XIX
Madrid, 1932 

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Fonética y habla en Guadalcanal en los siglos XVI al XVIII (3/6)

Lamina  3
Tercera parte

Materiales documentales para la historia del Andaluz. Análisis filológico de textos Guadalcanalenses (1527-1783)

1647:”en dies dias del mes de março”; “que bisieron verdadero matrimonio”; “como lo manda el S[an]to. Consilio de ttrento”; “la uj(ll)a de safra” `Zafra'; “balttasar nuñes cordero y pedro gonçales mellado y manuel dominges” “xpoual lopes” (tres veces); ana ximenes la cauallera”; “barttolome lopes”; “maria ximenes” ; “diego gonçales”; “y vele por palauras de presentte que bisieron verdadero mattrimonio”; “dominga ximenes su mujer natturales de salvattierra rreino de gallisia”; “Juan sanches y ttome gonçales"; “antonio días” (dos veces); “Ysabel de sauseda”; “m[arila gonçales su mujer” (27).
1673: “maria la Sereça” `Cereza'; dies 'diez'.
1727: atemorisada; Maseda `Maceda ; “dies y siette fanegas”; ofresco; jues, mayorasgo; susesor, diesmo; Ruis (tres veces); “Veatriz Avesilla”; desir, Montanhes `Montánchez'; vesino; veses; Cavesa, Galves; -Ana la Pesera; (28) “Diego Martin Pesero” (cuatro veces; en otros folios figura repetidamente Pezero, Pecero y Pecera); Casalla `Cazalla'; “Hera del Seuollar” 'Cebollar'; Mesquitas; dies `diez'; Orosco; Mayorasgo; Sanches, Rodrigues; Ponse `Ponce'; esezion `excepción” (29).

b) Casos de grafía z, c o ç por s.
1527: Çisilia (tres veces) (30)
1541: conozçimiento (31).
1578:"testigos baltaza nuñez» `Baltasar'; iglesia” (dos veces); “y no se supo hijos de quien fuecen” `fuesen' (32).
1586:”y de doña Maior de Rozales”' 'Rosales' (cf. rrosalez en texto de 1647); “todo lo que fue con lisençia del capillan” (33).
1607: “Domingo dé Cilua”, `Silva'; “Iglecia de Ceñora Santana»; añoz `años'; Juan Cerano” `Serrano; “Juan Andez” `Andrés'; ciendo, Ceis 'seis'. (34)
1647:ciette (tres veces) (35); “xpoual lopes cañiçalez. `Cañizales' (cf. en la misma línea, y dos líneas más abajo, cañicales); ciendo; (36), /c/lsiendo 37; “sebastían de rrosalez” `Rosales' (cf. supra, Rozales) (38).
1727:, “y posteriormente al cittio de Cavesa Sancha; Celizeo `Silíceo'; cepa `sepa'; posecion posseccion `posesión'; Plazenzuela” `Plasenzuela'  (39).

Como se ve, son numerosos los casos en que se emplean indiscriminadamente s, c, ç y z, sea cual sea la etimología de la voz. Los ejemplos del apartado a) muestran una grafía s en contra de la tradición ortográfica. Resulta verdaderamente interesante el pasaje documental del año 1633: “sobre querer dezir o desir”. Esta extraña expresión se explica si tenemos en cuenta que, en un documento de carácter oficial, al amanuense le estaba prohibido efectuar tachaduras, y las enmiendas habían de añadirse a continuación del error, intercalando bien un explicativo “o”, bien un “quiero decir” o un “digo”  (40). A mi juicio, esta breve referencia documental es una prueba manifiesta de la inseguridad del escribano frente a la existencia de varias letras que representaban en su habla (o en la de aquéllos que declaraban su nombre y sus datos para la redacción de los documentos) un solo sonido, letras cuyo uso estaba reglado por leyes de tradición ortográfica, que ya no tenían correspondencias fonéticas reales en el habla de Guadalcanal.
En los ejemplos del apartado b) aparecen grafías z, o c donde lo correcto ortográfica y etimológicamente sería s. Sumariamente, estos numerosos casos de confusión grafémica entre s, ç o c y z me parecen ser indicios inequívocos de la falta en el habla local de Guadalcanal de cualquier oposición fonológica entre los sonidos procedentes de las sibilantes medievales ya desde temprana fecha (41)
Lamina 4

B. Casos de elisión de -s.
1541 “el arroyo que baja de Vallefuente” (cf. Valdefuentes en otros lugares del documento) (42); Juridiçion `jurisdicción' (tres veces) (43).
1586: “Antonio Hernandez Pecadero” `Pescadero'; “los milagro(44)
1609: seycientos (tres veces); seiçientos; “los llano”, (tres veces) (45)
1633:”calle de granillo”, (cf. Calle de Granillos en textos de 1727); “casas de Alonso roja, `Rojas'; “la quatro grande, `las, cuatro grandes'. (46)
1728:"dehesa de uriñuela” 'Breñuelas' (cf. “sitio de Briñuelas, “dehesa de Briñuelas” en otros, lugares del documento) (47).
1747:"la del postigo en docientos” (tres veces); «las costa»; diposiziones (48).
1783: juridicion (49).

