MONUMENTOS Y CONSTRUCCIONES
Recupero unas páginas que me ha entregado estas navidades un joven de Guadalcanal de un proyecto de Periodico Escolar nº 1 del 6º curso del 2007/2008, de C.E.I.P. Ntra. Sra. de Guaditoca.
Desconozco si este periodico tuvo su continuidad, pero publico esta entrega por su valor, ya que estos alumnos contaban en aquella época con apenas 11 años.
1. – IGLESIA DE SAN SEBASTIAN (MERCADO DE ABASTOS)
Antigua Iglesia de San Sebastián. Estilo gótico-mudéjar. Construida entre los siglos XV y XVI, ampliándose en el XVIII. Actualmente está instalado el mercado.
A los pies se sitúa una torre fachada carente de remate, de mediados del XV.
Volviendo a nuestros pasos, cuesta abajo todavía, llegamos a la calle de Ramón y Cajal, más antiguamente nombrada de la Encomienda, en cuyo número 19 nació el poeta ANDRÉS MIRÓN. Por la derecha, vayamos a buscar la calle de Santiago, una de cuyas fachadas ostenta conchas santiaguistas, y en la que se alza, esquina a Juan Campos, la IGLESIA DE SAN SEBASTIÁN, hoy profanada y en vías de restauración.
Característica singular de este templo y que lo distingue dentro de los de su estilo es la gran elevación de sus pilastras, coronadas por capiteles de gran sencillez, lo que presta al edificio una suntuosidad extraordinaria. Posee cubierta de carpintería a tres paños, arcos transversales apuntados y tramo inicial notablemente desviado del eje principal del edificio.
Ángel Romero 6º A
2.- CONVENTO DEL ESPÍRITU SANTO
Cuesta arriba esta calle de López de Ayala, en el pequeño altozano que se produce al confluir esta vía con la de Granillos, dejamos la PUERTA DE LLERENA, de donde partía el camino que llevaba a aquella localidad extremeña.
Y todavía más alto, se recorta en el cielo la airosa espadaña del CONVENTO DEL ESPÍRITU SANTO, vigía de vuelos superlativos y reclamo del visitante ávido de historia y de arte. Prosigamos nuestra marcha pina, hasta alcanzar las calles últimas del pueblo.
Este convento de religiosas fue fundado por un hijo de la localidad afincado en América, para cuya erección destinó de su hacienda la cantidad de 80.000 pesos de plata. Tomó esta advocación el nuevo cenobio, precisamente, por levantarse junto al hospital que, con este nombre, fundara el presbítero don Benito Garzón en 1511. La capilla que aneja a este convento se labró, aunque ha sufrido algunas reformas, aún conserva huellas del tiempo de su edificación, especialmente en el altar mayor, en cuyo banco se halla el retrato del patrono y la leyenda “ESTE CONVENTO FUNDO Y DOTO ALONSO GONZÁLEZ DE LA PAVA, A HONRA Y GLORIA DE DIOS Y DE SU BENDITA MADRE... DE NOVIEMBRE, SIENDO MAYORDOMO JUAN GONZÁLEZ DE LA PAVA. AÑO DE 1635“. El edificio está construido en mampuesto y ladrillo revocado. Posee planta de cruz latina, cubriéndose la nave y el presbiterio de bóveda de cañón con lunetos y fajones y media naranja en el crucero. La portada situada a los pies es de vano adintelado entre pilastras y entablamento con frontón recto. El retablo se decora con pinturas de Pentecostés, la imposición de la casulla a San Ildefonso, Santa Catalina, la Coronación de Nuestra Señora, la Natividad del Señor y la Natividad de la Virgen. Del tiempo fundacional prevalece, también, un patio de ordenación toscana en el interior de lo que fue convento de las comendadoras del Espíritu Santo, hoy (desde l903) de las Hermanas Misioneras de la Doctrina Cristiana.
Juan Carlos Sánchez y Moisés Narbona 6º A
3. – ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE GUADITOCA
A orillas de un río, se apareció sobre una peña a un humilde pastor, la Virgen de Guaditoca...Cuenta la leyenda que construyeron la ermita con la puerta mirando para Extremadura, pero al día siguiente amanecía caída, hasta, que después de varios intentos la construyeron mirando hacia Guadalcanal y no se volvió a caer. Por este motivo la Virgen es la patrona de Guadalcanal. El santuario parece ser que ya existía en el siglo XIV y consta que se trabajaba en la construcción de un nuevo templo en 1.638 acabándose la obra en 1.647. El templo está situado a orillas del río Guaditoca, entre la ermita vieja y la peña de la aparición de la Virgen.
Tiene la puerta principal situada a los pies del templo y tenía otra mirando al río, que fue cerrada en la primera mitad del siglo XIX.
