By Joan Spínola -FOTORETOC-

By Joan Spínola -FOTORETOC-

Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



Mostrando entradas con la etiqueta Camino de Santiago. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Camino de Santiago. Mostrar todas las entradas

sábado, 12 de febrero de 2011

EL CAMINO DE SANTIAGO

SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA



Hace dos años tuve la suerte de realizar un tramo del Camino de Santiago, el que va de Ponferrada a la capital Compostelana. No lo hice como creyente, porque tengo la fe justa para pasar el día, sino como deportista, turista o curiosidad, tal vez, la verdad es que me impresionó observar el gran número de gente y de riqueza que puede acarrear una ciudad considerada Santa,  En este artículo muestro un breve estudio que he realizado para intentar ver cómo una leyenda del apóstol Santiago ha podido tener tanta repercusión en el pasado y en el presente de España y de Europa.

Según cuenta la tradición, en el Noroeste de Hispania, en la céltica Galicia, estuvo el Apóstol Santiago para predicar el Evangelio. En su andadura por tierras hispanas llegó hasta la desembocadura del río Ulla. Su labor en la Península gozó de poco éxito porque consiguió un escaso número de discípulos. Por lo tanto, decidió su vuelta a Jerusalén. Una vez hubo regresado a Palestina, en el año 44, fue torturado y decapitado por Herodes Agripa, y se prohibió su enterramiento. Sin embargo, sus discípulos trasladaron en secreto durante la noche su cuerpo hasta la orilla del mar. Depositaron el cuerpo del apóstol en un sepulcro de mármol en una barca que allí encontraron preparada para navegar, pero sin tripulación. Tras la travesía marítima llegó a la costa gallega y, remontando el río Ulla, arribó en el puerto romano de Iria Flavia, la capital de la Gallaecia romana. En aquellas tierras se enterraron los restos de Santiago, en un compostum o cementerio en el cercano bosque de Liberum Donum y se levantó un altar sobre el arca de mármol. Después de varias persecuciones y prohibiciones de visitar el lugar, cayó en el olvido.
Según cuenta la leyenda, en el año 813 un ermitaño llamado Pelagio divisó una noche el resplandor de una estrella sobre el bosque Libredón, en el obispado de Iria-Flavia. Comunicó su observación al obispo Teodomiro y el 25 de julio del año 814 se descubrió en la espesura una antigua capilla con un arca de mármol con los restos de Santiago. La razón de que el cuerpo se atribuyese al apóstol es porque Santiago es considerado el primer evangelizador de la península Ibérica. Alfonso II, el monarca asturiano, se trasladó en peregrinación al lugar y mandó construir la pequeña basílica de Antealtares y un monasterio encomendado a los benedictinos. El pequeño burgo empezó a crecer hasta convertirse en Compostela y, el 6 de mayo de 899, Alfonso III mandó edificar una basílica mayor que la anterior. Pronto se extendió por Europa la voz del descubrimiento de las reliquias del apóstol Santiago. En esta época, el culto a las reliquias se estaba convirtiendo en una obsesión en el continente. Se buscaban además aglutinantes que sirvieran para expulsar todos los males que se cernían sobre los territorios europeos, en especial el Islam. Tanto es así, que en diversas ocasiones se concebía la idea de que Santiago intervenía en numerosas ocasiones en la Reconquista de península Ibérica con los reyes cristianos. Los ejércitos combatían valerosos al grito de "Santiago y cierra España".Los fieles de los reinos peninsulares fueron los primeros en realizar peregrinaciones a este lugar. Sancho el Mayor de Navarra, en el siglo X, hizo mejoras en la ruta que iba con Santiago con el fin de proporcionar una mayor seguridad a los peregrinos. Construyó, entre otras cosas, las primeras hospederías y monasterios. A pesar de todo, la seguridad concluyó con las razzias de Almanzor, que llegó a alcanzar incluso la capital compostelana. Los primeros peregrinos franceses documentados los encontramos bien avanzado el siglo X. Concretamente, en el año 951, Gotescalco, el obispo de Puy, aparece registrado en un manuscrito de la abadía riojana de San Martín de Albelda. Es el primer testimonio de una peregrinación procedente de Francia. Por entonces, ya se podía hablar del llamado Camino Francés, desde el que se accedía al Camino de Santiago del norte peninsular por los accesos de Canfranc y de Roncesvalles, que se unían en Puente la Reina. En el siglo XI se produjo el gran apogeo de las peregrinaciones jacobeas, procedentes de todo el mundo conocido. Su auge queda reflejado en las numerosas hospederías, hospitales, monasterios y abadías que pone en marcha la Orden de Cluny, que aportó mayores comodidades a los peregrinos. En 1095, el obispo compostelano don Diego Gelmírez consiguió del papa Urbano II el traslado de la sede episcopal de Iria Flavia a Compostela y el ascenso a la categoría de "sede apostólica", al igual que Roma. Asimismo, fue el promotor de la construcción de la catedral que conocemos actualmente. Compostela, junto con Roma y Jerusalén, se convertiría en uno de los centros más importantes de peregrinación cristiana. En el siglo XII, se puso en marcha la Orden Militar de Santiago con el fin de defender a los viajeros de los problemas de inseguridad de la ruta, especialmente los bandoleros. Por otro lado, los peregrinos de una misma comarca marchaban en grupo para defenderse mejor de los peligros. Antes de partir, confiaban sus bienes a un monasterio y el abad entregaba al peregrino el bordón, la calabaza, el rosario y la escarcela. La peregrinación duraba el tiempo que los caminantes desearan. De igual forma, gozaban de una serie de privilegios cuya finalidad era el fomento de los viajes. El peregrino era respetado y protegido tanto por la sociedad como por las autoridades. Estaban exentos del pago de peajes, portazgos, pontazgos y cubiertos de la rapacidad de alcaldes, señores, mesoneros y ladrones.
El Camino de Santiago desempeñó un importante papel en la Edad Media. Propició un fluido intercambio cultural, espiritual, económico, artístico, político o institucional entre los reinos españoles y el resto de Europa. El arte románico en primer lugar y el gótico después penetraron en la Península gracias a esta vía. Asimismo, generó una ruta comercial de considerable importancia, atrayendo a buhoneros, mercaderes y artesanos.
Santiago de Compostela alcanzó su máximo esplendor en los s. XII y XIII, época en que se escribió el Códice Calixtino, la primera guía del peregrino. El Papa Calixto II concedió el “Jubileo Pleno del Año Santo” a la Iglesia Compostelana. Por su parte, Alejandro III lo declaró perpetuo, convirtiéndose Santiago de Compostela en una Ciudad Santa junto a Jerusalén y Roma. El Año Santo se celebraría cada vez que la festividad del Apóstol, el 25 de Julio, cayese en Domingo.
Tras las Edades Media y Moderna, el Camino va perdiendo importancia. No obstante, el Consejo de Europa ha reconocido su trascendencia histórica y artística confiriendo al Camino de Santiago la calificación de Itinerario Cultural Europeo en la Declaración de Santiago del 23 de abril de 1987. Asimismo, el gobierno autónomo gallego comenzó a potenciar, en el Año Santo Compostelano de 1993, su valor como recurso turístico, no sólo para el peregrino religioso. Lanzó la campaña del Xacobeo 93, restauró la ruta y mejoró las infraestructuras para los peregrinos. Logró la colaboración de todas las comunidades por las que transita el Camino. Desde entonces, hacer el recorrido a pie, en bicicleta o a caballo es un destino popular que reúne lo religioso, espiritual, deportivo, cultural y económico.


