By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 27 de enero de 2016

Aquí no hay gobierno que gobierne nada

La injusticia de los justos

Pensamiento publicado en el Diario de Teruel el 04/10/2005 y en el Noticiario Digital de Guadalcanal el 06/10/2005. Pasado más de  un decenio, otros políticos, otro gobierno,  todo sigue igual

Bien es sabido que nuestro suelo patrio se caracteriza por los nacionalismos, nacionalidades, autonomías y patriotismos pueblerinos, pero nada se pondera, estos días se habla en la prensa de reformas constitucionales, estatutarias, y sobre todo de solidaridad entre autonomías para equilibrar los presupuestos  a base de incrementar impuestos a los ciudadanos de a pie, provocando inestabilidad y desigualdad social.
Se podría editar un diario lleno de páginas tachadas de la injusticia de los justos. Es la epidemia del momento actual, que genera una sociedad enferma que se ceba con la honesta clase media y baja hasta el extremo de la tiranía, generando ese peligroso y desmedido caos de imprudencias y desequilibrios.
La humanidad debe superar "el egoísmo llevado a los extremos" en el plano ideológico, político y social, sobre todo social, la evolución humana en las últimas décadas ofrece avances muy importantes en los campos de la ciencia, la tecnología y las comunicaciones; Pero, por el contrario, "resulta cada vez más evidente el retroceso en las libertades y los deberes de los ciudadanos, que anulan los derechos de igualdad, que impide el entendimiento entre los hombres", dijo el profesor Tierno Galván hace ya varias décadas.
Es necesario responder a los crecientes peligros de amistades compradas, amores interesados, libertades prisioneras, favores con favores se pagan... ¿Y contra todo esto qué?, seria obligatorio un fuero de la verdad como norma; Pero las injusticias, que tanto padecemos hoy en día, matan todo atavismo de igualdad, pues no obedecen a normas o derechos. “Ya lo decía Platón: la peor forma de injusticia es la justicia simulada”.
Los políticos hablan de igualdades, Constitución y Estatutos, tratando de regular el funcionamiento de estados, autonomías, diputaciones, municipios..., todo un maremagno de oligarquías y “mandos intermedios” que improvisan y simulan poder en el teatro de lo absurdo, y por el efecto de esa simulación, todo se mueve en esa frontera de lo imprevisible.
Claro, esto no da seguridad ninguna, por mucho que nos hablen los poderes políticos, eclesiásticos y fácticos y se llenen la boca de solicitar salvaguardias para el cuerpo y amparos de la vida, para reclamar un mundo libre e igualitario para todos, libre de desigualdades, libre de armas nucleares, libre de egoísmos, y ¿como hacer una apuesta en firme que purguen todas éstas sinrazones...? Desde luego, quien busque ilegalidades, abusos y atropellos, no precisa nada más que salir a la calle, leer la prensa, visitar la seguridad social, entrar en lista de espera o en la lista del paro, salir de la droga y del alcoholismo, subir en una patera o bajar al razonamiento humano.
A veces, sobre todo cuando pensamos en la suerte que tenemos por vivir “en el primer mundo”, deberíamos acercarnos a esos barrios y polígonos marginales de las grandes ciudades, da la sensación que están divididos en dos bandos, los que son presos de la desigualdad y los que se apresan a la vida, tratando de salir de las diferencias económicas, de raza, religión ó simplemente de pobreza, queriendo pasar a una categoría de parias superiores.
Ahora, parece que el gobierno toma medidas, ¿qué gobierno?; Pues parodiando una vieja canción que hablaba de “Libertad sin ira” muchos piensan que “aquí no hay gobierno que gobierne nada”, repito, parece que quieren llevarnos hacia el extremo de "crecer más, distribuir mejor y lograr un total bienestar social", y por ello leo el comentario de un político gobernante en un diario, “los presupuestos tienen un alto componente de gasto social en educación, en sanidad y en pensiones".
A primera vista se manifiesta elogiable la actitud de incrementar el gasto social, sobre todo ante tantas necesidades que algunas personas soportan, pero ¿y quién controla las bases?, no pensaran con el talante pasar de un polo de dejadez al otro de proteccionismo total. En el equilibrio casi siempre suele estar el quid de la humanidad; Tan importante es tender la mano como incentivar la igualdad, el desarrollo y la inversión a favor del trabajo y la ponderación del bienestar, como incentivar derechos y sobre todo los deberes. No caigamos en el limosneo de las prestaciones sociales, en el dar por dar, que, por otra parte, conlleva un cierto aire humillante.
La mayoría de las veces, la necesidad es más de comprensión hacia la persona que, por no tener, no tiene ni el descanso necesario, eso pasa cuando también se lleva el trabajo al extremo de vivir para el trabajo, los llamados "afortunados" no trabajar para vivir, muy propio de los tiempos actuales, y lo que es más grave, por reiterativas, las asistencias y prestaciones para el desarrollo de la persona, suelen ser muy desiguales. Las voces están calladas, hay quien habla ya de una sanidad de ricos y otra de pobres, de unos colegios de gente bien y otros de gente marginal, de un sistema de servicios sociales que no atiende a los penúltimos de los últimos.
Tampoco es cuestión de echarle toda la culpa a los poderes públicos. Debiera ser muy de humanos cultivar la sensibilidad interior hacia las necesidades reales del prójimo, hacia ese vecino que puede vivir en nuestra misma ciudad, pueblo o escalera, para saber en qué debemos ayudarle, cómo actuar para no herirle y cómo comportarnos para que lo que damos, lo que aportamos a su vida, sea un don auténtico, un don que no germine por lástima, sino por generosidad desinteresada. Que bueno sería que los recortes injustos respetasen más a los parias y desdichados.
En cualquier caso, pienso que hincharse con los justos y cosechar beneficios a su costa, continua siendo el pan nuestro de cada día para dolor de los humanos, simplemente, lo que decía el Profesor Tierno Galván… la injusticia de los justos.

Rafael Candelario Repisa

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