By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 18 de noviembre de 2015

Fonética y habla en Guadalcanal en los siglos XVI al XVIII (1/6)

Poetada del libro
Primera parte
Materiales documentales para la historia del Andaluz. Análisis filológico de textos Guadalcanalenses (1527-1783)

1. Mucho se ignora todavía de los momentos iniciales en la diferenciación fonética de las hablas meridionales respecto del castellano, especialmente de la cronología y el grado de incidencia de tal diferenciación en las diversas áreas. Parece claro que la vía más breve y certera para su progresivo desvelo es el paciente despojo de las fuentes guardadas en los archivos históricos locales. Y, ello no obstante, todavía continúa sin acometerse en serio y sistemáticamente tal labor de escrutinio de textos redactados en localidades andaluzas durante los siglos XV al XVII.
1.1. Se trata, fundamentalmente, de resolver las siguientes incógnitas:
a) ¿cuándo empiezan a desgajarse fonéticamente las hablas meridionales del castellano?;
b) ¿hay áreas más innovadoras que otras dentro de Andalucía?;
c) ¿existieron focos de irradiación de los fenómenos?, o, lo que viene a ser lo mismo, ¿puede explicarse la innovación en áreas alejadas y relativamente aisladas como procedentes de focos de irradiación determinados?;
d) ¿estaba esta innovación fonética, caracterizada principalmente por el relajamiento consonántico, originariamente ligada a una determinada capa social, y sólo en su seno se verificaba, o surgió con generalidad en todos los estratos de la sociedad?
1.2. Con mi investigación pretendo ofrecer materiales documentales que contribuyan al esclarecimiento del cuándo, del dónde y del cómo, de la génesis de los hablare meridionales. Tales materiales, de absoluta fidedignidad por haber sido despojados por fondos documentales originales e inéditos (de parte de los cuales ofrezco reproducciones facsimilares al final de este estudio), no son otra cosa que grafías irregulares que divergen de la ortografía tradicional, cacografías, de las que son inintencionadamente responsables los redactores de los documentos despojados. De estas confusiones grafémicas pueden extraerse muy valiosas conclusiones acerca de la realización fonética en el habla escribientes (y quizá también a veces de la realización fonética de quienes informaban los redactores sobre datos que había que constatar en los documentos, como el nombre y los apellidos, el lugar de residencia o procedencia, etc. es decir, voces cuya —representación ortográfica no estaba reglada—, haciendo esto con su pronunciación espontánea) (1).
No debe caber duda alguna de que estas cacografías, muchas veces auténticas transcripciones fonéticas, como puros deslices involuntarios y naturales que debieron ser, de ciertos rasgos, ciertas innovaciones fonéticas que estaban produciéndose desde fecha anterior a la de la redacción de estos textos -pues se supone que los escribientes se ha ya en edad madura- en el habla de la población serrana de Guadalcanal.
2. La localidad de Guadalcanal resulta sumamente interesante para mi propósito si bien hoy constituye el punto más septentrional de la provincia de Sevilla – y por consiguiente, de esta parte de Andalucía—, limítrofe con la de Badajoz, de Extremadura, Guadalcanal ha pertenecido administrativamente desde su reconquista en el siglo XIII hasta mediados de la pasada centuria, no a Andalucía y a Sevilla, sino a Extremadura y  a la antigua Provincia de León, a la jurisdicción de la Orden de Santiago, al Maestrazgo de Llerena y a la vicaría de Santa María de Tentudía. Ha sido siempre, pues una población volcada hacia el norte, alejada y aislada de Sevilla, y aislada doblemente, tanto desde el punto de vista administrativo como por la barrera natural que supone -y sobremanera en el pasado-, la Sierra Morena. Deben tenerse bien presentes estos hechos a la hora de enjuiciar y valorar los datos que aquí expondré.
3. Como es lo propio en una zona de tránsito, se perciben en el habla actual de Guadalcanal tanto rasgos característicos de los hablares vecinos por el sur, como de los hablares de las poblaciones colaterales por el norte (y estoy pensando en concreto en los relativamente abundantes leonesismos y, en general, occidentalismos léxicos (2), amén de en la peculiar entonación de la frase, rasgo éste en el que apenas si han reparado lingüistas y dialectólogos) (3). De entre los rasgos que comparte con las hablas de poblaciones fronteras por el sur destaca el seseo: Guadalcanal es, efectivamente, el punto más septentrional de Andalucía Occidental en que se verifica la neutralización de sibilantes en favor de /s/ (4), estando rodeado por el norte (provincia de Badajoz), oeste (poblaciones norteñas de la provincia de Huelva) y este (localidades del norte de la provincia de Córdoba) de áreas que mantienen la oposición fonológica /s/- /o/. Además, se conserva en el habla guadalcanalense la aspiración procedente de f- inicial latina, y se verifica, asimismo, la aspiración del sonido procedente de las palatales fricativas del castellano medieval (y no debe entenderse que me refiero ya al fricativo velar /x/, que quizá jamás se conociera en esta zona, habiendo confluido la solución procedente de la pareja medieval /s/ --- /z/ con la aspiración de la /f-/ inicial etimológica, como luego podremos colegir de las numerosas pruebas documentales aducidas). A tales rasgos fonético-fonológicos se suman otros varios, que probablemente se dan con más intensidad en los restantes hablares meridionales:
a) la aspiración de la /-s/ en posición interior de palabra, y su pérdida en final absoluta;
b) la pérdida de la dental sonora /-d-/ en interior de palabra o por fonética sintáctica, y de la /-d/ en posición final de palabra;
c) la neutralización de la oposición /l/~ /r/, tanto en posición implosiva interior (con neutralización en favor de /r/, /1/, o sonidos intermedios), como en posición final de palabra (con pérdida de la consonante final);
d) y, por último, se verifica el yeísmo, documentándose sólo el sonido /y/, rehilado o no (5).