C. Casos de –s ultracorrecta.
1586:”a sesbastian rodrigues”; “Yo el dotor rodrigo Yanez con licencia del s[eño]r martin ruiz cura dellas `de ella' (50).
1608:"maria de chasbes” 'Chaves'; «maria rodrisges(51)
1609  “yo Rodrigos yanes»; “del señor obispos” (52)
1633: “'nouentas arrobas de cabida”; pasce `pase'; iglescia (53).
1728: “con una cassa cubierta con teja lindes con tierras realengas” (54).
Los ejemplos aducidos en los apartados B y C muestran nítidamente cómo la /-s/ implosiva en posición interior de palabra se había convertido ya en una débil aspiración, mientras que el mismo sonido en posición final había desaparecido por completo. He encontrado, además, un caso esporádico que me parece ser indicativo de aspiración de la -s final de palabra en posición intervocálica por fonética sintáctica: “Angela maria hija lexitima de Diego Lopez de la jera» ('de las Eras') (55)

27 AEG, Matrimonios Santa María, fols. 17r, 15v. Vid. lám. II, Is. 1, 7, 10, 12, 14, 15, 24, 25, 27, 28, 29; y lám. IV, 1s. 9, 12, 13, 16, 26, 27, 28, 30.
28 Archivo Municipal de Guadalcanal (citado AMG), Padrones Vecinales, sign. 334, fols. 39r, 47v.
29 APG, Libro Registro. de Escrituras Públicas (1726-1766), fols. 17r, 25r, 55r, 108r-v, 6v, 71v, 64v, 73v-74r, 5v, 45r, 188v, 193r, 47v, 80r, 110r, 134r-135v, 149r-v.
30 AMG, Reales Provisiones, Pragmáticas, Sanciones, sign. 129, fols. 2r, 3r-v.
31 AMG, Libro Becerro, sign. 105, fol. 54r.
32 AEG, Matrimonios Santa Ana, fols. 6r, 33v, 34r, 124r.
33 AEG, Matrimonios Santa María, fol. 52r.
34 AEG, Bautismos Santa Ana, fols. 7v, 2r, 9r, 39v, 32v.
35 Matrimonios Santa María, fols. 17r, 15v. Sólo una vez figura, de manos del mismo escribano, siette (fol. 15v, 1. 19). Vid. láms. Il y IV.
36 Ibíd., fol. 17r (vid. lám. II, 1. 28). En la 1. 13 parece que el escribano dudó en grafiar la s, tachándola primero y escribiéndola de nuevo a continuación.
37 Ibíd., fol. 15v, (vid. lám. IV, 1. 30). En realidad, las grafías no son nítidas, por lo que no estoy segura de si el trazo de la letra escrita en un principio corresponde verdaderamente a una c, luego corregida con una s trazada encima. En todo caso, esta cacografía, junto con las de la lámina II, 1s. 13 y 28, parecen indicar que el amanuense tenía problemas para representar la voz siendo.
38 Ibíd. Vid. lám. IV, 1. 28
39 APG, Libro Registro de Escrituras Públicas, fols. 55v, 30v, 14r y 128r.
40 Así en los textos que siguen: “y por vienes una suerte de tierras al sitio de la Cansadilla digo Puerto de Llerena” (AMG, 1728, fol. 103r); “una pieza de tierra de secano linden quiero decir de sesenta fanegas de sembradura linden con maxada de diego Gonçalez” (AMG, 1755, fol. 186r).
41 No me parece que tenga significación para el estudio de la fonética local el lapsus cometido por el amanuense -un párroco en este caso- que escribió “en diezinueve días de julio de jeiscientos y nueve años”, trazando una j idéntica a la de hijo y juan, del mismo texto. Dado el completo aislamiento de la grafía j para representar un sonido sonido /s/, sería demasiado audaz suponer esta errata un indicio tempranísimo de bebeo.
42 AMG, Libro Becerro, sign. 105, fol. 65v.
43 Ibíd, fols. ir, 3r, 5r.
44 AEG, Matrimonios Santa María, fol. 42r, 49v.
45 AEG, Bautismos Santa Ana, fols. 25v, 26r. Vid. lám. VI, texto 2, 1. 1
46 AMG, Padrones Vecinales, sign. 334, fol. 118 r.
47 APG, Libro Registro de Escrituras Públicas, fols. 425r, 51r, 87v.
48 APG, Libro Registro de Escrituras Públicas, fols. 11r, 18r-v.
49 AMG, Amojonamientos y Deslindes, sign. 574, fol. 11v.
50 AEG, Matrimonios Santa María, fols. 48r, 54v.
51 AEG, Bautismos Santa Ana, fols. 17r, 20v. Vid. lám. V, texto 5, 1. 4. 52AEG,
52 Bautismos Santa Ana, fols. 20r, 25r. Vid. lám. VI, texto 1, 1. 2.
53 APG, Libro Registro de Escrituras Públicas, fols. 425r, 321v, 87v.
54 AMG, Amojonamientos y Deslindes, sign. 574, fol. 64r.
55 APG, Libro Registro de Escrituras Públicas, fols. 245r


Este trabajo fue redactado por vez primera en noviembre de 1986, y presentado para su edición en la revista Archivo Hispalense. Como al cabo de tres años se desestimara su publicación, por considerarse, únicamente aptos para la revista los trabajos de Historia, Literatura y  Arte, lo presenté como comunicación: al X
IX Simposio de la Sociedad Española de Lingüística (celebrado en Salamanca, los días 18 al 20 d diciembre de 1989) con el título inicial de "Andalucismos fonéticos en documentos inéditos locales de Guadalcanal (siglos XV, XVII y XVIII)", y se ha publicado un resumen del mismo en la Revista Español de Lingüística, año 20, fasc. 1 (1990), pp. 185-186 (conste que de las cacografías de la impresión no soy la responsable, por muy guadalcanalense que sea). Ahora, más de cuatro años después de la primera redacción del texto, por fin puede ver la luz, si bien ampliado con notas en las que añado las referencia bibliográficas de los estudios que en este tiempo he ido publicando, y en los que, de una manera u otra utilizo materiales citados aquí.


