De nuevo las mozas intentan competir
Año de mil novecientos setenta y ocho. De nuevo la vida pide paso, igual que ocurre todas las primaveras.
Las avecillas abren sus ojos y aletean impacientes al mismo tiempo que los melonares lanzan sus retoños retorcidos y la amarillecía de sus flores.
Mata de melón con retoños retorcidos y con flores lánguidas.
Es otra vez Abril con su feria de Sevilla, con las radios lanzando alegres sevillanas que tanto ponderó S.S. Juan Pablo II en su prolífera visita.
De nuevo las mozas intentan competir, compiten y ganan en belleza a todas las flores y auroras boreales.
¡Que bonito es el nacer y el hacer que nazcan otros seres y que la cadena siga y siga dando vida, alegría y gracias a la naturaleza y a sus dios¡
Mi destino profesional para los años venideros es la ciudad que suele dialogar permanentemente con el mundo entero de sus maravillas a través de su giralda, la ciudad que atesora su torre del Oro, la ciudad que produce sana envidia al mundo entero con su Parque de María Luisa, la ciudad….la ciudad de los Bécquer, de los Velásquez y murillo, de los Vicente Aleixandre y Hermanos Machado, de los Andrés Mirón….
En la zona Norte, junto a la Virgen Macarena, muy cerquita de su Arco, hay un Colegio grande, soleado, con un tesoro inmenso que lo constituyen sus mil cuatrocientos alumnos.
En el mes de las flores, el mes de María, ya el BOE había plasmado en sus páginas la resolución del Concurso de Traslado de los profesores de la llamada EGB.
Quien en estos momentos edita estas notas, había obtenido una plaza en la ciudad de Sevilla y se daba continuos paseos visitando los centros entre los cuales podría elegir destino a comienzos del curso 1978-79
En la calle Manzana hay una ídem de casas y formando parte de ese bloque arquitectónico destaca un edificio enorme regentado por unas monjitas que cuidan de niños y niñas cuyos padres tienen algún problema familiar.
En esa mole había sido construido un Colegio Público, que con anterioridad a la fecha que hemos señalado ya tenía un número bastarte grande de alumnos atendido por profesores interinos.
La disciplina, según comentario de las hermanitas, brillaba por su ausencia.
Un servidor de ustedes, en una tarde agradable de un verano incipiente, encontró abiertas las puertas del centro y usando de un razonable derecho, pasé al patio donde una de las religiosas gentilmente se acercó a saludarme.
Al comentarle que era un profesor destinado a ese centro y que intentaba conocer el terreno donde podría laborar, con un ademán harto significativo me dio a entender que aquello era algo menos que Troya.
No me desanimé y seguí tanteando el entorno y cuando llego la fecha de elección de corporación opté por este colegio pese al comentario de la buena hermanita pues pensé que ese sitio era bastante parecido al que Don Bosco vio en uno de sus sueños.
Acepté el reto y lo mantuve durante varios años con gran satisfacción propia y ajena.
La Delegación del Ministerio de Educación y Ciencia de Sevilla puso a disposición de dicha entidad recreativa-cultural y formativa a cuarenta maestros de Primaria o de EGB para atender a los mil cuatrocientos alumnos de los cuales unos cuatrocientos provenían del punto religioso adjunto.
Entre esos docentes tengo el orgullo y el honor de haber compartido una amistad sincera con Don Andrés Mirón, poeta ínclito, ganador de innumerables premios literarios, natural de Guadalcanal (Sevilla) y fallecido a consecuencia de un accidente de circulación cuando se dirigía a su ciudad natal.
Treinta fueron los premios obtenido por este profesor poeta o por este poeta profesor que “tanto monta, monta tanto” y uno de los cuales Concierto para brisa y crepúsculo, me fue dedicado con estas palabras: a mi compañero y sin embargo amigo, Manolo Gómez”.
Como profesor de Lengua y Literatura de la Segunda Etapa, similar a la actual ESO comenté con mis alumnos dicha obra con gran provecho para todos.
Un recuerdo para mi amigo Andrés y un saludo para su viuda condic e hijas Soledad y Esperanza
Como toda comunidad formada por mujeres y por hombres las perfecciones e imperfecciones tenían que aparecer.
El desconocimiento es la primera dificultad con que se encuentran los cuarenta educadores que se embarcan en una nave también desconocida.
De una manera espontánea, tras los saludos protocolarios, surge un voluntario que se autoerige en capitán del navío.
Estábamos ya en el año de mil novecientos setenta y ocho, cuando en el ambiente general la palabra democracia comenzaba a tomar sentido.
Tras un periodo excesivamente prolongado de dictadura iban asomando los serpollos de los antiguos políticos.
Fue en este primer contacto cuando el líder natural saca un papel de no sé dónde, comienza a leer los nombres de los noveles profesores y se detiene al pronunciar el renombre de Don Andrés Mirón, añadiendo con cierto retintín la sorprendente pregunta de “¿el poeta?
Con la humildad y categoría que siempre caracterizó al guadalcanalense, este no contestó y se limitó a un gesto de asentimiento y a una sonrisa educacional.
De esta manera tan inesperada y no del todo grata surgió el primer claustro al que siguieron otros tantos con la aquiescencia de la superioridad.
El primer problema natural y necesario fue el de la asignación de cursos pero debido a la preparación total de los maestros y al buen sentido y comprensión de los mismos, este enigma feneció antes de nacer como anticipo de la actual ESO (enseñanza secundaria obligatoria) ya coexistía en la EGB (Enseñanza General Básica), la Primera y Segunda Etapa, correspondiente respectivamente a los cursos de primero a quinto y sexto, séptimo y octavo.
Esta mezcla del profesorado trajo inconvenientes y ventajas y si se me permite opinar, pienso que fue una manera de impartir enseñanza secundaria, con precios de primaria durante varios años.
En este colegio que se llamaba antes “Virgen de los Reyes” y que actualmente está convertido en IES “Miguel de Cervantes”, comenzó una disgregación anti-todo, tanto en cuanto al espacio como en cuanto al alumnado.
El profesorado de la Segunda etapa se situó en la parte Superior del edificio y el de la Primera en el resto.
Como norma de convivencia antes de empezar la tarea diaria, el claustro de los cursos superiores se reunía en una de las aulas ad hoc, para cambiar impresiones sobre la docencia y, Don Fernando Tejedor, implantó la pauta de que comenzáramos el trabajo después de haber contado al menos un chiste. De esa manera se empezaba con una sonrisa ya que el trabajo de por sí siempre resulta gravoso.
Chiste machista
Por qué las mujeres beben tanta agua?
Porque todos los problemas los resuelven llorando .
Chiste feminista
Oye, y tu especialidad es la anestesia ¿verdad?
A lo que le responde el:
- Si ¿Cómo lo sabes?
- Porque no me he enterado de nada
La educación es un bien necesario y conveniente para una nación y como tal en el desarrollo de la misma tienen que intervenir todos los estamentos sociales y público y de una manera muy especial los progenitores, siendo los pedagogos simplemente colaboradores capacitados al servicio de los educandos.
Teniendo en cuenta esta premisa, al comienzo del curso y a imitación del Sistema preventivo, los funcionarios docentes suelen tener una reunión con los padres y tutores de los alumnos para entablar un debate en el que el único punto a tratar sea la educación que los padres y la sociedad exige.
Un recuerdo pra mi amigo Andrés y un saludo para su viuda condic e hijas Soledad y Esperanza
Manuel Gómez, Profesor
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