By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 22 de noviembre de 2014

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 38

  La tecnología y la producción
Una vez tomada por la Corona la decisión de hecho de incautarse de la mina, la empresa había comenzado a ponerse en pie y en el segundo trimestre de 1556 podía considerarse ya prácticamente organizada y en plena producción. Los cinco años que abarcan de 1556 a 1560 constituyen el periodo de máximo apogeo de la producción y de mayor esfuerzo inversor en instalaciones y en número de personas ocupadas en los trabajos productivos. A lo largo de estos años, la apertura de pozos es continua, ya que las características de la mineralización hacen que a medida que se profundiza la veta se vaya progresivamente empobreciendo y las labores resultando menos rentables.
La rapidez de la puesta en marcha de un conjunto muy importante de instalaciones marca un autentico hito; la inversión en capital fijo se concentra en un periodo muy corto de tiempo, lo que supone una novedad sin precedentes en la historia de las inversión productivas en España. En junio de 1556, solo nueve meses después de la incautación, un informe a la Corte daba cuenta de que:
“residen en este asunto a la continua mas de trecientas personas y esta ya casi formado un lugar y la casa de V.M. con los aposentos necesarios a la fabrica, aunque no tan suntuosos como requiere la hacienda, porque quando yo la comencé no se creyó que fuese tan crecida”. 1
Un año después, en junio de 155.7, las instalaciones estaban prácticamente completadas:
“en todo este mes, se acabaran los aposentos de las casas principales y de las partes y guardas y oficiales. No quedara a mi parecer ninguna obra si no es la iglesia, que se hará quando V.M. fuese seguido de mandarlo”
2.
La mina se convierte durante estos años en un crisol de experiencias —españolas tradicionales, centroeuropeas y americanas— que hacen de Guadalcanal un centro muy vivo de aplicación de nuevas técnicas: procedimiento del azogue, tratamientos del mineral por vía húmeda y vía seta, nuevas maquinas y formas de entibación, y de debates y, controversias sobre ellas que constituyen el fermento principal de toda clase de adelantos tecnológicos. Igualmente se produce en Guadalcanal la concentración de un conjunto de técnicos de múltiples procedencias llamados por la Corte o por su delegado Mendoza para trabajar allí o para formar comisiones que expresen su opinión sobre los diferentes problemas tecnológicos que allí se producen. Fundamentalmente se entrecruzan en Guadalcanal las dos experiencias mineras más importantes de la época, la americana y la centroeuropea, un caso prácticamente único en su siglo en el Viejo Continente.
Y corresponde igualmente a ese lustro el mayor índice de actividad en la prospección y puesta en explotación de minas reales, especialmente en la zona de la Sierra Morena occidental, espoleada por las noticias que llegan de Guadalcanal, que a veces rozan lo fantástico, y por las necesidades angustiosas de la propia Hacienda.
Durante todos estos años la producción de Guadalcanal se mantiene en conjunto espectacularmente alta en sus valores anuales, si bien las fluctuaciones mensuales son agudas, en función de la irregularidad de la veta y/o de la dificultad de la extracción que viene dada por las características de los pozos —necesidad o no de estibación, dureza o no de la roca encajante- 3. Pero en 1560 se advierte ya un brusco descenso de la producción anual, que nunca volverá a recuperarse en los niveles anteriores. Durante los cinco años siguientes continua manteniéndose la esperanza en que la mina volverá por sus fueros anteriores, fiados los responsables en que las fluctuaciones del quinquenio pasado pueden volver a repetirse, esperanza que se ve alentada por momentáneas recuperaciones de la producción y por la esporádica aparición de bolsas de mineral de una extraordinaria riqueza 4. Pero, aun así, ante el alarmante descenso de los beneficios, comienzan a tomarse las primeras medidas reestructuradoras de descenso de personal y freno a nuevas inversiones, que de hecho se limitan en lo sucesivo a labores de mantenimiento. Las reformas de 1564 intentan reajustar los gastos a las nuevas perspectivas de la producción que, de hecho, vuelve a descender de forma alarmante desde 1566. Junto a los despidos de personal, se recurre a la cesión por contrata a empresarios privados de algunas de las labores de la mina, a la venta de los primeros pertrechos que se consideran ya inútiles —de la fuerte inversión se pasa a la desinversión— y a la practica suicida de la extracción de mineral de los denominados “puentes” y “testeras”, pilares de sustentación de las galerías y zonas de separación entre pozos, cuyo producto Serra desde entonces una parte importante del volumen total del output de la explotación.