María Dolores Gordón Peral
Problemas y Métodos en el Análisis de Textos
Universidad de Sevilla 1992

sábado, 19 de diciembre de 2015

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 79

La mina y su entorno 2
  
El hecho de haber estado empleados en labores mineras sirvió a aquellos vecinos para aprender un oficio especializado de forma que, mientras en 1555 no se encontraba ni un fundidor ni afinador ni entibador en Guadalcanal, en 1578 un vecino de la villa enviaba un memorial solicitando que se desvedara la legua acotada para el Rey en torno villa serrana, porque a causa de la prohibición
“no las buscan (minas) ni descubren los vezinos de la dicha villa y comarca que conosçen los metales y saben ensayallos mucha jente de aquella tierra”.
Este oficio adquirido les será después muy útil a la hora de emigrar a América, camino que como ya dijimos escogen muchos vecinos de la villa en la segunda mitad del siglo XVI.
Pero independientemente de que el efecto de la aparición de la mina fuera objetivamente beneficioso  para la comarca o no, tiene también importancia acercarnos a cómo sentían sus habitantes la presencia de lo que en la Corte se considera el mayor regalo que la provincia había deparado al Monarca Católico. A juzgar por las frases que antes hemos recogido de los memoriales, la opinión de los guadalcanalinos era muy diferente. Expresan ellos el disgusto por el desabastecimiento, la subida de precios, el que la villa no ha reçibido merged alguna” de la aparición de la mina; desde Guadalcanal sólo se reciben quejas. Pero una observación más atenta de los memoriales que envía el Concejo puede dejar al descubierto una visión muy diferente; se quejan los memorialistas con reiteración, lo hemos visto, y el propio Mendoza lo recoge en una de sus informaciones, de que
“labrándose aquí minas, forçoso se han de encaresçer los jornales y resçibir grande daño toda la tierra, porque les será grande costa labrar sus heredades” 147
Pero, ¿a quien afecta negativamente esa subida de salario? ¿quienes eran los dueños de heredades? Parece claro que el Concejo expresa la opinión de una parte de la población guadalcanalina, la de los propietarios de tierras, pues, ¿cómo habían de quejarse los jornaleros de la subida de salarios? Seguramente estos propietarios eran los que ocupaban asiento en él, a quienes posiblemente la rápida subida de salarios no compensó el previsible aumento de precios de los artículos que podían enviar al mercado, cultivados en sus propiedades; ello supondría entonces que los salarios reales habían sufrido un incremento notable en la villa en los primeros momentos de los trabajos en las minas. Pero todo esto no son más que conjeturas y avanzar por este camino exigiría el manejo de datos de los que por el momento carecemos sobre el movimiento de precios y salarios en los años de bonanza de la mina, así como sobre el régimen de tenencia de la tierra y la composición del Concejo de Guadalcanal. En cualquier caso, lo que es cierto es que la opinión de es cierto, que no representa sino los intereses de una parte de la población, es habitualmente negativa.
Y es que, aparte de puros motivos económicos, el Concejo tenía algunas razones más para quejarse. A pesar de los esfuerzos que en los primeros tiempos despliegan sus miembros, las minas escapan totalmente a su competencia; en 1557 pedía y obtenía el administrador de la mina a Su Majestad:
“Mande V.M. a los alcaldes de Guadalcanal que no se entremetan en cosa al alguna en la población y provisión desta fábrica, porque pretenden dar solares ella y ligençia para que vivan y residan y tengan bastimentos a los presçios ellos puestos y ansí han dado çédula para ello y mandándoles a las tales personas las refrenden cada mes ante ellos. De no consentírselo han venido a alborota pueblo, diziendo que es contra sus provisiones y ordenanzas, porque aquel s es su término, y aunque he tenido la pagiençia que ha conbenido para que hobiese escándalo (...) ellos no dejan de darlas dichas çédulas y seguir su intençión”.
La resolución real es favorable a la administración minera y despoja de cualquier autoridad sobre la mina a las autoridades locales, como también les desautoriza en relación los propios de la villa:
