By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 10 de agosto de 2016

La parroquia de Santa María de la Asunción de Guadalcanal a fines del siglo XV (1/2)

A través de la visita canónica de la Orden de Santiago en 1494
Primera parte

1.-  La Visita Canónica santiaguista y el Priorato de San Marcos de León.
Como es de sobra conocido, la historia de Guadalcanal ha estado estrechamente vinculada a la orden militar de Santiago a raíz del proceso reconquistador frente al Islam. En efecto, la participación de los caballeros santiaguistas en la toma de la localidad a los musulmanes a mediados del siglo XIII determinó el que la vida religiosa y civil de la villa pasase a manos de dicha institución religioso – militar, hasta que los acontecimientos del siglo XIX trajeron de la mano la extinción de las órdenes militares. 
En virtud de este adscripción santiaguista, Guadalcanal formó parte de la denominada Provincia de León, circunscripción juridíco – administrativa que comprendía parte de la actual provincia de Badajoz y que era gobernada en lo eclesiástico por un Obispo – Prior que residía en el convento de San Marcos de León, de donde le vino el nombre a esta provincia [1] . Sin embargo, la distancia existente entre estos territorios de la Baja Extremadura y la capital leonesa aconsejó la creación, ya realizada en el siglo XVII, de sendos provisoratos en Mérida y Llerena, dependiendo Guadalcanal de este último hasta su incorporación al Arzobispado de Sevilla en momento avanzado del siglo XIX. Dentro de este marco administrativo, la vida religiosa en Guadalcanal era controlada, aparte de por la autoridad eclesiástica local, por los Visitadores enviados periódicamente por la Orden santiaguista.
Como instrumento de control de la vida religiosa, la Visita Canónica o Pastoral, efectuada con cierta periodicidad, daba cuenta por escrito del estado de la Iglesia en la localidad visitada. Así, no sólo se hace relación del personal eclesiástico local (vicario, curas, beneficiados,...), cofradías y hermandades, capellanías, patronatos y fundaciones pías, sino que también se describen los templos existentes y se hace inventario de las imágenes y objetos litúrgicos en ellos custodiados. 
Aunque los decretos del Concilio de Trento a mediados del siglo XVI hicieron obligatoria la práctica de la Visita, en el caso de la Provincia de León santiaguista ya se efectuaba desde los años finales del siglo XV, fechándose en 1494 el primer informe conservado sobre Guadalcanal, lo que contrasta con lo tardío de los datos correspondientes a las vecinas localidades serranas, pertenecientes desde la Reconquista al Arzobispado de Sevilla y para las que también disponemos de este tipo de informes, pero referidos por lo general ya a los siglos XVII y XVIII [2].
Al presentarnos esta visión panorámica, los informes de las Visitas Canónicas se convierten en una fuente de gran interés para la historia local: aspectos como el patrimonio arquitectónico y artístico, la religiosidad popular y la vida eclesiástica pueden ser ampliamente estudiados a través de esta documentación.

2.- La Parroquia de Santa María de la Asunción y la Visita Canónica de 1494.

