Hace unos días tomando café me cuenta un amigo abogado especializado en divorcios y otros líos conyugales, que el mes de septiembre es terrible para su trabajo, es el mes que se le amontona los pleitos en la mesa, no por haber dejado en julio los deberes sin hacer, ocurre que es el mes en que se presentan casi la mitad de las demandas de separación de todo el año.
Mi curiosidad me hizo preguntarle que cual eran las principales causas, me respondió que tres, por este orden: 1ª) una tercera persona, 2ª) el hastío de la convivencia y 3ª) el creernos autosuficientes para afrontar los problemas diarios, a mi largo silenció apostilló, ¿tu crees que te encuentras en uno de esos tres factores de riesgo?, yo simplemente le contesté, tal vez…
Las idílicas vacaciones pueden terminar hastiando al personal, el ansiado paraíso veraniego suele convertirse para algunas parejas en una cárcel de papel y una dura prueba de convivencia excesivamente duradera e incomoda.
Nos asentamos en un tipo de sociedad donde cada vez nos programamos para periodos mas cortos y cambiantes, periodos laborales asentados sobre contratos interinos, ligues cortos, a veces de una noche o, como mucho, de una semana, amistades efímeras y sustituibles, lecturas rápidas sobre párrafos escuetos, evitamos símbolos de atención que requieren variaciones constantes en las parejas, visión corta de los programas de televisión, a veces unos cuántos segundos para pasar a otro tema, para desviar las conversaciones de sofá y los silencios del lecho.
En un matrimonio o pareja hay consecuencias inevitables, un amigo gorrón, una suegra intrometida, una amistad incomoda para la otra parte de la pareja…, son compañeros de viaje para toda la vida, en cambio, una pareja llena de secretos e intimidades es muy frágil, la convivencia a veces aniquila y destruye el débil hilo conector, yo creo que es una consecuencia evitable.
Nos queremos reflejar en las "parejas modernas que salen en televisión y dicen tener amigos o amigas con derecho a cama, su pareja lo admite, es muy liberal”, claro que la realidad es mas dura, no le puedes dar al mando a distancia para que te cambie el marido o la esposa, compañero o compañera, no puedes trasladarte a otro tipo de familia a la casa del “otro” o de la “otra” que posiblemente te esté esperando y eso produce angustia determinista.
Durante el resto del año las obligaciones profesionales mantienen a la pareja en tensión, los viajes y convenciones profesionales ocultan muchas veces ausencias en otras camas y en los fines de semana suele haber prolongación de esos deberes bajo forma de relaciones públicas o la incorporación de amistades en tercería que ayudan a paliar cualquier conflicto o evita que pueda ahondarse en el pozo de la mentira.
Durante el periodo de vacaciones, en cambio, no existe un lunes salvador, un viaje laboral, una reunión del equipo de vendedores en otra ciudad y la vida real e íntima se muestra en toda su especificidad en sesión continua, no hay un armario para esconderse y hay algunas personas que no lo pueden soportan y en septiembre acuden al despacho de mi amigo o de otro de estos vividores pica-pleitos semejantes.
Este tipo de personas corren el peligro de descubrir cualquier día que una de las interinidades es la propia vida, quiero decir que el contrato que tenemos con la naturaleza también es finito como el matrimonio o el trabajo, van a verse solos y me temo que ése día se van a dar un susto de muerte.
Rafa Candelario Repisa
Rafa Reyes.- Cometí MUCHOS errores Lloré por quien no debía y reí con FALSAS amistades. Tropecé dos veces con la MISMA piedra y cuando decía "nunca más", me empujaron y caí estampado por tercera vez. Perdoné demasiado. Callé "te quieros" que por miedo se quedaron en el... aire. Callé VERDADES por no hacer daño. Abracé a personas que NO SE MERECÍAN ni el roce de mi piel. Disfruté de pequeños detalles y aprendí poco a poco en qué consiste vivir. ¡Y el secreto está en NO ARREPENTIRSE DE NADA
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