Tiene un pórtico que le sirve de vestíbulo, en lo antiguo quedaba delante una amplia plazuela formada por los portales. La iglesia tiene una sola nave al estilo greco-romano: cubierta de bóveda dividida por arcos; la capilla mayor tiene una esbelta cúpula, con linterna, así como el camarín que es una espaciosa pieza cuadrada a la que se sube por una escalera. Todo está hecho con ladrillo y mampostería. Las pinturas que revisten los muros son del siglo XVIII, su autor fue un pintor de Llerena llamado Brieva y un hijo suyo. En la actualidad se celebran misas todos los meses que la Virgen está allí.
Cristina Gallego Rivero 6º A
4.- SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE GUADITIOCA
Trescientos cincuenta y nueve años atrás existían fuera del poblado de Guadalcanal diversas Ermitas: San Pedro, San Juan, Nuestra Señora de Remedios, San Marina (porque era la más vieja) San Benito, y la de Guaditoca. Esta última se levantó no lejos de la peña de la Aparición, según nos dejan ver sus ruinas. Fue construida sobre el límite que separa el término de Guadalcanal y Azuaga, en razón del cuál ambas villas se diputaron su pertenencia .Su fábrica revela que es obra del siglo catorce. Su forma es rectangular pero de rectángulo no espacioso, el techo es bajo, la puerta de entrada un simple arco, la espadaña pequeñísima de un solo hueco para una esquina más que campana.
A orillas del río Guaditoca entre la ermita vieja y la peña de la aparición brota el nuevo templo orientado de Naciente a Poniente, quedando la iglesia al este, portales a los lados norte y sur y entrada abierta al oeste, donde el pórtico que sirve de vestíbulo, a una amplia plazuela y teniendo los acceso por una puerta principal en el vestíbulo y por otra abierta en el lado sur mirando al río.
Forma una sola iglesia nave de estilo Greco-Romano. En la capilla mayor, una esbelta cúpula con una linterna, como en el camarín, espaciosa pieza cuadrada por la que se llega por una escalera, fabricada de ladrillos y mampostería.
El domingo 12 de Diciembre de 1.649 siendo las nueve de la mañana el doctor Don Alfonso Morales Molina, cura de la iglesia de Santa Ana bendijo la iglesia de Guaditoca junto a los presbíteros de la villa con agua bendita por todas partes que fueron necesarias. La iglesia está pintada, actualmente en pésimo estado de conversación debido a la injuria del tiempo, el abandono y descuido. La bóveda de la Capilla mayor tiene pintada en el medio punto del lado del evangelio, la justicia de Salomón, y en la epístola, a los lados de la ventana, San Isidro Labrador a la derecha, y Santa María Magdalena a la izquierda.
En las Pilas y tras el arco Toral, Santiago y San Bartolomé. En la bóveda de la nave de la Iglesia y de la tribuna del Coro alternan las Virtudes y las Estaciones, con Ángeles, escudos heráldicos, Apóstoles y otros Santos, conservándose todavía, en el testero principal del Camarín una pintura de la Virgen de Guaditoca tal y como la vestían hace unos doscientos años. Por documentos que han llegado hasta nosotros, nos permite asegurar que la obra que realizo D. Alonso que consistió en la nave de la Iglesia, cubierta de techo y en la bóveda de la Capilla Mayor y Sacristía, y que lo demás, Camarín y bóveda de la nave, se debe al esfuerzo de la primitiva Hermandad y a la piedad y generosidad de los devotos de la Virgen, que al igual que ahora ocurre, nunca le faltaron.
Alonso construye el Santuario en tierras de su propiedad, pero además edifica, unida a él, una casa para que se perpetuase en sus herederos y sucesores, la frecuencia y cuidado de la Iglesia. Para comunicarse con la Capilla Mayor dejo una puerta que hoy ya no existe, aunque si puede verse en nuestros días un balcón, que sustituyo a dicha puerta, el cual ha sufrido las criticas de los demás a lo largo de los tiempos. Por el año 1738 se hicieron obras de importancia en el Santuario, como la construcción de la bóveda de la Iglesia del coro con la escalera de subida y del campanario, al igual que la reja de la ventana de la escalera del Camarín de Ntra. Sra. Debido a la gran devoción existente, en el Santuario se realizaba una Feria de gran importancia donde se congregaban numerosos pueblo de la Comarca existiendo sus Hermandades filiales las cuales acudían para dar culto a la Virgen.
