NOTICIAS SOBRA SUS CONVENTOS, A TRAVES DE UN INFORME DEL AÑO 1646 (parte 1)
I. Introducción.
Los siglos XV, XVI y XVII suponen una época esplendorosa para la vida religiosa en Guadalcanal, al convertirse en escenario de una verdadera cadena de fundaciones conventuales a cargo de la Orden Franciscana. Este ciclo fundacional vendrá a enriquecer, por un lado, el patrimonio artístico de la localidad, que contará, además de sus tres parroquias y las ermitas repartidas tanto por el casco urbano como por el término municipal, con los conventos de Nuestra Señora de la Piedad (vulgo San Francisco), San José (más conocido como Santa Clara), Purísima Concepción y Espíritu Santo. Y por otro, se intensifica el clima de espiritualidad existente, al servir estos templos de sede a diferentes hermandades y cofradías. De esta forma, a lo largo de la Edad Moderna Guadalcanal aparece como una villa eminentemente levítica, poblada por las torres, espadañas y portadas de sus templos, en los que se albergaban numerosas imágenes, retablos, pinturas y ornamentos sagrados.
A la hora de fundar conventos es aplastante el monopolio de la Orden Franciscana en Guadalcanal, frente a la variedad de órdenes presente en otras localidades de la comarca, como Alanís (basilios y Clarisas), Cazalla (franciscanos, clarisas, agustinos, agustinas y cartujos) y Constantina (basilios, franciscanos, clarisas, jesuitas y hospitalarios de San Juan de Dios). No obstante, es evidente el gran peso de los franciscanos en la comarca, que dio a la Orden Seráfica una de sus más insignes figuras: San Diego, cuya vida y obra estuvo muy presente en la espiritualidad española de la época.
Conocemos muy poco sobre la historia de los diferentes conventos establecidos en Guadalcanal. La Desamortización acarreó la dispersión, cuando no la pérdida. de los archivos conventuales, dificultando la investigación histórica y añadiendo un tupido velo de oscuridad y silencio al tema. Hasta ahora una de las fuentes principales de noticias sobre el tema que nos ocupa ha sido la crónica de Fray Andrés de Guadalupe sobre los conventos de la denominada Provincia de los Ángeles (1).
A fines del siglo XV, Fray Juan de la Puebla desarrolla una reforma de los franciscanos, buscando una mayor austeridad y ascetismo en la vida conventual (2). Para ello crea, dentro de la propia Orden, la denominada Provincia de los Ángeles, marco administrativo que englobaba los conventos franciscanos situados en la Sierra Norte sevillana y en algunos lugares de la Sierra de Córdoba, vega del Guadalquivir y Extremadura.
Una de las primeras fundaciones de Fray Juan de la Puebla fue precisamente el Convento de Nuestra Señora de la Piedad de Guadalcanal, más conocido como San Francisco. Ya a fines del siglo XVI se funda el convento de San José, de monjas clarisas, también conocido como Santa Clara y perteneciente igualmente a esta Provincia de los Ángeles.
El siglo XVII trae dos nuevas fundaciones franciscanas: la Purísima Concepción, de franciscanas concepcionistas, y el Espíritu Santo, también de clarisas. Sin embargo, administrativamente no dependerán de la Provincia de los Ángeles, sino que estarán bajo la jurisdicción eclesiástica del Ordinario o Provisor de la Provincia de León de la Orden Santiaguista, a la cual perteneció Guadalcanal hasta su incorporación al Arzobispado de Sevilla a mediados del siglo XIX. Al no pertenecer estos dos últimos conventos a la Provincia de los Ángeles, Fray Andrés de Guadalupe no se ocupa de ellos en su crónica, siendo conocida su fundación a través de otras fuentes documentales.
Con el objeto de completar los datos conocidos y aportar algo más de luz a este tema tan poco estudiado vamos a presentar un interesante informe sobre los conventos de Guadalcanal (3), fechado el 18 de octubre de 1646 y en el que se aportan datos tan variados como sus fechas de fundación, fundadores, religiosos y religiosas ilustres, composición de la comunidad en ese momento, reliquias, archivos conventuales, etc.
El informe en cuestión fue elaborado por Fray Juan Benítez, Lector de Artes en el convento de Nuestra Señora de la Piedad de Guadalcanal, respondiendo a la orden dada en Madrid el 20 de febrero de 1646 por Fray Juan de Palma, Comisario General de la Orden Franciscana. Los conventos tratados son, pues, el de La Piedad (o San Francisco), San José (o Santa Clara), Purísima Concepción y Espíritu Santo.
2. Convento de Nuestra Señora de la Piedad (San Francisco).
La crónica de Fray Andrés de Guadalupe nos habla del establecimiento de los franciscanos el 1 de mayo de 1495 en la ermita de Nuestra Señora de la Piedad, fundación promovida por Don Enrique Enríquez, Comendador Mayor de la Provincia de León de la Orden de Santiago, y su mujer Doña María de Luna (4). Estos mismos datos son recogidos en su informe por Fray Juan Benítez, quien señala que el primer Guardián o Superior fue Fray Diego de Arvajas, natural de Hinojosa del Duque (Córdoba).
