By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 14 de julio de 2012

Dos mil arrobas de vino de Guadalcanal


Portada de la Revista de feria 1985
Mas noticias históricas sobre nuestros vinos
En mis trabajos de investigación sobre la historia de nuestro pueblo, sobre sus tiempos antiguos y difiero mucho, muchísimo, sobre aquello que dijo aquel señor, filósofo espiritual, de que "sólo los fantasmas se revuelcan en el pasado", punto y... aparte, he ido a encontrar en la Biblioteca de Catalunya, dependiente de la Diputación de Barcelona, algunos datos a sumar a los ya existentes sobre los famosos vinos de Guadalcanal. Ya en la Revista de Feria del año 1978, D. Pedro Porras, nos describía con todo lujo de detalles lo que de ellos dijo Cervantes en una de sus Novelas Ejemplares. El artículo terminaba con una cariñosa "indirecta" lanzada en particular a la Corporación Municipal de aquellos días, la cual y otra vez; ay! no ha surtido el más mínimo efecto.
En su obra "El reinado de Felipe III", Menéndez Pidal nos comenta que los vinos de Alanís, Cazalla y Guadalcanal amén de los por siempre generosos de Jerez de la Frontera, supieron crearse una muy reconocida fama en los paladares más exigentes y exquisitos de la Corte de los Austrias.'
Pero si nos remontamos más atrás en el tiempo, llegamos, aunque no a tocar fondo, a la época de los Reyes Católicos en la cual el vino de esta tierra sirviera para acompañar comidas y conquistas de la unificación del suelo patrio.
Existe en el Tumbo de los Reyes Católicos, hoy conservado en la ciudad de Sevilla, una carta del mismo Rey Fernando que nos da buena cuenta de ello. Y quisiera hacer al punto un inciso, para aclarar al lector que lo de "tumbo" no es error de imprenta. Esta palabra y la de tumba no tienen entre sí relación alguna, ya que ambas no admitirían cambios en su género. Un tumbo no es otra cosa que un libro de grandes dimensiones, en pergamino, adornado a menudo con miniaturas, y donde iglesias, monasterios, concejos y comunidades tenían copiados, a la letra, los privilegios reales y demás escrituras de sus pertenencias.
Pues bien, y me repito, en el Tumbo de los Reyes Católicos en Sevilla y registrada con el número 921, podemos leer una carta fechada el día 9 de junio de 1486 (un año le falta para cumplir los 500) y firmada en la villa de Illora, a unas cuatro leguas de Granada durante el asedio a esta ciudad, último reducto moro en España.
Como es obvio suponer, tal cerco a la capital de la Alhambra, conllevaría unos impresionantes movimientos de tropas, y la intendencia de aquellos tiempos se las vería y desearía para la manutención de las mismas, toda vez que los árabes en sus razzias y retiradas arramblarían con todo lo que se les pusiera a su islámico alcance. Problemas pues tendría el Rey Católico de España coro el abastecimiento de vino cuando, él mismo, escribe al Concejo de los de Sevilla estas palabras:
"Aluar Ramires, sobrino del maestre Ramiro, mi artiller mayor, tiene compradas en la villa de Guadalcanal fasta dos mili arrouas de vino, lo qual compro para el proueymiento de mi real, e por el presente non le puede gastar, e sy lo touise se le perderia; suplicome vos mandase le diésedes logar lo pudiese meter e vender en es Çibdad"
Del por qué ruega y ordena se vuelvan a vender o se almacenen en Guadalcanal, suponemos sería por dificultades para su transporte lo que sí está más que claro es que dos mil arrobas, no se compran en cualquier parte que no tenga una muy rica producción vinícola, ni tampoco a cualquier vinatero, auque se dedique. a su venta "al por mayor”

Juan Bautista Rodríguez
Revista de Feria 1985

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