RAFAEL CANDELARIO REPISA

sábado, 27 de noviembre de 2010

TRAS LA ESTELA DEL APOSTOL

Camino de Santiago

En tiempos de Dante, los peregrinajes a la tumba de Santiago en Compostela sólo eran superados en número y prestigio por los realizados a Roma. Sin embargo el Poeta supremo opta por valorar mejor los realizados a Galicia, razonando que aunque en sentido amplio ambos son peregrinajes, santiago es el apóstol que reposa más lejos de su tierra y es el que convoca a los auténticos peregrinos. No era mala esa publicidad para una ruta turística que había de contribuir a la vertebración de Europa. Dante concluye que los peregrinajes son, ante todo, situaciones de educación, y que, por tanto, los caminos largos son los más enriquecedores.
Según la tradición Santiago –hermano de Juan Evangelista, hijo de Zebedeo el pescador y de Salomé-, tras predicar el Evangelio en España sin alcanzar gran audiencia, retornó a Jerusalén donde en el año 44 fue decapitado por orden de Herodes Agripa. Unos discípulos consiguieron embarcar su cuerpo hacia estas tierras, donde permaneció ignorado hasta que, a comienzos del siglo IX , se produce el hallazgo de su tumba, que desde entonces competirá con Jerusalén y Roma como lugar de destino de andaduras. Un siglo antes de que Dante dejara en su Vita Nuova aquella apología del peregrinaje a Galicia, ya se había escrito la primera guía turística de la Historia, con su mapa incluido. Forma parte del Liber Sancti Jacobi,un compendio de escritos relativos a Santiago y al camino de peregrinación que, aunque redactado en distintos tiempos, estaba ya reunido a mediados del siglo XII. El manuscrito más notable correspondiente a ese libro es el Códice Calixtino.
La consigna del peregrinaje a la tumba del Apóstol en Galicia se concreta precisamente en el capítulo I del Libro IV de ese Códice, donde se narra la visión del emperador Carlomagno (742-814): “Y en seguida vio en el cielo un camino de estrellas que empezaba en el mar de Frisia y, extendiéndose entre Alemania e Italia, entre Galia y Aquitania, pasaba directamente por Gascuña, Vasconia, Navarra y España hasta Galicia, en donde entonces se ocultaba, desconocido, el cuerpo de Santiago”.En una aparición a Carlomagno, Santiago le aclara: “El camino de estrellas que viste en el cielo significa que desde estas tierras hasta Galicia has de ir con un gran ejército a combatir a las pérfidas gentes paganas, y a liberar mi camino y mi tierra, y a visitar mi basílica y sarcófago. Y después de ti irán allí peregrinando todos los pueblos, de mar a mar, pidiendo el perdón de sus pecados y pregonando las alabanzas del Señor, sus virtudes y las maravillas que obró” (Codex Calixtinus, folio 162).