A fines del siglo XVI, concretamente en 1591, la comunidad estaba integrada por veinticuatro miembros (5). En 1646 se compone de treinta y religiosos, siendo Guardián Fray Miguel Moreno, natural de Añora (Córdoba). El Guardián es copatrono de una obra pía fundada por el en Bastida, consistente en el repartimiento de trigo a los pobres, o cual se le da al Guardián seis fanegas de trigo. Otra de las obligaciones del Guardián es asistir a una misa cantada el día de la Concepción la parroquia de San Sebastián, para lo cual "le dan de limosna z reales para vestuario y una vela de media libra".
Junto a esta función asistencial, el convento desarrollaba cierta vida cultural, pues en él se habían impartido clases de Teología. En el momento de redactarse el informe "ha tenido juntos dos cursos de Artes (letras), a quienes leía un lector cuatro lecciones todos los días", asistienrmalmente diez y ocho estudiantes.
La vida espiritual era también intensa, hallándose establecida en el convento la Cofradía de La Soledad, de la que Fray Juan Benítez nos aporta interesantes datos:
"En sobredicho convento está fundada la Cofradía de la Soledad de Nuestra Señora. Y el Viernes Santo a la procesión del Sepulcro de Cristo Redentor Nuestro ocurren en ella el Cabildo seglar y los clérigos de tres parroquias. Tiene dicha Cofradía una Bula de Urbano VIII, en la cual concede tres indulgencias plenarias en diversos días del año y otras indulas. Y tienen dichas indulgencias resguardo de su valor del Comisario General de la Cruzada Don Fray Antonio de Sotomayor".
Subrayando el alto nivel alcanzado por la vida conventual, Fray Juan Benítez nos cita algunos de los religiosos ilustres de la casa: Fray Alonso López, que fue canónigo de la Catedral de Puebla de los Ángeles (México), "causó en este pueblo y su comarca grande admiración" al reunir las riquezas de su episcopado, optando por seguir la proverbial pobreza franciscana. Otro religioso ilustre fue Fray Francisco de Lora, “varón de loable vida", cuyo cuerpo se conservaba en el convento, en el que también se veneraba como reliquia la cabeza de un Mártir Franciscano del Japón, llamado Gregorio, enviada desde la Nueva España por Cristóbal Ramírez, natural de Guadalcanal y que desempeñaba allí el cargo de Comisario General de la Orden.
Finalmente, el informe nos menciona algunos de los documentos conservados entonces en el Archivo conventual: tres Breves de Inocencio VIII y dos de Alejandro VI concediendo la fundación del convento; otro de Alejandro VI en favor del convento, mediante el cual sus frailes confesores podían absolver todos los casos reservados en el Priorato de dos Provisiones Reales dada por los Reyes Católicos para el mismo objeto; una Provisión Real del Emperador Carlos V concediéndole permira cortar leña en todo el término de Guadalcanal; otra de Felipe II, fiando que los escribanos y jueces no cobrasen sus honorarios al convento; una Ejecutoria de los Onces contra los curas de las parroquias de la villa, ante el Licenciado Juan Dionisio Puerto Carrero, Vicario General del Obispado de Córdoba; otra sentencia y provisión contra los curas de las parroquias de la localidad, para que el convento "no pague la cuarta funeral", fechada el 16 de junio de 1594; otra ejecutor para que los síndicos (representantes del convento) "no paguen derechos reales ni concejiles", y otra ejecutoria, dada por Felipe 1V, "contra los que quebrantaren e hicieren quebrantar los privilegios de los síndicos y hermanos que nos hospedan en sus casas". (sic).
NOTAS.-
1. GUADALUPE, Fray Andrés de: Historia de la Santa Provincia de los Ángeles. Madrid, 1662.
2. VARIOS AUTORES: Historia de la Iglesia de Sevilla. Editorial Castillejo, Sevi1la 1992. Pág. 396.
3. ARCHIVO GENERAL DEL ARZOBISPADO DE SEVILLA, sección III (Justicia), legajo 195: Memorial de cosas pertenecientes al Convento de Guadalcanal (1646).
4. GUADALUPE, Fray Andrés de: Op. cit., págs. 146 - 148.
5. RUIZ MARTIN; Felipe: "Demografía eclesiástica", en Diccionario de Historia Eclesiástica de España. Madrid, 1972. Vol. II, pág. 701.
SALVADOR HERNANDEZ GONZALEZ
Licenciado en Historia del Arte
Revista de Guadalcanal 1998
Gracias por traer estas cosas a la red. Espero la segunda parte. Saludos y Feliz Navidad.
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