Con la tempestad llegó la calma. La lluvia que cayó en la noche del domingo al lunes en la comarca de la Sierra Norte derritió la nieve tan esperada para atraer a los turistas, pero también tan copiosa que se convirtió en una jaula para los curiosos que se acercaron a Guadalcanal, Alanís de la Sierra o Cazalla de la Sierra.
Así quedaron atrapados por una nevada "histórica, como no recuerdan ni los más mayores del pueblo", tal y como dijo el alcalde de Cazalla, Carmelo Conde (PSOE), después de comprobar que el frío dejó hasta 30 centímetros de nieve y más de 500 coches tirados en la entrada -o mejor salida- de la Sierra Norte: la carretera A-392 hacia El Pedroso y Cantillana.
Cuatro horas quedó cortada la carretera, pero la llegada de la infantería -la Consejería de Obras Públicas movilizó seis máquinas quitanieves, doce personas y repartió 7.500 kilos de sal- permitió liberar esta vía sobre las 19.00 horas del domingo. "Los vehículos salieron, pero preocupados por las placas de hielo", señaló el regidor, que habilitó como albergues una residencia escolar, donde se alojaron seis personas, y la biblioteca, que no se utilizó.
Peor suerte corrieron en Alanís de la Sierra, donde más de 600 turistas se vieron en la obligación de pasar la noche, después de que se quedaran en el camino a casa sus más de 200 coches. Su alcalde, Cecilio Fuentes (PA), confesó que la situación fue crítica. Entre los propios vecinos, que alojaron a los turistas en sus casas, y las casas rurales, destino de otros, se alojó al grueso de los atrapados. Sólo quedaron 120 personas, que fueron ubicadas en espacios públicos como el gimnasio y dos aulas anexas al colegio público. En esa locura, el Ayuntamiento también se puso manos a la obra y liberó una carretera, la que une Alanís con San Nicolás del Puerto, y donde habían quedado atrapados unos 70 vehículos. "A la tarde ya llegaron los vehículos de la Junta", añadió, no sin antes puntualizar que hubo momentos en los que "no se sabía exactamente cómo actuar".
La jaula fue más pequeña en Guadalcanal, donde sólo quedaron atrapadas 25 personas. "Las lluvias y el sol dejaron transitables todas las carreteras, pero el domingo era otra cosa", aclaró el alcalde de Guadalcanal, Jesús Manuel Martínez (PP), que reconoció "el colapso", sobre todo durante "las seis horas de intensa nevada". Aunque agradeció la colaboración de la Junta de Andalucía, la Diputación y la Guardia Civil, que hicieron "un trabajo encomiable", también aclaró que tuvieron que "llamar a empresas privadas del pueblo, que tienen retroexcavadoras, para liberar de nieve el camino hasta el puerto de Llerena", de las principales vías de acceso del municipio y la salida al hospital más cercano.
La normalidad llegó ayer también a Constantina, después de que "la nieve se haya ido de las calles tras la llovizna de la noche". Pero, al igual que en sus vecinos, acogió a familias que "por miedo a encontrarse las carreteras en mal estado se quedaron en hoteles y casas rurales del pueblo".
coordinación. Tras la nevada, es la hora de hacer balance y evaluar los daños. Los alcaldes de los municipios afectados coincidieron en calificar de "imprevisible" una nevada de cuatro horas y con esa intensidad. Pero también indicaron que sería recomendable aunar criterios y fijar planes de emergencias comarcales y no sólo en cada municipio. Para ello, se han emplazado en una próxima reunión en la que también quieren que esté la Diputación de Sevilla, para que "sea la coordinadora de todo el plan", según precisaron los regidores tanto de Alanís de la Sierra como de Guadalcanal.
Es más, aseguran que será fácil el entendimiento. "Durante la nevada teníamos contactos entre los alcaldes cada minuto", indicó Cecilio Fuentes, que vio lógica esa coordinación ya que "hay carreteras comunes" y, además, "tendríamos que tomar como experiencia lo que nos ha pasado y evitar en lo posible que esto se vuelva a repetir en años venideros".
Fuentes.-Europa Press
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