La Vía Láctea y el Camino de Santiago.-
En un día de verano, antes de que comience el amanecer, si gozamos de un cielo oscuro, sin nubes y sin Luna, puede verse una llamativa singularidad entre las estrellas de la noche: la Vía Láctea forma un arco luminoso que recorre el firmamento de Este a Oeste. Es un espectáculo que fue románticamente descrito por el astrónomo Camille Flammarion (1842-1925) con estas palabras: “Un extenso rastro blanquecino se eleva como un arco aéreo a través de la bóveda estrellada; en él se descubren irregularidades caprichosas: aquí, corre como un río celeste en un lecho angosto y monótono; allí, se divide en dos brazos que quieren separarse el uno del otro; más lejos, parece desgarrarse en pedazos, como un vellón ligero cardado por los vientos del cielo.”Aquel “extenso rastro blanquecino” que cruza el firmamento había comenzado a llamarse también Camino de Santiago y habría de sugerir durante siglos para muchos peregrinos, de todos los credos y culturas, un camino. Aunque debemos aclarar desde un principio que no puede utilizarse como referencia, dado que su orientación va cambiando a lo largo de la noche, al igual que su posición es diferente a una hora determinada si la miramos en distintas épocas del año.
Hace ahora 400 años que el incomparable Galileo Galilei descubrió que la Vía Láctea no es más que un conglomerado impresionante de estrellas, poniendo realidad científica en donde antes sólo había fantasías y especulaciones. En lo que respecta a nuestras ideas sobre la naturaleza de aquel camino celeste, y al lado de los mitos que existen en todas las culturas, lo cierto es que hasta comienzos del siglo XVII prevalecieron las propuestas de Aristóteles, que sobre el particular no eran lo que se dice especialmente brillantes.
El filósofo estagirita pensaba que la Vía Láctea estaba formada por una sustancia aérea caliente y seca, similar al gas de los pantanos, que sube hasta cerca de la esfera de las estrellas fijas, donde entra en incandescencia. Para justificar el que semejante nube gaseosa, de origen terrestre, se encuentre en medio de los espacios celestes, pueda tener forma irregular pero constante, y no consumirse, Aristóteles tuvo que forzar artificialmente su lógica y mezclar con desparpajo elementos físicos y metafísicos. La cultura popular habría de echar forzosamente mano de los mitos.


Un río de leche.-
Para la tradición griega clásica, nuestro Camino de Santiago celeste había sido un río de leche. La leyenda que da calificativo oficial a esa banda blanquecina –Vía Láctea, Milky Way, Voie lactée– nace en una de las aventuras de Zeus, un dios al que como sabemos le gustaban especialmente las mujeres mortales. En esta ocasión visitó a Alcmena, la esposa de Anfitrión, haciéndose pasar por su marido, y como fruto de aquel encuentro nació Heracles, que sería Hércules en la versión romana.
Para que el pequeño adquiriese la inmortalidad fue colocado a los pechos de la diosa Hera, esposa y hermana de Zeus, mientras ella dormía, y el niño succionó con tal fruición que adquirió la fortaleza que luego harían posibles las hazañas que le hicieron famoso. Pero Hera tenía celos de la madre del niño, y al despertar y darse cuenta de lo que sucedía alejó a Heracles de su pecho, con lo que su leche se derramó por el cielo. Ésta es la versión que ha dejado en nuestra cultura el adjetivo de “láctea” para esa vía o camino que vemos en el cielo de la noche, y también proporciona un origen para la palabra “galaxia”.Los astros están desde siempre vinculados a los viajes. No olvidemos que la palabra “desastre” significa “sin ayuda de los astros”, expresión que, entre otras interpretaciones, representa la adversidad que puede suponer para un viajero el no poder orientarse en su camino si no ve las estrellas. De este modo no resulta nada extraño llamar vía o camino a esa banda blanquecina. De hecho, existen otras varias denominaciones en esa clave y, por ejemplo, en algunos países del Asia oriental, se le conoce como el Camino del Elefante Blanco, y para muchos tártaros musulmanes se trata del Camino a la Meca.
Como queda dicho, desde el siglo XII, entre nosotros se ha popularizado el nombre de Camino de Santiago, denominación que creo extendida de manera general, al menos por España y Francia. Claro que siempre hay alguna anecdótica excepción: hace años descubrí que en la zona de Cedeira (Coruña) había personas que conocían a la Vía Láctea con el nombre de Camiño de San Andrés. Parece que la rivalidad entre los peregrinajes a Compostela y San Andrés de Teixido, sean de muertos o de vivos, se extiende también a este aspecto. Está claro que puede tratarse de un camino, aunque al variar de orientación no se sepa exactamente a dónde conduce. En nuestra tradición, el llamar camino a la Vía Láctea tendrá como principal objeto recordar el sentido religioso del peregrinaje y crear un símbolo entre las estrellas, más que disponer de un instrumento de orientación. Por encima del posible valor icónico de la banda lechosa está el valor simbólico.
Esa idea nos permite dejar a un lado las consideraciones astrológicas y los esfuerzos miméticos –que están presentes en la redacción del Códice Calixtino cuando habla del tema– y hacer, por ejemplo, una lectura puramente religiosa. Evidentemente hay una idea cristiana del Camino, que se apoya sobre todo en el evangelista Lucas, quien lo construye en dos momentos: primero de Galilea a Jerusalén (Evangelio de Lucas 9,51), pero sin olvidar luego la misión de continuar hasta el confín de la Tierra (Hechos de los Apóstoles 1,8).
A la vista de la variedad de peregrinos, de sus lenguas y orígenes, de sus motivaciones, de sus expresiones artísticas y literarias, de sus manifestaciones y de sus historias personales y colectivas resulta sugerente pensar que ese caminar en realidad nos lleva a seguir al viejo Sol, que es quien sabe mejor que nadie dónde está el más allá. Plus ultra. Es verdaderamente difícil diferenciar, por un lado, el recorrido religioso de las peregrinaciones a Santiago y, por otro, la vía iniciática que se prolonga hasta un poco más allá de Compostela, hasta la Costa da Morte, el lugar donde “muere el Sol” en su fusión con el océano; es el Finis Terrae.