1 A esta razón deben obedecer cacografías del tipo Casalla 'Cazalla' y Anduga (así en dos ocasiones  'Andújar', denominaciones ambas de procedencia, con toda seguridad tomadas por el escribano de 1 los sujetos nombrados Luis Casalla de León- y Juan Anduga, incluidos en el padrón vecinal de la localidad pacense de Llerena, padrón redactado con fecha 5 de Julio de 1628 (hay que imaginarse que el de sesearía —como todavía hoy se hace en tal localidad y como se haría en la misma época en Guadalcanal, muestro en este trabajo—, y que el jiennense pronunciaría /x/, y no /-r/ -la grafía g es relativamente fiel en los textos de esta época para representar el sonido resultante de los fricativos medievales también precede a las vocales a, o, u; véase más abajo-). Lo mismo de significativas son las formas documentales siguen, formas que con toda probabilidad reflejan la pronunciación propia de los sujetos nombrados procedentes de los mismos textos de Guadalcanal que he expurgado para el estudio diacrónico del habla local de la onomástica de lugares y de personas: “Bartolome Gonçalez Galego” (“natural de Candemiño en Portugal”) “Juan Rodríguez Purtugues” ("natural de Çarapicos en el rreino de Portugal”), “Martiña Purtugesca”, “Catalina Purtuguesa” , “Domingo Purtugues”,, “Jusepe Napolitano» (véase Mª D. Gordón Peral, Toponimia de la de Sevilla. Estudio lingüístico e histórico, Sevilla, Universidad, 1990, y —La antroponimia en Guadalcanal documentos inéditos de los siglos XVI, XVII y XVIII», en Actas del I Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española, Madrid, Arco/Libros, 1988, pp. 1717 2-733).
2  Donde mejor se percibe todavía la huella leonesa -aparte los occidentalismos, sobre todo léxicos, pero también morfológicos, del habla local.-, es en la toponimia menor del área, a cuya investigación me he dedicado en los últimos años y fruto de la cual han sido mis trabajos Toponimia de la Sierra Norte de Sevilla. Estudio lexicológico, Sevilla, Universidad, 1988, y Toponimia de la Serranía de Sevilla (vid. supra, n. 1), amén de otros estudios parciales publicados en revistas especializadas (véase, por ejemplo, mi trabajo Occidentalismos en las hablas sevillanas y onubenses, comunicación que presentaré al Congreso Internacional de Dialectología que se celebrará en Bilbao, del 21 al 25 de octubre de 1991). Y, como en la toponimia, en los documentos antiguos pueden rastrearse también algunos leonesismos que en la actualidad han caído en desuso.
 3 La melodía de la frase es, sobremanera en Guadalcanal, aunque también en otras localidades de la Sierra Morena de Sevilla, del mismo tipo que la que se verifica en el habla pacense.
4 Guadalcanal constituye el punto extremo de un área uniforme que comulga en cuanto a la pronunciación seseante (tan sólo en dos poblaciones se da junto al seseo el mantenimiento de la oposición /s/-/~/: El Real de la Jara y El Madroño) y en cuanto al tipo de /s/ que en concreto se verifica (una /s/ ápico-coronal o ápico-alveolar), frente a la zona más al sur, por este y oeste, donde, ya se cecea, ya se cecea, ya se dan ambas soluciones, ero con /s/ predorsal, o con un sonido híbrido entre la predorsal y la interdental.
5 Para una descripción más detallada de la fonética en el hablar actual de Guadalcanal y de otras localidades de la comarca serrana, remito a mi trabajo Toponimia de la Serranía ..., cit. supra, nº l.

Este trabajo fue redactado por vez primera en noviembre de 1986, y presentado para su edición en la revista Archivo Hispalense. Como al cabo de tres años se desestimara su publicación, por considerarse, únicamente aptos para la revista los trabajos de Historia, Literatura y  Arte, lo presenté como comunicación: al X
IX Simposio de la Sociedad Española de Lingüística (celebrado en Salamanca, los días 18 al 20 d diciembre de 1989) con el título inicial de "Andalucismos fonéticos en documentos inéditos locales de Guadalcanal (siglos XV, XVII y XVIII)", y se ha publicado un resumen del mismo en la Revista Español de Lingüística, año 20, fasc. 1 (1990), pp. 185-186 (conste que de las cacografías de la impresión no soy la responsable, por muy guadalcanalense que sea). Ahora, más de cuatro años después de la primera redacción del texto, por fin puede ver la luz, si bien ampliado con notas en las que añado las referencia bibliográficas de los estudios que en este tiempo he ido publicando, y en los que, de una manera u otra utilizo materiales citados aquí.



María Dolores Gordón Peral
Problemas y Métodos en el Análisis de Textos
Universidad de Sevilla 1992

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