“Debe V.M. mandar al dicho conejo de Guadalcanal no encorralen, prenda ni penen los bueyes y mulas que en carreteras y carros trajeren plomo, leña, carbón y otras cosas a esta fábrica (...) porque los molestan y penan en soltar que suelten los dichos bueyes y mulas, diziendo que es dehesa conçejil y çerrada el asiento de las dichas minas”.
(Resolución real): “Se enbia çédula para que no fagan molestia” 148
Tampoco se permite al Concejo cobrar alcabala sobre los artículos de los que la mina hace un consumo mayor, con lo que el ingreso que por este concepto hubiera podido obtener el Concejo queda eliminado; en 1556, la administración reclamaba:
“conbiene al seruiçio de V.M. que en esta fábrica no se lleue alcabala del carbón, leña, plomo y almártaga, pues estas son cosas que nunca se bendieron arrendaron en el dicho término de Guadalcanal, sino después que en la fábrica se funde y así ni al concejo ni arrendadores no se les haze agrabio. Reçobelo (agravio) la fábrica que de las demás cosas que en ella se benden lleuen más alcabala de lo que se lleua en la misma villa de Guadalcanal y así suplico a V. lo mande y con los mesmos días de franqueza que ay en la dicha villa”.
La respuesta real es favorable a la pretensión de la administración 149
Así pues, de hecho, la mina resulta ser un vecino incómodo; goza de los derechos los demás vecinos —cortar leña y aprovecharse de los propios y comunes— pero no se sujeta por la mayoría de los deberes. ¿Cómo afecta esto a la mayoría de los vecinos? menos en uno de los derechos de éstos sí que se ven claramente perjudicados: la dehesa de la villa, antes a disposición de los avecindados, queda reservada para el exclusivo de las minas durante 10 meses del año y sólo dos para el libre acceso de los vecinos 150
El mismo Mendoza es consciente de que la villa merece una cierta compensación los perjuicios que recibe en función de la presencia de la explotación real:
“Conbendría que la alcauala de lo que se vende en las minas no se diese encabeçamiento a la villa de Guadalcanal, porque valen las cosas a esta causa eçesivamente caras, porque molestan a los que bienen a vender y les lleuan demasiada alcauala y a causa dello el carbón, almártaga y otras cosas nesçesarias se encaresçen y no se traen á vender a las dichas minas lo nesçesario. Por eso conbendría que se repartiese y diese por vía de encabeçamiento de las dichas minas a la fábrica dellas por un predio moderado y a los de Guadalcanal, Su Magestad los gratifique los daños que a causa de las minas resçiuen así en los mantenimientos como en el pasto del ganado y bestiamen de las minas en su dehesa y en sacar çepas y no es equivalençia el prouecho que tienen de los que trauaxan en las minas de la villa, la qual meresçe qualquier gratificación por el amor y voluntad con que siruen a Su Magestad”151.
Los roces entre vecinos de la villa y la población minera son frecuentes y se inscriben los tradicionales choques entre comunidades configuradas y asentadas de antiguo y poblaciones alógenas. En 1556, un informe daba noticia de que:
“los vezinos de la dicha villa de Guadalcanal hazen muchas molestias y malos tratamientos a los maestros, ofiçiales y operarios y otras personas que entienden en (...) las minas que an paresçido en término de la dicha villa y que no les quieren dar posadas ni rropa en que duermen ni mantenimientos por sus dineros”,
mientras que pocos años más tarde un funcionario se quejaba:
“la mina no es nada saludable vivienda ni tiene tierra que poder labrar los vezinos, ni donde posar fuera de las tejas, y aún dentro deste sitio son hoy oprimidos los que aquí viven de la villa de Guadalcanal en qualquier animal que crien, diziendo que estan en dehesa, porque alguna parte de lo que ocupan las dichas casas es dehesa” 152
¿Qué quedó de la mina de Guadalcanal tras el paso de la bonanza, cuando la explotación, si bien sigue en funcionamiento, se convierte en una pequeña mina laboreada por cinco o seis personas? Como a lo largo de la historia ha solido ocurrir con las riquezas mineras pasajeras, nada. Las informaciones de finales de los años 70, de las que hemos visto alguna, hablan de pobreza y despoblación, mientras que la villa conserva como único recuerdo la torre de su iglesia parroquial, construida con dinero de la mina que la incesa Gobernadora ordena entregar al Concejo con ese fin.