Las leyendas del camino.-
Desde luego no faltan leyendas que unan ambos caminos y enlacen elementos míticos presentes en Galicia, como la relación de la villa de Noia con Noé y de su Arca con Argo navis, gran constelación en la Vía Láctea que cuando está baja en el horizonte, tocando el mar, permite soñar en seguir con ella por el cielo el camino que sobre la tierra ha tocado a su fin. El mito quiere también que aquel propio Hércules que fue separado de los pechos de Juno al formarse la Vía Láctea, construyese en La Coruña una torre que sirve para señalar uno de los confines del mundo.
El peregrinaje a Compostela recorre el mismo camino que marca el Sol. La costumbre de los peregrinos de recoger conchas marinas al llegar a la costa, de la que nos habla el Libro III del Liber Sancti Jacobi, ratifica que el final de los peregrinajes estaba al llegar al océano. Al final del camino está la mar.
Desde que Galileo desveló con su primitivo telescopio la identidad del celeste Camino de Santiago, la ciencia ha recorrido un largo sendero. Esta milenaria ruta científica nos ha llevado a descubrir que la Vía Láctea es, en realidad, la galaxia a la que pertenece nuestro Sistema Solar, junto con todas las demás estrellas que vemos a simple vista y con unos 200.000 millones más.
Hoy en día ya podemos afirmar que la banda lechosa es, simplemente, la visión de ese conglomerado estelar desde dentro, en la dirección del plano donde hay más estrellas. Nuestra Galaxia tiene forma de disco achatado, con dos brazos espirales y gira a una velocidad enorme. Al parecer, los caminos terrestres no tenían correspondencia alguna en el cielo; pero sin duda, nosotros seguiremos caminando.


Fuentes.- Revista Muy Interesante
Rafael Spínola R.

lunes, 16 de noviembre de 2009

CAMINO DE SANTIAGO 7ª ETEPA



UN GUADALCANALENSE EN EL CAMINO DE SANTIAGO

Última Etapa San Paio a Santiago de Compostela 12 km.




Nos levantamos a las 7 de la mañana a toque de diana y después de un breve desayuno ofrecido por el Conceillo de la parroquia nos ponemos en marcha, no llueve pero lo ha hecho casi toda la noche y el camino esta embarrado, pero según avanzamos empieza a nublarse y amenaza lluvia de nuevo, vamos alternando el camino con la carretera, ya que las obras que hay nos impiden seguir muchas veces por el camino, no se de donde hemos salido tantos peregrinos para las fechas que estamos, es curioso, nos volvemos a encontrar gente que habíamos dejado atrás durante el camino o al revés.
Llegamos al cruce de Villamaior y tenemos dos opciones para seguir, pero ambas son paralelas a la carretera y así ocurrirá hasta que llegamos a Santiago (cosas de la civilización), empieza a llover ligeramente y continuamos has llegar al Monte do Gozo, donde queremos hacer la parada para reponer fuerzas y agruparnos y llegar el mayor número posible de peregrinos a Santiago.
Paramos al pié del Monumento conmemorativo de la visita de Juan Pablo I a Santiago, paramos a almorzar y calculamos que los apenas 5 kms. que nos quedan los podemos hacer en una hora y media a un ritmo normal, desde aquí ya se ven las primeras edificaciones de las afueras de Santiago y los polígonos industriales.Dejamos la Alameda a un lado y vemos las primeras edificaciones de santiago, subimos el último repecho y oímos las campanas de las muchas iglesias de Santiago que nos indican que son las once de la mañana.Por fin divisamos Santiago después de haber dejado atrás más de 200 kms. y ganas de abandonar a veces, pero creo que la satisfacción personal compensa el cansancio y el desanimo, sobre todo de las últimas etapas, cogemos la Avenida de los Concheiros y empieza a llover de nuevo, es increíble los cambio de humor que tiene el tiempo en estas tierras.Llegamos al Crucero de San Pedro que según nos indica un cartel es el último que se encontrará el caminante antes de divisar la Catedral, la calzada poco a poco nos va acercando a la Catedral, cogemos la calles San Pedro,  Puerta del Camino,  Casas Reales, Acebicheria  y  Vía Sacra.
Por fin llegamos a llegamos a la Plaza de San Martín y la Catedral ante nuestra vista de frente la Catedral, la primera visita es a la Casa de Acogida del Peregrino, situada a la izquierda de la izquierda de la Catedral, allí nos dan la acogida y nos ponen el sello de fin del Camino, nos informan sobre las actividades diarias, primero misa del peregrino a las doce treinta, después podemos ducharnos y cambiarnos de ropas, a las 14,00 horas es la comida del peregrino.
Entramos como marca la tradición por la Puerta del Peregrino que se abre justamente cinco minutos antes de que empiece la misa, entramos en la Oficina de Peregrinación de la Catedral , nos recibe un cura octogenario y nos inscribimos en el libro de Peregrinos, igualmente nos comenta que hemos tenido suerte, es miércoles y funcionara el botafumeiro.

Es impresionante la misa del peregrino, aun cuando unos puedan creer y otros no en estas cosas, pues aquí hay peregrinos de diferentes países, razas y religiones, pero lo que no cave duda es que después de hacer el Camino, unos por creencias, otros por devoción o por simple curiosidad como es mi caso, la paz interior que se siente es grande y cierta emoción invade el corazón.


Pueblos y aldeas visitadas.- Labacolla, Villamaior, San Marcos, Monte do Gozo y Santiago de Compostela.


Finalmente, a las 10,30 de la noche del día 21 de Octubre del 2008, después de siete días en los que he pasado momento muy buenos y otros con la amenaza interior de abandonar, cojo el autobús dirección Logroño y me alejo de tantos recuerdos y amigos, haciéndome varías reflexiones y preguntas, una vez terminado el camino, y recordando la pregunta que me hizo el viejo sacerdote cuando me entregó la Compostelana, ¿Y Vd. si no hace el camino por promesa, peregrinación o turismo a qué viene a Santiago?, esa misma pregunta me la he repetido yo muchas veces en el camino, tal vez por que lo necesitaba mi corazón, le contesté.

  

Quedan en mi memoria y en mi corazón para siempre: Ana, Laura y Jorge (enfermeros de profesión y de devoción), Pepe “El Habichuela”, como el mismo se identificaba un Jienense con 72 años y mucha marcha, José Fran, María, Ima y Alberto, todo ellos trabajadores de Hospital Universitario de Getafe, Gorka y Peio de Mundaca, Albert y Nathalie de Aquitanía (Francia) y otros que me dejo en el archivo del recuerdo.


