SUS ACTIVIDADES EN AMERICA Y SUS LEGADOS A LA METROPOLI, SIGLO XVII
INDIANOS ANDALUCES.-
También dí a conocer anteriormente diversos factores que incidieron en el movimiento migratorio de los naturales de Guadalcanal al Nuevo Mundo, destacando la vinculación y proximidad del pueblo a Sevilla y el asentamiento en Indias de distintos vecinos que atrajeron a parientes y paisanos (3).
Desde fechas inmediatas al Descubrimiento se encuentran relaciones comerciales entre Guadalcanal-Sevilla- Indias, sobre todo en despachos de vino y el pase de mercaderes y emigrantes (4).
Hay que recordar que el fenómeno migratorio de Guadalcanal realizará fundamentalmente durante el siglo XVI, si bien continúa en la primera mitad de la centuria siguiente, a menor ritmo, para casi desaparecer a partir de 1650, al menos por lo que demuestran los datos conocidos hasta ahora. Los territorios de máxima atracción serán, en ambos siglos, por mayoría absoluta, Nueva España, seguida de las Antillas y el Perú. Luego se verá cómo en estos ámbitos existen determinados centros o ciudades con vecinos de Guadalcanal ya asentados o venidos en diferentes fechas.
Para los períodos de emigración conocidos en el XVI (1506-1540; 1554-1577) se contabilizan 315 individuos de la villa que pasan con frecuencia en grupos familiares. Dicha emigración, aún con el vacío informativo de la etapa 1541- 1553, se efectúa fundamentalmente entre 1527 y 1565. Teniendo en cuenta este factor, que hace pensar en un elevado número de emigrados desconocidos para los años en que no existe documentación, más los que faltan por conocer entre 1577 y 1600, sumados los que se escapan de registros y controles oficiales en su paso al Nuevo Mundo, darán, como mínimo, una cifra superior a los 500 para todo el XVI. Pese a todo, teniendo en cuenta que el número de almas de Guadalcanal en dicho siglo se calcula en unas 5.000 hallamos que, como mínimo un 10 por ciento de la población pasó a Indias (5).
De estos 500 emigrantes que se calcula, se ha logrado una muestra de 20. La proporción indica que cuantitativa una muestra representativa, pero sí lo puede ser cualitativamente.
Con respecto a los seleccionados hay que advertir que tienen distintas motivaciones y limitaciones en su elección como muestra: son los que están «más a mano», aquellos cuyo rastro documental es más próximo, al estar incluidos en las listas de bienes de difuntos del A.G.I. o entre los fundadores de capellanías en las listas de las mismas del Archivo Arzobispal de Sevilla.
Ahora bien, dichas premisas no significan que por ello tenga que ser un grupo homogéneo en origen, comportamiento, fortuna, etc. Su aparición entre la documentación de bienes de difuntos sólo conlleva, generalmente, que murió, con testamento o sin él, en Indias, sin herederos forzosos allí, o bien que el total o parte de su hacienda fue reclamado, por una causa u otra, desde la Península.
En cuanto a la fundación de capellanías u obras pías para nada delimita el status social o económico del individuo, y que las mismas oscilan en cuantía sin que tuviera que existir un máximo inalcanzable para amplios sectores, como en el caso de los mayorazgos, o un mínimo tal que fuera igualmente difícil de conseguir. Posteriormente se desarrollarán estos asertos al analizar las características del grupo.
Si por una parte la documentación de bienes de difuntos, como su nombre indica, es más precisa en cuanto a los de cada uno de ellos por incluir generalmente su testamento o almonedas, así como los reclamantes en la Península, los de capellanías agrandan el panorama del entorno familiar y social de cada fundador en Guadalcanal; informan del destino posterior de estos caudales y su inversión en el pueblo, si bien omiten muchos datos de su actividad o rastro en América, ya que a este efecto sólo se suele incluir la cláusula del testamento en que se refiere a la capellanía u obra pía.
Pese a la relatividad de la información siempre obtenemos más riqueza de datos que la proporcionada por la simple licencia de embarque o lista en catálogos diversos. Pese a todo, y más que biografías completas, podremos trazar un perfil sociológico de este grupo cuya semblanza e imagen se podrá trazar y adivinar con sucesivas investigaciones.
