By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 2 de febrero de 2013

Hispania y el Imperio Romano 2


LA IBERIA DE ESTRABÓN

El griego Estrabón (c. 65 a.C.-c. 20 d.C.) que había nacido en Amasia, ciudad del Ponto en el Asia Menor, ultimo y dio a conocer su Geografía de España en los primeros años de la centuria. El autor era un erudito casi enciclopédico —gramática, filósofo, historiador, geógrafo—, escribía en griego, sabía latín y poseía una amplia cultura. Su obra principal, y mas estimada, por el, eran sus cuarenta y siete libros de historia, que querían ser una continuación de Polibio. Pero se han perdido todos. Como complemento o introducción a esa Historia compuso los diecisiete libros de su Geografía, que en cambio se han conservado casi íntegramente. El tercero de ellos es el dedicado a Iberia.
En aquella época y cultura los intelectuales y, en general, las personas instruidas solían estar adscritos a una escuela filosófica. Se era “académico” o sea platónico, peripatético o de Aristóteles, estoico o epicúreo. No faltaban algunos “eclécticos” y otros que se declaraban escépticos de todo. Estrabón, peripatético en su juventud, fue pronto y para toda su vida estoico, igual que Polibio, a quien tomo como modelo para sus escritos de historia, y Posidonio que fue su maestro de filosofía.
De familia mixta de nativos y griegos, y de clase acomodada, Estrabón viajo, principalmente por el Mediterráneo oriental, para ver tierras y estudiar libros. En Alejandría conoció a distinguidos sabios de diversas disciplinas, a los que menciona en algunos lugares de sus obras, pero de los que no se conservan escritos. Estando allí participo en una larga y famosa expedición por el Nilo, río arriba, acompañando al gobernador del territorio. También visito las principales ciudades de Grecia, y lugares de Italia, hasta la isla de Cerdeña, pero sin llegar más lejos en dirección a occidente. Estrabón no estuvo nunca en la Península Ibérica, que solo conoció por los libros. Sin embargo, compuso en griego el más documentado estudio geográfico, e incluso sociológico, de Hispania de toda la Antigüedad. Ese escrito se conserva y es el libro III de su Geographica.
Las principales fuentes de información de Estrabón son las obras de dos escritores de una o dos generaciones anteriores a la suya: el geógrafo Artemidoro de Efeso, que había compuesto sus Periplos hacia el año 100 a.C., y el mencionado Posidonio de Rodas (c. 133- c. 51 0 50 a.C.), cuyas referencias a la tierra y los pueblos de Hispania son mas o menos de la misma época. Por eso se ha dicho que Estrabón no describió la Iberia romana de su tiempo, sino la de los últimos de la centuria precedente.
Posidonio y Artemidoro son las autoridades mas citadas en el libro de Estrabón. En ciertos lugares se las contrapone o discute, y en numerosos casos, aunque no aparezca el nombre del autor de que procede una afirmación o una noticia, se sabe que es alguno de los dos. Por ejemplo, en los primeros párrafos del capitulo inicial de su libro, Estrabón escribe que, “Iberia se parece a una piel de toro extendida a lo largo de Oeste a Este, con las partes delanteras hacia el Este y lo ancho de Norte a Sur”. Esta famosa comparación de la península con una piel de toro es de Posidonio, aunque Estrabón no lo mencione. El error respecto de los puntos cardinales procede de que, en tiempos de Posidonio, se pensaba que los Pirineos se extendían de Sur a Norte, y que el Sur de España era la costa levantina del mare nostrum. Sin embargo, Estrabón,  unos capítulos mas adelante, ve la península de otra manera. Llama “Lusitania” a todo el territorio al norte del Tajo, y menciona a los Artabros, afirmando que estos, el último de los pueblos de Hispania “están junto al cabo que se llama Nerion (sic!) que es el final de los lados norte y oeste”. Esta afirmación parece implicar que, para el autor, la costa occidental de la península desde el cabo San Vicente hasta el actual Finisterre se orienta en la dirección sur-norte, en contra de lo que se lee en el capitulo primero, según el cual esa costa seria paralela al Pirineo, ¿Fuentes contrapuestas o descuido del autor?
