By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 23 de mayo de 2015

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 64

 
 Mano de obra libre, versus esclavos 1
Poco tiempo después de comenzarse la explotación real en la mina sevillana, la influencia del partido novohispano plantea la posibilidad, inédita aquí pero experimentada allí, de introducir mano de obra esclava para realizar una parte del trabajo de las minas. En la comisión de la Princesa Gobernadora de A. de Zárate de 24 de abril de 1556, aquella, ya aconsejada antes por los indianos, le indicaba:
“Porque se ha dicho que sería buena granjería para la fábrica de las minas dichas conprar una buena cantidad de negros y algunas negras, para que ellos trauajen en cavar y sacar metal y ellas en apartarlo y lauarlo y en guisarles de comer y otros seruigios, y que ansí se hace en las minas de la Nueva España. Y tanbién dizen que se podría tener algún hato de cabrones y cabras para el mantenimiento de los dichos negros y negras, y que en todo se ahorraría mucha costa y podría haber otros aprouechamientos. Debeis mirar en esto, y si os paresciere que se debe usar dello, ver qué cantidad de negros y negras será bien que se conpren, ansí para las dichas minas, como para las otras que se huuieren de beneficiar, y qué mayordomos debe haber para regirlos y gobernarlos y ha-verlos trabajar, y avisar de todo al dicho mi consejo de hacienda para que se prouea57.
En un principio, los administrativos manifiestan un cierto escepticismo, incluso algunos le los procedentes de Ultramar, y su respuesta lo trasluce:
“V.M. manda que vea si conuiene conprar negros para esta fábrica; helo platicado con muchos. Con esta va la quenta del jornal que los peones ganan y de lo que otros tantos negros puedan costar y lo que han de ganar en comida y vestido, aunque a los administradores les será trabajo, porque han de tener depósito de bastimentos, y si la carne no estuviese en buen prescio, proveerse ha de lo que sea menester y trabajar de mirar por los negros. Paresceme que se debe traer agora una partida de Bien personas para esta fábrica, y otros Bien para las otras fábricas que V.M. manda asentar y que no sean más hasta ver cómo responden; y labrándose más minas, forgoso se han de encarescer los jornales y recibir grande daño la tierra, porque les será grande costa labrar sus heredades”58.
A partir de ese momento, se comienzan a sopesar ventajas e inconvenientes de la mano de obra libre frente a la forzada. Sin que en ningún momento se tenga en cuenta en el balance el factor productividad, se tienen en cuenta únicamente los costes de una y otra. Y es evidente que estarán en función de las fluctuaciones de los precios del coste inicial —el precio de un esclavo— y de la alimentación de una parte; y de otra, de los salarios. En 1556, la idea de sustituir una parte de la mano de obra libre por mano de obra forzada —no sólo se piensa en los esclavos negros sino también en moriscos— se desecha, ya que aquel año ha resultado de carestía, como puede comprobarse, tanto por los datos de Hamilton como, aún más afinadamente, por los recogidos por nosotros referentes a precios de cereales en Guadalcanal; ello lleva a una cantidad importante de pequeños campesinos, propietarios o no, a buscar trabajo en la mina y la elevación de la oferta de trabaje reduce el precio de los salarios 59.
La situación, sin embargo, cambia al año siguiente —1557—. Se aconseja entonces ya desde la propia mina, la compra de esclavos, porque la coyuntura de precios ha variado desde el año precedente:
“Conviene que V.M. mandase conprar cantidad de negros y moriscos para esta fábrica y para las demás que se armasen, porque según ba el año a dios gracia y la gente se va encareciendo y ensoberbeciendo, a de ser trabajosa y costosa di allar”.
La mano de obra esclava ofrecía además otra ventaja; frente a la estacionalidad que caracterizaba a la libre y su escasa permanencia temporal en el puesto de trabajo, lo que hace difícil su especialización, la esclava podría adiestrarse aprovechando la posibilidad de que permanezca mucho tiempo:
el mayor encobenyente es que no puede aber jente diestra en ninguna fábrica porque como rresiden poco no hacen por aprendello y es grande ynconbinyente y siendo esclauos, en poco tienpo abría muchos oficiales diestros de todos oficios”.
Aún mejor que los negros, serán los moriscos “porque lo aprenderán en más breve tiempo” 60. Las perspectivas que se contemplan eran de que la formación profesional de esto forzados sirviera, no sólo en las minas españolas, sino también cara a su envío a Nueva España y Perú.
El planteamiento que se hace en Guadalcanal para la utilización de mano de obra esclava constituye una auténtica novedad, no sólo en España, sino en la Europa de la época. Ciertamente, la esclavitud, que prácticamente había dejado de existir en el continente europeo a lo largo de la Edad Media, no había desaparecido en la Europa mediterránea. Charles Verlinden habla de una “segunda esclavitud medieval” en la parte meri dional del Viejo Continente durante la Baja Edad Media. En la España Cristiana, 1a tradición de esclavitud de los moros procede de la Reconquista, pero también pasa por Cataluña y Mallorca un tráfico de caucasianos, circasianos, tártaros, rusos, griegos, búlgaros y negros, éstos últimos procedentes directamente de Afríca. En el siglo XV había el Mallorca propietarios agrícolas que poseían hasta 60 esclavos y los emplean en el trabajo de la tierra, de forma que en 1428 parece que casi el 18 % de la población aldeana de li isla vivía en régimen de esclavitud.
A mediados del siglo XV, se detecta una entrada cada vez más abundante de esclavos en ambas vertientes de la cuenca mediterránea. Cuando cae Constantinopla, el fin de la trata de esclavos originarios del norte del mar Negro fue coetáneo de la apertura sobre la costa atlántica africana de un número creciente de factorías portuguesas que sustituyen ventajosamente a las rutas caravaneras transaharianas. Tal como ha demostrado V. Cortés, Valencia se convierte en el tránsito entre los siglos XV y XVI en un punto de gran importancia en el aprovisionamiento de esclavos para el mercado italiano. Los esclavos de color provienen del África occidental y a través de la intermediación portuguesa llegan a España utilizando diversos puertos, pero también por vía de tierra, mientras que los moriscos eran producto de las razzias de los andaluces en el litoral africano. En algunas zonas de España llegan a ser muy abundantes; en Huelva, tal como ha demostrado V. Cortés, llegan a ser el 20 % de la pequeña población de Palos de la Frontera, aunque esas cifras debieron ser poco comunes. Beneyto calcula para la diócesis de Sevilla unos 15.000 esclavos en 1565; alrededor de 50.000 en el total de Andalucía y otros tantos en el resto de España.
Los esclavos en el siglo XVI fueron empleados fundamentalmente en tareas de tipo doméstico, como criados en las casas, raramente por la nobleza y más a menudo por clérigos, profesionales liberales y artesanos ricos; en el trabajo se les encontraba fundamentalmente en labores agrícolas. Mucho más raramente se adquirieron esclavos para una explotación empresarial; eran los llamados “esclavos cortados”, que redimen el precio que por ellos se pagó por cuartillos de ducado. El adquirente dobla el dinero invertido y el esclavo trabajaba como esportillero, cargador o albañil y hasta como comerciante, de forma que se producen protestas mil alegando que “quitan la garantía a los pobres cristianos viejos” 61 

