By Joan Spínola -FOTORETOC-

By Joan Spínola -FOTORETOC-

Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 21 de septiembre de 2016

El patrimonio monumental de Guadalcanal a través de la historiografía artística 3

Aproximación bibliográfica
tercera parte

Dos décadas después, en 1584, el escultor Juan de Salcedo contrata la hechura de una Virgen con el Niño para la cofradía de la Vera – Cruz, que tampoco se ha identificado [14].
Al año siguiente Antonio Rodríguez de Cabrera concertaba con el renombrado escultor Juan Bautista Vázquez el Viejo la ejecución de un retablo destinado a la iglesia de Santa María compuesto por banco, un cuerpo articulado por pilares de orden corintio y ático. La hornacina del único cuerpo albergaría una pintura de la Anunciación, mientras que el ático estaría presidido por la figura de Dios Padre [15]. 
El hijo y homónimo del citado escultor, denominado “ el Mozo “ para distinguirlo de su progenitor, recibe en 1587 por parte de Alonso de Ramos, en representación del difunto Fernando de Ramos, el encargo de otro retablo, destinado para la capilla funeraria donde reposaban los restos del finado en la iglesia de San Sebastián, conjunto compuesto por banco, un cuerpo y ático, presidido por un grupo escultórico del Calvario acompañado, en las calles laterales, por las efigies de San Juan Bautista y San Benito [16]. En opinión de Palomero Páramo, los únicos elementos conservados de este retablo son dos relieves con las figuras de los santos citados y un Crucificado, que hoy día forman parte de un retablo recompuesto con piezas de acarreo y conservado a los pies de la nave de la parroquia de Santiago en la vecina localidad de Llerena [17]. 
Y cerrando este ciclo retablístico quinientista, en 1591 Luis de Porres, Abogado de la Real Audiencia de Sevilla y tutor de García Díaz de Villarrubia de Ortega, concertaba con Diego López Bueno y Francisco Pacheco, quienes se ocuparían de la parte arquitectónica y escultórica respectivamente, un retablo compuesto por banco, un cuerpo compuesto por banco, un cuerpo articulado en tres calles por columnas y pilastras estriadas, y ático. En el banco se representaba a los Evangelistas, flanqueando el tema de la Sagrada Cena, mientras que en la hornacina central figuraba la Asunción de la Virgen, acompañada en las hornacinas de las calles laterales por Santo Domingo y San Francisco, cuyas efigies eran rematadas por los bustos de la Magdalena Penitente y Santa Catalina Mártir, apareciendo la Trinidad en el ático y la figura de Jesús en el remate del retablo [18].
Otro importante retablo documentado por estos investigadores sevillanos de comienzos del siglo XX e igualmente desaparecido fue el mayor del convento de Nuestra Señora de la Piedad o de San Francisco, contratado en 1702 con el ensamblador Cristóbal de Guadix y que articulado por columnas salomónicas, albergaría en sus hornacinas las imágenes de San Buenaventura, San Francisco, Nuestra Señora de la Piedad, el Ecce Homo y Cristo Crucificado. El artista se comprometía además a realizar otro retablo lateral en el que se colocaría la imagen del Santo Cristo Crucificado procedente de la ermita de San Benito [19]
Siguiendo esta línea de investigación archivística, en la pasada década de los noventa la colección de Fuentes para la Historia del arte andaluz, retomando la tradición documentalista del universitario Laboratorio de Arte, ahora convertido en departamento de la Facultad de Geografía e Historia, no ha dejado de brindar referencias sobre intervenciones en el patrimonio monumental de Guadalcanal. Así, podemos citar el dorado del primitivo retablo mayor de Santa María entre 1703 y 1707 por Antonio Gallardo, maestro dorador vecino de Sevilla[20]. 
