By Joan Spínola -FOTORETOC-

By Joan Spínola -FOTORETOC-

Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 18 de abril de 2012

El viejo roble


Sobre la muerte, sobre la vida


Dice Huxley: “Yo no afirmo ni niego la inmortalidad del hombre. No veo razón para creer en ella pero tampoco tengo ningún medio para desaprobarla, ¿seré agnóstico o simplemente ateo?"


Antes de estar en la bolsa protectora de mi madre era parte de dos bolsas de madres que hicieron que mi padre y mi madre fueran partícipes de lo que se fecundó... un ser que piensa, reflexiona, que no cree en otra vida… es decir, yo.

Hoy cuando caminaba por el parque que tengo cerca de mi casa, cosa que suelo hacer a veces en mi paseo solitario, al encender un cigarrillo compredí que no soy dueño de nada, mi vida es un estado temporal, que todo lo que me rodea es parte de vida y muerte; observando un árbol en su última etapa imaginé que si no fuera por el viento, el agua y lo que le rodea, podría formar ya parte de un elegante sillón de roble de madera muerta; acepté que gracias a que los árboles y plantas que me rodeaban no tienen imaginación no sufren, porque no hubiese comprendido el roble semi muerto que todo es parte de la misma cosa, de la materia que se diluye en el tiempo.

Seguí caminando y encendí otro cigarrillo pensando en mi destino y viajé hacia dentro de mi madre y me fui hasta las estrellas más lejanas y mas cercanas y me pregunté ¿qué pasaría si se juntaran?, entonces me vino la idea de pensar qué hay después de la vida que viene, ¿el cielo, el purgatorio, el infierno o el todo de la nada?, no, esa vida es la que creen otros, yo no, en la otra y bueno ya que estaba protegido en cárcel de la comodidad que sentía en la panza de mi madre me contesté, ¿si entonces antes era un espermatozoide y un óvulo, mañana qué… nada?. Me sentí cada vez más materia, ¿entonces miro hacia atrás y me veo cada vez más chiquitito?

Una nueva vuelta al parque y allí estaba contemplándome nuevamente el viejo roble; reflexioné: si cada vez que miro hacia atrás me veo más chico, hacia delante me veré más difuso y me imaginé que cuando estuviese muerto no recordaría esta vida, pero sin querer la extrañaría, si esta es la más bella que he vivido, la próxima tal vez será enorme o totalmente vacía, cada vez más enorme, cada vez mas ínfima, pero no para mí y para los que creen como yo, acomodados en el agnosticismo o en la ignorancia; nosotros cuando muramos quedaremos inmóviles como la roca en el inmenso desierto de la nada, ellos, los otros se reunirán con su Dios.

Sí pero, ahí cuando quedemos sin vida o desgastemos las vidas que nos quedan, ¿algo nos hará renacer como un ruido enorme en la fe?, ¿todo permanecerá igual y seguiremos soñando los agnósticos a la velocidad de la luz que un ángel bueno o malo, acaso qué importa su actitud, vendrá a guiarnos a la otra vida?

En la naturaleza humana existen muchas interrogantes desde los albores de las civilizaciones. Hemos leído, aprendido, pensado..., en ciertos mitos, leyendas, circunstancias ciertas o no ciertas en muchos temas; y, uno de ellos es si existen o existieron los Ángeles, aquellos seres que se les relacionaba con la maldad a unos y la bondad a otros, esos seres inmateriales que nos enseñaban en la catequesis comprometidos a través de pactos o componendas con demonios o con dioses, seres que infundían miedo con su presencia y sosiego con su ausencia, graduados en protegernos de la maldad, unos, o llevarnos por el camino del pecado, otros, volando altaneros por nuestras almas con sus alas inmaculadas como medio de transporte.

En fin, la historia de nuestras vidas son desafíos constantes, estados de ánimos complejos, ¿y por qué no nos queremos morir?, sencillo, porque pensamos que cada vez se complica más creer en la otra vida y esta no es tan mala; lo que sería símbolo de placer futuro tiene cara de homicida de final inédito y confuso, todo es parte de todo, nuestra alma es parte de nada, no hay más vida que la vivida ayer, no existe el mañana, y no hay porqué temer a este pensamiento. Estamos y no vamos a estar (pienso) y es inevitable que el destino por más metas que nos tracemos siempre nos va estar diciendo en el momento presente que esto es puro tránsito hacia la nada, ¿a dónde quiero llegar con estas larguísimas reflexiones?, simplemente para mí la muerte no existe, es una forma de nombrar el mañana, por fin lo escribí, venía desarrollando estas hipótesis desde que vi morir a mi padre, un hombre bueno, y ahora cuando la “muerte dulce” ha tratado de arrebatarme a un ser querido, vuelvo a mis deliberaciones.

Verdad o mentira, se abre un abanico de posibilidades sobre la otra vida; cientos de autores, músicos, poetas, dramaturgos, locos y loqueros, sabios y no sabios han gastado buena parte de su intelecto en cantar, estudiar y escribir en sus rimas, sonetos y libros, a estos seres humanos, agnósticos o ateos que en el medioevo esa institución llamada Inquisición diezmó, a veces por el solo hecho de pensar diferente.

Envidio a los árboles y al resto de los vegetales, no formaban parte del Arca de Noé pero aguantaron el Diluvio Universal y carecen de los elementos necesarios para pensar en la siguiente etapa de su vida como “el viejo roble”.

Rafa Spínola
La fragua del pensamiento 

No hay comentarios:

Publicar un comentario