SEMBLANZA PERSONAL Y FAMILIAR.-
La primera característica más destacable de los 19 seleccionados es la mayoría absoluta de varones frente a una sola mujer.
Mientras en la lista de capellanías de Guadalcanal, india encontramos un sinnúmero de fundadoras, en las de bienes de difuntos son escasas las hembras que aparecen, y no solamente para esta villa sino para el resto peninsular. Sin duda ello se debe a que pocas mujeres fueron «sueltas» o desparejadas a Indias o siguieron en tal estado allí, mientras que los varones sí lo hicieron con frecuencia. Por otra parte gran cantidad de mujeres del pueblo habían acompañado a sus maridos, hermanos o parientes a los distintos lugares del Nuevo mundo donde se establecerían más tarde, como Mariana Vélez de Ortega, una de las primeras que llegaron a la Nueva España (6).
Pocos datos se conocen de la edad al pasar a Indias, al fundar las capellanías o al testar. En el momento de su viaje se puede adivinar, por referencias, la de dos o tres: un hombre adulto que deja hijos jóvenes en el pueblo y otro casado en segundas nupcias que dejaba varios hijos de ambos matrimonios. Al testar se supone, por distintas referencias, que la mayoría lo hace a una edad avanzada (dentro de la esperanza de vida del Antiguo Régimen): uno lo indica expresamente al estar en cama poco antes de morir y no poder firmar por su estado; otra, la única mujer, (Beatriz del Castillo), al estar presente en su testamento un nieto como testigo. Del resto se deduce por la edad de sus hermanos, hijos y sobrinos en España.
En cuanto al estado civil se conoce directamente siete casos en que queda especificado en la documentación y mayoritariamente lo especifican los casados. En cuatro casos más podemos pensar que, por su testamento y final de sus bienes, se trata de hombres solteros a quienes heredan sus hermanos, sobrinos o parientes. No hay pues ninguna similitud en ellos. Salvo uno casado en América, con mujer de distinta naturaleza los casados habían dejado sus familias en la península regional, y sus mujeres eran igualmente de Guadalcanal o pueblos próximos (Llerena). Beatriz del Castillo, muerta en Salta, era viuda de un Alonso González Sancha, con quien debió pasar a Indias, y era posiblemente del mismo pueblo que su mujer, por sus apellidos.
Cinco de los casados dejaron descendencia legítima en España o Indias; uno, más abundante mestiza (cinco frente a uno) y otro que no la tuvo de su matrimonio, sí la consiguió en América teniendo un hijo mestizo. En cuatro casos más, sol sabemos que no tuvieron descendencia legítima y en el resto de los casos se ignora.
No obstante abundan los datos sobre los parentescos de estos individuos en Guadalcanal e incluso entre sí. Prácticamente todos dejaron hermanos en el pueblo (de uno a cinco siendo más frecuentes dos o tres); dos estuvieron acompañados por uno de ellos en América y algunos presentan ciertos parentescos. Entre todos encontramos en distintos lugares y fechas a Luis Funes de Bonilla, Juan Bonilla Mexía, Alonso de Bonilla y Gonzalo de Bonilla Barba, parientes por el apellido común, en distinto grado; Antonio de Bastidas, pariente también de los anteriores: y a Diego Ramos Gavilanes y Álvaro de Castilla, igualmente parientes.
(3) Ortiz de la Tabla Ducasse, Javier: op. cit. Págs. 450-454.
(4) Vid. Catalogo de los fondos Americanos del Archivo de Protocolos de Sevilla. Sevilla, 1930-1937. 5 vols., y, Bermúdez Plata, Cristóbal: Catalogo de pasajeros a Indias, 1509-1559. Sevilla, 1940-1946, 3 vols. y Bovd-Bowman, P: Índice geobiográfico de 40.000 pobladores españoles de América en el XVI. Bogotá 1964 y México, 1698 2 vols. (5) Ortiz de la Tabla Ducasse, Javier: op. Cit., págs. 448-449.
(6) Bovd-Bowman, P.: op. Cít., tomo II, pág. 263.
JAVIER ORTIZ DE LA TABLA DUCASSE
Actas de las I Jornadas de Andalucía y América. Huelva, 1981
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