By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 21 de marzo de 2015

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 55

Auge y caída de la producción durante el periodo real.

La Organización de la producción 3

l número elevado de “alemanes” que en algún momento pretendió la Real Hacienda que alcanzara los trescientos, nunca debió de sobrepasar los 200 y entonces comenzó a descender, sustituidos poco a poco por españoles en todos aquellos puestos en los que no eran insustituibles, especialmente a medida que aquellos iban adquiriendo una experiencia en contacto con ellos. En octubre de 1556 ascendían a cien, aunque se seguía reclamando el contrato de más técnicos. Aún en 1559, de dos maestros fundidores, los dos son alemanes; de seis ayudantes de fundidor, los seis son extranjeros; de siete entibadores, también son los siete foráneos; de nueve quebradores de metal, seis son igualmente extranjeros. En 1568, de siete entibadores, tres eran extranjeros y de nueve lavadores, tres no eran españoles. Los “alemanes” son generalmente asalariados, aunque en algunos casos —por ejemplo, a veces, en los trabajos de extracción— aparecen también como destajistas. Trabajaban igualmente extranjeros por contrata en el beneficio de los desechos, que se les cedían mediante el cobro de un cuarto o un tercio de los beneficios para la Hacienda de Su Magestad.
La absoluta hegemonía de los técnicos centroeuropeos se va viendo poco a poco compartida por la influencia que llega del otro lado del Atlántico. Si bien en los primeros años de explotación las minas reales suponen una ruptura absoluta con la tradición técnica anterior y su sustitución por la centroeuropea, a partir de 1560, las sucesivas llegadas de técnicos ultramarinos, que aportan las novedades surgidas en las colonias, entroncan a la minarla española con la colonial, que no deja de ser una herencia transformada y evolucionada de la española tradicional con aportaciones e influencias centroeuropeas, con lo que, de hecho, la minería real española enlaza con la tradición anterior en parte a través de Ultramar.
El grupo de alemanes en Guadalcanal se mantiene en contacto con las posibles novedades tecnol6gicas surgidas en sus tierras de origen a través de la llegada a la mina de expertos que introducir esas novedades (9) y a través también de viajes que hacen a Centroeuropa con cierta periodicidad subvencionados por la Real Hacienda (10).
En el interior del grupo de los extranjeros de Guadalcanal, las diferencias de salario o de formación son notables. Sin embargo, mantienen entre ellos una gran cohesión como grupo que manifiestan por ejemplo en la “huelga” de 1556 o en la indiscriminada contratación que hace el director de sus connacionales hasta las medidas restrictivas antes citadas. Y esta solidaridad la manifiestan especialmente frente a los españoles, con los que los choques son frecuentes y, en algunos casos, sangrientos; en 1560, como consecuencia de pendencias entre “alemanes” y españoles se produce un homicidio, de resultas del cual uno de los capataces alemanes con un grupo de su nacionalidad se ven obligados como culpables a huir a Portugal, donde son contratados para trabajar en unas minas denominadas de Vilaflor. De hecho, las relaciones entre extranjeros y españoles debieron ser muy difíciles, agravadas por las discriminaciones y las vejaciones de los primeros tiempos y por la incomunicación, ya que, como se deduce de algunas informaciones practicadas, muchos de ellos no hablaban una palabra de castellano (11). Para las ocasiones en que es preciso —relaciones con los oficiales, informaciones testificales, etc. — uno de los guardas españoles actúa como intérprete, por lo que cobra un complemento de salario, mientras que los técnicos de mayor cualificaci6n, como Stenberg, se comunicaban con la administración utilizando el latín.
Los “alemanes” de Guadalcanal trabajan también en las minas reales cercanas de forma esporádica; son enviados a ellas temporalmente como directores de laboreo o expertos en la colocación de maquinas y así los encontramos trabajando en Aracena, Cazalla, Valverde de Mérida, o incluso en los intentos reales de volver a poner en explotación Almadén previos a su cesión a los Fugger. Y cuando la mina andaluza decae abiertamente y sus salarios, petrificados, comienzan a perder valor adquisitivo, emigran a otras minas privadas, donde sus posibilidades de acceder a mayores ganancias son más elevadas. Muchos se van a Almadén, donde la empresa de sus compatriotas banqueros está dispuesta a acogerlos (12) ; a algunos otros los contratan otros empresarios, como el financiero Gerónimo de Salamanca, cuando decide realizar una serie de prospecciones mineras, o la empresa de una de las minas de mayor envergadura de Alcudia-Almodóvar, que se lleva al maestro de fundición. Algunos, por último, se dedican a ejercer ellos mismos como empresarios de pequeñas minas que a veces habían ya comenzado a trabajar cuando eran empleados de la mina real, contribuyendo así ellos también a la revivificación minera que caracteriza a los años 1556-1565, si bien insistiendo en el machacón interés exclusive por la extracción de plata que les llevara al fracaso junto con el resto de los empresarios mineros.
