Ramona Yanes
OJOS PARDOS.
Los tristes ojos pardos,
Azules fueron.
Y la sonrisa alegre,
Pasó a ser hielo.
También el pelo endrino,
se tornó plata,
y de sus labios dulces,
no queda nada.
Como un otoño frío,
yo me he quedado,
sabiendo que no eres,
aquel muchacho.
Sólo tu sombra veo,
por las esquinas,
y palidece el cielo,
cuando nos mira.
EL AYER.
Tenemos siempre el recuerdo
del pasado que se fue.
Sólo el presente nos queda,
para mirar el ayer.
Mira la vida su tiempo,
y alegra nuestro pesar,
nada ha de quedar despierto,
con los años morirá.
Y sigue la vida el ritmo,
sin cosas que destacar,
te olvidé la tarde aquella,
y ahora, te vuelvo a olvidar.
Tenemos siempre el recuerdo,
del pasado que se fue.
Sólo el presente nos queda,
para mirar el ayer.
Los tristes ojos pardos,
Azules fueron.
Y la sonrisa alegre,
Pasó a ser hielo.
También el pelo endrino,
se tornó plata,
y de sus labios dulces,
no queda nada.
Como un otoño frío,
yo me he quedado,
sabiendo que no eres,
aquel muchacho.
Sólo tu sombra veo,
por las esquinas,
y palidece el cielo,
cuando nos mira.
EL AYER.
Tenemos siempre el recuerdo
del pasado que se fue.
Sólo el presente nos queda,
para mirar el ayer.
Mira la vida su tiempo,
y alegra nuestro pesar,
nada ha de quedar despierto,
con los años morirá.
Y sigue la vida el ritmo,
sin cosas que destacar,
te olvidé la tarde aquella,
y ahora, te vuelvo a olvidar.
Tenemos siempre el recuerdo,
del pasado que se fue.
Sólo el presente nos queda,
para mirar el ayer.
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