En la misma tónica de exhumación documental, los Documentos inéditos para la Historia del Arte en la provincia de Sevilla publicados en 1993 por Fernando de la Villa Nogales y Esteban Mira Caballos aportan algunas noticias documentales sobre el patrimonio de nuestra localidad, a saber: el retablo mayor de la ermita de Nuestra Señora de Guaditoca, obra realizada en 1675 por los maestros Francisco de Saavedra Roldán y Juan de Vargas, vecinos de Zafra; la pintura y dorado del mismo retablo por parte del pintor y dorador Antonio de Granada en 1678; el dorado del retablo mayor de Santa María, que como ya vimos se encomendó a Antonio Gallardo en 1703; otro retablo para la capilla de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario en Santa María, concertado en 1712 con José García Zambrano, maestro escultor vecino de Llerena; las reparaciones emprendidas en 1719 en la parroquia de Santa María por los también llerenenses Francisco del Toro y Antonio Gonzalez, maestros de albañilería y de carpintería, respectivamente; y el arreglo del artesonado y unas puertas nuevas para la capilla del bautismo de la iglesia de San Sebastián, tarea que se encomienda al maestro carpintero local Jerónimo Espino en 1778, emprendiéndose en el mismo año y para el mismo templo la reparación de la bóveda del baptisterio y otras obras menores por parte del alarife Francisco de Avila [21]. 
En la misma línea de aportación documental y desde publicaciones de la vecina Extremadura nos llegan referencias sobre algunas piezas artísticas ejecutadas para Guadalcanal por los artífices activos en aquella región y todas ya inexistentes, como el retablo pintado para la capilla mayor de la iglesia de San Sebastián entre 1514 y 1515 por Antonio de Madrid; la imagen titular del mismo templo, esculpida por Juan de Valencia entre 1565 y 1566; o el retablo mayor de la parroquia de Santa Ana contratado en 1571 con el escultor Antonio Florentín [22].
Volviendo a los años de comienzos del siglo XX, éstos contemplan un primer ensayo de guía artística provincial, por parte de Manuel Serrano Ortega, quien en su Guía de los monumentos históricos y artísticos de los pueblos de la provincia de Sevilla nos dejó una visión panorámica pero excesivamente superficial e incompleta de nuestros monumentos [23] :
“ Posee tres templos parroquiales, Santa María de la Asunción, Santa Ana y San Sebastián, siendo el primero muy notable por su época. Venérase en el primero la antiquísima imagen de la Virgen con el título de Guaditoca, del lugar donde tuvo erigida ermita, que debió ser morabito arábigo. La imagen a causa de los toques y repintes que ha sufrido en distintas restauraciones ha perdido todo su carácter de época “.
Ya en la década de los treinta, las repercusiones que la tragedia de la Guerra Civil tuvo en el patrimonio artístico de Guadalcanal fueron analizadas por Hernández Díaz y Sancho Corbacho, quienes al evaluar las pérdidas y daños de obras de arte sufridas por los templos, nos dejan en su texto la que podemos considerar como primera descripción científica de dichos edificios, donde se analiza su planta, alzados, soportes, cubiertas y elementos decorativos, al tiempo que se apunta su cronología y filiación estilística y se incluyen reproducciones fotográficas (procedentes del riquísimo fondo de la Fototeca del Laboratorio de Arte de la Universidad Hispalense, recientemente digitalizado para salvarlo de su segura pérdida y ya consultable a través de Internet) de algunas de las obras destruidas o destrozadas, como es el caso, en la iglesia de Santa María, del retablo mayor y el de San José, las imagenes de San Francisco y del Cristo atado a la Columna, y algunas piezas de orfebrería; el San José que se veneraba en la iglesia de San Vicente; el Crucifijo de marfil y una pintura en tabla de la iglesia de Santa Ana; y los retablos mayores de las iglesias de San Sebastián y del Espíritu Santo[24].
Ya en la postguerra y por parte de los mismos autores – junto con Francisco Collantes de Terán – se acomete un gran proyecto historiográfico sobre el patrimonio provincial, que por desgracia quedó inconcluso sin haber llegado siquiera a su mitad. Nos referimos al monumental Catálogo arqueológico y artístico de la provincia de Sevilla, modélico por su aporte de obras, noticias documentales, juicios estilísticos y material gráfico. Al seguir una ordenación alfabética por localidades, el texto de Guadalcanal fue de los últimos en aparecer, concretamente en 1953, dejándonos en sus páginas, junto con una breve síntesis histórica de la localidad, el estudio de sus monumentos. 