147 A.G.S. Estado, Leg.° 113, fol. 23.
148 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 31, fol. 47.
149 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 31, fol. 47.
150 A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 3.072, s.f., cédula de 6 de marzo de 1557.
151 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 46, fol. 90.
152 Ante la situación de enfrentamiento, el Rey expide cédula el 2 de enero de 1556 al gobernador de ón, marqués de Falces, ordenando que
«provea que sean bien tratados y proueydos de los nes9esario y no se les haga vexagión ni molestia alguna y hagais pergonar que ninguno rrebuelba con ellos quistiones ni rruido, de manera que todos los que entendieren en lo susodicho sean bien mirados y tratados como personas que se ocupan en seruirme»;
AG.S. Contadurías Generales, Leg.° 3.072, s.f.

 De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez 

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Cayo Esperanza

Reflexiones de un luzlandés

Estimado Sr. español, para comenzar esta carta y razonando la educación que me inocularon mis antepasados y aquellos misioneros españoles que un día le comenté, en principio, debo agradeceros a vos y vuestra respetable asociación el regalo, la antena parabólica que nos enviasteis y que hemos colocado en el barracón de las escuelas, único sitio con luz eléctrica producida por un viejo generador y por ende con la única televisión que tenemos en el poblado.
Gracias a tan importante avance vimos y analizamos lo que Vds. los españoles llaman debate a cuatro, en Wuzland, mi nación llamamos simplemente mentidero o nido de avispas de aguijón deletéreo.
Os debía carta señor, perdonadme. Debí ausentarme unas fechas del poblado porque emigraciones de familia me obligaron a desplazarme a la zona costera de mi país, a un bonito paraje que nos permite abrirnos al exterior  (no se puede vivir de espaldas al mar, lamentablente, por ella abandonan mi país los jóvenes luzlandeses para buscar el manjar europeo de ¿paz, trabajo y libertad?), en una de cuyas calas, Buhu Sahirma (Cala Esperanza es su adonis idioma), fondeo mi cayuco, llamado “Guadalcanal” en su honor, de vez en cuando me ausento de mi poblado para instalarme en el asentamiento de  Llouvade, donde acamparon una parte de mi tribu hace décadas.
Es un tiempo que me he dado de estudio y lectura de la cultura occidental  de su pueblo y que me ha permitido reflexionar acerca de vuestra democracia fingida  y poco real, con todos mis respetos, señor, comparándola con la nuestra que, como ya os dije, es directa y transparente, sin saqueadores, corruptos o mesías del oportunismo televisivo… 
Ya sabéis lo que se dice de los políticos corruptos de vuestro país...
En nuestro poblado compuesto por diez linajes, un ciudadano no sólo supone un voto necesariamente, sino una fracción del mismo que crece en la medida  en que se asciende en la escala académica del ciudadano propuesto para servir al pueblo.
Bien entendido que todos, absolutamente todos tienen la oportunidad de hacerlo, nuestra cultura es muy similar para todos y la utilizamos dentro de nuestras limitaciones para ponerla a disposición de los demás, en cambio, algunos de sus políticos, demasiados, la utilizan para servirse del voto de confianza y amasar grandes fortunas en lo que Vds. llaman paraísos fiscales. 
Es fácil comprender lo que trato de expresar, señor, que quien apenas es capaz de ligar cuatro palabras coherentes, (no entendemos en mi poblado el aforismo y el significado de “un plato es un plato y un vaso es un vaso”), que quien alardea incluso de no leer la prensa diaria por no aportarle nada, o falsifica su expediente académico con carreras y trotes inexistentes, tenga la capacidad y potestad de influir en el sesudo ciudadano que se preocupó de votarle sin preguntar cuál es su docto saber.
¿Os extrañáis, señor?. Al menos, los luzlandeses tenemos razones para confiar en un lugareño, pero Vds. lo hacen solo por motivos de colores rojos, azules, naranjas o morados, fobias caducas e incompresibles lealtades a guerras olvidadas.
En nuestro texto constitucional no consta la diferencia social por motivos de territorios, académicos y de honradez, pero en el vuestro... Sin embargo, a la hora de votar se os discrimina  por razones de asentamientos, señor, para mí incompresibles, salvo que me expliquéis porqué en vuestro país un diputado, por una pequeña ciudad es elegido con 3000 votos y necesita 140.000 si es diputado por una gran urbe. Haga la cuenta, señor, el voto del segundo vale la quinta parte del primero. ¿Por qué?, ¿que significa para Vds. la palabra paridad electoral?
Os lo detallaré  de otro modo. Mientras un histórico partido, con cerca de un millón de votos a nivel estatal obtuvo 2 diputados, otro partido, este autonómico y separatista, con unos 600.000 votos, obtuvo nada menos que 11 diputados y otro que se presentó en todo el territorio, con la mitad de votos (300.000), ¡solo uno!, esto lo he comprobado  en anteriores plebiscitos que se han celebrado allí y que he analizado en los viejos diarios que me enviasteis. Tiene su pueblo señor, un sorprendente concepto de la democracia.
Habláis, con delectación, de la igualdad de los españoles ante la ley para aceptar luego el yugo discriminador de una ley electoral absolutamente inadmisible para quien se siente digno representado en un país llamado España y tan admirado por mi pueblo, para un luzlandés que admira vuestra democracia como yo, señor, ya es sorprendente que aceptéis representantes que obran haciendo y deshaciendo a vuestras espaldas y en vuestro nombre con el voto que generosamente le donasteis, pero que aceptéis se os agrupen por demarcaciones territoriales con las consecuencias electorales expuestas no es muy comprensible... 
Que hayáis permitido que  vuestra soberanía os haya sido enajenada, primero por haber sido hecha jirones y después al conceder a las autonomías potestad legislativa para determinar aun más diferencias entre súbditos del sur y del norte... Se os convocó constitucionalmente hace ya casi cuatro décadas como solo un cuerpo estatal y soberano, señor, para acabar queriendo descuartizar la piel de toro en micro estados  sin futuro.
¿Es lo que queréis? Sea pues, pero no me parece cosa de razón unirse para la desunión.
Otro día os hablaré, señor, con todos mis respetos de los debates televisivos con los que Uds. deciden el voto, al menos los electores llamados indecisos.
Suyo afectísimo, 
Un luzlandés
Rafael Candelario Repisa.- La fragua del pensamiento 