RAFAEL CANDELARIO REPISA

viernes, 13 de noviembre de 2009

CAMINO DE SANTIAGO 6ª ETAPA

UN GUADALCANALENSE EN EL CAMINO DE SANTIAGO

6ª Etapa Portela-San Paio 29 km.


A poco mas de cuatro Km. de la salida entramos en la preciosa villa de Arzúa  llegamos a parroquia de Pegontuño,  hay dos opciones, seguir por el camino original o por la carretera, el camino es mas corto pero nos comentan que con lo que llueve encontraremos mucho barro y será mas difícil que por la carretera, un así   dicen que transcurre por bosques de castaños y hayas y es precioso, tomamos la opción de la mayoría y continuamos por el camino, el barro nos llega hasta los tobillos en algunos tramos.

Llegamos a Salceda después de 14 kms. De la salida y hacemos una parada para descansar y reponer fuerzas, nos unimos a un grupo de peregrinos franceses que hacia varias jornadas que no veíamos,  compartimos un rato de experiencias, charlas y viandas,  proseguimos todos juntos para darnos ánimos y ver hasta donde llegan hoy las fuerzas, nuestro próximo objetivo es el alto de Santa Irene, empieza a llover nuevamente.

Llegamos a Salceda después de 14 kms. De la salida y hacemos una parada para descansar y reponer fuerzas, nos unimos a un grupo de peregrinos franceses que hacia varias jornadas que no veíamos,  compartimos un rato de experiencias, charlas y viandas,  proseguimos todos juntos para darnos ánimos y ver hasta donde llegan hoy las fuerzas, nuestro próximo objetivo es el alto de Santa Irene, empieza a llover nuevamente.
Una vez agrupados, en en el mojon del kilómetro 30 consultamos el mapa y decidimos terminar la etapa en San Paio, así nos quedaran uno 12 kms. para mañana y llegar a Santiago antes de las doce de la mañana, nos comentan en el centro de información del peregrino de Santa Irene, que a partir de aquí hay muchos albergues y refugios y que aun cuando vamos cada vez mas grupo, no tendremos problema para quedarnos.
El camino se normaliza y no llueve, continuamos por la ruta primitiva bordeando la carretera hasta llegar a San Antón, allí nos incorporamos nuevamente al camino primitivo, pues parece que hay menos barro y nos dicen que es mucho más bonito y menos peligroso, el que traíamos iba paralelo a la carretera nacional con mucho tráfico y constantes cruces. 



Pueblos y aldeas que hemos cruzado en esta etapa.- Ribadiso da Baixo, Arzúa, Peñungoto, Calzada Boabista, Salceda, Ras, Brea, Alto de Santa Irene, Santa Irene Perouzo, San Antón, Arenal, Cimadevilla y San Paio.


RAFAEL CANDELARIO REPISA

jueves, 5 de noviembre de 2009

CAMINO DE SANTIAGO 5ª ETAPA

UN GUADALCANALENSE EN EL CAMINO DE SANTIAGO

5ª Etapa de Portomarín a Portela (35 km.)






A las seis  de la mañana empieza “el movimiento”, los peregrinos comienzan a levantarse y hacer ruido preparando las mochilas,  llega Elisa (la hospitalaria) y nos prepara café y te para todos, a las 6,45 emprendemos el camino, como casi siempre de noche, poco después amanece y el cielo se ve limpio  y el día parece claro, después de media hora cambia el tiempo y baja la niebla, nos dirigimos a Gonzar,  está a algo más de siete kilómetros y nos dicen que el camino es casi llano, claro que andamos un poco mosqueado, porque para los habitantes de estas tierras la frase de “casi llano” es la mejor forma de darnos ánimos para seguir, siempre que preguntamos nos dicen lo mismo y luego nos encontramos bajadas y subidas continuas.

Llegamos a Gonzar algo cansados pues la etapa que nos espera es larga y hemos traído mucho ritmo en estos primeros kilómetros, con muchos desniveles y bastante asfalto que cansa mas que el camino de tierra, se nota que nos estamos acercando a Santiago, los diferentes caminos se van juntando y cada vez hay mas peregrinos en los albergues, nuevamente tenemos un reagrupamiento de gente que habíamos dejado atrás o que nos habían dejado a nosotros, nos marcamos como objetivo para almorzar llegar a Hospital de la Cruz, desde allí nos marcaremos el final de la etapa y el resto del camino hasta llegar a Santiago.
En principio nos marcamos llegar hasta Melide, y así dividir los últimos cincuenta Km. en dos etapas una más larga hasta el albergue de Santa Irene y al siguiente día solo nos quedarían dieciséis km., que si madrugamos como todos los días los podemos hacer para llegar antes de las doce a la Catedral de Santiago  e inscribirnos en la Misa del peregrino, el camino es ahora si “casi llano” y bastante seco.

