By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 24 de octubre de 2015

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 75

El abastecimiento a la mina 3

En 1560, cuando la mina sólo llevaba cuatro años en funcionamiento, se informaba ya:
“los montes se ban acabando en todo el rreyno y espeçialmente lo he visto en los términos de Guadalcanal y Araçena y en los de Constantina, y los de Almadén” 127
El tercer gran producto de abastecimiento está relacionado, no con las necesidades productivas, sino con las alimentarias de la población. Se trata del que desde siempre se ha convenido que es el alimento base en los países mediterráneos, el trigo. Algunas estimaciones calculaban en 1 libra y media el consumo de pan por persona y día en la época 128, pero esa cantidad hace referencia a un mínimo, el que se reparte por caridad en los conventos, aplicable a personas que no realizan trabajos de la dureza de las labores mineras. En ellas habría que aplicar un módulo mayor, y los datos que poseemos sobre dieta establecida en norma para los esclavos pueden servir de pauta. Aplicando un consumo medio de dos libras de pan diarias, que quedan por debajo de la normativa anterior y refiriéndolo al número de personas que estaban establecidas en Guadalcanal en los diez años de producción máxima —1556-1564—, que hemos fijado en una media 1.000 personas —trabajadores con sus familias— y un máximo de en torno a 3.000, le calcularse una demanda constante de pan de en torno a las 2.000 libras diarias, con un máximo de 6.000 en algunos momentos —920 y 2.760 kg. aproximadamente—, lo que convirtió a la mina en un centro de consumo semejante a una pequeña ciudad, pero con la diferencia de que las ciudades poseían, mucho más que ahora, una producción agraria la de la que el poblado minero carecía absolutamente. Y esta demanda, en una zona solamente muy pobre, de la que los informes continuamente dicen que:
“es tierra muy estéril de mantenimientos y padesçen gran nezcesidad los vezir (...) Es tierra estéril y de acarreo” 129.
127 Sobre el abastecimiento de madera a las minas reales y la de Almadén, cfr. A.G.S. Consejo y s de Hacienda, Leg.° 31, fols. 56, 58 y 74; Leg.º 30, fol. 12; Leg.° 29, fol. 218; Leg.° 34, fol. 357; 38, fol. 149; Leg.° 66, fol. 23 y fol. 117; Leg.° 68, fol. 119; Leg.° 93, fol. 45; Leg.° 96, fol. 38 y 41; 131, fol. 5. A.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg.° 1, fols. 9 y 10; Leg.° 12, fol. 34. S. Estado, Leg.° 113, fol. 36; Leg.° 114, fol. 63; Leg.° 129, fol. 12. A.G.S. Cámara de Castilla, Leg.° fol. 56. A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 3.072, s.f., cédula al corregidor de Córdoba para que sacar carbón de Fuenteovejuna, 2 de Enero de 1556. Cfr. también sobre la actividad maderera para aprovisionar a las minas de Almadén, SALOMÓN, N.: La vida rural castellana en tiempos de Felipe II, p.
En un principio, la administración no toma medida alguna para procurar un aprovisionamiento fluido de artículos alimenticios y deja que sea el propio juego del mercado que actúe, atrayendo hacia la mina a vendedores particulares que ofrecen sus productos a los trabajadores; pero pronto las circunstancias obligan a tomar las primeras medidas para asegurar una alimentación fluida a tan amplio colectivo: la cosecha del año 1556 había sido muy escasa y la disponibilidad de trigo en el mercado disminuye, produciéndose se la retirada de buena parte de los vendedores; la subida generalizada de precios de trigo, incide en la mina de forma más acusada que en ninguna otra parte. Ante la difícil situación, se imponía buscar la solución de forma global y por parte de la propia administración real, quien organiza el aprovisionamiento mediante la compra de grandes cantidades para venderlas luego sin ganancia en el poblado minero a la población trabajadora.
El primer intento de compra de trigo se efectúa en la propia villa de Guadalcanal pero en años de escasez los pueblos defienden con unas uñas y dientes sus existen escasas. La villa, que no tenía una buena organización de almacenamiento puesto que carecía de depósito, se niega a facilitar el grano que le sobra y protesta ante la administración real. La Corte atiende su reclamación y toma medidas para que la provisión a trabajadores se efectúe desde lugares donde la producción sea más abundante y existía algunos excedentes y para que simultáneamente se organice el almacenamiento con stock permanente en la propia mina; en octubre de 1556 escribía la Princesa Gobernadora al contador Zárate:
“Los de Guadalcanal nos han enviado acá sobre el socorro pra lo del pan pues se va encaresçiendo más de cada día, paresçeme bien lo que dezis que haga alguna provisión dello para esa fábrica y con esto los de Guadalcanal ternán que quejarse; y así os mando que hagais conprar hasta 1.000 fanegas trigo de donde se pudiese haber más barato y traellas a esa fábrica y entregar a la persona que os pareçiere para que las tenga a recabdo y haga moler trigo, coger pan y dallo a la gente que trabajare en la fábrica al presçio que saliere, manera que no haya en ello pérdida ni ganançia y otras 1.000 hanegas para tener de rrespeto, y acabadas aquellas 1.000 hanegas, si fuese menester m irse han conprado y gastando por la mesma horden”.
En un principio, se reservan las 2.000 fanegas para prevenir la llegada de la escasez:
“conforme a lo que me fue mandado, tengo enviado persona a conprar las 2.000 hanegas de trigo (...) las quales están ya conpradas en La Mancha y salen pu tas aquí a 28 reales la hanega. Tengo determinado que, mientras se hallare 1 cogido a vender, no se toque en estas, porque tememos que ha de haber grandisima falta de pan en estas partes, a causa de que aquí no hay y se ha de proveer de acarreto y en la Mancha tanpoco sobra y con cualquier ocasión de tal tienpo o de otro inpedimento se verá en gran trabajo toda esta tierra” 130

128 GASCÓN-RICHARD: Grand commerce et vie urbaine..., Vol. II, p. 736, calcula en una libra y media por persona el consumo diario, basado en la ración que en Lyon se hacía distribuir a los pobres.
129 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 96, fol. 46 y 47. A.G.S. Cámara de Castilla, L 400, fol. 56.
130 Adquiridas en su mayor parte en Alcázar de San Juan, pero también en Villaharta de San J1 Campo de Criptana y Consuegra. El transporte se efectúa en recuas contratadas en Villaharta de Juan. En Guadalcanal se habían comprado al mismo tiempo otras 1.000 fanegas a un mercader, Francisco de Arriaza, que disponía de ellas
Pronto, la carestía obliga a darles salida y a alimentar en parte a la población minera de trigo proveído por la propia administración.

De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez
 


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