En el año 1792 se concedió el traslado de dicha feria al pueblo, perdiendo notoriedad con el paso de los años y de la cual solo se conserva la Presesión de la Virgen al recinto Ferial, en nuestros días. Desde el año 1836 en que tomó posesión el último Patrono D. Francisco Ortega Ayala toma las riendas del Patronato, vemos como el patrimonio de Ntra. Sra. de Guaditoca, va desapareciendo, desde joyas a la venta de materiales del
Santuario quedando la Ermita mal parada. Pero la piedad de los fieles en el transcurso del último siglo, ha ido reponiendo el patrimonio, desde la restauración del Santuario, hasta conseguir que los Huertos colindantes a la Ermita, fueran devueltos a la Virgen, gracias a la generosidad de D. Carlos March.
Según las Reglas de la Hermandad la Virgen debe permanecer en el Santuario desde el último sábado de Septiembre, hasta el último sábado de abril. Mientras la Virgen permanece en el Santuario se celebran misas todos los últimos domingos del mes.
“Viva la Virgen de Guaditoca”
Patrona de Guadalcanal.
Julia Blanco y Ángela Rincón 6º A
5. – LA ALMONA
En Guadalcanal, nos encontramos con uno de los monumentos de la arquitectura civil más antiguos de la región: La Almona. Construido a finales de la Edad Media, concretamente en el año 1307como indica una lápida del interior, es una construcción de planta trapezoidal de sillería. Es uno de los puntos considerados de interés turístico y uno de los lugares mas visitados de nuestro pueblo.
Consta de dos pisos, formado cada uno de ellos por una nave de cubierta de entramado de madera, sostenida la del bajo por arcos apuntados que arrancan del pavimento, como a modo de contrafuertes interiores.
La cubierta de la parte superior es de dos aguas, hallándose sostenida por pilares alineados en el eje central de la nave.
La puerta baja de la fachada es de arco apuntado de escasa altura, que apea en impostas constituidas por un toro y una gola. El edificio recibe la luz por estrechas saeteras. Desafiando a los siglos, pues, aquí sigue, incólume y recoleta, la primitiva sede del bastimento de la Orden de Santiago.
En él podemos contemplar vestigios de sus antiguos arcos que nos muestran su arte mudéjar.
Se dice, que fue utilizado como caballerizas en dicha época, y posteriormente pasó a convertirse en una fábrica de jabón. A través del tiempo, la Almona ha sido utilizada para diferentes fines pasando por un almacén de materiales para llegar a ser un bar de copas, lo que es en la actualidad.
Autora: Raquel Blandez 6º A
6.- SANTA MARÍA DE LA ASUNCIÓN.
Una bellísima portada, de espléndida composición, en la que persisten numerosos elementos del goticismo decadente, da acceso al templo mayor de Guadalcanal.
Asegurado el dominio cristiano de la villa e iniciado el desbordamiento de su población, las murallas que la circundaban perdieron su originaria finalidad. Esta circunstancia, sin duda, hizo que se levantara el muro norte de esta iglesia sobre parte del sistema fortificado, como se colige por la misma extraña orientación de dicha fachada y por el arco de herradura que describe la puerta de la sacristía, de feliz aprovechamiento. Esto ocurría en las postrimerías del siglo XIII.
Por su arquitectura, Santa María obedece en gran parte a la corriente mudejárica propia del tiempo de su construcción y al gusto que se prodigó en esta zona de la Sierra Norte sevillana, en la que el gótico de los vencedores y el almohade de los vencidos trataron de imponer sus fórmulas arquitectónicas. El templo tiene forma basilical, de tres naves que primitivamente estuvieron cubiertas de madera, siendo las laterales de cabeceras planas, en cuya parte superior una de ellas conserva un óculo de cinco lóbulos. Construida con arcos transversales, siendo apuntados los del centro, éstos descansan sobre pilares cruciformes, que, salvo el alicatado de la parte inferior, no ha sufrido modificación alguna, pues hasta el sencillo capitel de caveto que poseen abonarían por su antigüedad.
Pero aquí en donde a los cristianos interesó sobre manera plasmar su estilo, esto es, en el presbiterio, los alarifes locales lograron imponer su arte, ejecutando la bóveda ochavada, con espléndida crucería en abanico, tramo previo sexpartito, nervio de espinazo decorado con dientes de sierra e impostas de cabezas de clavos. Pertenecen, también, a este período constructivo los capiteles de los baquetones en forma de tronco de pirámide invertida con figuras de gran tos- quedad, un decorado de estrellas próximo a la escalera del coro y algunos ventanales, destacando el que se encuentra oculto por el retablo mayor y el que vemos al lado de la Epístola, formado por un óculo central y dos arcadas unidas por un parteluz.
Que la iglesia estuvo originariamente aislada y no adosada a la manzana, como hoy se encuentra, se evidencia por los modillones en forma de caveto y unas pequeñas ventanas con arcos de herradura que advertimos en dependencias del lado de la Epístola y que debieron corresponder a la fachada sur.
Adrián Rincón 6º A
Rafael Candelarío Repisa
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