By Joan Spínola -FOTORETOC-

By Joan Spínola -FOTORETOC-

Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 17 de febrero de 2016

Expediciones de Mendaña, Ortega, Quirós y Torres

El hallazgo del gran archipiélago melanesio de Salomón

Entramos en una nueva fase de la expansión española en el Pacífico. Si las posibilidades de nuevos hallazgos se habían reducido mucho en el hemisferio norte, ahora se tienta la fortuna bajo la línea equinoccial. Los puertos de Nueva España seguirán sosteniendo la comunicación y el comercio con las provincias filipinas, mientras que la base de nuevas exploraciones oceánicas se traslada al virreinato peruano. El régimen de vientos intuido por Urdaneta era eficaz para la navegación septentrional, pero los intentos de regreso por latitudes subecuatoriales, desde los de Saavedra y Ortiz de Retes hasta los de Thompson y Mourelle, demostrarán que la vuelta, a tenor de los vientos reinantes, sólo podía hacerse por latitudes mucho más australes.
El primero de estos viajes, organizado por Lope García de Castro, gobernador y presidente de la Audiencia del Perú, llevaría como capitán general a Álvaro de Mendaña, un joven de veinticinco años, sobrino del gobernador, amparado por la experiencia del navegante y cosmógrafo Pedro Sarmiento de Gamboa, uno y otro gallegos. Las dos naos que integraban la flotilla se hicieron a la vela en el puerto de Callao el 19 de noviembre de 1567, con unas 160 personas a bordo. Los expedicionarios no volverían a ver tierra americana hasta mediados de diciembre de 1578, en que recalaron sobre la península de California, para seguir luego hasta el mismo puerto perulero de salida.
El resultado más espectacular e importante de esta larga campaña fue el hallazgo del gran archipiélago melanesio de Salomón, el lugarteniente de Álvaro de Mendaña, Pedro Ortega Valencia, tuvo especial relevancia en esta expedición, detallemos las islas entonces descubiertas, fuera o dentro del citado grupo: atolón de ?fui, en el archipiélago de Ellíce [hoy Tuvalu]: bajos de Roncador, al norte de las Salomón; islas de Santa Isabel [hoy Isabel]. San Jorge, Ramos, Malalita. Kombuana, Vatilau, Florida, Mbokonímbeti u Olevuga, Mangalon;a, Soglionara, Ndalakalau, Sayo, Guadalcanal, Choiseul, Ulawa, Tres Marías [hoy Olu Malau, o Three Sisters], Uki Ni Masi [hoy Ugi, San Cristóbal, Renneli, Santa Catalina y Santa Ana, todas en el archipiélago de Salomón; atolones de Maloelap y Aur, en las Marshall orientales, e isla de Wake, en l9"N., Muy distante de otros grupos insulares.
Si atendemos a la realidad política y económica inmediatas, la expedición fue un fracaso; la leyenda en torno a la riqueza de las islas del rey Salomón se vino entonces por tierra. Sin embargo, no ocurrió lo mismo en cuanto a los adelantamientos geográfico y náutico. Mendaña lleva a cabo el primer viaje redondo al Pacífico meridional, y en alguna de sus relaciones se refleja la intuición de que al sudoeste del archipiélago salomonense hay grandes tierras, o acaso un gran continente. Además, las informaciones redactadas por los cronistas de aquella empresa tienen un considerable valor para antropólogos, etnólogos y naturalistas. Curiosamente, y aunque lo intentaron unís y otra vez, los navegantes europeos tardaron dos siglos en dar nuevaniente con las Salornón (Bougainville en 1768 y Seville en 1769).
El ansia de llevar a cabo un firme asentamiento en las Salomón no dejaba de hormiguear en la frente de Álvaro de Mendaña, pero hasta casi treinta años después-no pudo realizar este sueño, que iba a costarle la vida. El propósito de hacer población explica que embarcasen ahora varias familias dispuestas a iniciar una nueva vida sobre una nueva tierra. Contaba Mendaña con dos naos, una galeota y una fragata. en la que también torno plaza su propia esposa, Isabel de Barreto, asistida por la compañía de tres hermanos. En total, partieron del puerto del Callao unas 368 personas, entre las que iba corno piloto mayor el portugués Pedro Fernándes de Queirós (el Quirós de los españoles), que al correr de los años adquirirá notable celebridad. Zarpó la flotilla el 9 de abril de 1595 y, después de descubrir dos grandes archipiélagos en el Pacífico sureño y de sufrir muchísimos lutos entre su gente, dos años y medio más tarde llegaría doña. Isabel con la nao capitana al puerto mejicano de Acapulco (agosto de 1597).
Ni Mendaña ni su piloto pudieron encontrar nunca las Salomón, pero después de haber descubierto los grupos de las Marquesas y de Santa Cruz, el capitán general y adelantado pasó a mejor vida con otros muchos de sus hombres, entre ellos 182 que se fueron al fondo del océano en el naufragio de la nao almirante, Santa [sabe!. Las adversidades forzaron a la Barreto, que sucedió a su marido cono gobernadora, a buscar el refugio de Filipinas, donde consoló pronto su viudez casándose con Fernando de Castro, apuesto pariente de su anterior marido, con quien luego embarcaría camino del Nuevo Mundo.