Una grave amenaza se cernirá pronto sobre los técnicos germanos, que contribuirá extraordinariamente a dificultar la fluida relaci6n que hasta entonces se había mantenido en materia de tecnología entre el ámbito germánico y el español; en 1559, uno de los capataces alemanes Claudio Mayre —seguramente Mayer (13), es detenido por la Inquisición de Llerena acusado de haber proferido expresiones heterodoxas en el momento en que la Santa Hermandad iba a detenerle por su participación en uno de los numerosos altercados entre mineros españoles y extranjeros. Tras un proceso es condenado a morir en la hoguera y la sentencia es inmediatamente ejecutada en la villa de Llerena. El impacto de su ejecución es grande entre sus compatriotas y llega a sus países de origen, con los que los “alemanes” de Guadalcanal mantenían frecuentes relaciones epistolares. Junto con el conocimiento de la situación general en materia de represión religiosa en España, ampliamente difundido en los países reformados, contribuye a hacer extraordinariamente poco atractivo el país cara a la continuación de la corriente inmigratoria de técnicos del ámbito centroeuropeo a nuestro país. Si la persecución religiosa tuvo un claro y constatado impacto en la evolución de la ciencia en nuestro país, no menos importante resultó éste en relación con la de la tecnología, tan precisada como aquella de una constante relación con los avances que se producen en otros ámbitos. Si se puede hablar de “tibetanzación” al referirnos a la cultura española posterior a 1560, con igual propiedad podemos aplicar el termino a la tecnología. Sera muy difícil con posterioridad a esta fecha encontrar expertos procedentes de las aéreas afectadas por la Reforma, que estén dispuestos a desplazarse a un país en el que corren el peligro de servir para alimentar una pira a causa de manifestaciones proferidas en un momento de ofuscación. Todo ello junto a muchos datos que hablan de dificultades para hallar fundidores destinados a las fábricas de artillería o el mismo de que, cuando en 1565 se solicitan nuevos técnicos en entibación de Alemania porque “el verano pasado se murieron muchos extranjeros que servían para este efecto” no se encontró uno solo dispuesto a venir.
Guadalcanal es una mina puente. En ella se reciben las técnicas alemanas, se asumen, y de allí, por medio de la emigración de técnicos, llegan a América. Pero, al mismo tiempo, de América vienen también sus innovaciones a Guadalcanal y desde ella se difunden ni resto de la metrópoli y en ocasiones a Europa. Acabamos de ver el flujo en dirección Europa Central-España. Pero también se produjo un importante intercambio, en este caso de mayor reciprocidad entre ambos lados del Atlántico que, tras el fin de la relación con el norte, se convierte en el único contacto técnico a partir de una fecha situada en torno a 1562.
La aportación de la experiencia minera y metalúrgica americana comienza ya desde el mismo inicio de la explotación. Ya dijimos antes que varios directivos de la mina andaluza tenían una previa experiencia americana. Luego irán llegando nuevos aportes en forma de conmistiones de expertos o de contratos reales con especialistas que ofrecen sus servicios y que comienzan a hacer allí sus experiencias; en 1556 se introducía, como ya vimos, el hornillo de reverbero y la técnica de fusión del mineral rico sin previa concentración, a comienzos de la década siguiente era el beneficio del azogue o la llegada del procedimiento del mercurio en caliente de la mano de Agustín de Sotomayor en la década de los setenta.
La coexistencia de personas con experiencias diferentes, alemanas y americanas en la fábrica, provoca la aparición de dos a modo de partidos, germanistas y americanistas, los partidarios el “modo de Alemania” y los del “modo de Nueva España” (14), que mantienen entre si polémicas, a veces realmente encendidas. Al comienzo de la explotación, los dos máximos directivos, Agustín de Zarate y Francisco de Mendoza son muy representativos en ambas filias. Mientras Zarate, conocedor de ella por su experiencia anterior, es el 1lrincipal valedor de la tecnología alemana, apoyado en ello por la Corona, Mendoza, estante durante mucho tiempo en Nueva España y Perú, es partidario abierto de los conocimientos de los mineros coloniales y a ellos acude con profusión para que formen parte de las frecuentes comisiones de expertos que reúne para solucionar los sucesivos problemas que se producen en la explotación; en 1556, cuando Mendoza acababa de tomar posesión de su cargo, Diego Ricote, un especialista de la mina, escribía:
“el señor D. Francisco de Mendoza ha llegado a estas minas de Guadalcanal y luego en llegando, envió a llamar a seuilla y a otras partes honbres que an rresidido en Yndias y an tenido minas suyas propias que las han beneficiado por sus propias personas, y así an venido y se an hecho ensayes ansí en las fundiciones de metal como en las afinaciones .(...), los de México que aquí an venido dizen que las minas durarán mucho tienpo, porque los metales van muy afirmados (...). Los alemanes, que son los fundidores que andan en estas minas, dizen -que mejor es que se labe el metal; ha avido sobre esto grandes consejos y consultas. Crese que se tomará el parescer de los de la nueba España” (15)

