By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 24 de octubre de 2009

CAMINO DE SANTIAGO 3ª ETAPA

UN GUADALCANALENSE EN EL CAMINO DE SANTIAGO
3ª Etapa O Cebreiro-Monasterio de Samos (Total etapa 28 Km.)
Hoy nos hemos levantado un poco mas tarde, a las 7,30 de la mañana, ya que durante toda la noche ha estado lloviendo y con una tormenta de rayos y truenos que asustaban, finalmente, después de desayunar en la cocina del albergue, iniciamos el camino, queremos terminar en el Monasterio de Samos o en Sarria, dependiendo de las fuerzas y de las inclemencias climatologiítas, ya sabemos por experiencia que si ahora tenemos los primeros rayos del sol y el cielo casi completamente raso, esto puede cambiar en diez minutos.
Comenzamos una bajada bordeando la montaña para llegar a Hospital de la Condesa, lugar que paramos para hacer un breve descanso y almorzar, pues tenemos que comenzar la subida al alto del Poio por un sendero abrupto pero de gran vegetación y encanto, por donde empezamos nuevamente a dejar atras peregrinos y otros que naturalmente nos adelantan, formándose una curiosa hilera, por este camino nos encontramos bastantes vacas sueltas que parecen “no tener dueño”.
Tomamos un camino bordeando la montaña para llegar a Hospital de la Condesa, lugar donde hacemos un breve descanso y almorzarmos, pues tenemos que comenzar la subida al alto del Poio por un sendero abrupto pero de gran vegetación y encanto, por donde empezamos nuevamente a dejar atras peregrino y otros que naturalmente nos adelantan, formándose una curiosa hilera, por este camino nos encontramos bastantes vacas sueltas que parecen “no tener dueño”.
Pasamos el Alto de San Roque (1270 metros de altitud) y llegamos al Alto do Poio que con una altitud de 1300 metros nos comentan y leemos en las guías que es el punto mas alto de todo el camino, abandonamos la senda y seguimos durante diez o quince minutos por un camino paralelo a la carretera LU-634, depues de diez o quince minutos abandonamos nuevamente la carretera y cogemos la senda, pasamos Fonfria y nos marcamos llegar a comer a Triacastela y allí decidir se terminamos la etapa en Samos o en Sarria.
Durante cuatro o cinco kilómetros parece que el camino nos favorece, hay rampas y subidas pero poco prolongadas, lo que nos hace recuperar bastante tiempo y empezamos a agruparnos nuevamente y encontrar a gente que no veíamos en dos o tres días, bien porque iban mas rápido que nosotros o habían preferido hacer las dos últimas etapas por carretera, algo mas largo en kilómetros pero mucho mas suave que por los senderos originales que nosotros hemos elegido. Hacemos un descanso de esta muy larga etapa, y precisamente su longitud no es una de sus mayores dificultades. El perfil es irregular, pero el paso por los altos de San Roque y Poio no ha supuesto mucha complicación, en cambio, el descenso a Triacastela es más duro, porque hay tramos de camino malo, aparece nuevamente la lluvia y además no hay apenas vegetación.
Pasamos el precioso valle de Filloval y comenzamos una nueva y dura subida hasta As Pasantes, con una curiosa ermita que se introduce en el monte con una gruta llena de nichos alumbrados por pequeñas velas que los peregrinos encienden al pasar y da un ambiente un poco siniestro, nos encontramos un pequeño grupo de casas de piedra con aspecto de abandono, pero un cartel en castellano y en gallego a la entrada nos advierte: Peregrino estas casas tienen dueño, en este momento tú que lo esta leyendo, utiliza su servicios, muebles y enseres, pero que todo quede como lo encontraste, el patrón vigila.
Por fin llegamos a las 13,15 horas a Triacastela, un pueblo algo más grande que los anteriores o como le llaman en la zona parroquia principal, paramos a comer y a descansar en el albergue de la Xunta y el hospitalario nos aconseja que sigamos el camino por la carretera hacia el Monasterio de Samos, el camino va paralelo a la carretera y no es tan bonito como el antiguo camino que llega hasta Sarria, pero que merece la pena hacer noche en el Monasterio Benedictino. Triacastela, la ciudad de los tres castillos (de los que no encontramos ni rastro), fue fundada por el conde Gatón del Bierzo en el siglo IX. En el interior de la iglesia parroquial barroca de Santiago del siglo XVIII, aunque también muestra hechuras románicas, hay una imagen del apóstol, patrono de la villa, y un retablo plateresco.
Tal y como nos han comentado el camino hacia Samos tiene poco interés, transcurre por un valle y un camino asfaltado paralelo a la carretera y durante diez kilómetros apenas nos encontramos alguna pequeña aldea o casas aisladas por el campo, pero el camino es casi llano y avanzamos bastante, llegamos al valle de Samos sobre las cinco de la tarde y nos dirigimos al Monasterio, el paisaje es idílico y los edificios son mayores de lo que nos podíamos imaginar, cruzamos un pequeño puente que atraviesa un arroyo y entramos en el patio principal por la puerta del peregrino. El Albergue lo tienen instalado en las antiguas caballerizas, nos acompaña el novicio Hospitalario y nos invita a acomodarnos.
A las seis treinta nos comentan que si queremos visitar el Monasterio podemos hacerlo con una visita guiada, nos enseñan la biblioteca, la iglesia, las celdas y gran parte del interior y nos emplazan a las ocho de la tarde en el comedor de la acogida para cenar. La cena es a base de pote gallego, alubias con grelos y filetes de ternera empanados, buen vino de sus viñedos y abundante fruta de la huerta. En cada mesa se sienta un monje que nos acompaña en la velada y nos relata las historias de este Monasterio.
El Monasterio de Samos sufrió varios incendios y saqueos a lo largo de su historia. De este centro de espiritualidad han salido siete obispos, entre los que destaca el ilustrado Benito Jerónimo Feijoo. A principios del siglo XIX se constituye como sede de la orden de los Benedictinos. La fachada de la iglesia data del siglo XVIII y está sin finalizar. En el Monasterio de Samos destaca el Claustro de Feijoo de estilo clasicista, así como una estatua de este personaje ilustrado. El monasterio alberga en su interior una puerta de una vieja iglesia románica que fue destruida en el siglo XVII.
Después de la cena nos dan unas instrucciones precisas, podemos salir a dar una vuelta al exterior, pero la puerta se cierra a las 21,30 de la noche y no se abre hasta las seis quince de la mañana después de las maitines, el peregrino que quiera asistir a dichas maitines (solo hombres) tendrá que poner una toalla en la cabecera de la litera y será despertado a las seis de la mañana, la salida del Monasterio será a las 7 en punto después del desayuno, que es cuando empieza las tareas diarias de los monjes, la comida y la estancia es gratuita, el que quiera puede contribuir con un donativo o comprando productos que ellos mismos hacen, vinos, quesos, dulces etc., la mayoría acordamos dar un donativo, ya que llevamos mucho peso en las mochilas para comprar nada.
Pueblos y aldeas que hemos cruzado en la 3ª etapa: Liñares, Hospital de la Condesa, Padorneiro, Alto del Poio, Fonfria, Filova, As Pasantes, Triacastela, San Xil y Monasterio de Samos.

RAFAEL CANDELARIO REPISA

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