A partir de 1566, la Hacienda Real, cada vez en situación más difícil, es incapaz de hacer frente a los gastos de explotación, en aumento porque las labores comienzan a adquirir cada vez mayor profundidad. La mina ha perdido el antiguo interés para la Corona y los fondos indispensables llegan cada vez con mayor retraso, lo que produce retardos y parones en la práctica de labores muertas, indispensables para proseguir la producción e incluso, en ciertos momentos, la escasez llega a afectar al suministro de alimentos y de pertrechos de ineludible renovación. Junto a ello, se sigue una línea errática en la dirección técnica, sustituyendo a los técnicos alemanes por españoles, ya que se achaca a los primeros la responsabilidad de la decadencia del yacimiento.
En 1567 se produce el último intento de reactivación de la mina. La Real Hacienda vuelve a dar ordenes de introducir nuevo personal y de reparar instalaciones a las que la reducción de actividades de los últimos tres años había dañados 5. Pero los pocos resultados prácticos de la reactivación a corto plazo y la imposibilidad para la Hacienda de realizar inversiones no rentables en un tiempo muy corto, hacen que en 1570 se trate ya abiertamente del abandono de la explotación, pese a que los técnicos y administradores de la mina adviertan repetidas veces que en la labor de minas es preciso en muchas ocasiones realizar inversiones cuantiosas antes de obtener una rentabilidad tangible. Solo la aparición de una nueva bonanza en los años 1571-73 aplaza la decisión, que por fin se produce en 1576. A partir de 1578, la prosecución de las labores de la mina se cede por contrata a empresarios privados y la administración real queda allí reducida a la presencia de un administrador encargado de cobrar los derechos a aquellos y a los que trabajan minas en un amplio radio en torno, entre los que se encuentra el resto de las minas reales que ya antes habían seguido una suerte pareja a la de la mina central. Finalizaba así una experiencia sin precedentes de gran empresa minera real, cuyo único paralelo en el caso de la Corona española hay que buscarlo en la explotación de Huancavelica, la gran mina de mercurio del virreinato peruano 6.

1 A.G.S. Estado, Leg.° 113, fol. 33, carta de A. de Zarate de 27 de junio de 1556.
2 Carta a Su Magestad de Diego López de 16 de junio de 1557, cfr. GONZALEZ, T.: Noticia hist6rica... minas de Guadalcanal, vol. I, p. 465.
3 Informaciones sucesivas a lo largo de un mismo año dan noticias muy diferentes sobre un mismo pozo. Durante todo el año 1557, los pozos de los que se había extraído mas cantidad de plata fueron los allí llamados “Rico” y “La Traviesa”. De ellos en 1558 informaba Mendoza:
“el pozo Rico había días que no daba metal y después que llegue aquí lo dejó de dar el poco de la Traviesa. Todavía tengo esperanza que volverá a darlo, porque el Rico ha comenzado a hacerlo aunque en poca cantidad”;
cfr. GONZALEZ, T.: Op. cit., vol. II, p. 12.
4 El propio administrador Mendoza mantuvo esta esperanza hasta el final de su mandato, fiado de sus experiencias anteriores. En 1559, cuando en medio de la prosperidad podían advertirse los primeros síntomas de decadencia, escribía a la Corte:
“cerca de año y medio aquel poco rico dejo de dar metal y con ninguna esperanza de volver a dar en el, y yo de puro porfiado todo este tiempo he hecho ahondarlo, e ya arrepentido del gasto, que no era poco, he venido a dar en el metal y tengo por cierto que ha de ser tan bueno como al principio, que será causa para confirmarme mas en mi porfía y opinión de ahondar otros pocos”;
cfr. A.G.S. Estado, Leg.° 137, fol. 129.
5 Cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 82, fols. 57, 58, 59, 60, 61, 62 y 64:“Los gastos van creciendo con la gente que se pone de nueuo en los pocos y ademadores y aderezo de los ingenios” ,
ya que existe esperanza de volver a dar “con la caxa de metal rico” .