Así, se reseñan la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción (de la que destacan su interés arquitectónico en virtud de la combinación de elementos de diferente época y estilo), iglesias de Santa Ana (subrayando el interés de su torre y la decoración de azulejería del interior del templo), San Sebastián (interesante modelo del tipo de iglesias mudéjares propias de la Sierra), Espíritu Santo (con retablo mayor de interés), Concepción, San Vicente, y los restos de los antiguos hospitales de la Caridad y del Milagro, los vestigios del convento de Santa Clara, prosiguiendo con la descripción de las ermitas de San Benito, Cristo de la Salud y Nuestra Señora de Guaditoca, para llegar a la reseña de los restos de diversas fortificaciones, como el arco de herradura – hoy puerta de la sacristía de la parroquia de Santa María – que formó parte del alcázar musulmán de Guadalcanal y otros castillos que hubo dispersos por el término municipal, como los del Castillejo, Valjondo, La Ventosilla, Portichuelo y La Atalaya. Tan exhaustivo balance del patrimonio finaliza con el análisis de una muestra de arquitectura civil medieval tan excepcional como es la almona y con la cita de las obras de arte que entonces poseía la viuda de Adelardo López de Ayala, integradas fundamentalmente por esculturas en marfil y pinturas de los siglos XVI y XVII [25].
Tan básica fue la aportación de este Catálogo que sus descripciones y análisis han sido recogidos y seguidos prácticamente al pie de la letra durante décadas, ante la falta de una obra que lo pusiese al día incorporando los avances de la investigación histórico – artística. En este sentido, en diversas publicaciones, como por ejemplo la Guía artística ilustrada de Sevilla y su provincia de Antonio Casado Sellas de 1950 o la obra de Jerónimo Pou Díaz, Sevilla a través de sus pueblos, publicada en 1971, se extracta lo dicho por Hernández Díaz, Sancho Corbacho y Collantes de Terán. 
Habrá que esperar a comienzos de la década de los ochenta para que la Guía artística de Sevilla y su provincia auspiciada por la Diputación Provincial actualice y complete el inconcluso Catálogo arqueológico y artístico a la luz de las últimas aportaciones de la historiografía. Las descripciones de la Guía, algo más concisas que las de su antecesor, ganan en agilidad de lectura y en precisión a la hora de inventariar las piezas lo que pierden en aparato crítico de notas, mapas, planos y reproducciones fotográficas, que le daban al Catálogo un tono algo retórico y solemne muy en consonancia con los planteamientos de los historiadores de la postguerra. En el texto dedicado a Guadalcanal se aborda el estudio de la parroquia de Santa María, iglesia de Santa Ana, iglesia del convento del Espíritu Santo, ermita de Nuestra Señora de Guaditoca, antigua iglesia de San Sebastián, iglesia de la Concepción, portada del antiguo Hospital del Milagro y antigua iglesia de San Vicente [8][26]. El mismo texto de la Guía se reprodujo, con escasas variantes en el Inventario artístico de Sevilla y su provincia, publicado por el Ministerio de Cultura entre 1982 y 1985 y que gozó de mucha menor difusión que la obra de la Diputación Provincial [27]. 
Al igual que le ocurrió al Catálogo arqueológico y artístico, el texto de la Guía será ampliamente seguido por la amplia y variopinta gama de guías tanto locales como turísticas y de viajes nacidas al calor del turismo rural de las últimas décadas y de los fastos de la Expo 92, que al proponer al visitante recorridos por la provincia de Sevilla incluyen obviamente el de nuestra Sierra Norte, recomendándose, para el caso de Guadalcanal, la visita a sus distintos templos [28]. En la misma línea de difusión y puesta en valor del patrimonio local se incluyen nuestros propios trabajos recogidos en diversos números de la Revista de fiestas de Guadalcanal, en los que a la luz de la bibliografía que estamos comentando revisamos el estado de la cuestión y trazamos una visión panorámica del devenir de algunos de los templos desde sus orígenes hasta la actualidad, aportaciones a las que en su lugar nos referiremos.

2. Estudios sobre arquitectura religiosa y civil. 
Configurado el casco urbano de Guadalcanal a partir de la Baja Edad Media, a esta época corresponden sus principales monumentos, como la parroquia de Santa María y las iglesias de Santa Ana y San Sebastián, cuyos rasgos estilísticos vienen marcados por la combinación de elementos góticos y mudéjares propios de los siglos XIV y XV, a lo que hay que añadir los rasgos renacentistas y barrocos derivados de las reformas acometidas con posterioridad.