sábado, 12 de diciembre de 2015

Adelardo López de Ayala o el figurón político-literario 14

General Serrano
Capitulo XIV

A  fuerza de arrastrarse

Momentos  terribles debió de pasar Ayala al verse clavado en tierra por efecto de tan tremenda caída. Pero fueron sólo momentos, pues pronto de la semi-sepultura en que yacía hecho una masa se arrancó. Y si no pudo alzarse del suelo aún, por el suelo fué arrastrándose.
Avanzaría nuevamente en política, aunque tuviera que tomar otro camino. Aquello le ocurrió por seguir fiel al Duque de Montpensier. Considerándolo, debió de reírse sarcásticamente Ayala en los mismos dolores del porrazo. Haberse caído él por semejante cosa... Se acabó su montpensierismo, como se había acabado su isabelismo, tras de agotar los diversos matices que fué adoptando mientras a Isabel II sirvió. Si fuera del Gobierno había quedado, pondríase  por lo menos, al lado del Gobierno.
Y lo hizo inmediatamente. El Duque de la Torre, cuarenta y ocho horas después de la catastrófica sesión, al dar cuenta de la renuncia (?) del ministro de Ultramar, tuvo en el Parlamento las consiguientes frases laudatorias para el hombre que tanto hizo por la causa revolucionaria. Recordó Serrano el viaje a Orotava de Ayala a bordo del Buenaventura; aludió a los conceptos expresados por su autor en el manifiesto de Cádiz, y significó los peligros que había corrido el parlamentario de Alcolea. Presentó, finalmente, la dimisión de Ayala como un homenaje de respeto a la Asamblea, para acabar diciendo que esperaba poder contar siempre con la ámiatad y aun con el concurso dé bien al Gobierno perteneció.
Podía Ayala haber guardado silencio, excusándose de dar las gracias por el elogio después del sacrificio. Y acaso debía, si en su monttensierismo fué sincero, recordar a Serrano que del destierro lo trajo en nombre de Montpensier. Pero lo que hizo fué decir que seguía unido al Ministerio del general y Duque, dispuesto a servirle como cuando desempeñaba en él una cartera.
Esto lo dijo con tanto fervor que hasta se excedió diciéndolo. Para presentarse tan revolucionario como el que más, aun cuando protestara contra los excesivos avances de la Revolución, quiso manifestar que no retrocedería. No; no se iría con los que ya empezaban a pensar con una restauración. "Cualesquiera que sean los azares del porvenir, yo no cometeré nunca la indignidad de buscar un refugio entre los escombros de lo caído." Tal frase pronunció en el calor del entusiasmo por lo que las Constituyente votaran.
No podía entonces suponerse que, si no Isabel II, su hijo el Príncipe Alfonso llegaría a reinar. Claro está que, de haber podido suponerlo, se hubiera guardado bien de lanzar tal frase. Pues "entre los escombros de lo caído" iba a buscar más que refugio, siendo ministro con Alfonso XII.
Pero a su debido tiempo hablaremos de las indignidades futuras de Ayala. Quedémonos ahora en la indignidad presente: en la que el ex ministro y ex montpensierista estaba cometiendo. Que era duplicada, ya que dejaba de defender la causa por que abogó, y hasta de defenderse él mismo, agraviado personalmente al abogar por aquella causa. Abandonando para siempre la candidatura de Montpensier, ofrecía incondicional apoyo al Gobierno que le arrojó de su lado.
Como diputado de las Constituyentes, ayudó desde entonces con su voto al general Serrano. Votó la Constitución, con el Regente que al país se daba, y votó a Amadeo de Saboya para Rey, hasta dejándose designar miembro de la Comisión que fué a Italia a ofrecer la corona. Más hubiera votado si más se le hubiera pedido que votase. Estaba dispuesto a, con una absoluta, completa y definitiva sumisión, hacer méritos para lograr cualquier cosa.
Y el Duque de la Torre hubiera querido dársela. Le estaba agradecido porque no le hubiese puesto en mal lugar recordándole ciertas cosas de la época prerrevolucionaria... Pero en política no podía ser aún. Dentro de las Cortes mismas que contra Ayala se habían alzado como un solo hombre, resultaba imposible. Por fortuna, el político fracasado tenía otra significación.
De nuevo sirvió a Ayala su doble personalidad. Aunque llevase varios años sin cultivar la literatura, podía recordarse que literato fué. El dramaturgo antes aplaudido era posible que cobrase el premio de los aplausos. E influyó el Gobierno, que siempre tuvo, tiene y tendrá la Academia bajo su dominio, para que Ayala fuese elegido académico. Era una compensación. ¿Justa? ¡ Oh, desde luego que justa, justísima!
Para ser ministro, Ayala se había hecho revolucionario. Y por no saber acompasarse al ritmo de la Revolución tuvo que dejar de ser ministro. Pero ya rectificaba su error, y al Gobierno revolucionario servía. Se arrastraba vencido. Y pues que a la Academia se llega, por lo general, a fuerza de arrastrarse...
Claro que ni la equivocación la tuvo en literatura esta vez, ni sus servicios retractadores los prestaba con la pluma. Más todavía; ya ni siquiera hablaba, con lo que la oratoria no le hacía limpiar, fijar, dar esplendor al lenguaje. No había vuelto a tomar la palabra en el Parlamento más que para decir "sí" y "no" cuando que votase se le pedía. Sin embargo, académico podía ser, aunque sólo fuese porque no podía ser otra cosa.
Y académico fué. ¡Inmortal! Se le eligió en la vacante de un político, D. Antonio Alcalá Galiano, para que no se dudase de que políticos eran el fracaso y las rastrerías que a la docta casa le llevaban. Pero Ayala quiso hacer creer que sus triunfos dramáticos eran los que le otorgaban la inmortalidad. Para ello, como de él se había dicho que reencarnaba a Calderón, con la gloria de Calderón hubo de cubrirse.
Ayala hizo su entrada en la Academia el 25 de marzo de 1870, y su discurso versó sobre el teatro de Calderón de la Barca, del que habló con el entusiasmo de la obra propia. Fué muy aplaudido por los asistentes y bastante elogiado par los periodistas amigos. No obstante, la animosidad que despertó en muchos periódicos el ex ministro de Ultramar con aquel discurso tremendo duraba aún y hubo sus críticas.
Pero odian atribuirse los regateos de mérito al autor dramático como influidos por la política. Aun cuando, precisamente, el influjo de la política era lo que encumbraba al retirado autor.
Con todo, en el camino de los puestos y honores estaba Ayala otra vez. Por él iría adelante dé nuevo, hasta donde había estado y aun más allá. Y, efectivamente, con su táctica, última llegó a coger la cartera de ministro por vez segunda.