6 El seguimiento de la explotación de Guadalcanal en los años 1566-1578, puede realizarse a través de A.G.S. Estado, Leg.° 117, fol. 228; Leg.° 124, fol. 59; Leg.° 131, fols. 15, 16, 17; Leg.° 137, fols. 247 y 248; Leg.° 519, fol. 75. A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 3.072, s.f., carta de la Princesa Gobernadora a D. Francisco de Mendoza de 21 de enero de 1558. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.°. 30, fol. 112; Leg.° 52, fol. 90; Leg.° 58, fols. 138, 134, 140, 142, 143 y 144; Leg.° 64, fols. 97 y 98; Leg.° 67, fol. 59; Leg.° 68, fol. 119; Leg.° 96, fol. 38; Leg.° 103, fol. 12; Leg.° 104, fol. 9; Leg.° 121, fol. 9; Leg.° 124, fol. 7; Leg.° 125, fol. 6; Leg.° 126, fol. 5; Leg.° 155, fol. 3; Leg.° 156, fol. 3; Leg.° 159-2, fol. 4. A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 851, s.f., diligencias que se hicieron con A. de Sotomayor; relaci6n de los maravedíes que dejaron los oficiales de Guadalcanal a Andrés de Tolosa y de los que procedió de In desfundaci6n de los hornos; gastos hechos en las minas desde 1.0 de febrero de 1577 a fin de junio de 1578. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 265, s.f., informe de Andr6s de Tolosa. GONZALEZ, T.: Op. cit., vol. II, pp. 361, 382, 399, 431.
Informaciones sobre Guadalcanal, en BARRANTES, V.: Aparato bibliográfico para la historia de Extremadura, p. 146; BARRANTES, V.: Catalogo razonado y critico de los libros, memorias, etc., que tratan de las provincial de Extremadura, p. 146. BARRANTES, V.: Discurso de ingreso en la Academia de la Historia. Sostiene Barrantes la opinión de que Guadalcanal dio, junto con la emigraci6n al Nuevo Mundo, el golpe , , de gracia "a la agricultura Extremera y a las artes>>. VÁZQUEZ DE PRADA, V.: Historia económica y Social de España, vol. III, p. 608, afirma que trabajaron allí en la época de mayor esplendor < además de 74 esclavos. CANGA ARGUELLES, J.: Diccionario de Hacienda con aplicación a España, votes "Beneficio de la mina de Guadalcanal" y "Guadalcanal (mina de plata de...)". COLMEIRO, M.: Historia de la Económica Política en España, vol. II, p. 1.025. CARRERA y PUJAL, J.: Historia de la Economía Española, vol. I, pp. 321, 559. DAUMAS, M., directeur: Histoire Generale des Techniques, vol. [I, pp. 38 y ss. ZAPATA, L.: Miscelánea, pp. 56, 303, 350. MAMEL, E.; RUA FIGUEROA, R.: Apuntes para una biblioteca española de libros..., vol. II, p. 166, articulo sobre Fray Francisco de Coria; vol. II, articulo sobre A. de Sotomayor, en p. 176. SANDARS, H.: "The Linares Bas-Relief..." . GARCÍA MERCADAL, ed.: Viajes de Extranjeros por España y Portugal, p. 848, viaje de Andrea Navaggero; pp. 1.256, viaje de Erich Lassota. AN6NIMO: Floreto de anécdotas..., p. 210.
En el siglo XVIII, dos autores abordan de forma extensa el estudio de la mina de Guadalcanal: LARRUGA, E. en el tomo XXXVI de su monumental obra Memorias políticas y econ6micas sobre los frutos, fabricas y minas de España..., incluye una pormenorizada historia de la mina con especial atención a los aspectos económicos y jurídicos de la explotación. W. BOWLES es la primera persona que visita el yacimiento, entonces inactivo, con ojos de científico dieciochesco. No me resisto a incluir aquí, por su interés, la descripción que hace de su inspección:
“La mina esta a una legua de la villa en el terreno mas baxo de aquellos alrededores cercado de cerros. En la beta del pozo nombrado Campanilla, que esta a doce pasos de otro llamado Pozo-Rico, se ven tres betas que descienden y van a dar a este último. La una viene de levante, y la otra de poniente, y se juntan con la tercera que es la buena, cortando la dirección de las pizarras de norte a sur para formar el tronco de la vena. Estas venas son pequeñas, pues no tienen mas de tres pulgadas de ancho; pero van acompañadas de cierta direcci6n regular de tierra en forma de beta de dos pies de anchura con piedrecillas de quarzo; todo lo qual es extraño, y no hay a que compararlo en el país. La gran beta cono de norte a sur, según se descubre por más de doscientos pasos en la superficie. Hay dos arroyadas, que regularmente no corren en el estio por ser país muy seco, las quales tienen su curso del este al oeste, al pie de dos cerros contrapuestos a cosa de trescientos pasos de distancia uno de otro. Estas dos arroyadas parece son los limites de la mina, porque se observa que ni los antiguos ni los modernos han cavado jamás al sur ni al norte de los dos cerros referidos, no obstante que han hecho quince pozos al este y al oeste del Pozo-Rico, llamado así porque de el se extraía el mineral, bajando a buscarle por el pozo vecino dicho Campanilla. En este hice yo excavar cerca de 50 pies por Orden del Ministerio, para ver si las galerías estaban hundidas como se aseguraba. Y a dicha distancia hallamos el agua, y vimos que la madera de la escalera estaba toda podrida, bien que las galerías se mantenían salidas y firmes. Por los escombros se infiere que esta mina se componía de quarzo, espato blando de color de ración, pizarra aherrumbrada, hornestein, piritas, algo de plomo y mucha plata. En el Pozo-Rico abundan tanto las aguas de materia vitriólica que las maderas están llenas de hermosos cristales de vitriolo marcial o verde —delanterita— y al lado del pozo de San Antonio hay una mina o banco de vitriolo nativo en la piedra".
