By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 25 de enero de 2012

Aquellos maravillosos años


A Pepe "El Ditero"
El pasado uno de Octubre se cumplió el cincuentenario de la inauguración del Centro Emisor de Guadalcanal, este hecho puso en “antena” a nuestro pueblo y fue reconocido en toda Andalucía, cuando salía la carta de ajuste o “manta” del canal 4 de TVE en Guadalcanal, casi siempre coincidía con un partido de fútbol o una corrida de toros, la pantalla se detenía con un cartel escueto “repetidor de Guadalcanal -Perdonen la interrupción, permanezcan atentos a la pantalla-” y este hecho, aunque entonces no lo supimos, cambió el cuarto de estar y la convivencia de nuestras casas para siempre, llegó esa caja de madera con una pantalla de 625 líneas y que con el tiempo ha evolucionado, en la que permitimos que entren toda clase de gente a nuestras vidas y nos roban la agradable conversación familiar entre comidas o cenas.
YO En aquellas fechas apenas contaba con siete años, recuerdo perfectamente que la primera vez que vi aquel artefacto fue en el Bar de los Pepes (actualmente local de la Peña Sevillísta), me llevó mi abuelo Frasco a ver una corrida de toro, tal vez de “El Cordobés”, torero del régimen, recuerdo que por aquella época los domingos por la tarde bajábamos desde Santana a los Mesones para ver “el cine chico”, como bautizamos los niños a aquella caja de madera con una pantalla en blanco y negro con interferencias cuando pasaba alguna de las escasas motos o coches que había en el pueblo para ver “Bonanza” y saber que “Omo lava mas blanco”, “Cafés la Estrella... vamos chicos al tostadero”, “yo soy aquel negrito, del África tropical... la canción del colacao”, “las muñecas de Famosa se dirigen al portal”...
A principios del 63, llegó para mí la emigración, cuando llegué a Madrid con mi família al barrio de las Ventas, apenas había televisiones en las casas de los vecinos, naturalmente en la mía tampoco,  el Sr. Emílio que  tenía una tienda frente a mi casa, habría la ventana en aquellas noches de verano para que todos los vecinos viésemos “El Fugitivo”, “El Virginiano”, “Caravana” o "Noche del Sábado”, a las nueve de la noche antes del telediario, nos anunciaban con unos simpáticos dibujos animados “Ya va siendo hora de que los peques nos vallamos a la cama, ale” por aquella época las calles de los barrios periféricos de Madrid eran como la calle Minas de Guadalcanal, los vecinos nos sentábamos en un patio vecinal común al fresco y existía la convivencia.
Al año siguiente, mis padres por fin pudieron  comprar una televisión a plazos, una de aquellas Philips que costó unas 18.000 ptas. y que le adquirieron a Pepe “el ditero”, curioso, antes existían los diteros, esas personas de confianza que le comprabas los productos a crédito y se le pagaba todos los meses con “lo que Vd. pueda Sr. Andrés, la vida está muy difícil”, le decía Pepe a mi padre sentado en nuestra mesa camilla tomándose un vino y ofertando relojes, pulseras, anillos, ropa de cama..., recuerdo aquella libreta azul y su pequeño lapicero, “existe confianza, pero antes de irme prefiero que Vd. vea lo que apunto...”
Ahora después de más de cincuenta años, todo ha cambiado, las televisiones son de plasma, los programas en su mayoría son tele-basura o series de violencia, ya no se sientan los vecinos a tomar el fresco en sus puertas, a los peques no los envían a la cama y pueden alimentarse de toda clase de violencia en el telediario o en las series y “el ditero” se ha convertido en banco usurero que te niega pequeños créditos o te pide un aval diez veces superior al montante de la compra que tienes que financiar, todo ha cambiado..., la antena de nuestro pueblo se ha convertido en parte de un monumento a aquella época y la televisión la vemos a través de la TDT.
Rafael Spínola .-La Fragua del Pensamiento

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