56 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 82, fol. 57.
57 Cfr. A.G.S. Patronato Real, Leg.° 26, fol. 150. 5$ Cfr. A.G.S. Estado, Leg.° 113, fol. 58 Cfr. A.G.S. Estado. Leg. 113, fol.23.
59 A.G.S. Estado, Leg.° 114, fol. 111; Leg.° 113, fols. 2 al 6.
60 Poco más tarde, escribía el mismo administrador Diego López:
“Hize rrelagión era cosa convinyente se conprasen algunos negros y creo es cosa muy nescesario porque temo que viendo el mal aparejo que para hurtar de aquí adelante teman las jentes qui andan en esta fábrica, a de faltar o ganar escesibos presrcios, y aunquesto no obiere, pare muchas cosas es menester la jente esté forgosa y apremiada a asistir sienpre en ella, lo qual di no poderse hazer con peones rredunda gran daño y sería grande el prouecho si los dicho negros fuesen bien tratados y yndustriados en las cosas desta fábrica, porque saldrían Bello muchos maestros de las cosas dellas nescesarias, como los ay en la Nueba España”;
cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 31, fols. 43 y 47.
61 Sobre esclavitud en España en el siglo XVI, cfr. CORTÉS, V.: La esclavitud en Valencia durante el reinado de los Reyes Católicos; BENEYTO, J.: Historia Social de España y de Hispanoamérica, p. 205; VERLINDEN, Ch.: «Le retour de 1'esclavage aux XV et XVI< siécles»; FERNÁNDEZ ALVAREZ, M.: La Sociedad española en el Siglo de Oro, pp. 153 y ss. BRAUDEL, F.: La Mediterranée... , vol. I, p. 605. HAMILTON, E. J.: El tesoro americano..., p. 279.
En la investigación que por orden real se practica en dos yacimientos registrados en Alba de Tormes, investigación que dirige el teniente de corregidor de Salamanca, éste lleva para cavar, aparte de peones, a dos esclavos suyos; cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 28, fol. 56.

De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez
 

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