Hacemos la primera parada en el Cruceiro de Lameiros, según dice la tradición el peregrino que llega a este lugar y reza una oración llega a Santiago sin dolor en los pies y con la mente limpia, yo no rezo ninguna oración, hace tanto que no lo hago que seria imposible completar alguna, pero si a mi manera guardo silencio y reflexiono sobre lo ocurrido desde que salí de mi casa para emprender esta empresa; continuamos algunos km. mas para hacer ganas de almorzar, aligerando nuevamente el paso, pues ahora llueve bastante y aprovechamos el camino llano y el asfalto.
Llegamos al mojón de los 70 Km. y nos encontramos con una furgoneta del Concejo de Furelos, trae termos con café y varias cajas de manzana y nos ofrece un café y una bolsa de manzanas y castañas a cada uno, nos comenta que estamos cerca de  Ligonde, allí podremos almorzar y llenar las cantimploras de agua, pues después no encontraremos fuentes potables hasta Palas del Rei. 
Seguimos por la carretera hasta Ligonde, nos llama la atención la cantidad de casas señoriales o de “indianos” que hay con escudos de familia en la fachada y el “Cementerio del Peregrino” que hay a la salida, la curiosidad nos invade y decidimos entrar una placa dice en gallego y castellanos: “En este lugar de  transito tubo lugar el último óbito  fue en el año del Señor de 1906, reinando Alfonso XIII en el conjunto de las Empañas”, lo que nos reconforta y nos hace pensar que nadie muere en el intento de hacer el camino, al menos por estas tierras.
Hacemos un descanso en el albergue de Palas de Rei y nos comenta la Hospitalera que hoy hay comida especial gallega a base de hoya de lacón con grelos y otras viandas por un modesto precio (la voluntad), nos acoplamos en una larga mesa junto con un grupo de peregrinos holandeses, esto hace que la sobremesa sea breve ya que se hace difícil entendernos, algunos hablan inglés y otros francés, por nuestra parte, unos entienden idiomas y otros nos comunicamos por señas como los indios, así que aun cuando ya son más de las tres de la tarde y el tiempo amenaza nuevamente lluvia, decidimos hacer los 15 Km. que nos quedan hasta Melide y pasar allí la noche.
A la salida de Palas del Rei nos encontramos con el resto del grupo que durmieron en el albergue anterior de Brea y habían madrugado más que nosotros, nos encontramos con el castillo de Pambre, según reza en la portada es un ejemplo de la mejor conservada arquitectura militar medieval en Galicia y su primer morador fue Gonzalo Ozores de Ulloa allá por el año 1375, seguimos el camino antiguo paralelo al río Pambre y el valle del mismo nombre.


Son casi las cinco de la tarde, hacemos una parada en Furelos, nos encontramos un precioso pueblo, después de cruzar un magnifico Puente Romano por el que transcurre el camino principal, a la entrada nos detiene un cura anciano muy amable llamado Mosen Cirilo que se encontraba a las puertas de su parroquia.
Entramos en la  pequeña parroquia, presidida por una precioso arco, al fondo el altar mayor y a la derecha un curioso Cristo que según nos explica el párroco es el único que hay en el mundo de sus características y que solo existe una copia casi exacta en el Museo del Vaticano, pero que solo es una copia, el original esta en esta pequeña aldea de Galicia.

El Cristo de Furelos tiene un brazo desclavado de la cruz ofreciendo su mano para levantar al que ha caído en pecado ayudándole a recuperar su anterior estado de gracia, nos explica el párroco, nos convence para oír la misa del peregrino y nos ofrece la casa parroquial para descansar y comer, aceptamos y después de una hora y medía continuamos el camino.  

Seguimos caminando y nos aproximamos a Melide, cruzamos el puente Romano y nos encontramos una bonita población de origen prerromano, en la entrada a la población nos encontramos Hospital del Peregrino que según reza en su fachada es el más antiguo y mejor conservado del camino francés, nos reciben y nos atienden de maravilla, incluso hay un ATS que nos da consejos para poder continuar el camino que nos queda y cura algunas “heridas del camino”, pues los pies empiezan a notar el esfuerzo en muchos de nosotros.
En mitad de Melide encontramos el Crucero de San Roque, lugar donde se unen el Camino Francés con la ruta costera que procede de los diferentes caminos del norte, País Vasco, Cantabria y Asturias, se empieza a notar la proximidad de Santiago y los cruces de caminos, pues cada vez es mayor el número de peregrinos que nos encontramos, las fuerzas empiezan a fallar y nos dirigimos al albergue por una calle empedrada y edificios medievales.


Llegamos al albergue y nos encontramos el primer problema de alojamiento serio desde que empezamos el camino, a pesar de contar con más de 130 plazas, están todas ocupadas, nos ofrecen quedarnos en el salón común, pero hay que quedarse en el saco de dormir en el suelo y tener que esperar hasta las doce de la noche que se cierran las puertas y se apaga la luz, finalmente decidimos darnos una ducha reparadora y seguir el camino hasta Portela, pues nos comentan que aun cuando quedan unos ocho kms. de camino bastante llano y allí seguro que podemos dormir.

A tres kms nos encontramos una zona de descanso y cogemos agua en una cascada de aguas cristalinas, hay un monolito y con una lectura curiosa: “Si es el Dios el que os mueve, peregrino, o es el arte, la historia o poesía, este punto seria el principio y el final del camino; mas si tú corazón seguir adelante anhela, adelante peregrino, que el cielo de Galicia te protege y el camino que te espera es corto y satisfacción del camino tu recompensa”.


Pueblos y aldeas recorridos.- Gonzar, Castromaior, Hospital de la Cruz, Ventas de Narón, Eirexe, Lestedo, Valos, Avenostre, Palas del Rei, San Xulian, Pontecampaña, Leboreiro, Furelos, Melide, Boante, Castañeda y Portela.


RAFAEL CANDELARIO PREPISA

sábado, 31 de octubre de 2009

CAMINO DE SANTIAGO 4ª ETAPA

UN GUADALCANALENSE EN EL CAMINO DE SANTIAGO

4ª Etapa Monasterio de Samos -Portomarín ( distancia 28 km.)

Nos levantamos la mayoría a oír las maitines, durante media hora estuvimos oyendo unos maravillosos cantos gregorianos desde el coro que hay al fondo de la capilla, separado de los monjes por una gruesa reja y en un silencio impresionante, después de desayunar abandonamos el Monasterio cuando aun era de noche oscuro, volví la vista atrás e hice una fotografía del Monasterio iluminado.Continuamos el camino para hacer el primer tramo hasta Sarria y comprar provisiones, cogimos una senda alternativa para adelantar, la niebla de nuevo nos amenazaba según bajábamos al valle y nos adentramos por un pequeño páramo que no se parecía nada al paisaje del día anterior para salir nuevamente al camino primitivo en la aldea de Pintín e evitar el alto de Río cabo, que nos han comentado que es bastante duro.