La expedición última de Mendaña y sus sucesores tiene en la historia de los descubrimientos una significación especial, porque cierra el ciclo de los grandes viajes llevados a cabo en el mar del Sur durante el reinado de Felipe II muerto en 1598. Lo que viene después, incluidas las estupendas campañas de Quirós y Váez de Torres, son destellos de un panorama decadente cuando España, agotada por un esfuerzo apenas concebible, pierde su protagonismo en el mayor de los océanos. He aquí los hallazgos de la empresa que acabamos de recordar: islas de Fatu Diva, Mohotani, Hiva. Oa y Tahuata. en el archipiélago de las Marquesas; islas de Pukapuka, Motu Koe y Motu Kavata, con el cavo de Toka, en el grupo de las Danger; la isla de Nurakita, la más meridional del archipiélago de Ellice o Tuvalu; las islas de Nendo, Tinakula, Tomuto Neo. Tomuto Noi y el grupo de Swallow. todas en el archipiélago de Santa Cruz, y las islas de Ponape [hoy Pohnpeí], Pakin, Pagenema y otras menores, en el grupo de Senvavin, zona oriental del archipiélago de las Carolinas.
No es posible condensar en pocas líneas la vida del portugués de Évora Quirós, un personaje singular y contradictorio, realista y soñador, abnegado y ambicioso, de una tenacidad que le llevaría a. escribir más de medio centenar de memoriales al rey Felipe HE proponiéndole nuevas campañas oceánicas. Este fue el hombre que capitaneó la expedición compuesta de dos naos Y un patache, con unos 130 hombres de mar y guerra, hecha a la mar desde el Callao el 21 de diciembre de 1605. Los fines de esta empresa no eran otros que la población y pacificación de las islas próximas al archipiélago salomonense, así como el descubrimiento del gran pedazo de tierra firme, o cantidad de islas que se continúan desde el estrecho de Magallanes hasta la Nueva Guinea y la Java Mayor, es decir, el gran continente austral incógnito, tal y como lo concebían los geógrafos de la segunda mitad del siglo XVI.
1...as naves no darán nunca con el buscado archipiélago de Santa Cruz, descubierto por Mendaña en el viaje de 1595, bien conocido de Quirós, puesto que él había actuado entonces corno piloto mayor. liarán, sin embargo, los españoles otros descubrimientos que en seguida puntualizaremos, el principal de los cuales será el importante grupo de las Nuevas Hébridas o Vanuatu, llamado por el capitán general Áustrialia del Espíritu Santo, topónimo en el que parecía evocar la casa de Austria reinante en España y un supuesto continente austral en el que creía encontrarse.
En la principal de estas últimas islas, Espíritu Santo, sucedieron cosas curiosas, pintorescas y desdichadas, como la fundación de la ciudad de Nueva Hierusaletu, la creación de una ridícula Orden del Espíritu Santo y la súbita y poco esclarecida desaparición de Quirós en su nao capitana, que pondrá proa al norte hasta dar, muy por encima de los 30 boreales, con vientos que le llevarán hacia la Alta California y, finalmente, a la bahía de Acapulco (noviembre de 1606). Del memorable viaje que desde Nuevas Hébrida:s emprendió el capitán de la almiranta, Luis Váez de 'Forres, hablaremos pronto. Reseñemos ahora los resultados de la campaña de Quirós.
Aparte de la precisión en los datos náuticos anotados por los pilotos y en una perceptible mejora de la higiene a bordo de los buques. la expedición halló nuevas islas y archipiélagos muy distantes entre sí, como Ducie, Henderson, Marutea, el grupo de Acteón, Vairaatea, Tauere, Rekareka y Raroia, toda ellas en el archipiélago de Tuanmotu en sus proximidades Caroline, atolón del grupo Southern; Rakahanga, en el disperso grupo de Manihiki o Roggeveen; Taumaco, Treasurers y Tikopia, en el grupo Duff o sus cercanas; Mera Lava, Merig, Maewo, Santa María, Vanua Lava, Saddle, Mota, Espíritu Santo, Ladhi y Ureparapara, en el archipiélago de Nuevas Hébridas o en el Bataritari, en el extremo noroccidental del archipiélago de Gilbert.
Luis Váez de Torres se había quedado solo en Espíritu Santo, al mando de la almiranta y de la zabra o patache, embarcación de unas 20 ó 30 toneladas, muy apta para la exploración en aguas someras. Entre otras personas, le acompañaba el capitán entretenido Diego de Prado y Tovar, autor de una interesantísima crónica del viaje, que terminaría sus días en el convento madrileño de San Basilio.
Desde allí, estos españoles van a tentar rumbos de poniente con el fin de hallar las filipinas y descubrir, al paso, todas las tierras nuevas que aparezcan en aquellas latitudes. El relato de la jornada es apasionante y no exento de curiosísimas observaciones geológicas y etnológicas.
Torres anotará en su haber logros tan importantes como el hallazgo del estrecho que hoy lleva su nombre, el primer avístamíento documentado del continente australiano, la determinación de la insularidad de Nueva Guinea con el descubrimiento de su costa meridional y, por fin, el fondeo en las Molucas y las Filipinas.
Desde Nuevas Hébridas, al son de su marcha hasta las aguas noroccídentales de Nueva Guinea, cabe a Torres la paternidad de los hallazgos de las siguientes islas o accidentes geográficos: Tagula; Sideia, Doini, Bonarua, Brumer, bahía de Orangerie, Bona Bona, Delami, Inmuta., Bonarua, Mainu, Laluoro. Lopom, Nanaubada, Langava, Parama, Dungeness. Turtle Backed, Gabba, Long, Twin, estrecho de Endeavour. Príncipe de Gales, montañas de Australia, cabo Vals. Dramai, Aiduma, Baronusu, Lakahaia, Adi, bahía de Serakor, Panjang, Ekka, Batu Putih, Pissang, Shildpad y Yef Fam. Con razón el historiador Ernest T. Hamy calificó esta campaña como la más atrevida y mejor manejada que han llevado a cabo los españoles en las ignoradas aguas del gran océano Pacífico.

Adrián B. Fernández de Otamendi
Ciudad de Lima 

No hay comentarios:

Publicar un comentario