El desarrollo alcanzado por la arquitectura mudéjar en Guadalcanal ha sido objeto de análisis, dentro del contexto general del arte mudéjar sevillano, dentro de la ya clásica monografía publicada en 1931 por Angulo Iñíguez, autor que reseña las características propias que el estilo adopta en la comarca de la Sierra, como los templos de nave única de arcos transversales apuntados, representada en nuestro caso por los templos de San Sebastián y Santa Ana, y el modelo de torre – fachada, ejemplificado en las de las citadas iglesias y la de Santa María, cuyos rasgos quedan sintéticamente descritos [29]. En la recta final del siglo XX, las intervenciones arqueológicas de apoyo a la restauración efectuadas en la iglesia de Santa Ana, a cargo de Miguel Angel Tabales Rodríguez y Carmen Romero Paredes, han proporcionado interesantes datos sobre el historial constructivo de este templo, dados a conocer en publicaciones específicas y congresos sobre arqueología medieval, y que han permitido fijar con mayor precisión las diferentes fases edilicias que en un largo proceso escalonado desde la Baja Edad Media hasta la época barroca han ido conformando la actual fisonomía de este interesante edificio religioso [30]. Otra curiosa muestra de arquitectura medieval como es la Almona ha sido descrita por el profesor Cómez Ramos en el volumen dedicado a Andalucía dentro de la colección La España Gótica, adscribiendo su cronología a mediados del siglo XIV [31] 
La revalorización que en los últimos años ha experimentado el estilo mudéjar, como feliz simbiosis de elementos islámicos y góticos, ha hecho volver la atención a las muestras de dicho estilo, como lo puso de manifiesto en el pasado año 2000 las Jornadas Europeas del Patrimonio, celebradas en la provincia de Sevilla con jornadas de puertas abiertas en edificios mudéjares, entre ellos las iglesias de Santa María, Santa Ana, San Sebastián y La Almona, que aparecen reseñados en la Guía que para tal ocasión se publicó [32]. Estos templos también han merecido nuestra atención, habiéndoles dedicado sendos artículos en los que recogiendo la bibliografía disponible ofrecemos una visión panorámica de su historia y acometemos una sintética descripción de sus valores artísticos [33]. 
Este campo de estudio del patrimonio medieval es igualmente compartido por la profesora Aurora Ruiz Mateos, con su trabajo sobre la Casa de la Encomienda en Extremadura, donde se analiza la desaparecida de Guadalcanal, cuyo solar ocupa hoy lo que conocemos como “ El palacio “, expresiva denominación en la que perdura el recuerdo de este perdido edificio que fue la sede del poder de la orden santiaguista, evocado en esta obra a la luz de diversas noticias documentales que permiten reconstruir idealmente su planta y alzados [34]. Desde el punto de vista de la documentación de archivo, más que del análisis directo de los edificios, está planteada la tesis de Pilar Flores León sobre la arquitectura religiosa en el Priorato de San Marcos de León durante los siglos XV y XVI, en la que se aportan interesantes noticias documentales, procedentes de los ya citados Libros de Visitas de la Orden de Santiago, sobre los templos de San Sebastián, Santa Ana, Santa María, conventos de San Francisco y Santa Clara, y las ermitas de San Benito, San Pedro, Santa María de Guaditoca, Santa Marina y el Humilladero [35]. También desde esta línea documentalista hay que contar con las aportaciones de Muñoz Torrado transcribiendo los textos de la Visita Canónica de 1494 [5][36] , al igual que lo hace Gordón Bernabé [37] y nosotros mismos evocando el aspecto de la iglesia de Santa María en tan remota fecha [38]. Igualmente se basa en estas Visitas santiaguistas, concretamente en la de 1498, el estudio que desde la vecina Extremadura realiza Eladio Méndez Venegas sobre el arte en el antiguo Provisorato de Llerena [39]. Cúmulo de aportaciones a través de las cuales queda perfilada, en definitiva, la situación de las iglesias, conventos, hospitales y ermitas de Guadalcanal en las postrimerías del Medievo. 
Sobre los restantes edificios religiosos de la localidad contamos con algunas pocas aportaciones, aunque se recogen en ellas datos de interés. Así, abriendo el siglo XX contamos con la clásica obra de Muñoz Torrado sobre el Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca, en la que con gran acopio de noticias documentales se traza la historia de este templo, verdadero epicentro de la religiosidad popular de Guadalcanal [40]. Más recientemente, en la década de los 70 Porras Ibáñez repasa la historia de Guaditoca, partiendo de las aportaciones de Muñoz Torrado y con un sentido más literario y divulgativo [41]. Una visión muy panorámica y apretada, en cortas páginas, se recoge en la colectiva Guía para visitar los Santuarios Marianos de Andalucía Occidental, en la que se sintetizan los datos aportados por Muñoz Torrado [42]

[14] LOPEZ MARTINEZ, Celestino: Desde Jerónimo Hernández hasta Martínez Montañés. Sevilla, 1929. Págs. 199 – 200.