(9) Por ejemplo, en 1559 llegaba Hugo Fusio para construir dos tipos de bombas para extraer agua y modificación en los fuelles para hacerlos de mejor rendimiento.
(10) El ensayador Rodrigo Lucas es enviado a Holanda por cuatro meses y el alem5n Claudio Mayre —Mayer— a Alemania.
(11) Nicolás Bout, flamenco, natural de Lemburc en Borgoña (habló) por lengua e interpretación del dicho Leonardo Brun, "porque el dicho Nicolás no sabe hablar la lengua castellana. Llevaba trabajando en la mina más de ocho años".
(12) En 1568 escribían los oficiales de Guadalcanal que Cornelius Sconop acababa de llegar de Almadén, donde ahora trabajaba y había tratado de seducir a algunos oficiales para que fuesen allí.
(13) Ante el hecho de que se le considerara uno de los mejores conocedores de la mina en ese momento, el Administrador Mendoza se traslada a Llerena para tomarle confesión antes de ser ejecutado en relación con sus conocimientos:
“Claudio alemán, que quemaron en Llerena era grande ofigial de minas y pocos. Tubo mientras vivió govierno grande en su oficio para bibir y para que la mina durase Bien años, y es que, como maestro della, quando yvan sacando el metal por la caxa del, todos los ramos y bravos que avia travesseros de metal los cubria y ademaba, dexando lugar a donde y en que lugar y a quantos estados y ansi, quando faltava metal, salia del pogo como maestro y pedia albrigias al general, los quales mandava dar y descubrir metal de aquello que el tenia encubierto y guardado. Dexó debaxo desta ynfinitos grandes secretos y estando preso, entendido por D. Frangiso de Mendota pidió cédula Su Magestad para el ynquisidor de Llerena en que se le mandó que se tomase la confisión al Claudio sobre lo contenido en el capitulo, ante lo qual se hico y declaró harto ynportante al escrivano de Su Magestad, cuya declaraci6n fue a Don Francisco, pero se perdió”.
(14) A.G,S. Diversos de Castilla, Leg.° 8, fol. 61.
(15) A-GS. Estado, Leg.° 56, fol. 92. Otras noticias sobre técnicos americanos en Guadalcanal y otras Lea A..G.S. Estado, Leg.° 113, fols. 2 al 6; Leg.° 114, fol. 63; A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 33 nombramiento de Diego López para administrador, cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, fols- 44y 47; Leg.° 342, fol. 4. Sobre la misión de Agustín de Sotomayor, cfr. capítulo anterior G.& Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 125, fol. 6; Leg.° 124.

De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez

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