UN GUADALCANALENSE EN EL CAMINO DE SANTIAGO
Llegamos a Gonzar algo cansados pues la etapa que nos espera es larga y hemos traído mucho ritmo en estos primeros kilómetros, con muchos desniveles y bastante asfalto que cansa mas que el camino de tierra, se nota que nos estamos acercando a Santiago, los diferentes caminos se van juntando y cada vez hay mas peregrinos en los albergues, nuevamente tenemos un reagrupamiento de gente que habíamos dejado atrás o que nos habían dejado a nosotros, nos marcamos como objetivo para almorzar llegar a Hospital de la Cruz, desde allí nos marcaremos el final de la etapa y el resto del camino hasta llegar a Santiago.
En principio nos marcamos llegar hasta Melide, y así dividir los últimos cincuenta Km. en dos etapas una más larga hasta el albergue de Santa Irene y al siguiente día solo nos quedarían dieciséis km., que si madrugamos como todos los días los podemos hacer para llegar antes de las doce a la Catedral de Santiago e inscribirnos en la Misa del peregrino, el camino es ahora si “casi llano” y bastante seco.
Hacemos la primera parada en el Cruceiro de Lameiros, según dice la tradición el peregrino que llega a este lugar y reza una oración llega a Santiago sin dolor en los pies y con la mente limpia, yo no rezo ninguna oración, hace tanto que no lo hago que seria imposible completar alguna, pero si a mi manera guardo silencio y reflexiono sobre lo ocurrido desde que salí de mi casa para emprender esta empresa; continuamos algunos km. mas para hacer ganas de almorzar, aligerando nuevamente el paso, pues ahora llueve bastante y aprovechamos el camino llano y el asfalto.
Llegamos al mojón de los 70 Km . y nos encontramos con una furgoneta del Concejo de Furelos, trae termos con café y varias cajas de manzana y nos ofrece un café y una bolsa de manzanas y castañas a cada uno, nos comenta que estamos cerca de Ligonde, allí podremos almorzar y llenar las cantimploras de agua, pues después no encontraremos fuentes potables hasta Palas del Rei.
Seguimos por la carretera hasta Ligonde, nos llama la atención la cantidad de casas señoriales o de “indianos” que hay con escudos de familia en la fachada y el “Cementerio del Peregrino” que hay a la salida, la curiosidad nos invade y decidimos entrar una placa dice en gallego y castellanos: “En este lugar de transito tubo lugar el último óbito fue en el año del Señor de 1906, reinando Alfonso XIII en el conjunto de las Empañas”, lo que nos reconforta y nos hace pensar que nadie muere en el intento de hacer el camino, al menos por estas tierras.
Hacemos un descanso en el albergue de Palas de Rei y nos comenta la Hospitalera que hoy hay comida especial gallega a base de hoya de lacón con grelos y otras viandas por un modesto precio (la voluntad), nos acoplamos en una larga mesa junto con un grupo de peregrinos holandeses, esto hace que la sobremesa sea breve ya que se hace difícil entendernos, algunos hablan inglés y otros francés, por nuestra parte, unos entienden idiomas y otros nos comunicamos por señas como los indios, así que aun cuando ya son más de las tres de la tarde y el tiempo amenaza nuevamente lluvia, decidimos hacer los 15 Km. que nos quedan hasta Melide y pasar allí la noche.
A la salida de Palas del Rei nos encontramos con el resto del grupo que durmieron en el albergue anterior de Brea y habían madrugado más que nosotros, nos encontramos con el castillo de Pambre, según reza en la portada es un ejemplo de la mejor conservada arquitectura militar medieval en Galicia y su primer morador fue Gonzalo Ozores de Ulloa allá por el año 1375, seguimos el camino antiguo paralelo al río Pambre y el valle del mismo nombre.
Son casi las cinco de la tarde, hacemos una parada en Furelos, nos encontramos un precioso pueblo, después de cruzar un magnifico Puente Romano por el que transcurre el camino principal, a la entrada nos detiene un cura anciano muy amable llamado Mosen Cirilo que se encontraba a las puertas de su parroquia.
Entramos en la pequeña parroquia, presidida por una precioso arco, al fondo el altar mayor y a la derecha un curioso Cristo que según nos explica el párroco es el único que hay en el mundo de sus características y que solo existe una copia casi exacta en el Museo del Vaticano, pero que solo es una copia, el original esta en esta pequeña aldea de Galicia.
El Cristo de Furelos tiene un brazo desclavado de la cruz ofreciendo su mano para levantar al que ha caído en pecado ayudándole a recuperar su anterior estado de gracia, nos explica el párroco, nos convence para oír la misa del peregrino y nos ofrece la casa parroquial para descansar y comer, aceptamos y después de una hora y medía continuamos el camino.
Seguimos caminando y nos aproximamos a Melide, cruzamos el puente Romano y nos encontramos una bonita población de origen prerromano, en la entrada a la población nos encontramos Hospital del Peregrino que según reza en su fachada es el más antiguo y mejor conservado del camino francés, nos reciben y nos atienden de maravilla, incluso hay un ATS que nos da consejos para poder continuar el camino que nos queda y cura algunas “heridas del camino”, pues los pies empiezan a notar el esfuerzo en muchos de nosotros.
En mitad de Melide encontramos el Crucero de San Roque, lugar donde se unen el Camino Francés con la ruta costera que procede de los diferentes caminos del norte, País Vasco, Cantabria y Asturias, se empieza a notar la proximidad de Santiago y los cruces de caminos, pues cada vez es mayor el número de peregrinos que nos encontramos, las fuerzas empiezan a fallar y nos dirigimos al albergue por una calle empedrada y edificios medievales.
Llegamos al albergue y nos encontramos el primer problema de alojamiento serio desde que empezamos el camino, a pesar de contar con más de 130 plazas, están todas ocupadas, nos ofrecen quedarnos en el salón común, pero hay que quedarse en el saco de dormir en el suelo y tener que esperar hasta las doce de la noche que se cierran las puertas y se apaga la luz, finalmente decidimos darnos una ducha reparadora y seguir el camino hasta Portela, pues nos comentan que aun cuando quedan unos ocho kms. de camino bastante llano y allí seguro que podemos dormir.
A tres kms nos encontramos una zona de descanso y cogemos agua en una cascada de aguas cristalinas, hay un monolito y con una lectura curiosa: “Si es el Dios el que os mueve, peregrino, o es el arte, la historia o poesía, este punto seria el principio y el final del camino; mas si tú corazón seguir adelante anhela, adelante peregrino, que el cielo de Galicia te protege y el camino que te espera es corto y satisfacción del camino tu recompensa”.
Pueblos y aldeas recorridos.- Gonzar, Castromaior, Hospital de la Cruz, Ventas de Narón, Eirexe, Lestedo, Valos, Avenostre, Palas del Rei, San Xulian, Pontecampaña, Leboreiro, Furelos, Melide, Boante, Castañeda y Portela.
RAFAEL CANDELARIO PREPISA
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