Entrevista realizada al alcalde de Guadalcanal D.
Francisco Oliva Calderón por el joven periodista Antonio Burgos el
26 de Agosto de 1964 con motivo del próximo homenaje al descubridor
de la isla de Guadalcanal, el marino Pedro Ortega de Valencia.
Guadalcanal rendirá homenaje al descubridor Pedro
Ortega Valencia. Participarán en él tropas de Infantería de Marina
españolas y norteamericanas.
Cuando el tractor todavía no había sustituido a las caballerías en las faenas del campo, la feria de Guadalcanal tenía un tradicional abolengo ganadero. Hasta esta linde serrana de la provincia de Sevilla venían los tratantes de la Baja Extremadura –camperos de Llerena, de Zafra y de Azuaga-, y también subían los de la campiña. Pero los tiempos son otros y la vida agraria de la sierra ha cambiado. Para Guadalcanal han pasado las épocas de grandeza aceitunera. El pueblo está en regresión. El censo desciende al tiempo que se van irreparablemente cerrando los portales de las casas humildes del barrio alto de Santa Ana. Es la emigración.
Cuando el tractor todavía no había sustituido a las caballerías en las faenas del campo, la feria de Guadalcanal tenía un tradicional abolengo ganadero. Hasta esta linde serrana de la provincia de Sevilla venían los tratantes de la Baja Extremadura –camperos de Llerena, de Zafra y de Azuaga-, y también subían los de la campiña. Pero los tiempos son otros y la vida agraria de la sierra ha cambiado. Para Guadalcanal han pasado las épocas de grandeza aceitunera. El pueblo está en regresión. El censo desciende al tiempo que se van irreparablemente cerrando los portales de las casas humildes del barrio alto de Santa Ana. Es la emigración.
Sin embargo, nada de esto es nuevo. Los eruditos
locales señalan otros éxodos, en el tiempo en que los labradores
extremeños se iban a las recién descubiertas Indias. O a las que
estaban por descubrir. Este fue el caso de Pedro Ortega Valencia –un
Guadalcanalense para la historia-, que se embarcó en El Callao y se
topó más tarde con una isla desconocida del archipiélago de
Salomón, a la que perpetuó con el nombre de su pueblo natal. O,
mejor dicho, se la perpetuaron siglos más tarde –de rebote casi-
los “marines” norteamericanos, al librar en ella, durante la
segunda guerra mundial, uno de los hechos de armas más importantes
de la batalla del Pacífico.
Guadalcanal va a rendir ahora homenaje a “su”
Pedro Ortega Valencia, al descubridor de la isla homónima. Los actos
se celebrarán el 6 de septiembre. Un homenaje que coincidirá con el
mercado de ganados, al que dará nuevo impulso, en esta época en que
las antiguas ferias se están convirtiendo indefectiblemente en
ferias de muestras. En principio, esta conmemoración del descubridor
es noticia por los cuatro costados. Solamente su ámbito
internacional, al participar fuerzas estadounidenses, justificaría
el que hayamos venido a este pueblo de la sierra para conocer en qué
va a consistir el homenaje, para vivir el ambiente de unas vísperas
de conmemoración grande. Para lo cual, preguntamos al alcalde, don
Francisco Oliva.
¿Un avance del programa?
Lo más interesante es la participación de fuerzas
de las infanterías de Marina española y norteamericana. Las
españolas llegarán el día 5, por tierra. Las norteamericanas, el
6, probablemente en helicóptero. Con asistencia de las autoridades,
se dará el nombre de “Pedro Ortega Valencia” a un grupo escolar.
Después habrá una misa de campaña y se descubrirá una lápida
conmemorativa. Desfilarán las fuerzas de Marina y se inaugurará una
exposición de motivos históricos sobre el descubridor.
Me dijo autoridades, ¿asistirán?
El almirante Cervera –que está prestando su
total colaboración a estos actos-, el almirante Pardo, el coronel
Walker, de las fuerzas norteamericanas. Probablemente asistirán las
primeras autoridades sevillanas, así como un gran número de
investigadores que por estos días estarán reunidos en Sevilla en un
congreso de estudios americanistas.
¿Qué se pretende con este homenaje?
Sacar del anonimato a una figura histórica nacida
en este pueblo y que tiene una indudable proyección universal.
¿Se conseguirá?
Mover el interés hacia el estudio de la obra del
descubridor. Por otra parte, la exposición que se inaugura quedará
como museo permanente.
¿Colaboración del pueblo, señor alcalde?
Por lo pronto, los oficiales de las fuerzas
asistentes se alojarán en las casas ofrecidas por el vecindario.
Como en “El alcalde de Zalamea”...-, subraya uno,
y así terminamos este diálogo de vísperas en un bello pueblo de la
sierra. Por todas las calles, actividad de mujeres que encalan las
fachadas de las casas. Guadalcanal se prepara para el homenaje del
próximo día 6. Vendrán marinos por tierra y por aire. El campo
donde se celebraba la feria de ganados va a ser habilitado como
helipuerto. Una conmemoración eminentemente marinera, en el corazón
mismo de la sierra. Un homenaje que por unos días está alterando la
vida sosegada de un pueblo de la sierra. Cuando me vengo de
Guadalcanal, todos hablan de los actos. En el escaparate de una
tienda, un muñeco –mal que bien- vestido de marino y, pintado con
tiza sobre el cristal, el nombre del descubridor. En una taberna
también hablan del homenaje unos hombres de campo. Se preguntan que
cómo va a poder el pueblo recibir a tanto forastero. Y tienen razón.
Va a ser demasiada la alteración de la secular tranquilidad del
pueblo. Que el caballo sea relevado por el tractor puede pasar. Pero
lo que difícilmente puede asimilar la monotonía de un pueblo de la
sierra es que donde antes cerraban sus tratos los feriantes aterricen
ahora helicópteros con “marines” norteamericanos. De ahí nace
la expectación que reina en Guadalcanal, en toda esta apartada
comarca de la serranía sevillana.
Fuente.- Hemeroteca ABC
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