Luís de Oteyza
Vidas Españolas e Hispano-Americanas del Siglo XIX

Madrid, 1932 

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Fonética y habla en Guadalcanal en los siglos XVI al XVIII (2/6)

Lamina 1
Segunda parte
Materiales documentales para la historia del Andaluz. Análisis filológico de textos Guadalcanalenses (1527-1783)

De sobras está señalar que éstos y los otros fenómenos dialectales que se verifican en esta habla local deben encuadrarse oportunamente dentro del conjunto de hablas meridionales, pero también deben ponerse en relación con las modalidades lingüísticas de las zonas colindantes; claro es, salvando el seseo, rasgo que distingue los hablares andaluces de los demás peninsulares, y que, por consiguiente, aleja al hablar guadalcanalense de los del resto de influencia leonesa.
4. Pues bien, los documentos que a continuación estudio evidencian que los fenómenos dialectales descritos en absoluto son recientes, sino que, muy al contrario, remontan cuando menos a principios del siglo XVI, demostrando que, a nivel fonético-fonológico, el estado de cosas apenas si se ha visto alterado en el transcurso de cuatro siglos, algo que han venido suponiendo maestros de la Filología Hispánica tan reconocidos como Don Rafael Lapesa. En su trabajo “Sobre el ceceo y el seseo andaluces”, el eminente investigador afirma, por decirlo sumariamente, que, tanto en Guadalcanal como en Cazalla de la Sierra —localidad vecina por el sur, también serrana y de la provincia de Sevilla— la neutralización de sibilantes en favor de /s/ es fenómeno ocurrido modernamente e importado de la dicción urbana de Sevilla, siendo así que fue la población nativa, antes distinguidora, la que adoptó la transformación de sibilantes no nacida allí” (6).
Desconozco los datos que han llevado al Profesor Lapesa a tales conclusiones. En todo caso, el aparato documental que ofrezco a continuación, extraído, como ya he dicho, de fuentes de primera mano, absolutamente originales e inéditas, y dignas de fiabilidad, procedentes de los archivos parroquiales, municipal y de protocolos notariales de Guadalcanal, así como también de fondos particulares -de todas ellas aporto muestras facsimilares en este trabajo-, todo este aparato documental, digo, nos  alecciona de modo bien distinto. Señalaré los casos de confusiones gráficas y seguidamente los comentaré de manera breve, pues son lo suficientemente elocuentes para hacernos ver el estado fonético-fonológico que había alcanzado el habla local ya a mediados del siglo XVI y en los años subsiguientes.

A. Casos de grafía s por ç, z y de z por
Lámina 2
a) De s por p, z
1527: “e hizo prensentaçion [sic] de un previllejo escrito en pergamjno de cuero con dos sellos de hoja de mjlan pendientes en vna synta de seda de color naranja firmada de siertos nombres”; Çisilia  “Sicilia” (tres veces); pascan “pazcan” “diego Mendes”. (7)
1541:”en la cayeja de la pontesuela”', “molino del asipres en la sierra de la breña”; “molino que llaman de el asipres”; “dotor galbes(8).
1541:”disiéndo que todauia a de conosçer de la d[ic]ha causa sobre que pidio conplimiento de justiçia» (9).
1563:”alonso hijo de alonso carreño y de su mujer ligitima [...] vesinos de san njculas del puerto” (10)
1578: “a  fran[çic]co Sanches de Esteuan sanches”; “Luis camacho vallesillo(11)
1579:""a Juan hijo de Juan gonçales y de su mujer ynes lopez” (12); “fue su padrino Gonçalo yanes i la partera la morisca” (13); “y de su muger ysabel yanes» (14); “y de su mujer beatris gonçales[...] Xpoual muños> (15)
“a Juan hijo de Juan lopes [...] y de su mujer m[ari]a Rodriges de sancha(16)
1586:”ciudad de badaxos”; catalina Melendes de Florensia hija de Sebastian Melendes de Florensia'"; Agustin de la crus” (dos veces);(17) “violante garsia”; li/s/encia; lisencia (cinco veces); li[s]cencia' (18); lisenciado (19). En este documento es realmente abrumador el número de confusiones de sibilantes. He dado algunos casos representativos. Otros podrían ser: Hernandes, Ximenes, Gomes, Rodrigues, Blasques, Blasquez, y un largo etcétera.
1596: "yo heronimo g[onçalels Rico tiniente de cura»; «y de Juana g[onçale]s su muger, fue su padrino g[onçal]o yanes Ramos y maria de galues su muger [...] y g[oncal]o yanes el moço” (20).
1597: ”heronimo g/onçale/ls Rico (...) y de anhela h[ernand]es difuntos”  (21)
1600: yo diego g[onçale]s gauilan presbitero con lisencia del cura [...] a melchor h[ernandles hijo de melchor h[ernandles y de mari g[onçalels difunta con maria R[odrlgue]s hija de fran[gis1co R[odriguels” (22).
1608: “fran[cis]co g[onçalels freyle; “fran[Qislco g[onçale]s el viego y la comadre beatris g[onçale]s la comadre”; y de maria Rodriges su muher”; “al[ons]o sanches y de marianez su muher fue su padrino xpoual lianes y la comadre (tachado): beatris g[onçale]s) maria de Chasbes”; “juan gomes el Perulero”; “cristoual de Montanches”; “con lisençia del cura”; “pedro sanches aljaja”; lienciaco [sic]; “xpoual de Orosco”; “beatris sanches”; “ana Lopes”; “Catalina rodríges; “juan Ximenes”; en dies de novienbre” (23).
1609:”yo Rodrigos yanes[...]'fran(çis)co bernandes y de m(ari)la rodriges su muher»; «rrodrigo yapes (...) juan gonçales de medina y de marianes su mujer'; «Fran(cis)co bernandes y de mayor ximenes su muher” (24).
1610: “y de su muher mari dias"; Juan butieres”; “Xpoual higo de francisco ximenes”; “fran[cis]co rodriges"; “xpoual de galues y diego dias; “en bentiycinco dias del mes de agosto de seiscientos y dies años” (25)
1633:"lo primero unas cassas principales que yo oi tengo en esta villa de Alanis con todo lo que les pertenece” ; “Iten sobre dies quartas de viñas”; “vesina ques de la uilla de Constantina [...I su tio defunto en Yndias y vesino que fue desta d[ic]ha villa”; “de una possa [poza] que me higo en la calera”; “que la dicha posesion se dio a la parte de doña agustina auila sobre querer deszir o desir anparada en la dote que llebo al tienpo»; serga `cerca'; Badajos Badajoz (26).