[15] LOPEZ MARTINEZ, Celestino: Desde Jerónimo Hernández ..., págs. 113 – 114.
[16] LOPEZ MARTINEZ, Celestino: Desde Jerónimo Hernández ..., págs. 120 – 121.
[17] PALOMERO PARAMO, Jesús Miguel: El retablo sevillano del Renacimiento: análisis y evolución (1560 – 1629). Diputación Provincial de Sevilla, 1982. Pág. 339.
[18] LOPEZ MARTINEZ, Celestino: Arquitectos, escultores y pintores vecinos de Sevilla. Sevilla, 1928. Págs. 83 y 229 – 230.; Desde Jerónimo Hernández ..., pág. 183.
[19] BAGO Y QUINTANILLA, Miguel: “ Arquitectos, escultores y pintores sevillanos del siglo XVII “, en Documentos para la Historia del Arte en Andalucía, vol. V. Sevilla, 1932. Pág. 24.
[20] QUILES GARCIA, Fernando: Noticias de pintura (1700 – 1720), vol. I de “ Fuentes para la Historia del Arte andaluz “. Ediciones Guadalquivir, Sevilla, 1990. Pág. 88.
[21] VILLA NOGALES, Fernando de la – MIRA CABALLOS, Esteban: Documentos inéditos para la Historia del Arte en la provincia de Sevilla. Sevilla, 1994. Págs. 14, 35, 67, 86, 125 y 166 – 168.
[22] SOLIS RODRIGUEZ, Carmelo: “ Escultura y pintura del siglo XVI “, en Historia de la Baja Extremadura, vol. II. Badajoz, 1986. Págs. 582, 596 – 597 y 604.
[23] SERRANO ORTEGA, Manuel: Guía de los monumentos históricos y artísticos de los pueblos de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1911. Págs. 101 – 102.
[24] HERNANDEZ DIAZ, José – SANCHO CORBACHO, Antonio: Edificios religiosos y objetos de culto saqueados y destruidos por los marxistas en los pueblos de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1937. Págs. 118 – 131. 
[25] HERNANDEZ DIAZ, José – SANCHO CORBACHO, Antonio – COLLANTES DE TERAN, Francisco: Catálogo arqueológico y artístico de la provincia de Sevilla. Vol. IV. Sevilla, 1953. Págs. 205 – 235. Resumido en HERNANDEZ DIAZ, José: “ Informes y propuestas sobre monumentos andaluces (I) “, en Boletín de Bellas Artes, XV (1987). Págs. 245 – 246, 260 y 270, a propósito de los informes emitidos en 1982 para la declaración de las iglesia de Santa Ana y la Concepción como monumento histórico – artístico de carácter provincial y local, respectivamente, y como conjunto histórico – artístico el casco urbano de Guadalcanal. 
[26] MORALES, Alfredo José – SANZ, María Jesús – VALDIVIESO, Enrique – SERRERA, Juan Miguel: Guía artística de Sevilla y su provincia. Diputación Provincial de Sevilla, 1981. Págs. 578 – 583. 
[27] V.V. A.A.: Inventario artístico de Sevilla y su provincia. Vol. I. Ministerio de Cultura, Madrid, 1982 - 1985. Págs. 151 – 162.
[28] MIRON, A. – RODRIGUEZ MARQUES, R.: Guía de Guadalcanal. Ayuntamiento de Guadalcanal, 1989; BLANCO CANO, J. A.: Andar por la Sierra Norte de Sevilla. Acción Divulgativa, Madrid, 1992; GILPEREZ FRAILE, L.: Guía turística de los Parques Naturales de Andalucía. Acción Divulgativa, Madrid, 1992; MOLINA, J.: Manual práctico del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla. Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Sevilla, 1998; VALENZUELA, A. - CAMOYAN, A.: La Sierra Norte. Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla, 1991; V.V. A.A.: Sevilla y Andalucía Occidental. Acento Editorial, 1991; V.V. A.A.: Sevilla y su provincia. 5 vols. Ediciones Gever, Sevilla, 1983 - 1985.