Como antes hemos dicho, el primer informe de Visita correspondiente a Guadalcanal se fecha en 1494 y se conserva en la sección Órdenes Militares, del Archivo Histórico Nacional [3]. La Visita Canónica en cuestión se celebró en octubre de dicho año, siendo convocadas al efecto las autoridades civiles y religiosas de la localidad, como lo eran los alcaldes Diego de Ortega y Rodrigo Yáñez. En presencia del notario apostólico Diego de Moya, el comendador Fernando de Arse y Francisco Núñez, Visitadores de la Provincia de León, a los que poco después se les agregó Gutierre Gome de Fuensalida, Comendador de Villaescusa de Haro, dieron inicio a su inspección, tras cumplimentar los formulismos y rituales inherentes a este tipo de actos, como juramentos, requerimientos y presentación de credenciales por parte de los interesados.  
Tras visitar las parroquias de San Sebastián y Santa Ana, el día diez de dicho mes de octubre le tocó el turno a la de Santa María, a la que siguió la inspección de las ermitas de la localidad, “ “las cuales son de San Benito e Santa María de Guaditoca e de San Pedro e la Celda e de Santa Marina “ , y la “ casa con su castillo “ del comendador de Guadalcanal, Don Fadrique Enríquez. Esta Casa de la Encomienda, de la que se conocen diversas noticias documentales que dan idea de su estructura y distribución de sus dependencias, estuvo en pie hasta 1690, época en que se inició un irreversible proceso de deterioro que condujo a su demolición, hasta tal punto que en 1766 sólo quedaban en pie parte de sus muros, perdurando en nuestros días sólo el recuerdo en el topónimo “ El Palacio “ con que conocemos el emplazamiento que ocupó este desaparecido edificio [4].
Centrándonos ya en la Visita de Santa María, ésta comenzó con la celebración de una misa, tras la cual se pasó a inspeccionar el edificio, que se describe compuesto “ por tres naves sobre arcos de ladrillo “ y techado “ de madera tosca e de ripia de tabla e encima su barro e teja “, siendo la madera “ toda vieja e antigua “ , cubriéndose la capilla mayor con bóveda de piedra [5]. En definitiva, una estructura que se corresponde – haciendo abstracción de las reformas y añadidos posteriores – con la iglesia que hoy podemos contemplar, compuesta por tres naves repartidas en cuatro tramos por medio de pilares cruciformes sobre los que cabalgan arcos apuntados y cubiertas con bóvedas de cañón – producto de las reformas del siglo XVIII – que vienen a sustituir a las primitivas techumbres lignarias. 
El cuerpo del templo se completa con el ábside o presbiterio – cubierto con bóvedas de nervaduras góticas – , perteneciente como vemos a la obra primitiva, y con las diferentes capillas añadidas posteriormente a lo largo del perímetro de las naves laterales, como las de la cabecera de la nave izquierda, fundada por Alonso Ramos, hijo de Rodrigo Ramos el Viejo y la del mismo lado de la nave contraria, edificada en torno a 1550 a expensas del clérigo Francisco López [6].

[1] Una visión de conjunto de esta cuestión la ofrece RODRIGUEZ BLANCO, Daniel: La Orden de Santiago en Extremadura en la Baja Edad Media (siglos XIV y XV). Diputación Provincial de Badajoz, 1985.
[2] HERNANDEZ GONZALEZ, Salvador: “ La Parroquia de Nuestra Señora de las Nieves a principios del siglo XVIII: notas histórico – artísticas “, en Revista de Feria y Fiestas de Alanís (1996), s. p.; “ La Parroquia de Nuestra Señora de Consolación a principios del siglo XVIII “, en Revista de Cazalla (1997), s. p.; “ La Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación entre los siglos XVII y XVIII: notas histórico – artísticas “, en Revista de Constantina (1997), s. p.
[3] ARCHIVO HISTORICO NACIONAL (en adelante, A.H.N.), sección Ordenes Militares: Libros de Visita de la Orden de Santiago. Libro 1101 – C (1494), págs. 17 – 21, 45 – 77, 337 – 342, 419 – 423 y 563 – 566. (Copia microfimada en el Archivo Histórico Provincial de Badajoz, de la que hemos conseguido fotocopia gracias a la amabilidad de Don Manuel Luis Calle Cabrera, investigador de la vecina localidad de Fuente del Arco, a quien expresamos nuestro agradecimiento por habernos brindado esta documentación).
[4] RUIZ MATEOS, Aurora: Arquitectura civil de la Orden de Santiago en Extremadura: la Casa de la Encomienda. Su proyección en Extremadura. Junta de Extremadura – Diputación de Badajoz, 1985. Págs. 91 – 95.
[5] A.H.N., sección Ordenes Militares: Libros de Visitas de la Orden de Santiago. Libro 1101 – C, pág. 60; FLORES GUERRERO, Pilar: El arte del Priorato de San Marcos de León de la Orden de Santiago en los siglos XV y XVI: arquitectura religiosa. Universidad Complutense de Madrid, 1987. Tomo I, pág. 484.
[6] HERNANDEZ GONZALEZ, Salvador: “ La Parroquia de Santa María de la Asunción de Guadalcanal y su patrimonio artístico “, en Revista de Guadalcanal (1999), págs. 57 – 61; FLORES GUERRERO, Pilar: El arte del Priorato ..., tomo I, págs. 484 – 486.

Revista de Feria y Fiestas 2001.
Salvador Hernández González


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