By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 3 de agosto de 2013

Exiliados voluntarios que se buscan a sí mismos


El año en que me enamoré de todas


El lector de El año en que me enamoré de todas, de Use Lahoz, Premio Primavera 2013, muy bien podría recordar aquellos versos de León Felipe, los “Versos del caminante”, en los que el poeta, cuando le decían que no anduviera errante y que buscara su lugar en el mundo, respondía que ya llegaría un viento fuerte que le llevaría a su sitio. Andan errantes los protagonistas de esta novela sobre el aprendizaje de la felicidad —“exiliados voluntarios que se buscan a sí mismos”—, deambulando por su juventud como si esta no fuera a acabarse nunca, por la libertad que siempre ofrecen los pocos años, por las múltiples oportunidades de viaje y de aventuras que son —o fueron— el signo de nuestro tiempo: “Han sido víctimas de tantas oportunidades como han tenido. Mucha gente de mi generación tiene dos másteres, tres carreras y no sabe muy bien dónde ubicarse. Siempre han huido del compromiso...”
Sylvain Saury, un joven periodista francés que no tiene intención de crecer —síndrome de Peter Pan— recibe la propuesta de un trabajo inestable en Madrid. El viaje le obliga a abandonar a dos personas muy importantes en su vida, su madre y monsieur Tatin, un mecánico del corazón, chamán sentimental que restaura los continuos destrozos que el desamor les causa. Además, en Madrid vive actualmente su antigua novia, Heike, cuya ausencia y abandono Sylvain sigue llorando y pretende remediar. La vida, antes de cumplir los treinta, parece ofrecer múltiples oportunidades y el recién llegado al barrio madrileño de Argüelles comienza a vivir las aventuras de la juventud: amores, la existencia a salto de mata, fiestas, salidas nocturnas, amistades con otros jóvenes que, como él, no tienen una idea clara de la felicidad. “La felicidad en esta novela consiste en los descubrimientos: ver ciudades nuevas, amigos nuevos, distintas formas de vida... Son personajes con necesidad de afecto y lo encuentran en la amistad”, asegura el escritor.
Use Lahoz, que se dio a conocer en 2009 con Los Baldrich, no renuncia en su última novela a una visión amplia y duradera de las vidas de sus personajes. “Supongo —dice— que por la influencia de la literatura decimonónica, que me gusta mucho. Me lo paso muy bien con las sagas”. Un día, en la escalera de su casa, Sylvain encuentra un manuscrito donde se narra la historia de unas vidas en las que el amor juega un papel muy importante y, por esas cosas que tiene la literatura, entra en contacto con esos personajes. Sin embargo, pese a lo que pudiera parecer, los protagonistas de estas existencias modernas, estos jóvenes producto de las becas Erasmus, de los másteres y del viaje continuo, no rompen con los usos tradicionales. No busque el lector en esta novela experiencias vitales posmodernas ni modos sorprendentes de ganarse la vida. Casi podría parecer que a lo más que aspiran es a un trabajo tradicional, a prosperar como lo hicieron sus padres, a encontrar su nicho ecológico para desarrollar el papel que el destino ha dispuesto para ellos. 

El año en que me enamoré de todas presenta una mirada amable y complaciente de la generación a la que pertenece Use Lahoz, usando un estilo sencillo y eficaz que logra reconciliarnos con el mundo y pretende demostrar que la vida no cambia tanto como pudiera parecer. El tiempo viaja más deprisa que nosotros, siempre termina por alcanzarnos y, tarde o temprano, surge ese “viento fuerte” de León Felipe. Novela que nos habla del hoy y de las esperanzas que el hoy permite.
Premio Primavera 2013
Use Lahoz

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