El Sr. D. Joseph de Carvajal, ministro de Estado, que deseaba informarse de lo que era esta mina, me mandó examinarla y me hizo entregar varios papeles antiguos que se reducían a historia de lo que en ella se ha trabajado y dos planes de sus pozos y galerías. El primero de estos planes incluía pozos desde 80 a 120 pies de profundidad y el Segundo, que me pareció hecho por persona mas inteligente no contenía mas que diez. Del extracto que hice para aquel ministro se sacaban dos verdades y cinco conjeturas.
Las dos verdades son, que los dos hermanos Fucares abandonaron esta mina el ano de 1635, y que entonces las betas de plata eran muy ricas. La primera conjetura es, que habiendo querido el ministerio subir el arriendo y poner nuevos derechos a los dichos condes Fucares, estos introdujeron una corriente de agua en la mina, y que para sus trabajos tenían desviada, y la inundaron y abandonaron precipitadamente; la segunda, que estos asentistas pusieron maquinas y acunaron moneda dentro de la misma mina para defraudar los derechos del Rey, con cuyo dinero se granjearon protectores poderosos en la Corte, y así pudieron evadirse de España; la tercera, que la ultima galena se hundió, y que aunque ahora se compusiese, no Daria para los gastos de la obra; la cuarta, que hay un manantial de agua en el ultimo pozo tan abundante, que seria de un coste inmenso el desaguarle, y se correría el riesgo de no hallar la beta, o de hallarla exhausta; la quinta, que la abundancia de la plata de las minas de America hizo olvidar los trabajos de esta y la política persuadi6 que debía reservarse para quando aquellas pudiesen faltar.
Varios autores antiguos y modernos han celebrado la riqueza prodigiosa de la mina. El cardenal Cienfuegos en la Historia de S. Francisco de Borja hace un elogio grande de ella. La Historia de la Casa de Herrasti, p. 264, dice que esta mina había producido ocho millones de pesetas, cuya s ? suma se empleo con otras en la fabrica del Escorial. Alonso Carranza en su tratado de Moneda de España, p. 101, afirma que una semana con otra se sacaban de Guadalcanal 60.000 ducados, que al lado de la mina se había fundado el lugar por los que acudían a los trabajos (Nota: Esto se escribía hace veinte años. Después las cosas han mudado mucho de semblante porque una compañía de extranjeros ha emprendido el beneficio de esta mina con permiso del Rey, no obstante haber consumido capitales muy cuantiosos y haber desaguado los pozos, hasta ahora no han podido dar con la beta.
"A legua y media hacia poniente de la mina de Guadalcanal hay otra mina en una pena muy alta, que ya los antiguos tantearon, según se ve por un pozo y una galena que se distinguen de las demás obras modernas. La beta se presenta mal, y a mi entender, es una bena trastornada, esto es, que es mas rica en la superficie que en lo profundo, pues a la vista tiene seis pies de extensión, y se compone de espato y cuarzo. Corre de norte a sur en el primer pozo que es el mas antiguo, pero en los modernos se nota que muda del Este al Oeste, siguiendo la dirección de la Montaña”.
BOWLES W.: Op. cit., pp. 59 y ss.
De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez
 

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