By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 3 de noviembre de 2010

NOMBRAMIENTO DEL NUEVO CAPITÁN DE MILICIAS



GUADALCANAL 1855



Siendo alcalde de la villa de Guadalcanal D. Miguel Ramos Lobo, tuvo lugar un acontecimiento el domingo 15 de octubre de 1855, que desencadenó en una larga sesión y una serie de acontecimiento y que acabó con la destitución por parte del presidente de la corporación municipal del Capitán de la Milicia Nacional D. Leonardo Castelló, siendo remplazado por D. Antonio Moreno Guerrero que procedía del arma de caballería con el grado de teniente.
Estos hechos quedan anotados en el libro de sesión de dicho día y en el minutario del citado alcalde-presidente Sr. Ramos y que parcialmente se transcribe a continuación:

“...Acordado por este Ayuntamiento el alistamiento de la Milicia Nacional con arreglo a la instrucción, dispuso que con motivo de proceder a la entrega de las armas, se reorganizase aquélla, a fin de que éstas se depositaran en personas que por sus antecedentes y cualidades inspirasen plena confianza al orden y la situación. Al efecto se nombró una comisión que llevara a cabo los trabajos, los que fueron aprobados, dándoles nuevas facultades para seguir las operaciones necesarias.
Con arreglo a las mismas, se había resuelto proceder a la elección el domingo 14 del corriente, y manifestándose por mí así el domingo anterior a la milicia reunida en su cuartel, hallándose delante su jefe y capitán, don Leonardo Castelló.
Esto no obstante, el 12 de este mes le pasé un oficio participándole para los efectos oportunos, y contestándole a otro que me habían dirigido relativo a una consulta que en su nombre y como capitán de la Milicia Nacional había hecho al Excmo. Sr. Subinspector sobre elecciones, que, como era natural, nada preceptuaba ni resolvía.
El domingo por la mañana, reunido el Ayuntamiento, y al terminarla sesión, suscitó don Leopardo Castelló, como alcalde segundo, la cuestión de si debían nombrarse todos o parte de los jefes, en cuya discusión, por lo avanzado de la hora y, sobre todo, por evitar conflictos que por prudencia y delicadeza propia debía rehuir el Leonardo, no quise se entrase.
En esta situación, di orden al tambor de la milicia para que tocara llamada, y, al llegar batiendo la caja a la esquina de la calle San Bartolomé frente de la de Tres Cruces, salió el don Leonardo Castelló y, dirigiéndose al tambor, le quitó la caja, diciéndole que por que tocaba contra su orden; a lo que contestó éste que por que se lo había mandado el presidente del Ayuntamiento, y, dejándola en su poder fue a darme parte.
Entre tanto, la milicia sin continuar la llamada, se reunía en el cuartel para verificar la elección, asistiendo todos, menos los enfermos y los ausentes ocupados en el servicio de la conducción de unos presos que fueron destinados el día anterior por el mismo don Leonardo Castelló. Y yo, conociendo la gravedad de las circunstancias, tomé las medidas convenientes para que el orden no se alterase en lo más mínimo, como se consiguió, habiéndose hecho la elección con la mayor calma, tranquilidad y legalidad, y casi por unanimidad, resultando reelectos tres de los antiguos jefes y dos nuevos, siendo el capitán elegido don Antonio Moreno Guerrero, rico propietario y teniente de caballería.
He formado las diligencias oportunas sobre estos hechos, que remitiré a la autoridad competente, probando las ligerezas y desacato del don Leonardo, y sobre todo el empeño de que no se verificase la elección apetecida por toda la milicia, y queriendo él ser su capitán y jugando personalmente en la cuestión, debió por toda clase de motivos y consideraciones rehusar y principalmente buscar otros medios, ya oficiando, ya reclamando a la superioridad, pero nunca suscitando tan graves conflictos por el orden, que como autoridad tiene el deber primero de conservar"...

Fuentes.- Esta entrada forma parte de un artículo inédito de Leopoldo Tena

Rafael Candelario Repisa

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