Cruzamos el puente sobre el río Sarria y subimos la escalinata de los penitentes para adentrarnos el pueblo, era demasiado pronto para que las tiendas estuviesen abiertas, continuamos algo mas de un Km. por el alcen de la carretera y nos adentramos nuevamente en el camino primitivo, dejando atrás las impresionantes imágenes de un pueblo muy cuidado y bonito, nuevamente los bosques de hayas, pinos y robles nos acompañan y nos dan sombra, el día es completamente distinto a los anteriores y empieza a calentarnos un sol que se agradece.

A unos dos Km. cruzamos el río Celeiro por un puente romano lleno de encanto y el camino se habría nuevamente hacia una pradera con abundantes campos de labranza y vacas diseminadas por el campo, el sol empezaba a apretar y tuvimos que aligerar algo de ropa, nos encontramos con un grupo de holandeses que no veíamos desde Villafranca del Bierzo, era gente bastante mayor y bien equipada, nos comentaron que llevaban un autobús de apoyo que les servía para descansar y para aligerar peso, después de un breve descanso continuamos el camino todos juntos hasta Barbaledo.

En la entrada de Barbaledo se encontraba el albergue de la Xunta, hacemos un breve descanso para almorzar y compramos fruta, galletas y pan para los bocadillos en la pequeña tienda que había al lado y continuamos el camino, nuevamente se corta el camino primitivo y continuamos por asfalto, un mojón en el Km. 104 y un mapa de cerámica nos indica que hay dos caminos alternativos para llegar a Porto Marín, uno paralelo a la carretera el más largo pero aconsejable, otro mas corto y más vello que se adentra por pequeñas aldeas y núcleo de casas aisladas, cogemos el segundo.

La verdad no nos ha defraudado la elección, nos hemos adentrado en la Galicia “profunda”, unos paisajes y aldeas que parecen anclado en la edad media, pasamos por le mojón de los cien Km. lo que nos da consuelo y nos indica que nos queda lo peor, las fuerzas empiezan a decaer pero animo sigue en pie llenamos las botellas en una fuente en forma de enorme concha y continuamos.




Pasamos Ferreiros, nos paramos con un aldeano que nos da una breve explicación de su aldea, nos comenta que el nombre se lo pusieron ¿los romanos?, ya que era un asentamiento de herreros que prestaban sus servicios a las caballerías de caminantes, y nos lleva hasta la Iglesia para que veamos que es verdad lo de “los romanos” porque el pórtico de la iglesia es de esa época.





Dejamos al aldeano que nos ha entretenido casi media hora con sus historias de caminantes y personas “extrañas” que ha conocido pasar por su aldea en casi noventa años y continuamos, según la guía nos quedan nueve kilómetros para llegar al Porto Marín, como hemos almorzado bien, acordamos no hacer mas paradas, y si al llegar seguimos con fuerza, continuaremos hasta Gonzar que nos han comentado que hay un buen albergue.




Por fin llegamos a Porto Marín, cruzamos el puente sobre el Miño y continuamos por un camino perfectamente asfaltado y bien señalizado cruzamos primero por un polígono industrial y luego por un inmenso parque bordeando el pueblo, paramos en una especie de refugio municipal, a este albergue se accede por un puente que curiosamente hay que alcanzar, no sin antes sortear los coches de una carretera bastante transitada, merece la pena las vistas desde allí son muy interesantes y nos acogen bien, finalmente damos por finalizada aquí la etapa ya que la tarde amenaza lluvia y  nos comentan que el próximo albergue está en Gonzar y nos quedan pocas fuerzas.
Pueblos y aldeas de esta etapa.-Furela, Pintin, Calvor, Aguiada, Sarria, Barbaledo, Rente, Peruscallo, Cortiñas, Brea, Ferreiros, Mirallos, Rozas, Mercadoiro, Parrocha, Vilachá y Porto Marín.