Para Estrabón Iberia es una unidad no solo geográfica, sino política y cultural gracias a los romanos, con una gran diversidad de pueblos y con apreciables diferencias económicas y sociales o de costumbres. Los espacios más romanizados, que son también los más ricos, como la Turdetania —o Betica, como se llamaría en latín a esa privilegiada región— y las costas levantinas, contrastan con ciertas tribus del interior o del norte. En algunas de estas se practican, según dice Estrabón, usos que para los romanos —y los griegos— resultan chocantes: las largas melenas lusitanas, el dormir en el suelo y beber solo agua y en alguna ocasión cerveza, el comer sentados en bancos de piedra con las espaldas recostadas en la pared, los bailes de hombres y mujeres cociéndose por las manos, o efectuar una sola comida al día, etc. Y otras costumbres más bárbaras de los lusitanos del norte, como los sacrificios humanos y hacer vaticinios examinando las entrañas de los prisioneros o cortarles las manos derechas y ofrecerlas a los dioses.
 «Lo inculto y salvaje de aquellas tribus, escribe Estrabón, se explica no solo por su vida guerrera, sino también por su sitio apartado». «Hoy, añade, se nota menos a causa de la paz y de la presencia de los romanos»... «Aquellos que aun seguían con el bandolerismo... en lugar de hacer daño a los aliados de Roma, ahora prestan servicio militar a los romanos gracias a Cesar Augusto. Y Tiberio, sucesor de Augusto, puso en esta región del norte un ejercito de tres legiones, formado por Augusto, y los hizo no solo pacíficos sino civilizados>>.
En este pasaje y en otros varios del libro Estrabón se refiere a personas y hechos posteriores a Posidonio y Artemidoro. En algunos casos su fuente puede ser Timagenes (historiador griego de época de Augusto cuya obra se ha perdido) y en otros son noticias conocidas por el en los años finales de su vida que paso en Roma, ultimando sus libros de Geografía. Ese seria el caso de la referencia a Tiberio, que solo empezó su reinado el ano 14 d.C.
En su Geographica Estrabón conoce las divisiones administrativas, como las provincial y conventos jurídicos, pero no las examina sistemática y técnicamente, ni se detiene en distinguir siempre las diversas clases de poblaciones —colonias, municipios, ciudades federadas, inmunes o estipendiarias (o tributarias), etc.,— aunque afirma con manifiesta exageración que en Turdetania (la Betica) había doscientas ciudades como si fueran todas de la misma naturaleza política.
Al hilo de su narración nombra a los grupos étnicos o sociales de las distintas comarcas con sus nombres: lusitanos, turdetanos, carpetanos, bastetanos, oretanos, vacceos, galaicos, sépticos, cantabros, astures, etc. En más de un caso los sitúa en comarcas o espacios distintos de los suyos o los pone en su sitio o en otro diferente, según lo leía en Artemidoro o Posidonio, y también en Polibio. Y se refiere ampliamente a las principales riquezas mineras, agrícolas, pesqueras, etc., de las diferentes regiones y a su comercio de exportación, sobre todo a Italia. Asombra su admiración por los metales que se extraían de las explotaciones mineras y el oro que arrastraban algunos ríos y que con lavados ya experimentados por los nativos se sacaba de ellos.
Estrabón murió en torno al año 20 d.C., siendo emperador Tiberio, y la mayor parte de su información procedente de Posidonio es anterior al 50 a.C. La romanización ganaría terreno después a lo largo de las campañas militares de Pompeyo frente a Sertorio, y las de Cesar y Augusto. Pero la evolución de la sociedad y de la economía fue, como es habitual en todas partes, más lenta que los acontecimientos políticos y que el progreso de los hispanos que se integraban como ciudadanos activos en las clases dirigentes.
La Betica apenas experimentaría grandes cambios a lo largo de la lª centuria d.C.: la disposición general del territorio, la agricultura, la pesca, la minería y demás riquezas tan apreciadas por Roma, los ríos y sus nombres, los de los pueblos —entre otros los Túrdulos o Turdetanos, los sépticos, etc.— y de las principales localidades —Gades, Córdoba, Hispalis, Astigis (Ecija), Itálica, etc.—, fueron los mismos durante todo el siglo. Algo semejante ocurre en  la costa del Mediterráneo y en casi a toda la mitad oriental de la península por encima del Tajo, si bien no se puede decir lo mismo de lo que escribe Estrabón sobre el cuadrante norte-occidental de España, que es el territorio que mas tardo en ser “romanizado”, administrativa y culturalmente. Solo al final del siglo I de la era cristiana quedo prácticamente terminado ese proceso histórico de la romanización de Iberia.

Antonio Fontán Marques de Guadalcanal

NUEVA REVISTA de política, cultura y arte

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