6 R. Lapesa, “Sobre el ceceo y el seseo andaluces”, artículo publicado en Estructuralismo e Historia, Miscelánea Homenaje a André Martinet, ed. por D. Catalán, Universidad de La Laguna, I, 1957, pp. 6794, e incluido luego como capítulo XIV en sus Estudios de historia lingüística española, Paraninfo, Madrid, 1985, pp. 249-266. Remito, especialmente, a las páginas 265-266 de esta última edición. La cursiva me pertenece
7 Archivo Municipal de Guadalcanal (citado AMG), Reales Provisiones, Pragmáticas, Sanciones, sign. 19, fols. ir, 2r, 3r-v.
8 AMG, Libro Becerro, sign. 105, fols. 67v, 78 r-v.
9 Ibíd., fol. 87v. En la transcripción, he señalado mediante corchetes las letras que he repuesto (que en original aparecen abreviadas), así como también las letras que en el texto figuran sustituidas por otras que se han trazado encima
10 Archivo Eclesiástico de Guadalcanal (citado AEG), Libro de Bautismos de la Iglesia de Santa María, fol. 9r.
11 AEG, Libro de Matrimonios de la Iglesia de Santa Ana, fols. Sr, 42r.
12 AEG, Libro de Bautismos de la Iglesia de Santa Ana, fol. 60r.
13 Ibíd. Vid. lám. I, ls. 10, 14.
14 Ibíd. Vid. lám. I, ls. 10, 14.
15 lbíd. Vid. lám. I, 1. 20. La grafía Xpoual, que aparece en ésta y en otras menciones documentales que aduzco a lo largo de este trabajo, es abreviatura del nombre de persona Cristóbal, usual en los documentos de la época.
16 1bíd. Vid. lám. I, ls. 23, 24.
17 AEG, Libro de Matrimonios de la Iglesia de Santa María, fols. 67r, 122v.
18 Ibíd., fols. 104v, 35v, 36r-v, 37r-v. En la última forma mencionada, li[s]cencia, la s tachada, que indico entre corchetes, puede leerse con toda claridad.
19 Ibíd., fol. 75v.
20 AEG, Matrimonios Santa María, fol. 54v. Vid. lám. III, texto 1, ls. 3, 9, 10.
21 AEG, Matrimonios Santa María, fol, 58r. Vid. lám. V, texto 2, ls. 3, 8.
22 Ibíd., fol. 85r. Vid. lám. III, texto 3, 1s. 2, 3, 9.
23 AEG, Bautismos Santa Ana, fols. 10r, 14r, 17r (véanse los textos 3, 4, 5 de la lám. V), 23r, 35v, 2r, 6r, 2v, 24r, 37v, 8v.
24 AEG, Bautismos Santa Ana, fols. 20r-v, 25v. Vid. lám VI, textos 1, 2, 3.
25 Ibíd., fols. 27, 33r, 39v. Vid. lám. VI, textos 4, 5, 6.
26 Archivo de Protocolos Notariales de Guadalcanal (citado APG), Libro Registro de Escrituras Públicas, que abarca desde 1633 a 163. Los folios a que corresponden estas citas son: 360v, 498r, 372r, 510r, 276r, 395r, 484r, 184r. Para el comentario de la expresión sobre querer dezir o desin.

Este trabajo fue redactado por vez primera en noviembre de 1986, y presentado para su edición en la revista Archivo Hispalense. Como al cabo de tres años se desestimara su publicación, por considerarse, únicamente aptos para la revista los trabajos de Historia, Literatura y  Arte, lo presenté como comunicación: al X
IX Simposio de la Sociedad Española de Lingüística (celebrado en Salamanca, los días 18 al 20 d diciembre de 1989) con el título inicial de "Andalucismos fonéticos en documentos inéditos locales de Guadalcanal (siglos XV, XVII y XVIII)", y se ha publicado un resumen del mismo en la Revista Español de Lingüística, año 20, fasc. 1 (1990), pp. 185-186 (conste que de las cacografías de la impresión no soy la responsable, por muy guadalcanalense que sea). Ahora, más de cuatro años después de la primera redacción del texto, por fin puede ver la luz, si bien ampliado con notas en las que añado las referencia bibliográficas de los estudios que en este tiempo he ido publicando, y en los que, de una manera u otra utilizo materiales citados aquí.
  
María Dolores Gordón Peral
Problemas y Métodos en el Análisis de Textos
Universidad de Sevilla 1992