By Joan Spínola -FOTORETOC-

By Joan Spínola -FOTORETOC-

Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 25 de noviembre de 2009

DIA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Fatídica Estadística

Cada mañana nos desayunamos con noticias de toda clase de violencias, violencia doméstica, inseguridad ciudadana, terrorismo callejero, violencia de género, etc., etc., todo un alud de violencias que nos inunda y nos inquietan, pues alguna llegamos a conocerlas en nuestro entorno cercano.Me da miedo esta sociedad enferma que no hace nada, o lo hace tarde y mal para cubrir el expediente y lavarse las manos. A los hechos me remito, el maltrato doméstico o de género está a la orden del día, pero ¿qué género me pregunto, ¿doméstico?, según el diccionario de la Real Academia Española, la acepción doméstico significa , claro lo de animal es el mejor apelativo, ya que la persona que somete o mata a otra utilizando su superioridad ó fuerza, es simplemente un animal salvaje o la forma mas acertada sería llamarlo asesino y como tal juzgarlo.Ayer en una tertulia radiofónica un afamado psicólogo decía que según un estudio llevado a cabo por el poder judicial en el que se han analizado ciento cuarenta y siete casos en tres años, repito ciento cuarenta y siete casos, se llegó a un resultado (para mí absurdo), “el 67% de éstos casos tienen como antecedentes el alcohol o disfunciones psíquicas”, (en un caso que yo conozco el sujeto es abstemio no está loco), con todos mis respetos al citado poder y sin ánimo de corregirles, creo que se equivocan, el 100% de éstos individuos son asesinos.Recientemente en mi entorno se ha producido uno de éstos casos, aparentemente mi ex-compañero de trabajo Santiago era una buena persona, amigo de sus amigos, amable y cariñoso con su entorno..., pero llegaba a casa y sacaba el animal (sin domesticar) que llevaba dentro y lo pagaba con su mujer y con sus hijos, insultos, vejaciones y quien sabe cuantas injurias más soportó Rosa y sus hijos hasta que un familiar se atrevió a denunciarlo.Un juez, de los que seguramente forman ese grupo selecto que se reúnen para estudiar los casos de “violencia doméstica”, dictaminó después de un primer informe forense, una orden de alejamiento, de las que nunca se cumplen. Resultado final, una nueva paliza llevó a Rosa al hospital y su marido en libertad provisional pendiente de juicio.En cuanto a los niños, dice éste mismo estudio que esta violencia ha crecido en España un 150% en los últimos tres años. Estas violencias se ejecutan dentro de la más absoluta impunidad entre las cuatro paredes del hogar y son palpables. Hasta el Gobierno, alarmado, ha puesto en marcha unidades específicas en todas las provincias para luchar contra esta lacra. Medidas que son más de lo mismo, declaración de intenciones, puesto que el problema es otro, que parece no interesa reconocerlo o reconocerse, lo verdaderamente repugnante, aparte de la falta de libertades y de la sensación de inseguridad jurídica que hoy día respiramos en todos éstos casos, es que se han anulado de raíz valores naturales, la protección a ser mas débil con legislaciones contra natura, hasta degradar al ser humano a lo más ínfimo.La existencia de los vínculos de pareja debería reforzar las relaciones hombre y mujer, a una estabilidad que nos llevara al respeto mutuo físico y moral, el matrimonio o la unión de pareja a pesar de las proclamas caducas de la Iglesia Católica, no es un pacto indisoluble, pero sí es una carrera de largo recorrido, en la que deberíamos conocernos mejor para poder ceder, transigir y sobre todo tener respeto hacía el otro, y si alguna vez todo esto se acaba, es el momento de disolver “ésta unión” de derecho y respeto por ambas partes. No se puede garantizar convivencia alguna en un ambiente injusto, creciente en desigualdades, donde el que aporta un salario a casa, tiene el poder económico y se cree el rey del mango, esto es síntoma de una sociedad enferma, porque se ha perdido la conciencia humana, todo se deshumaniza y se abre la veda a los hechos más bárbaros con el razonamiento de “yo soy el macho”. Lo nefasto es que estos sujetos sigan en la confusión conceptual de convertir delitos en derechos adquiridos, de propiciar dudas y cinismos sembrando miedo e impotencia, inmadurez moral e infantilismo maternal… Algunos confunde la relación de pareja y dan un valor inexacto a “mi mujer”, tomándolo como una posesión machista y caduca.Frente a todo esto, cada día son más los que se sienten realizados con el mejor “sin familia” en esta jerarquía confusa, a los que insta a probar todo tipo de sensaciones y a hacer todo tipo de locuras, la soledad nos hace libres, dicen. En la base de estos fenómenos, contrarios al mismo ser humano, está muchas veces una corrupción de la idea y de la experiencia de la libertad, movida en orden a un falso bienestar que no llena. Por desgracia, el poder de destrucción humano navega a sus anchas, sin moralidad pública que le controle, con andar altanero y con un aluvión de desafíos. Una sociedad que parecía haber encontrado el camino del sosiego en la cultura del bienestar, vuelve a hallarse ahora dividida en la confusión y enfrentada en la estupidez de la violencia de ser superior. Y lo peor de todo ello es que los aires continúan propicios a la desesperanza, me niego a seguir siendo cómplice de éste desatino, disimulando mi preocupación, ver ésta locura como una simple cifra, van quince mujeres víctimas de maltrato en lo que va de año, que importa el guarismo, es una simple estadística, lo preocupante es que todos somos cómplices, unos callamos, otros intentamos mirar hacia otro lado, la mayoría desviamos la vista de la televisión cuando nos muestran las consecuencias del desatino, todos somos coautores con nuestros silencios, habrá que ponerse manos a la vida para el fortalecimiento del respeto a la vida, para empezar voy a pedir una vacuna de prevención contra la descarada tendencia a la indiferencia de las instituciones públicas a estos acontecimientos, para que la próxima muerte por violencia que me niego a llamarla “doméstica o de género” sea la última, y no un simple número más en ésta fatídica estadística.

Publicado en el Diario de Teruel y en Guadalcanal Noticias 23/03/07, dedicado a mi amiga Rosa, que se liberó de las fauces de ésta fatídica estadística

Rafael Candelario Repisa

2 comentarios:

  1. Gracias Rafa por aquel maravilloso artículo y por acordarte de mí en un día tan especial.

    Como sabes, me liberé de la cadena hace mas de un año, pero las heridas morales no curaran nunca.

    Rosa Utrillas
    Zaragoza

    ResponderEliminar
  2. Amigo Rafael, tus compañeros de "la fragua de los pensamientos", te agradecemos que mantengas vivo tus pensamientos y los nuestros en este blog.

    Manolo Esteran y el resto de la "peña"

    ResponderEliminar