Guadalcanal,
provincia de Extremadura
A 6 de
Septiembre de 1798
Ana Yanes, muger de Sebastian Hernández, falleció hoy aquí. Estaba embarazada de 5 o 6 meses; y deseando D. Paulino Rafael Caro Guerrero, del órden de Santiago, Vicario eclesiástico y Cura párroco en la misma villa, socorrer al feto con el santo sacramento del Bautismo luego que advirtió el peligro de la madre previno á D. Francisco del Villar, Girulano de la propia villa, para que se hallara presente al tiempo del fallecimiento, y tomó las demás precauciones y prevenciones para semejantes casos se previenen en la Embriología sagrada. Cerciorados el Párroco y Cirujano de la muerte de la madre, procedió. El segundo â practicar la operación cesárea, estando el primero próximo al cadáver con un vaso de agua en la mano. El facultativo executó la operación con tal destreza que en ménos de dos minutos presentó la cabeza, los hombros y brazos del feto, á quien por no manifestar señales de vida, bautizó el Párrroco baxo codición; pero extrayéndolo del todo lavándolo con vino, se halló que estaba vivo, y vivió algunos minutos. Este exemplar debe excitar el zelo de los Párrocos en favor de las almas de los fetos, cuyas madres fallecen ántes de darlos á luz. (SIC).
En la estación de
ferrocarril de esta villa ha sido detenido por la Guardia civil el
niño de 11 años Rafael Fontán Durán,
natural de Madrid y escapado de la casa paterna.
Su padre es el
farmacéutico Sr. Fontán, funcionario excedente del
Cuerpo de Aduanas.
Mientras viene su padre á
recogerlo se ha hecho cargo de él el mancebo de la botica del
Sr. Samá, por indicación del alcalde, que no ha querido
meterle en la cárcel.
La historia del niño
Rafael es interesante. Muerta su madre hace ya años,
lleváronle á Guadalcanal sus abuelos y así
permaneció separado de su padre hasta hace trece meses, época
que le reclamó judicialmente, trayéndole á
Madrid, de donde se escapó al poco tiempo, y pidiendo limosna,
siguiendo el camino de la vía férrea, llegó á
casa de sus abuelos.
Reclamóle el padre
otra vez, y otra vez volvió á fugarse Rafaelito,
llegando á Guadalcanal en jornadas á pie y escondido á
veces en los retretes de los trenes.
Por tercera vez le
reclamó el padre desde Valencia de Alcántara, y por
tercera vez se escapó el niño, siendo detenido aquí
al llegar á la estación.
Dice el niño
Rafael que no quiere estar con su padre porque le trata con dureza, y
siendo, como es, hijo natural, le hace pasar por sobrino al objeto de
salvar las apariencias y conveniencias sociales.
El padre dice que el niño
hace lo relatado influido por sus abuelos, que así creen
lograr mejor sus propósitos de explotarle.
Se acaba de presentar el
Sr. Fontán, y por medio del conductor del tren, Saldaña,
ha enviado su hijo al correccional de Santa Rita, en Carabanchel.
El niño Rafael es
vivo de expresión, inteligente y simpático.
En el vecindario de
Guadalcanal ha causado penosa impresión el conocimiento de
estas tristes aventuras infantiles. (SIC)
ABC, Domingo 14 de Junio
de 1908
Por telégrafo de
nuestro Servicio Particular
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