sábado, 24 de octubre de 2009

CAMINO DE SANTIAGO 3ª ETAPA

UN GUADALCANALENSE EN EL CAMINO DE SANTIAGO
3ª Etapa O Cebreiro-Monasterio de Samos (Total etapa 28 Km.)
Hoy nos hemos levantado un poco mas tarde, a las 7,30 de la mañana, ya que durante toda la noche ha estado lloviendo y con una tormenta de rayos y truenos que asustaban, finalmente, después de desayunar en la cocina del albergue, iniciamos el camino, queremos terminar en el Monasterio de Samos o en Sarria, dependiendo de las fuerzas y de las inclemencias climatologiítas, ya sabemos por experiencia que si ahora tenemos los primeros rayos del sol y el cielo casi completamente raso, esto puede cambiar en diez minutos.
Comenzamos una bajada bordeando la montaña para llegar a Hospital de la Condesa, lugar que paramos para hacer un breve descanso y almorzar, pues tenemos que comenzar la subida al alto del Poio por un sendero abrupto pero de gran vegetación y encanto, por donde empezamos nuevamente a dejar atras peregrinos y otros que naturalmente nos adelantan, formándose una curiosa hilera, por este camino nos encontramos bastantes vacas sueltas que parecen “no tener dueño”.
Tomamos un camino bordeando la montaña para llegar a Hospital de la Condesa, lugar donde hacemos un breve descanso y almorzarmos, pues tenemos que comenzar la subida al alto del Poio por un sendero abrupto pero de gran vegetación y encanto, por donde empezamos nuevamente a dejar atras peregrino y otros que naturalmente nos adelantan, formándose una curiosa hilera, por este camino nos encontramos bastantes vacas sueltas que parecen “no tener dueño”.
Pasamos el Alto de San Roque (1270 metros de altitud) y llegamos al Alto do Poio que con una altitud de 1300 metros nos comentan y leemos en las guías que es el punto mas alto de todo el camino, abandonamos la senda y seguimos durante diez o quince minutos por un camino paralelo a la carretera LU-634, depues de diez o quince minutos abandonamos nuevamente la carretera y cogemos la senda, pasamos Fonfria y nos marcamos llegar a comer a Triacastela y allí decidir se terminamos la etapa en Samos o en Sarria.
Durante cuatro o cinco kilómetros parece que el camino nos favorece, hay rampas y subidas pero poco prolongadas, lo que nos hace recuperar bastante tiempo y empezamos a agruparnos nuevamente y encontrar a gente que no veíamos en dos o tres días, bien porque iban mas rápido que nosotros o habían preferido hacer las dos últimas etapas por carretera, algo mas largo en kilómetros pero mucho mas suave que por los senderos originales que nosotros hemos elegido. Hacemos un descanso de esta muy larga etapa, y precisamente su longitud no es una de sus mayores dificultades. El perfil es irregular, pero el paso por los altos de San Roque y Poio no ha supuesto mucha complicación, en cambio, el descenso a Triacastela es más duro, porque hay tramos de camino malo, aparece nuevamente la lluvia y además no hay apenas vegetación.
Pasamos el precioso valle de Filloval y comenzamos una nueva y dura subida hasta As Pasantes, con una curiosa ermita que se introduce en el monte con una gruta llena de nichos alumbrados por pequeñas velas que los peregrinos encienden al pasar y da un ambiente un poco siniestro, nos encontramos un pequeño grupo de casas de piedra con aspecto de abandono, pero un cartel en castellano y en gallego a la entrada nos advierte: Peregrino estas casas tienen dueño, en este momento tú que lo esta leyendo, utiliza su servicios, muebles y enseres, pero que todo quede como lo encontraste, el patrón vigila.
Por fin llegamos a las 13,15 horas a Triacastela, un pueblo algo más grande que los anteriores o como le llaman en la zona parroquia principal, paramos a comer y a descansar en el albergue de la Xunta y el hospitalario nos aconseja que sigamos el camino por la carretera hacia el Monasterio de Samos, el camino va paralelo a la carretera y no es tan bonito como el antiguo camino que llega hasta Sarria, pero que merece la pena hacer noche en el Monasterio Benedictino. Triacastela, la ciudad de los tres castillos (de los que no encontramos ni rastro), fue fundada por el conde Gatón del Bierzo en el siglo IX. En el interior de la iglesia parroquial barroca de Santiago del siglo XVIII, aunque también muestra hechuras románicas, hay una imagen del apóstol, patrono de la villa, y un retablo plateresco.
Tal y como nos han comentado el camino hacia Samos tiene poco interés, transcurre por un valle y un camino asfaltado paralelo a la carretera y durante diez kilómetros apenas nos encontramos alguna pequeña aldea o casas aisladas por el campo, pero el camino es casi llano y avanzamos bastante, llegamos al valle de Samos sobre las cinco de la tarde y nos dirigimos al Monasterio, el paisaje es idílico y los edificios son mayores de lo que nos podíamos imaginar, cruzamos un pequeño puente que atraviesa un arroyo y entramos en el patio principal por la puerta del peregrino. El Albergue lo tienen instalado en las antiguas caballerizas, nos acompaña el novicio Hospitalario y nos invita a acomodarnos.
A las seis treinta nos comentan que si queremos visitar el Monasterio podemos hacerlo con una visita guiada, nos enseñan la biblioteca, la iglesia, las celdas y gran parte del interior y nos emplazan a las ocho de la tarde en el comedor de la acogida para cenar. La cena es a base de pote gallego, alubias con grelos y filetes de ternera empanados, buen vino de sus viñedos y abundante fruta de la huerta. En cada mesa se sienta un monje que nos acompaña en la velada y nos relata las historias de este Monasterio.
El Monasterio de Samos sufrió varios incendios y saqueos a lo largo de su historia. De este centro de espiritualidad han salido siete obispos, entre los que destaca el ilustrado Benito Jerónimo Feijoo. A principios del siglo XIX se constituye como sede de la orden de los Benedictinos. La fachada de la iglesia data del siglo XVIII y está sin finalizar. En el Monasterio de Samos destaca el Claustro de Feijoo de estilo clasicista, así como una estatua de este personaje ilustrado. El monasterio alberga en su interior una puerta de una vieja iglesia románica que fue destruida en el siglo XVII.
Después de la cena nos dan unas instrucciones precisas, podemos salir a dar una vuelta al exterior, pero la puerta se cierra a las 21,30 de la noche y no se abre hasta las seis quince de la mañana después de las maitines, el peregrino que quiera asistir a dichas maitines (solo hombres) tendrá que poner una toalla en la cabecera de la litera y será despertado a las seis de la mañana, la salida del Monasterio será a las 7 en punto después del desayuno, que es cuando empieza las tareas diarias de los monjes, la comida y la estancia es gratuita, el que quiera puede contribuir con un donativo o comprando productos que ellos mismos hacen, vinos, quesos, dulces etc., la mayoría acordamos dar un donativo, ya que llevamos mucho peso en las mochilas para comprar nada.
Pueblos y aldeas que hemos cruzado en la 3ª etapa: Liñares, Hospital de la Condesa, Padorneiro, Alto del Poio, Fonfria, Filova, As Pasantes, Triacastela, San Xil y Monasterio de Samos.

RAFAEL CANDELARIO REPISA