[29] ANGULO IÑIGUEZ, Diego: Arquitectura mudéjar sevillana de los siglos XIII, XIV y XV. Reedición, Ayuntamiento de Sevilla, 1983. Págs. 85, 130 y 157.
[30] TABALES RODRIGUEZ, Miguel Angel – ROMERO PAREDES, Carmen: “ Investigaciones arqueológicas en la iglesia de Santa Ana de Guadalcanal “, en Anuario Arqueológico de Andalucía (1996). Sevilla, 2001. Págs. 486 – 505; y “ La Iglesia mudéjar de Santa Ana de Guadalcanal (Sevilla). Análisis constructivo “, en Actas del V Congreso de Arqueología Medieval Española, vol. II. Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Castilla y León, Valladolid, 2001. Págs. 879 – 895.
[31] COMEZ RAMOS, Rafael: “ Sevilla gótica “, en Andalucía, colección La España Gótica. Ediciones Encuentro, Madrid, 1992. Págs. 273 – 274.
[32] V.V. A.A.: Edificios de tradición mudéjar en Andalucía (Jornadas Europeas de Patrimonio 2000). Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Sevilla, 2000. Págs. 81 – 88. 
[33] HERNANDEZ GONZALEZ, Salvador: “ La Parroquia de Santa María de la Asunción de Guadalcanal y su patrimonio artístico “, en Revista de Guadalcanal (1999), págs. 57 – 67; “ Apuntes histórico – artísticos sobre la antigua iglesia de San Sebastián de Guadalcanal “, en Revista de Guadalcanal (2002), págs. 57 – 63; “ La iglesia de Santa Ana “, en Revista de Guadalcanal (2003), págs. 143 – 149. 
[34] RUIZ MATEOS, Aurora: Arquitectura civil de la Orden de Santiago en Extremadura: la Casa de la Encomienda. Su proyección en Hispanoamérica. Diputación Provincial de Badajoz, 1985. Págs. 91 – 95. 
[35] FLORES GUERRERO, Pilar: El arte del Priorato de San Marcos de León de la Orden de Santiago durante los siglos XV y XVI: arquitectura religiosa. Universidad Complutense, Madrid, 1987. Vol. I, págs. 479 – 487, y vol. II, págs. 770 – 781 y 1116 – 1120. 
[36] MUÑOZ TORRADO, Antonio: “ Visitas hechas a los pueblos de Andalucía, León y Extremadura de la referida Orden [de Santiago] “, en Boletín de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, tomo IX, n º 47 (1925), págs. 81 – 100, y tomo X, n º 52 (1926), págs. 25 – 40, y n º 53 (1926), págs. 62 – 80. 
[37] GORDON BERNABE, Antonio: “ La Iglesia de San Sebastián “, en Revista de Guadalcanal (1985), sin paginar; “ Visita Canónica de la Orden de Santiago a Guadalcanal el año 1494 “, en Revista de Guadalcanal (2002), págs. 99 – 104. 
[38] HERNANDEZ GONZALEZ, Salvador: “ La Parroquia de Santa María de la Asunción de Guadalcanal a fines del siglo XV “, en Revista de Guadalcanal (2001), págs. 85 – 91. 
[39] MENDEZ VENEGAS, Eladio: “ Hospitales de la diócesis de Mérida – Badajoz “, en Memoria Ecclesiae, vol. X (Beneficencia y hospitalidad en los archivos de la Iglesia). Oviedo, 1997. Pág. 433; y “ Una visita de la Orden de Santiago al Provisorato de Llerena de la Diócesis de Mérida – Badajoz: aspectos artísticos en ella señalados “, en Memoria Ecclesiae, vol. XVII (Arte y archivos de la Iglesia, II). Oviedo, 2000. Págs. 451 – 453. 
[40] MUÑOZ TORRADO, Antonio: El Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca, Patrona de Guadalcanal: notas históricas. Sevilla, 1918. (Reedición, Ayuntamiento de Guadalcanal, 2003). 
[41] PORRAS IBAÑEZ, Pedro: Mi Señora de Guaditoca. Guadalcanal, 1970. 
[42] V.V. A.A.: Guía para visitar los Santuarios marianos de Andalucía Occidental. Ediciones Encuentro, Madrid, 1992. Págs. 419 – 422.

Salvador Hernández González
Revista de Feria y Fiestas  (2004)  

No hay comentarios:

Publicar un comentario